Todo bien Cristina, pero la tercera crisis de deuda durante la democracia fue contigo

La ex presidente y vicepresidente Cristina Fernández de Kirchner emitió recientemente un informe titulado “Argentina en su tercera crisis de deuda – Cuadro de situación”. En él hace un análisis bastante lúcido de la crítica situación de la economía argentina, cuestionando que sea atribuida al déficit fiscal, pero comete una notable omisión al no señalar que la tercera crisis de deuda sucedió durante su gobierno..
Todo bien Cristina pero la tercera crisis de deuda durante democracia fue contigo

En un informe de 33 páginas, titulado “Argentina en su tercera crisis de deuda – Cuadro de situación”, la ex presidente y vicepresidente Cristina Fernández de Kirchner discrepa que la causa de la actual situación de enorme penuria económica en Argentina, sea debida a un consuetudinario déficit fiscal. El que además se registra actualmente en casi todas las economías del mundo.

Atribuye por contrario la causa a la cuestión de la deuda externa y el bimonetarismo. Y la respuesta inmediata e hierática que obtuvo por parte de integrantes del actual gobierno, es que la deuda externa es producto del déficit fiscal. Ignorando qué empíricamente, como se puede ver en la portada, ella es una bola de nieve que tuvo su origen en la última dictadura militar.

La qué a partir de allí, fue la que permitió la injerencia directa del FMI y el Banco Mundial en el gobierno de Argentina, a lo largo del 70 % de los 40 años recién cumplidos que tiene el actual ciclo democrático en nuestro país. Recortando su soberanía, y retorciendo su destino, con las acciones previas y condicionalidades exigidas para sus préstamos.

Y tumbando gobernantes o impidiendo su reelección, como fue el caso de los presidentes Raúl Alfonsín, Fernando De la Rúa, y Mauricio Macri. Pero no obstante, son los mismos integrantes de esos partidos o coaliciones fracasadas, los que aportan la simplista e ingenua explicación que las crisis de deuda las produce el déficit fiscal.

Como si se tratara de una reparación de guerra, como la Alemania tras la 1ra Guerra Mundial, el pago de sus servicios representó el año pasado, una suma equivalente a todo el circulante monetario en pesos existente actualmente, calculada con los actuales precios del dólar de exportación de nuestros productos. Cifra que de por si muestra la magnitud de su incidencia en la economía.

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Al finalizar su informe, Cristina formula una especie de propuesta de acuerdo parlamentario para poder salir de la crisis, enunciando en sus Conclusiones diez puntos para ello. Pero al respecto, las escuelas de negociación advierten que la mejor forma de comenzar estas, para lograr un final exitoso, es mediante reconocer en primer lugar los errores propios.

Cosa que Cristina elude hacer, al apuntar desde el título del informe, que la actual se trataría de la tercera crisis de deuda durante la democracia. Cuando en realidad, la tercera de esas crisis le corresponden a su segundo gobierno, en el 2014, cuando los fallos del juez norteamericano Thomas Griesa a favor de los fondos buitres en contra de Argentina, precipitaron un nuevo default de la deuda externa.

La que antes además había transcurrido en un default técnico o virtual, al no poder colocar deuda externa para atender sus vencimientos, apareciendo así la deuda intra estado. Que hizo que muchos organismos indispensables para el correcto funcionamiento de la economía, se vieran notablemente desviados de sus misiones correspondientes, comenzando por el Banco Central.

De esa manera Argentina se encontraría actualmente, no ante su tercera sino cuarta crisis de deuda, que es indispensable encarar. Que se ve agravada notablemente por el irresponsable endeudamiento a corto y mediano plazo en dólares que ésta incurriendo aceleradamente el Banco Central con los BOPREAL, presidido por Santiago Bausili.

El socio en Anker del actual ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, que era reputado durante el gobierno de Mauricio Macri, como el “Messi de las finanzas”. Quién con sus gambetas y alquimias financieras de diversa índole, fue el que en definitiva trajo al FMI de vuelta a Argentina. Nada menos que con el préstamo más grande de su historia, como para dejarla atrapada a Argentina por 100 años con este organismo, en forma parecida a la deuda que antes había emitido por 100 años.

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Pero además, acorde con el dicho que si uno tortura los números de las estadísticas, al final les hace cantar cualquier cosa, Cristina hizo en su informe un uso sesgado de ellas, con el evidente objetivo de maquillar su gestión y la de su fallecido esposo. Haciendo algo parecido a su afirmación que hizo respecto su persona, diciendo que se “pinta como una puerta”. Que en términos personales nadie puede objetar, pero si cuando se trata de asuntos de interés general.

La tercera crisis de deuda con Cristina

Sintéticamente, cuyos detalles se amplían en la nota de Stripteasedelpoder.com, Nielsen el creador de los buitres, candidato a múltiples cargos, la mencionada crisis de deuda del 2014 la generó la mala renegociación de la deuda o canje de deuda del 2005, que Cristina no obstante encomia en su informe.

Y esto resulta evidente, dado que una crisis de deuda genera un corralito bancario, y/o una incautación de los depósitos. Tal como sucedió en 1989, en el 2001, y está sucediendo ahora con la licuación de las Leliq. O un corralito cambiario, como también sucedió en el 2001, y luego se repitió en el 2011, tras que Cristina ganó las elecciones para su segundo mandato con el 54 %.

Entre el 2003 y el 2005, con su característico pragmatismo, Néstor Kirchner concretó una transacción para evitar la investigación del origen de la deuda externa durante la dictadura militar, reclamado por amplios sectores de la sociedad, pero no precisamente por el sector de las finanzas. Que culminó con la simulación de una formidable quita de la deuda, de un 66 %. Que no era tal, porque era compensada con los altos intereses de los bonos Discount, y las denominadas Unidades Ligadas al PBI (ULPBI) recomendadas por el FMI.

Estas a su vez, estuvieron pesimamente diseñadas por parte de los negociadores, el ministro Roberto Lavagna, su consuegro de entonces Guillermo Nielsen, y el yerno de este, Leonardo Madcur. El mismo que fue representante de Argentina en el FMI durante la gestión de Sergio Massa como ministro de Economía y la presidencia de Alberto Fernández, y lo es actualmente con el ministro de Economía Caputo y el presidente Javier Milei. Habiendo sido además socio del actual embajador en EEUU, el mega millonario Gerardo Werthein.

Ver Embajador Werthein: el multibillonario olímpico de la casta y sus offshores con los ex K

Por su parte Sergio Chodos, que también era asesor de ellos por entonces, luego reapareció con el ministro Martín Guzmán, como representante argentino ante el FMI. Ante el cual hizo una pésima negociación, al permitir que la programada autoría de la OEI (Oficina de Evaluación Independiente) para revisar la gestión de ese organismo en el otorgamiento del préstamo más grande de su historia, solicitada por Argentina, fuera reemplazada por una EPE (Evaluación Ex Post) que tiene prohibida efectuar críticas a esa organización o a sus funcionarios.

Ver La pésima negociación del Gobierno con el FMI lindante con la traición

Concretamente, las ULPBI conque se compensaba la quita, pagando un bonus cuando el crecimiento del PBI superara el 3 % anual, contenían una aberración, consistente el que el pago era acumulativo. Algo similar al de una sociedad anónima, que pagara dividendos un año, y al año siguiente pagara los dividendos de este año y del anterior, y así sucesivamente todos los años, creciendo así sus pagos exponencialmente.

Lo cual junto con los altos intereses de los bonos Discount, generó un fuerte y creciente flujo de pagos, en el marco del rebote de la economía argentina con la debacle de la convertibilidad. Impulsada además por el “milagro de la soja”, y el notable aumento de los precios de los commodities de exportación argentinos, agrícolas y mineros, conque se vio beneficiado el kirchnerismo.

A ese notable defecto se sumaron la obligación de recompra de deuda pactada en dicho canje de deuda, durante los primeros años. Y los derechos ante mejores ofertas de canje de deuda en el futuro, con el acrónimo en inglés RUFO, que obligaba a hacerlas extensivas a quienes ya habían ingresado al canje.

Y sobre todo la ley cerrojo que aprobó el Congreso, impulsada por Lavagna y Nielsen, para forzar la adhesión al canje. Que conforme advirtió entonces en solitario y en disidencia en el recinto el entonces diputado Mario Cafiero en el 2004, era un peligroso repudio de deuda, dejado en manos de los fondos buitres. Quien además emitió un extenso informe de 50 páginas, con título Oh Juremos con deuda morir, en el que anticipaba que los problemas para el repago de la deuda comenzarían prontamente, a partir del 2008 – 2009, tal como sucedió.

Ver ¡Oh Juremos con deuda morir!

Configurando todo esto una trampa en la que se fue hundiendo el gobierno de Cristina, con la cuestión de la deuda externa, como consecuencia del mal arreglo de ella. Que llegó a su climax en el 2014, con los fallos adversos del juez Griesa ratificados tácitamente por la Corte Suprema de EEUU.

La deuda externa y las relaciones internas

El canje del 2005 recibió la adhesión de solo el 75 % de los acreedores, dado que una parte importante de ellos, sobre todo pequeños inversores, no entendieron la manganeta de simular un gran descuento compensado a la par disimuladamente. Y a ello se sumó el accionar de los fondos buitres, que compraron bonos a precios de default al 20 %, para litigar y alzarse con el 100 %.

De esa manera técnicamente, Argentina prosiguió en default, sin poder colocar deuda externa, concretando por ello los pagos de los bonos del canje a través de un fideicomiso, para evitar embargos. Pero tratando de simular que no era así, para poder afrontar los pagos crecientes del canje, el gobierno kirchnerista simuló la colocación de deuda con bancos extranjeros bajo jurisdicción local, con la complicidad del presidente Martin Redrado. Mediante triangular las reservas del Banco Central, que como garantía quedaban depositadas en esos mismos bancos.

Cuando esa manganeta se agotó, la suplantó con la colocación de deuda a través del gobierno boliviarano de Venezuela, presidido por Hugo Chávez. Con cada vez más altos intereses hasta que se hicieron exorbitantes.

Seguidamente, una nueva oportunidad para hacerse de fondos para el pago de la deuda, lo representó el inusitado aumento del precio de la soja, que superó los 600 dólares la tonelada. Ante el cual los exportadores de CIARA (Cámara Industrias Aceiteras República Argentina) y CEC  (Centro Exportadores Cereales) representados en el gobierno por el senador Roberto Urquía de AGD (Aceitera General Deheza) solicitaron en privado un aumento de las retenciones agrícolas, para poder comprar la cosecha del 2008.

Se originó así la batalla con el campo por la famosa resolución 125, que estableció las retenciones móviles, que según su fórmula inicial podían trepar a cualquier porcentaje disparatado. Mientras que precavidamente los exportadores de granos las habían fijado a los niveles previos, mediante Declaraciones Juradas de Venta al Exterior (DJVE).

El resultado de ese fragoroso conflicto, lindante con la insurrección civil, fue que estos últimos fueron los que se llevaron puestas las nuevas retenciones, lo que originó una comisión investigadora en el Congreso frustrada, y frustradas demandas de la AFIP. Y la contundente derrota del gobierno de Cristina, con el voto “no positivo” del vicepresidente Julio Cobos.

Ver LOS MALOS CALCULOS DE LOUSTEAU CON SU 125 PARA BENEFICIAR A LAS CEREALERAS

Lo que acarreó la partición de la coalición gobernante; la salida del gobierno del Jefe de Gabinete y luego presidente Alberto Fernández, quién se dedicó a hablar pestes de Cristina; y el cambio de la base electoral del kirchnerismo, que adoptó su “opción por los pobres” con la AUH (Asignación Universal por Hijo) y otros subsidios.

A continuación, el nuevo Jefe de Gabinete Sergio Massa, mostrando sus empatías financieras, se dedicó a proclamar la necesidad de que Argentina cumpliera con la recompra de deuda, comprometida en el canje del 2005. Y la solución para ello la aportó el director de la ANSES Amado Boudou, quien propuso la estatización de las AFJP, que contaban con una nutrida cantidad de bonos del canje y ULPBI, como otra fuente de recursos para afrontar ese mal arreglo de deuda.

De esa manera, con la compra por parte del Tesoro a vil precio de las ULPBI, estafando al FGS (Fondo de Garantía de Sustentabilidad) de la ANSES, se cumplió con ese compromiso financiero. A la par de que los jubilados tardaban años en cobrar los juicios con sentencia firme, que habían obtenido contra ese organismo.

De esa manera Boudou se ganó el cargo de ministro de Economía, y luego el de vicepresidente de la Nación. Como ministro, organizó en el 2010 una opaca reapertura del canje del 2005, logrando llegar a una adhesión de casi el 93 %. Y también recibió una denuncia por tráfico de información privilegiada con la consultora Arcadia, uno de cuyos socios es Emilio Ocampo, quién con Milei proponía dolarizar y cerrar el Banco Central.

La cual, junto con otros inversores especuladores, contando con dicha información, compraron los bonos en default a vil precio y con el canje hicieron una bonita diferencia. Posteriormente Boudou, tratando de lograr la adhesión del porcentaje faltante, emitió una nueva oferta, introduciendo subrepticiamente una mejora en el valor de los bonos a rescatar. Pero los fondos buitres no iban por mejoras, sino como Shylock, por su “libra de carne a cortar los mas cerca posible del corazón del deudor”.

La fuga de capitales durante el kirchnerismo y el corralito cambiario

El otro personaje en esa tragedia fue el presidente del Banco Central, Redrado. Quien en el 2005 se las ingenió para realizar una manganeta con el concepto de “reservas de libre disponibilidad” de dicho banco. De esa forma el presidente Néstor Kirchner, pudo pagarle al FMI, que era precisamente lo que este exigía, y proclamar la independencia del mismo. Y destinar de paso las reservas de supuesta “libre disponibilidad”, al pago de la deuda con otros organismos multilaterales de crédito.

A continuación Redrado, con la venía de la ministra de Economía Felisa Miceli, condenada luego por coimas, se dedicó a derribar toda las restricciones que habían impuesto los ministros Jorge Remes Lenicov y Lavagna para la adquisición de divisas. Abriéndole boquetes al Banco Central, con la excusa criminal de que las divisas abundaban y estaban haciendo depreciar el tipo de cambio. Y por ello era necesario propiciar su fuga, bajo el eufemístico nombre de “creación de activos externos por residentes internos”.

De esa manera, de los USD 150 millardos (miles de millones) de saldo favorable de la balanza comercial, obtenidos gracias al milagro de la soja hasta el 2001, 50 millardos se fueron al pago de la deuda, y 100 millardos se fugaron.

Ver Los responsables de la Deuda pública externa y Fuga de divisas según el INDEC

Pero además de los residentes internos, los pagos de la deuda externa también seguían demandando divisas. Y así en el 2010 Cristina con la excusa del Bicentenario, se vio obligada a dictar un DNU, disponiendo que las supuestas “reservas de libre disponibilidad” de Redrado, se destinaran también al pago de la deuda externa pública con los privados.

Medida a la que este se opuso terminantemente, sabiendo de los enjuagues que había hecho en dicho banco. Y así Cristina para pagar la deuda, con el consentimiento de banqueros y financistas, tuvo que expulsarlo de su cargo, con intervención del Senado de la Nación.

Paralelamente la denominada deuda intra estado seguía creciendo aceleradamente, al ser absurdamente los organismos del estado, los que obligadamente tomaban la deuda emitida por el mismo Estado. Apelando para ello, además de la ANSES y el Banco Central, a múltiples cajas oficiales, de toda índole, malversando financieramente sus presupuestos y funcionamiento, .

Solo como ejemplo, si el Banco Central tuviera actualmente los USD 64 millardos como reservas de libre disponibilidad, en lugar de Letras de Tesorería incobrables por el mismo importe a diez años de plazo, como consecuencia del pago de la deuda externa pública, muy otra sería la situación actual.

Así las cosas, ante una penuria creciente de divisas por la fuga de ellas, y la total restricción del crédito externo por el mal arreglo de la deuda, cinco días después de ganar las elecciones del 2011 con el 54 % de los votos, disimulada mediante una resolución de la AFIP, Cristina repuso la restricción a la compra de divisas que irresponsablemente habían levantado Redrado y Miceli. Instalando un nuevo corralito cambiario como el del 2001.

A partir de allí, la economía que había llegado a un máximo en el PIB, con un tipo de cambio ultra bajo similar al de la convertibilidad, se estancó a lo largo de doce años. Y sentó las bases para la venida de Macri, la posterior reaparición de Fernández como presidente, y finalmente la inusitada aparición del fenómeno Milei, en un marco de insatisfacción generalizada de casi toda la sociedad.

La deuda externa y las relaciones externas

En su informe Cristina escinde ambas cosas, no obstante la estrecha relación que tuvieron y tienen. Narrados sintéticamente, los hechos al respecto se sucedieron así. Kirchner le hizo en el 2005 un rotundo desplante al presidente de EEUU George W. Bush, en la Cumbre de las Américas en Mar del Plata por el ALCA. A la par que cortejaba al presidente venezolano Chávez, impulsor de ese desplante, como futuro prestamista externo, tal como sucedió seguidamente.

Esto derivó en una cuasi ruptura con el gobierno de Bush. Que fue parchada por Kirchner con la intervención del cónsul en Nueva York de origen judío, Héctor Timerman, a través del Consejo Judío Mundial, quien se ganó así el puesto de canciller. El quid pro quo de ello, fue denunciar con el fiscal de origen judío Alberto Nisman, a Irán como autor del atentado de la AMIA, hipótesis que había sido descartada por el mismo EEUU previamente.

A partir de allí, tanto Néstor como Cristina reclamaban anualmente en las Asambleas de la ONU, la entrega por parte de Irán, de los altos funcionarios que Nisman encartó en esa causa. Y por su parte, anecdóticamente, Bush se vengó del desaire del 2005, con el paralelo escándalo de las valijas de Antonini Wilson. Demostrativo que las desconfiadas relaciones entre EEUU y Argentina, habían quedado mal entrazadas.

Tras la muerte de Néstor, por influencia de Chávez, y en el marco de las negociaciones iniciadas por el presidente de EEUU Barack Obama con Irán, para controlar su desarrollo nuclear, Cristina dispuso por las suyas con Timerman, entablar negociaciones secretas con Irán respecto la causa de la AMIA. Iniciando lo que luego se culminó con el Memorándum de Entendimiento con ese país, aprobado por el Congreso, que sin embargo luego derivó en una causa penal contra ella y otros, que aún sigue abierta en Comodoro Py.

A principios de noviembre del 2011, pocos días después de su contundente triunfo electoral seguido con la instauración del corralito cambiario, en la Cumbre de Cannes del G20, el presidente Obama, cuyo servicio secreto conocía de esas negociaciones argentino iranies, se entrevistó con Cristina. Y le dijo que EEUU podía apoyar su gobierno financieramente, si se mantenía emblocada con EEUU en las difíciles negociaciones que llevaba adelante con Irán, que tenían la acérrima oposición del gobierno de Israel, liderado por Benjamín Netanyahu.

Todo bien Cristina pero la tercera crisis de deuda durante democracia fue contigo

Evidentemente, un triunfo contundente, por las ínfulas que desencadena en quienes lo obtienen, máxime al no existir de por medio el pragmatismo de Néstor, puede ser peor que una derrota, y puede llevar a un desastre. Cosa que también parece suceder actualmente con el flamante presidente Milei.

A esa propuesta de Obama, Cristina la desechó indirectamente, con un vehemente discurso que pronunció en un acto en la localidad bonaerense de Pilar, arengando que “la Argentina siempre va a estar del lado de la paz”, etc. Y prosiguió por las suyas con el entendimiento con Irán, haciendo ruido en el fragor de las negociaciones diligenciadas por EEUU con este país, con la ferviente oposición de Israel.

A partir de allí, al haber dejado que se unieran en su contra tres notables poderes, EEUU, los fondos buitres liderados por el estadounidense israelí Paul Singer, y el zar de los medios Héctor Magnetto, que mantenía una agria disputa con el gobierno por la Ley de Medios y su afán de quedarse con Telecom, se puede decir que se vino la noche para el kirchnerismo.

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El juez Griesa, que hasta entonces había tenido una prudente actitud a favor de Argentina, comenzó a emitir fallos en su contra. Impidiendo finalmente a fines del 2012, que Argentina pudiera hacer los pagos de su deuda externa de los canjes del 2005 y 2010, si a la par no pagaba a los buitres.

Por su parte Jorge Lanata, quien con Pagina 12 había propiciado el ataque al cuartel de La Tablada, que posibilitó que el presidente Menem dictara los indultos a las cupulas militares, y con el diario Critica había pretendido competir con el grupo Clarín, recurriendo incluso para ello a la embajada de EEUU, se unió a dicho grupo. Y con su programa PPT (Periodismo Para Todos) con información evidentemente obtenida de las cloacas de los servicios de inteligencias, se dedicó a demoler científicamente el relato kirchnerista, comenzando por Boudou y siguiendo con Lázaro Báez y la Ruta del dinero K, etc.

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Así se vino una avalancha judicial sobre Cristina y el kirchnerismo. Comenzando con el extraño accidente de Once, al que le siguieron otras múltiples causas, ampliamente magnificadas por Clarín. Como consecuencia de que Jaime Stiuso, el tutor de los jueces y fiscales que impedía que actuaran contra el oficialismo, se mantuvo alineado con su tutor superior, la CIA y EEUU.

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Y tal como lo había advertido en el 2004 el ex ministro Gustavo Beliz años antes, propició que los bonadios, taianos, ercolinis, stornellis, marijuanes, pollicitas, moldes, irurzunes, etc, de Comodoro Py, hicieran las suyas. En su reciente informe Cristina se refiere a esa persecución judicial, calificándola de lawfare, pero no sincera sus reales causas. Ni tampoco como pudo haber sucedido, por la inversión de roles de Stiuso, de protector de su gobierno a agresor del mismo.

Así las cosas, en el 2014 al negarse la Corte Suprema de EEUU a atender una apelación de Argentina por los fallos de Griesa, Argentina entró en default, calificado eufemísticamente por las agencias calificadores de riesgo como “selectivo”. No obstante que Cristina logró una resolución declamatoria de la Asamblea General de la ONU, respecto las deudas soberanas y en contra del accionar de los fondos buitres, y procuró cambiar el domicilio de pago de la deuda externa.

Y además, para tratar de aparecer como un país pagador serial, como decía Cristina, el ministro de Economía Axel Kicillof hizo ruinosos arreglos con Repsol, por la estatización de YPF, emitiendo bonos por USD 10 millardos de capital e intereses. Y con el Club de Paris, por otros USD 15 millardos, reconociéndole enormes intereses punitorios.

A la par también manoseo el cálculo del PBI, para evitar pagar las ULPBI correspondientes al 2013. Dejando como saldo esa alocada aventura de deuda, producto del mal arreglo de ella, juicios por ese asunto en Londres, y por la estatización de las AFJP e YPF en EEUU, por cifras de decenas de millardos.

A principios del año siguiente 2015, con sus elecciones para presidente, todo ese embrollo geopolítico, económico, y financiero e internacional en que se metieron Néstor y Cristina, tuvo un final polifónico a toda orquesta. Con la denuncia del fiscal Nisman contra ella por el Memorándum de Entendimiento con Irán, y su posterior muerte. Que los grandes medios de comunicación con Clarín a la cabeza, sin prueba alguna, aseguraban que era un magnicidio promovido desde el gobierno.

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Ver La prueba concluyente de que Nisman se suicidó con ambas manos, y la explicación de la ausencia de pólvora en ellas

Cuya conmoción abrió paso a la llegada de Macri a la presidencia, y el inmediato establecimiento de una “alianza estratégica integral” con EEUU, con viaje del presidente Obama a Buenos Aires incluido. Para contrarrestar una similar alianza establecida por Cristina con la República Popular China. A lo que se sumó un veloz arreglo con los fondos buitres, reconociéndoles todo lo que pidieron; y la derogación con un DNU de la Ley de Medios, en lo que molestaba al zar Magnetto.

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El maquillaje de la gestión kirchnerista

Torturando las estadísticas, se les puede hacer cantar cualquier cosa, por desafinadas que sean sus notas. A eso apeló Cristina con el grafico que insertó en su informe, mostrando el crecimiento del PIB en distintos periodos. Fijados arbitrariamente, excepto los correspondientes a los cinco últimos gobiernos, el de Kirchner y los dos de ella juntos, que descuellan notablemente respecto los de Macri y Fernández. Al que algunos corifeos del kichnerismo se encargaron inmediatamente de ensalzar.

Todo bien Cristina pero la tercera crisis de deuda durante democracia fue contigo

En primer lugar, cabe aclarar que se trata del PIB aparente en dólares, calculado dividiendo el PIB corriente por el precio del dólar. Y como este ha tenido notables variaciones en Argentina, puede arrojar resultados absurdos. Tal como si el PIB corriente cae a la mitad, y lo mismo sucede con el dólar, el PIB en dólares aparentemente se ha mantenido incólume. Lo cual está lejos de ser tal en la realidad de los que lo soportan.

Es mucho más preciso el cálculo del PIB a pesos constantes, ajustado por el IPC (Indice Precios al Consumidor). Y al no tenerse datos precisos de este anteriores a 1970, habiendo sido calculados por la Fundación Norte y Sur por aproximaciones no confiables, resulta mas sincero e ilustrativo hacer una comparativa con los diferentes gobiernos democráticos que se sucedieron, como se observa en el siguiente gráfico.

Todo bien Cristina pero la tercera crisis de deuda durante democracia fue contigo

El mismo muestra un kirchnerismo menos exitoso, al ser el crecimiento del PIB durante su gestión (2002 – 2015) de un 49 %, contra el 78,4 % apuntado por Cristina. Un poco superior al gobierno de Menem (1988-1999) con un 36 %. Mientras que la dictadura militar (1975-1983) registró una inusitada caída de – 27 %; el de Alfonsín (1983-1989) una caída de – 4 %; el de De la Rúa – Duhalde (1999-2002) una caída de – 15 %; el de Macri (2015-2019) una caída de – 4 %; y el de Fernández (2019-2023) un aumento del 4 %.

En términos anuales, el kirchnerismo registra un aumento del PIB del 3,1 % anual, no del 4,6 % como señala Cristina en otro gráfico. Cambiando inexplicablemente en él su periodo del 2003 al 2015, para aprovechar el bache de ese año, y cambiando también el periodo de quienes la sucedieron, acortando sus mandatos a tres años, mostrando así una sesgada falta de método. Por su parte con Menem, el crecimiento fue del 2,8 % anual, con la dictadura del – 3,8 % anual; con Alfonsín del -o,6 % anual; con De la Rúa – Duhalde del – 5,5 % anual: con Macri del – 1 % anual, y con Fernández del + 1 % anual.

Pero a su vez estos auges y caídas, indican que hay rebotes de caídas previas, que en consecuencia no implican un aumento real respecto niveles picos anteriores. Y su cálculo arroja que entre el pico de la convertibilidad y el último año del kirchnerismo, el PIB a pesos constantes solo creció un 22 %, a una tasa de solo el 1,2 % anual, muy lejos de las cifras de crecimiento chinas apuntadas por Cristina.

Si el cálculo se realiza entre el pico de la convertibilidad en 1998 y el pico de la dictadura en 1979, arroja no un crecimiento, sino una caída del – 2 %, a razón del – 0,1 % anual a lo largo de 19 años. Y si se toma entre puntas entre 1979 y 1923, el aumento del PIB es de solo un 19 %, con una tasa del 0,4 % anual, mientras que la población argentina creció un 69 %, a una tasa del 1,2 % anual.

Lo cual representa una caída del PBI per cápita a pesos constantes en ese periodo de un 30 %. Razón por la cual en manera alguna deberían haberse creado y pagado las ULPBI. por supuestamente haber obtenido mas PBI sobre el 3 % anual, partiendo del pozo del año 2002.

Esta es la tragedia de Argentina, más allá de los pequeños éxitos puntuales magnificados con un maquillaje sesgado. Que explica la llegada al poder de outsiders de la política estrafalarios, con propuestas estrafalarias, como Javier Milei.

No obstante, con otro grafico tratando de impresionar, Cristina insiste en mostrar el crecimiento del PIB aparente en dólares, aprovechando el bache del 2003 para realzarlo durante la gestión del kirchnerismo. Con un crecimiento del PIB de USD 300 millardos a 500 millardos, del orden de un 66 %. Haciendo también una arbitraria fijación de periodos y utilizando la misma fuente de la Fundación Norte y Sur, no obstante que esta dejó de publicar datos a partir del 2018.

Todo bien Cristina pero la tercera crisis de deuda durante democracia fue contigo

Sin embargo, la visión correcta de esa evolución, no en dólares sino en pesos constantes, difiere notablemente, Tal como se puede apreciar en el siguiente gráfico, que muestra la penosa evolución del PIB argentino (línea verde) a lo largo de medio siglo. En donde el kirchnerismo en la práctica como crecimiento neto, solo lo aumento el PIB en el orden de los 100 millardos de pesos constantes del 2004, y en 200 millardos ídem como crecimiento bruto tras la caída de la convertibilidad.

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Ver Malvinas 1982 & FMIlei 2023: otra aventura con final desastroso

Nada distinto de los 200 millardos brutos que aumento el menemismo durante la convertibilidad, tras la brutal caída que se produjo del PIB en el año 1980 con su crisis bancaria masiva, que se mantuvo a todo lo largo de la denominada década perdida de los ‘80.

El grafico tiene la bondad de mostrar otro indicador clave, el tipo de cambio bilateral con EEUU, ajustado por la inflación de ambos países (línea violeta). Que está directamente relacionado con el modelo industrialista de sustitución de importaciones con sesgo exportador con valor agregado, que afirma Cristina se aplicó durante su gobierno. El cual como es ya un clásico, requiere de un tipo de cambio alto para poder concretarlo.

Pero el gráfico muestra como durante la gestión del kircherismo, el tipo de cambio ultra alto que había aparecido tras la salida de la convertibilidad, fue cayendo en 45 grados, desde un nivel de $ 5,2 por dólar en el 2002, hasta un nivel de $ 1,8 en el 2015. Poniéndose al mismo nivel del mínimo durante la convertibilidad, y cercano al mínimo mínimo de $ 1,2 en 1980.

O sea equiparable al de los modelos contrapuestos de Valorización financiera, como los denomina Cristina, de Martínez de Hoz y Cavallo. A quien en los noventa el matrimonio Kirchner halagaba, diciendo que con su convertibilidad con un tipo de cambio bajo, era como Sebastián Elcano, que había descubierto el paso hacia el Primer Mundo. Y én el 2002 fueron los políticos que más se resistieron  a aceptar la caída de ella. Ademas de haber propiciado la privatización de YPF, para solucionar los problemas financieros que enfrentaban en la provincia de Santa Cruz,

El tipo de cambio bajo, sostenido con endeudamiento que facilita la fuga de divisas, o con restricción del acceso a ellas, lo que despierta su apetito de diversas formas, es el opio económico de los pueblos. Dado que la economía va cayendo y durmiéndose, como en un ensueño con apariencias de bienestar. Por los aparentemente altos salarios en el dolares, y su poder adquisitivo de lo importado y las posibilidades de viajar. Hasta que el déficit de la balanza comercial o de pagos dice basta, y se impone la dura realidad.

Como sucedió con Martínez de Hoz, y la convertibilidad, y en el segundo gobierno de Cristina, prolongado durante la primera parte del de Macri. Hasta que reapareció el FMI y en su ortodoxo y torpe intento de elevarlo, desató la inflacion galopante que es consecuencia no del déficit fiscal, sino del bimonetarismo que se impuso en la idiosincrancia de los argentinos a partir de Martínez de Hoz y su “deme dos”.

Ver El plan estúpido del FMI y Macri que causó un enorme estrago en la economía 
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Esta notable dicotomía entre medios y fines del kirchnerismo, explica su fracaso en conseguir estos últimos, habiéndose transformado solo en un relato, que ha estado lejos de satisfacer las aspiraciones y necesidades de la sociedad. Al haberse perdido por contrario, la gran oportunidad que tuvo Argentina desde el 2003 en adelante, con la enorme valorización de los commodities que exporta.

La solución de los abrumadores problemas que enfrenta Argentina, acumulados desde hace medio siglo, desde la última y sangrienta dictadura militar, son de tal envergadura, que están lejos del alcance individual del kirchnerismo y del peronismo, y requieren una amplia coalición. Pero ella misma solo puede establecerse y ser exitosa, con una sincera autocrítica por parte de sus integrantes, sin aspiraciones de seguir manteniendo el relato.

 Los hombres de la deuda

Cristina se queja de la continuidad actual de Caputo como ministro de Economía, quien a su vez fue el ministro mega endeudador durante el gobierno de Macri, pero eso es una constante desde siempre en la historia de la deuda externa. Con el agregado en este ciclo de ella, de que casi todos sus intervinientes estuvieron relacionados con megabancos extranjeros o las finanzas internacionales, además de haber pasado por Harvard, o alguna otra prestigiosa universidad de EEUU. Todos masculinos, tal como se puede ver en la portada, excepto Cristina.

Considerando solo le eventos de default, sin tener en cuenta otros eventos, está el caso de Domingo Cavallo. Quién como presidente del Banco Central estuvo involucrado en la declaración de default de la deuda externa de USD 45 millardos, y la estatización de la deuda externa privada, en 1982. Inmediatamente después de la guerra de Malvinas, durante la presidencia del Gral Reynaldo Bignone, condenado por crímenes de lesa humanidad.

Junto con el ministro José Alfredo Martínez de Hoz, el de la “tablita cambiaria” y la quiebra de centenares de entidades financieras. Acompañado de su secretario de Programación Económica, Guillermo Walter Klein, el propiciador de la prórroga de jurisdicción a favor de tribunales extranjeros, mediante la modificación con un decreto ley de los artículos 1 y 2 del Código de Procedimientos Civil y Comercial, que aún sigue vigente. Y de Daniel Marx, el ejecutivo de Citicorp -Banco Rio, que por entonces también andaba franeleando con la estatización de la deuda privada.

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Y estos volvieron aparecer, junto con José Machinea en el default de la deuda de 1989 del presidente Alfonsín, por USD 59 millardos. Machinea como ministro, Cavallo pidiendo que los organismos internacionales le cortaran el crédito a Argentina, tal como hicieron. Y Marx como negociador de la deuda y representante financiero ante el FMI.

Y estos personajes reaparecieron también en la crisis de deuda y default del 2001 por USD 142 millardos, con el presidente Fernando De la Rua. Roque Fernández como ministro endeudador serial, siguiendo la línea de su antecesor Cavallo. Machinea como ministro que negocio el famoso Blindaje con el FMI, que preveía que de Argentina saldrían USD 20 millardos en el 2001, para cancelación de deuda externa. Y Cavallo como super ministro, con cuyos poderes modificó la Carta Orgánica del Banco Central, permitiendo que las reservas de los bancos se integraran con títulos públicos.

Quién a su vez, con sus cómplices Marx y Federico Sturzenegger, concretaron el Megacanje. Con el cual los megabancos norteamericanos encabezados por el JP Morgan Chase, se deshicieron de los títulos argentinos que iban al default, que fueron a parar como reservas de los bancos. Y se quedaron a cambio con las reservas de ellos (RML – Requisitos Mínimos de Liquidez) obligando a la instauración del corralito bancario.

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La justicia federal de Comodoro Py se encargó de brindar impunidad a los autores de esa mega defraudación, que tanto estrago y dolor social y económico causó. Marx fue sobreseído en el 2010, con la clásica treta de fabricar una cosa juzgada en otro tribunal, que también usaron los Macri en sus causas por contrabando. Sturzenegger obtuvo el mismo beneficio definitivamente en el 2016, para que pudiera ejercer tranquilo la presidencia del BCRA, lo mismo que sucedió con Bausili recientemente.

Y Cavallo y otros personajes como el banquero y ex secretario de Estado de EEUU David Mulford, fueron sobreseídos en el 2017. Tras que la fiscal Fabiana León, comportándose como un gatito de peluche, destrozara la investigación de la causa llevada adelante por el fiscal Federico Delgado, en base a una denuncia del diputado Mario Cafiero.

Sin apoyo ninguno por parte de los distintos gobiernos que se sucedieron, cuyos detalles están relatados en el libro “La Argentina robada” en coautoría con el autor de esta nota. Tras esas decepciones, Cafiero y Delgado fallecieron tempranamente. Mientras que Cavallo sigo dando catedra a los argentinos sobre economía, Marx asesora a los gobiernos respecto la deuda, y Sturzenegger saca actualmente DNU y leyes ómnibus como chorizos.

En el 2014, con el default de la deuda de Cristina de USD 145 millardos, aparecieron algunas caras nuevas, como se dijo. Aunque no tanto, dado que el ministro Lavagna había sido secretario de Industrias de Alfonsín, cargo al que renunció por el “festival de bonos con nombres de medicamentos” que organizaba Machinea.

Por su parte Nielsen venia de representar intereses financieros privados, entre ellos los de SOCMA (Sociedad Macri) y por eso, además de hablar pestes del gobierno de Cristina, afirmó que a él solo lo conocen en el “círculo rojo”. Tras desempeñarse como embajador en Alemania durante su gobierno, luego durante el gobierno del presidente Fernández, pasó a desempeñarse como presidente de YPF, y luego embajador en Arabia Saudi y Yemen. Y ahora con el presidente Milei,  como embajador en Paraguay, no obstante ser un notable integrante de la casta.

Su yerno Leonardo Madcur, que sigue siendo representante ante el FMI, además de ser socio en una offshore con el designado embajador en EEUU Werthein, fue gerente de Inversiones en Corporación América de Eduardo Eurnekian, y en otras consultoras financieras. Mientras que Chodos, con una maestría en Derecho de la Universidad de Columbia, integró previamente importantes bufetes de abogados en EEUU y Argentina.

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Finalmente, como si se tratara de un colofón, en el default de deuda 2019/2024 tal como se puede ver en la portada, reaparecen muchos personajes del pasado endeudador. Encabezados por Macri y el ministro y luego secretario de Finanzas, y seguidamente presidente del Banco Central, y ahora ministro de Economía, Caputo, reaparecen Sturzenegger, ahora como supremo legislador, y Marx como asesor de la deuda de los ministros Guzmán y Massa.

También esta Nicolas Dujovne y Alfonso Prat Gay, que acompañaron las aventuras financieras de Caputo, con el agravante el último de haber sido el encubridor del vaciamiento financiero del 2001. Y coronando ello, aparecen sus continuadores, el presidente Fernández, con el ministro de Economía Guzmán, y su representante en el FMI, Chodos. Y Madcur, el representante en el FMI del ministro de Economía Massa, que hoy también lo es de Milei y Caputo.

Ver Prat Gay, el gran encubridor del vaciamiento del sistema financiero en el 2001

Esas pocas personas que van y vienen en relación con la cuestión estratégica de la deuda externa, hace recordar el dicho teatral: “cuando más grande es la tragedia y su escenario, menos son los personajes que intervienen en ella”.-

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