Como se dijo en el capítulo anterior, Winston Churchill decía que quien desconoce la historia de su país no puede gobernarlo. Y ese es el caso de Milei y quienes le precedieron, que ignoraron el sentido profundo de lo que sucedía y llevaron a Argentina a su debacle. Signada por la deforme apropiación de la tierra, la alianza complementaria con Inglaterra y competitiva con EEUU; el petróleo y los sucesivos golpes militares con el relacionados; la deuda externa; y el bimonetarismo antisocial que cundió en los argentinos, interrumpiendo el ciclo ahorro – inversión – consumo, al compás del cierre de casi 600 bancos y entidades financieras que se sucedieron a partir del crack de 1980, dando origen a la deuda externa.
Pero sobre todo ignoraron la cuestión relacionada con el enclave estratégico de la OTAN Malvinas, que durante la última dictadura militar nos llevó alucinadamente a tres guerras interrelacionadas entre sí, a partir de las cuales se jodió Argentina. La “guerra sucia” contra la subversión; el conato de Guerra con Chile; y la Guerra de Malvinas predispuesta por la OTAN, por su necesidad de instalar una base a su servicio en ella, ante el desafió que implicaba la expansión de la Unión Soviética en el Atlántico Sur. Tal como fue expuesto en el capítulo anterior, que abarcó el periodo que va desde 1900 a 2001, desde la Generación del 80, hasta los gobiernos de Alfonsín, Menem, y De la Rúa.
Durante el cual, tras la Guerra de Malvinas, el primero, Alfonsín, confrontó con los intereses de la OTAN, sin tener dimensión de donde se metía, y así terminó. Mientras que el segundo con Menem y Cavallo, se subordinó a esos intereses, y a cambio de un efímero bienestar con la convertibilidad, agravó sustancialmente los problemas. Mientras que el tercero como colofón del segundo, con De la Rúa y Cavallo llevó al país a la catástrofe del 2001.
Lo que recuerda el adagio “Roma no paga traidores”, entendiéndola también en un sentido lato a pueblos que eligen a falsos líderes, al decir de Arnold Toynbee, que no están a la altura de los desafíos que enfrentan, sino todo lo contrario. Como es el caso actual de Milei, que vino a aplicar las peores recetas del pasado, pese la evidencia empírica de sus rotundos y estrepitosos fracasos finales.
Como es la del tipo de cambio bajo, el desguace del Estado, y el ajuste en continuado, llevadas a cabo durante la última y sangrienta dictadura militar con Martínez de Hoz, y con la Convertibilidad de Cavallo. Haciendo lo mismo que estos, y esperando sin embargo resultados distintos, incurriendo así en una locura según la frase que se atribuye a Einstein. En la que son cómplices los integrantes de la oposición que sin embargo la apoyan, con la excusa de brindarle gobernabilidad.
Síntesis de los tres ciclos argentinos
Como una síntesis resumida de esa historia, y la que se narrará en un próximo capitulo correspondiente al periodo 2002 – 2024, en el siguiente gráfico en base a los insospechables datos de la Fundación Norte y Sur, financiada por establishment económico argentino, se muestra la evolución entre 1864 y 2024 del PIB per Cápita argentino (línea verde eje derecho), la Deuda pública en % PIB (línea azul eje izquierdo), la Deuda externa pública en % PIB (línea roja eje izquierdo), la Pobreza (Línea gris oscuro eje izquierdo), y el porciento de la Deuda externa sobre la total (línea negra trazo discontinuo eje izquierdo) que deja muy interesantes conclusiones.
Del gráfico surge claramente tres ciclos distintos. El primero la Alianza dependiente con Londres, propulsado por la Generación del 80 y su saga la Década Infame, entre 1880 y 1942, con una alta deuda pública y externa que fue disminuyendo paulatinamente. En el que se registró un PIB per Cápita promedio del 1,6 % anual, con un crecimiento del PIB a lo largo de 62 años del 167 %, que se agotó durante la 2da Guerra Mundial con la pérdida de la hegemonía mundial de Inglaterra.
El ciclo de la Industrialización con alta presencia del Estado, y también con inversión extranjera directa, que se dio entre 1943 y 1975, en el que se registró un PIB per Cápita promedio del 2 % anual, superior al anterior. Elevando el aumento acumulado del PIB per Cápita en 32 años a un 311 %, con un crecimiento de 144 puntos respecto el nivel anterior. Con una deuda pública baja, y deuda externa inexistente o muy baja, y un nivel de pobreza al final del mismo del 4 % de la población.
Y el tercer ciclo de la Debacle, entre 1976 y 2024, con un PIB per Cápita promedio de solo el 0,4 % anual, la quinta parte del anterior, y la cuarta parte del previo a este. Elevando el PIB per Cápita solo 65 puntos hasta alcanzar un acumulado de un 383 %. Trazando un serrucho infernal, con enormes picos de deuda pública y externa, que coinciden con notables caídas del PIB per Cápita, y enormes picos de pobreza, del 40 % en 1990, 55 % en 2002, y 53 % en 2024. Pasando a ser así la deuda externa un contribuyente perverso, en forma inversa a lo que habría sucedido en el primer ciclo de la alianza con Londres, en el que la alta deuda externa no obstaculizó un módico crecimiento del PIB per Cápita.
Un hecho notable en este ciclo es la desinstitucionalización en la toma de decisiones por parte del Poder Ejecutivo, sin la consulta de expertos. Ya sea por la “junta militar”, la “mesa chica”, o el “triángulo de hierro”, aún más chico actual. Adoptando decisiones cruciales, sin reflexión ni consulta de expertos, que luego mostraron resultados enormemente adversos.
Este último ciclo altamente negativo, estuvo signado desde su origen por la Guerra de Malvinas predispuesta por la OTAN, para poder instalar una base allí, ante la expansión de la Unión Soviética en el Atlántico Sur. Y la deuda externa súbita que apareció antes de ella, con la quiebra de centenares de bancos y financieras a partir del crack bancario de 1980.
Con su secuela, el bimonetarismo antisocial, al ser la moneda un bien común, que se fugó de la economía, alterando el ciclo virtuoso de ahorro – inversión – consumo. Con sucesivas recaídas en tipos de cambios muy bajos, que impulsaron la desindustrialización, la caída de empleos dignos, y el sustancial aumento de la pobreza. Pasando a ser el Estado obeso, el dador de empleos dignos, adquiriendo así la casta política su máximo esplendor.
A ello se sumó el acertijo que supone la existencia de una base al servicio de la OTAN en Malvinas, y la sensibilidad que ello genera en los países rectores de ella, EEUU y el Reino Unido. Que no fue advertido y menos aun resuelto por parte de los sucesivos gobiernos democráticos que se sucedieron.
Confrontando algunos con la OTAN, quizás sin saberlo, con muy malos resultados. Y adscribiéndose otros a la OTAN con las “relaciones carnales” acríticas, sin que los resultados sean mejores, y por contrario resultaron peores. Acorde el viejo adagio “Roma no paga traidores”, entendido en un sentido amplio, tanto respecto el traidor y lo traicionado.
El ciclo de la alianza dependiente con Londres
La Generación del ‘80 a la que admira Milei, es la que dio comienzo al periodo de la asociación estratégica dependiente con Inglaterra, para suministrarle alimentos humanos baratos para asegurar la competitividad de sus industrias, que duró hasta el final de la 2da Guerra Mundial. Durante ella, entre 1880 y 2012 en su época virtuosa, venía creciendo al 2,8 % anual. Pero a partir de ese año hasta su caída del poder en 1916, se registró la primera gran caída del PIB per Cápita argentino, de menos –3,5 % anual. Como consecuencia quizás de la expansión alemana que amenazaba la hegemonía inglesa. De esa manera el crecimiento neto de esa supuesta época dorada de Milei, fue solo de un 1,8 % anual.
Luego vino el Primer radicalismo, con Yrigoyen, Alvear, Yrigoyen. Durante el cual con motivo del difícil acceso a las importaciones como consecuencia de la 1ra Guerra Mundial, se registró una incipiente industrialización. Con un crecimiento del PIB per Cápita del 2,7 % anual, que en buena parte era un rebote de la caída anterior, y así el crecimiento neto fue de solo el 0,7 % anual, respecto el pico del año 1912.
A continuación, vino la Década Infame, que fue un revival trasnochado de la Generación del ’80 protagonizado por los vástagos de esta. Con su denodado esfuerzo de consolidar la asociación estratégica dependiente con Inglaterra, mediante la creación del Banco Central mixto, y el acuerdo Roca-Runciman. Y el resultado mal que le pese a Milei, fue desastroso.
En su comienzo el crecimiento del PIB per Cápita registró nuevamente una notable caída, y a lo largo del periodo su aumento fue solo del 0,4 % anual. Pero en relación con el pico previo registrado en 1929 durante el 1er radicalismo, fue negativo -0,1 % anual. Totalizando así a lo largo del periodo 1880-1942 un crecimiento del PIB per Cápita del 1,6 anual promedio.
Con el Golpe de 1943 y el inicio forzado de la industrialización en Argentina promovida por el estado, ante la imposibilidad de importar bienes industriales con motivo de la 2da Guerra Mundial, el crecimiento en el periodo fue del 2,1 % anual. Pero en relación con el pico previo de 1929 durante el radicalismo, el crecimiento del PIB per Cápita fue nulo.
O sea que el país, al contrario de lo que sostiene Milei, durante la vigencia del modelo de la Generación del ‘80 de asociación complementaria dependiente con Inglaterra, que caduco formalmente en 1945 tras la 2da Guerra Mundial, durante 16 años su PIB per Cápita no creció nada, lo que explica su derrumbe.
Y además como colofón, tal como se puede apreciar en el siguiente gráfico, que compara la evolución del PIB per Cápita con países del Commonwealth británico, Australia, N. Zelanda, y Canadá, que eran competidores en ese esquema de asociación dependiente, este resultó más exitoso durante el periodo de asociación indócil durante el Primer radicalismo, que durante el periodo de asociación dócil de la Generación del ‘80 y su zaga la Década infame.
Concretamente, en 1900 el PIB per Cápita de Australia, era un 52 % superior al de Argentina, más allá de las mentiras de Milei de situar a este en la cima del mundo. Mientras que el de N. Zelanda era 40 % superior, y el de Canadá un 2 % superior. En el 2015, las distancias se habían acrecentado, Australia más 57 %, N. Zelanda más 44 %, y Canadá mas 26 %.
Pero en 1930, al finalizar el periodo del Primer radicalismo, las distancias se acortaron considerablemente: Australia más 20 %, N Zelanda más 9 %, y Canadá, más 14 %. Pero finalmente en 1945 tras la Década Infame, las distancias volvieron a acrecentarse notablemente: Australia más 65 %, N Zelanda más 43 %, y Canadá, más 58 %
El ciclo industrial
Seguidamente durante el Primer peronismo, continuando lo iniciado con el Golpe de 1943, se registró un intenso proceso de industrialización inducido desde el Estado. Contrarrestado por las dificultades que enfrentó el campo, por la larga seca de 1949. La caída de ventas a una Europa que decidió ser alimentariamente soberana. Y el haber aceptado como pago de la deuda de las exportaciones durante la guerra a Inglaterra, los ferrocarriles amortizados de esta, sin incorporar ningún activo al país, lo cual puede considerarse como una oportunidad perdida. No obstante, en su decurso hubo un irregular crecimiento del PIB per Cápita del 1,7 % anual, qué en relación con el pico anterior registrado en 1944, fue del 1,2 % anual.
Con la irrupción de la Revolución Libertadora en 1995 y su saga el frondizismo, la cosa se complicó. El crecimiento del PIB per Cápita en el periodo fue solo del 0,5 % anual, pero en relación con el pico de 1948 fue solo del 0,3 % anual. Seguidamente durante el Segundo radicalismo con Illia, las cosas cambiaron notablemente, el crecimiento del PIB per cápita en ese corto periodo de 1963/66 fue el más alto de todos: 5 % anual. El cual, considerado respecto el pico previo de 1958, se redujo al 1,3 % anual.
Durante la Revolución Argentina con la industrialización a pleno, incluso con inversión extranjera directa, en un proceso parecido al que luego se registró en China, el PIB per Cápita creció un 3,2 % anual. Y si se lo considera respecto al pico previo de 1965, el crecimiento del mismo fue del 2,6 % anual.
El ciclo prosiguió durante el Segundo peronismo, no obstante el shock petrolero de 1973 que cambio la economía mundial sumado al Rodrigazo local. El crecimiento del PIB per Cápita fue del 2,1 % anual, e ídem respecto el pico anterior de 1972, lo que demuestra la continuidad del crecimiento del mismo desde 1951. Periodo de 32 años durante el cual el PIB per cápita paso de casi USD 9.000 dólares en 1943, a USD 15.754 en 1974, con un aumento del 73 %, y una pobreza que alcanzaba al 4 % de la población. Y Lula el presidente de Brasil, por entonces según declaró, era un tornero que aspiraba ir a Córdoba para perfeccionarse como matricero.
La debacle
El auto denominado Proceso de Reconstrucción Nacional iniciado en marzo de 1976, fue el punto de quiebre en que se jodió Argentina. Durante el mismo se registró primero un estancamiento, y luego a partir de 1980 con el crack bancario de ese año, y luego con la Guerra de Malvinas en 1982, sobrevino una notable caída del PIB per Cápita, de menos -1,2 % anual, como nunca antes en la historia, salvo la que sucedió en el final de la Generación del ‘80. Y en relación con el pico previo de 1974, la caída fue de menos -1,3 % anual. A la par la pobreza se duplicó a lo largo del mismo, hasta alcanzar el 8 % de la población.
Durante ese proceso, Martínez de Hoz echó las bases de la debacle argentina: desindustrialización, por el efecto pernicioso del tipo de cambio bajo, que hace barato lo importado y caro lo local, con la consecuente detención de la actividad económica. Sumado a un pernicioso bimonetarismo, con el atesoramiento estéril en dólares que se esconden y no van a la inversión, acompañado de una perniciosa financierización de la economía. Frenándose así la rueda virtuosa de la economía ahorro – inversión – consumo.
Con la democracia vino el Tercer radicalismo, con Alfonsín, que en su afán de juzgar las cupulas militares, se echó al hombro la deuda externa. La que se podría haber cuestionado por “sucia” en base a ese mismo juzgamiento, según la doctrina de EEUU. Tampoco indagó lo ilícitos económicos y financieros que se perpetraron en esa aciaga época previa, y por contrario se ató a las recetas del FMI.
Además, sin advertirlo, confrontó directamente con la OTAN, con la no reanudación de las relaciones con Londres, el desarrollo del misil Cóndor, los permisos de pesca alrededor de Malvinas a la Unión Soviética, etc. De esa manera se acentuó la debacle, con una caída del PIB per Cápita de menos -0,9 % anual, que trepa al menos -1,2 % anual si se la refiere al pico anterior del 1974. Y así la pobreza en 1985 se duplicó, alcanzando a un 16 % de la población, y en 1988 se volvió a duplicar, trepando a un 34 % de la población.
Menemismo y después
A continuación, tras la salida anticipada de Alfonsín, por una “tormenta perfecta” soplada desde la OTAN, vino el Tercer peronismo o seudo peronismo con Menem. Quién aliado con la OTAN, sin vergüenza alguna arrió las banderas de soberanía política, independencia económica, e incluso justicia social propias del peronismo. E instauró la trasnochada convertibilidad de un peso por dólar de Cavallo, propia del siglo anterior. La qué con su tipo de cambio bajo a lo Martínez de Hoz, era el estatuto para la enajenación de los bienes comunes de los argentinos, y la extranjerización de sus rentas.
Y así, si bien a lo largo del periodo el PIB per Cápita creció un 3 % anual, inferior a la de algunos periodos de la Industrialización, el mismo esencialmente fue solo un rebote. Dado que, en relación con el pico de 1974, 25 años atrás, el crecimiento fue solo del 0,2 % anual, habiendo comenzado además a partir de 1988, una notable caída del mismo. Por su parte la pobreza, que al comienzo del periodo con las hiperinflaciones de 1989 llegó al 40 % de la población, al final del periodo en 1999 solo se había reducido al 30 % de ella, habiendo caído a un mínimo en 1993 del 20 % de la población.
A continuación, vino el desastre de la Alianza con la reaparición de Cavallo, y el estúpido intento de conservar la convertibilidad de un peso por dólar. Que en realidad escondía con el Megacanje un rescate clandestino de deuda externa. a favor de grandes bancos de EEUU que avizoraban un default, costeado con la reserva de los ahorristas bancarios.
El cual fue rematado con la pesificación de Duhalde, y el encubrimiento de esa maniobra por parte de su gobierno, por exigencia del FMI. En su corta existencia, el PIB per Cápita se desplomó un menos -3,7 % anual, que trepa al 3,9 % anual si se lo considera respecto el pico de 1988. Y la pobreza en el periodo trepó al 44 % de la población.
Kirchnerismo
A continuación, vinieron los tres gobiernos del Kirchnerismo, bendecido desde su inicio con dos factores de enorme importancia: El tipo de cambio alto tras la salida de la convertibilidad. Y la enorme revalorización del precio de los commodities primarios, como consecuencia de la aparición de la demanda de China, convertida en la fábrica del mundo, como en un tiempo lo fue Inglaterra. E igual que con esta, nos convertimos en una economía complementaria de ella, suministrándole alimentos, pero en un escalón inferior, al no ser para humanos sino para animales.
A la par el kirchnerismo intento llevar a cabo un extractivismo atenuado, como continuación del de Menem, con las retenciones de por medio. Qué en relación con la renta del suelo privada, le deparó una enorme pelea con el campo y las provincias agropecuarias, no obstante que las que se llevaron la renta fueron las exportadoras de CIARA – CEC. Y en relación con la renta petrolera estatal del subsuelo, originó una desinversión y falta de abastecimiento, por aquello de que los capitales van a donde maximizan la renta.
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Lo que puso en evidencia la importancia de la empresa estatal de petróleo, creada un siglo atrás por el radicalismo, en cuya privatización el kirchnerismo había sido cómplice. Para lo cual tortuosamente primero intento una sospechosa nacionalización, y luego una estatización parcial de YPF, que dejó como secuela una enorme demanda en contra del país.
Y respecto la renta minera estatal del subsuelo, protegida por estabilidad tributaria de la ley de Gran Minería que había ayuda a sancionarla, para poner en marcha la mina Cerro Vanguardia a favor de la AngloGold no obstante su origen inglés, apenas la toco. No obstante el enorme aumento de sus precios, y por contrario la favoreció con subsidios, por la simulación de su exportación a través de puertos patagónicos.
A lo que se sumó un mal arreglo de la deuda, para cuyos pagos apeló a reventar las reservas del Banco Central, menoscabando así su capacidad de regulación. Y ante la carencia de divisas por la instalación del cepo, apeló finalmente a un extractivismo petrolero extremo, firmando un contrato con Chevron, como lo había hecho Perón antes de su caída del gobierno, pero en este caso secreto.
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También llevó adelante un intento de reindustrialización, que resultó finalmente muy modesto, al no saber enfrentar el “mal holandés”, de la abundancia de divisas, complicado con el bimonetarismo antisocial argentino. El cual no solo conllevó una fuga de divisas de 100 mil millones de dólares, sino también la caída del tipo de cambio al final de ese periodo, al mismo nivel de la convertibilidad, con el consecuente freno a la actividad económica, caída del empleo, y aumento de la pobreza, cuya medición suspendió por que era “estigmatizante”.
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Cultivó a la par un zigzagueo parecido en las relaciones internacionales, con el que acabó confrontando directamente con la OTAN, al establecer una “alianza estratégica integral” con China. Lo cual, igual que sucedió con Alfonsín, en el 2015 le deparó un final a toda orquesta, con ciertos parecidos con él de 1989, cómo para el que el kirchnerismo nunca más volviera a gobernar.
Ver ¿Por qué Cristina y el kirchnerismo se abrazaron a Milani?
Durante ese periodo, hubo un crecimiento del PIB per Cápita del 3,4 % anual. Que en buen parte fue un rebote, dado qué con respecto al pico previo del año 1998, solo fue del 1,1 % anual. Y si se lo refiere al pico previo del año 1974, el crecimiento del PIB per Cápita se reduce al 0,7 % anual, evidenciando esto el estancamiento de la economía argentina. Sus adherentes hablan de ese periodo como la “década ganada”, pero acorde a la parábola de los talentos, en que se debe devolver conforme lo que se recibe, más bien correspondería la de otra gran “oportunidad perdida”.
Macri y después
A continuación vino el gobierno de Cambiemos, con el presidente Macri, que infatuado prometía pobreza cero y afirmaba que bajar la inflación es lo más fácil. Que lo primero que hizo, con visita del presidente Obama incluida, como la de Bush con Menem en 1990, fue cambiar la “alianza estratégica integral” con China, por otra con la OTAN y EEUU.
Llevo a cabo además una torpe salida del cepo, mediante un endeudamiento ruinoso, con compromisos que acentuaban el extractivismo petrolero extremo y generaron un megatarifazo, sumado a REPOs que no se computan como deuda externa, en la que es un experto Toto Caputo; más el dinero caliente o hot money del carry trade. A la par que absurdamente extendía sine die los plazos para liquidación de divisas.
Ver El megatarifazo del gas natural es una consecuencia del arreglo con los buitres
Ver El desesperado arreglo con los fondos buitres, para evitar la bancarrota del Banco Central provocada por la salida del cepo
Rompió así el equilibrio en la balanza de pagos, lo cual finalmente, para asegurar la continuidad de un gobierno adherido a la OTAN, hizo que volviera el FMI a Argentina, con el préstamo más grande de su historia. Y con sus estúpidas recetas de siempre, que ignoran el fenómeno del bimonetarismo antisocial que enferma la economía argentina desde la dictadura militar, que ha hecho que ellas fracasen estrepitosamente.
Ver El plan estúpido del FMI y Macri que causó un enorme estrago en la economía
En dicho periodo el PIB cayó en promedio un menos -2,2 % anual. Pero si se considera el pico anterior del año 2011, el mismo se reduce a menos -1,4 % anual. Y si se lo considera respecto el pico del año 1974, 45 años atrás, esto supone un mínimo crecimiento del PIB per Cápita desde entonces del 0,4 % anual. Lo que explica el descontento creciente que fue cundiendo en la población.
Unidad Ciudadana
Seguidamente el kirchnerismo intentó volver, disfrazado de Unidad Ciudadana. Encabezada por el presidente Fernández, un ex jefe de Gabinete de ese gobierno, que cultivaba una cordial relación con la embajada de los EEUU. Pero la coalición no funcionó como tal, porque solo el burro no se marea con las alturas, y Fernández con su “mesa chica” se adueñó de la lapicera. Además de haber ascendido, acorde con las leyes de Murphy, hasta el nivel de su propia incompetencia.
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En su inicio se enamoró de una cuarentena eterna con la ASPO. Qué para un amplio sector, especialmente jóvenes de la clase media baja, que viven en condiciones de hacinamiento, fue un confinamiento que preparó el terreno para la invocación de “libertad” que vino después. Agravado por las fiestas en la Residencia de Olivos que se hicieron públicas, mostrando que el ASPO no funcionaba igual para todos.
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Además, con “Mujeres gobernando” dirigida por su ex, adoptó una agenda woke de presuntos derechos humanos de tercera generación, especialmente relacionado con el género y las disidencias sexuales minoritarias. Sin cumplir previamente con los de segunda generación, de empleo, jubilación, y vivienda digna para las mayorías populares.
Reemplazaron así la movilidad social ascendente propia del peronismo, por una movilidad sexual ascendente. Que hirió aún más la sensibilidad de una mayoría que sentía que no podía salir nunca de su mala situación. A la que fueron cayendo sucesivas generaciones, durante la democracia que sobrevino tras la nefasta dictadura militar.
Como una tormenta perfecta para probar su ineptitud, luego vino la sequía y el desbalanceo de los precios de la energía que produjo la guerra ruso ucraniana impulsada por la OTAN. Donde como un patán a micrófono abierto, se manifestó pro Rusia, además de su intención de ingresar a los BRICS, alineando así todos los astros de la OTAN en su contra.
Con un FMI que exigía cumplir al pie de la letra su receta suicida, consistente en que la tasa de interés debía superar a la de la devaluación, y esta a su vez debía superar el índice de precios. Desatando así, por el efecto de la tracción del dólar CCL que cotiza en Nueva York manipulado por los lobos de Wall Street, sobre los otros dólares paralelos, y estos sobre los precios, una vuelta de la inflación galopante. Que fue otro de los motivos que laceró la sociedad, además de la pandemia, el estancamiento económico, y un gobierno que gobernaba para minorías y disidencias sexuales.
Ver Guzmán el flautista de Hamelin del FMI con su plan inflacionario llevó el Congreso al abismo
Ver INFLACION: la provoca la dominancia del dólar CCL sobre el Blue manipulado desde Nueva York
Además, torpemente, a cambio de obtener unas Facilidades Extendidas sui generis para el pago del préstamo, exoneró al FMI de sus corresponsabilidades, al aceptar expresamente que la OEI (Oficina de Evaluación Independiente) de ese organismo, no hiciera una auditoría respecto el tremendo préstamo otorgado al gobierno anterior, y cual había sido el destino del mismo. A la par de desacumular torpemente o ¿selectivamente? las reservas que acumulaba el Banco Central por efecto de la recesión durante al pandemia.
En ese triste periodo, en el que tras su finalización Fernández fue imputado paradojalmente por violencia de género y por negociados en relación con los seguros estatales, el PIB per Cápita solo creció el 0,1 % anual. Y si se lo considera respecto el pico previo del 2011, fue negativo en menos -0,9 % anual. Y si se lo considera respecto el pico de 1974, ello reporta igual que con Macri, un mínimo crecimiento del 0,4 % anual, lo que explica el enorme descontento que cundía en la sociedad.
Milei
Después vino Milei, aconsejado por ex boys de Durán Barba, que saben cómo ganar elecciones, aunque después haya que gobernar. Lectores del libro del ex CIA Gurri, La rebelión del público que habla de los tsunamis sociales de ira que se llevan puesto a todo lo que encuentran por delante, alimentado desde las redes sociales.
Y eso es lo que sucedió en las elecciones: un tsunami de ira social acumulada a lo largo de 48 años de debacle de la economía. Qué ante los fracasos del tercer gobierno de Cristina Fernández, y los gobiernos de Macri y Alberto Fernández, mostrando ostensiblemente ella, eligió al outsiders mas estrafalario de todos. Como antipoda del político tradicional, por más incapaz que sea para gobernar, y sin ningún antecedente de haberlo hecho.
Ver Malvinas 1982 – FMIlei 2023: otra aventura con final desastroso
Pero qué de entrada, al ser elegido como diputado, siguiendo las recetas de Gurri y los boys de Durán Barba, cautivó demagógicamente a buena parte del público, al rifar todos los meses su dieta. Contraponiendo así con los Kirchners, con sus cobros de dobles pensiones, declaraciones juradas de enormes riquezas, y cofres llenos de dólares. Generosidad que de alguna manera compensó con otros ingresos, según da cuenta sin mayores detalles su reciente declaración jurada de bienes.
A la par, comenzó por ser financiado y apoyado por el mega rico Elsztain, integrante de la poderosa secta fundamentalista judía Jabad Lubavitch. Cuyo difunto líder, el rebe Schneerson, al que Milei venera, era hombre de consulta asidua de los mandos políticos, militares, y la inteligencia israelí. Siendo así entornado por un poder extranjero, que sería el que verdaderamente determina actualmente la política exterior extremista argentina. Pro EEUU, no obstante que las exportaciones argentinas a este país no llegan al 8 % del total.
Y pro Israel, no obstante que este este país con su accionar en Medio Oriente, esta a punto de convertirse en un paria internacional, con incluso serias objeciones internas en Israel, y en el judaísmo laico y religioso mundial. Introduciendo así de lleno a Argentina en el demencial conflicto árabe israelí, y echando por tierra toda la tradición diplomática argentina. De la que Milei afirma que su conducción le corresponde, lo que es cierto, pero en bien del país, y conforme sus leyes y tratados. Y no como vehículo de intereses extranjeros o creencias religiosas, o ambas cosas a la vez.
Las muestras notables de este sugestivo entornamiento, inadmisible para quien conduce la política exterior, son las tres visitas a la tumba del rebe fallecido. La reverencia que manifiesta hacia el rabino que designó como embajador en Israel, quien en vez de residir en Tel Aviv como había prometido, se instaló en Jerusalén. La invitación para su asunción al mando, al presidente ucraniano Zelensky, por su origen judío, al que regalo un candelabro Janucá, siendo precisamente Ucrania donde se originó la mencionada secta. A cuyo rebe Schneerson, se le atribuye la recomendación de generar la guerra ruso ucraniana, para debilitar a ambos países, explotando el irredento espíritu eslavo de luchar hasta el final. Y por último la designación de Werthein, también de origen judío, como canciller, quién juró por la Torá.
Milei y Malvinas
Milei parece tener también tener la peregrina idea, similar a la del Gral. Galtieri, que haciéndose “socio global” de la OTAN, y siendo absolutamente obsecuente con EEUU, se podrá lograr la restitución de Malvinas. A cambio de la permanencia de la base al servicio de la OTAN existente allí, por otros 99 años. Como sucedió con el caso paralelo de las islas de Chagos, que recientemente Inglaterra restituyó a la República de Mauricio, tras un fallo a favor de esta de la Corte de la Haya.
Pero Mauricio es uno de esos títeres creado por Inglaterra para sumar votos en la ONU, al que le otorgó la independencia en 1968, pertenece al Commonwealth, tiene 2.000 km2, 1,2 millones de habitantes, un PIB de solo 14,4 mil millones, una policía de 8.000 miembros, una Fuerza Móvil Especial de 1.400 miembros, y un Servicio de Guardacostas de 688 miembros, y nunca confrontó ni guerreo contra nadie, ni prevé que esto pueda suceder.
Tomarla como ejemplo en relación con el caso de Malvinas, es un disparate alucinado. Dado que ni EEUU ni Inglaterra nunca llegarían a un trato similar con Argentina, con sus cambiantes giros políticos, y sus aspiraciones hasta ahora no abandonadas de ser un Estado Nación. Y la reciente venta de unos viejos aviones F16, para evitar la compra de los nuevos aviones MIG-35 rusos o JF-17 chinos, responde a la lógica que mas vale aviónica conocida que aviónica por conocer. Los que seguramente vendrán provistos de vulnerabilidades electrónicas y de cualquier tipo, para que sean inoperables para una agresión a Malvinas. Como lo eran en la Guerra de Malvinas las espoletas de las bombas inglesas Vickers que no accionaban, y los torpedos filoguiados cuyos cables se cortaban..
Milei Procusto
Para cumplir su promesa de bajar la inflación dolarizando, en el colmo de la improvisación convocó a Toto Caputo y sus socios de Anker. A quién había criticado duramente por haber rifado el préstamo del FMI, para pagar las temerarias REPO que había contraído entre 2016 – 2017. Porque meses antes de su asunción, Anker había escrito un informe, afirmando que la dolarización era posible de entrada, mediante diversos créditos que supuestamente se podían obtener, del que no consiguieron ni uno solo.
Ver MEGA DNU: la subrepticia, tortuosa, y dolorosa dolarización que lleva adelante Milei que lo explica
Ante ello, tras una enorme devaluación, y liberación total de precios, que los formadores de estos elevaron a un nivel de dólar futuro que se les ocurriera, como herramienta inflacionaria clavaron el precio del dólar. Convirtiendo así en una vuelta de campana, a Argentina en uno de los países más caros del mundo.
Lo cual como consecuencia del bimonetarismo y la inflación de por medio, ha llevado el nivel actual del dólar oficial (Tipo de Cambio Real) al mismo nivel del principio del fin de la convertibilidad, y aún más bajo al del comienzo de su mandato antes de su devaluación. Por lo que se puede decir que este esquema económico lleva su propia muerte en sus entrañas.
Siendo actualmente el segundo más bajo a lo largo de dos décadas, no obstante que la inflación aún no ha terminado, a la que se suma la devaluación del real por parte de Brasil. Por esta razón la política económica de Milei, recibe objeciones incluso de los economistas más ortodoxos, y el mismo Cavallo. Que él retruca tratándolos de “econochantas”, y diciendo que una devaluación no arregla nada. Ante lo cual cabe la pregunta por qué entonces devaluó tras asumir.
Pero como sabe que una devaluación y su consecuente aumento de precios, podría terminar con su mandato, al frustrar la principal promesa que hizo en su campaña electoral, se ha convertido ahora, con la ayuda de Sturzenegger, en Procusto. El posadero de la mitología griega “ajustador”, que tenía una cama de hierro, y cuando sus huéspedes se dormían, si era petizo lo “ajustaba” descoyuntándolo a martillazos, y estiraba para que ocupara toda la cama. Y si era demasiado alto, lo “ajustaba” aserrando las partes que sobresalían de ella.
Aunque hay una versión que dice que el perverso Procusto, tenía en realidad dos camas de hierro. Una grande para los petizos, y otra chica para los altos, y así poder cumplir siempre su cometido “ajustador”. De una manera u otra la de Procusto Milei, se trata de una misión imposible, considerando por un lado que los precios son casi incoercibles a la baja. Y por el otro que ese “ajuste” a lo Procusto, requeriría una sustancial baja de impuestos, con el consecuente déficit fiscal.
O sea, más “ajuste” fiscal, para poder cumplir con el “déficit cero” prometido a los acreedores externos. Que no tiene por objeto bajar la inflación, como afirma Milei, sino para que estos vuelvan a prestarle a Argentina, y así poder refinanciar la deuda externa. Actitud que los lobos de Wall Street premiaron, ayudando a Caputo con sus manipulaciones bursátiles, para hacer caer el precio del dólar CCL, el patrón de los otros dólares, para así a lo Procusto, “ajustar” a estos cerca del dólar oficial. A la par que el FMI parece haber olvidado enteramente la receta que imponía a los anteriores gobiernos, de tasas de interés y devaluaciones por arriba de la inflación. Aunque sí, recordando sus defecciones durante la convertibilidad, objeta el tipo que aún no ha llegado a su mínimo nivel.
Desatando de esa manera un veranito financiero, sostenido también por el blanqueo de capitales, y la bandada de capitales golondrina del carry trade, presta a levantar vuelo al menor ruido. Como ya lo hizo el ministro Caputo en el 2018, pero insiste con lo mismo. Al mismo tiempo que pone en el horizonte una “dolarización endógena”, en base a los dólares acumulados clandestinamente por los argentinos. Sin percatarse de los enormes peligros que acarrea esa abundancia de dólares, como consecuencia de las fugas acumuladas a lo largo de casi medio siglo.
Razón por la que a Argentina la acecha el denominado “mal holandés”, qué a título de ejemplo, derrumbó la virtuosa economía japonesa durante más de dos décadas, a partir de la notable apreciación del yen acentuada partir de 1985. Parecida a la de Argentina, lo que hará que solo sobrevivirán actividades económicas de nicho, en medio de un enorme malestar general agravando sustancialmente la situación actual.
Previendo quizás esto, con el RIGI Milei hizo extensiva la actividad extractivista de la gran minería con su estabilidad tributaria, a otros diversos sectores de la economía. Con el inusitado agregado qué durante 30 años, no estarán obligadas a liquidar las divisas de las exportaciones, y así evitar el “mal holandés” de abundancia de ellas.
Ver RIGI: “Régimen Incentivo Grandes Inversiones”, el estatuto del saqueo de Milei
Lo cual, sobre mojado llovido, agravará sustancialmente el problema, al configurar un vaciamiento del país, con un despojo de las generaciones actuales y futuras de sus recursos renovables, y especialmente los no renovables. Así Procusto Milei a la par de “ajustador”, será el gran “dilapidador” si llega a cumplir su cometido.
Paradojalmente la única solución que tiene este dilema, es la de evitar la inversión extranjera, y usar en su reemplazo el ahorro acumulado estérilmente por los argentinos a lo largo de medio siglo, creando a la par un fondo soberano para los argentinos del futuro. Además de mediante un genuino gran acuerdo social, lograr una elevación del tipo de cambio real, para que otras actividades se desarrollen plenamente, y puedan brindar empleos dignos. A cambio de ello, los que más tienen, podrán vivir con la seguridad que hoy no tienen. Y los que menos tienen, podrán vivir con la dignidad que no tienen.
Para finalizar en el corto año de mandato de Procusto Milei, el PIB per Cápita se “ajustó” otro menos -4 %. Lo cual representa una caída del mismo del menos -1,1 % anual promedio, a partir del pico del 2006, 18 años atrás. Y un crecimiento ínfimo del mismo de 0,3 % anual promedio, a partir de 1974, 50 años atrás.
No se trata entonces de la “década ganada”, sino de 50 años, 5 décadas, medio siglo perdidos, que explican el enorme malestar y desorientación que existe en la sociedad, que registra también una pobreza con un guarismo superior a 50, uno por cada año perdido a lo largo de ese nefasto periodo.-
Ver Presupuesto-IV-Déficit-cero,-Procusto-Milei-imita-malamente-a-Procusto-Cavallo
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