Para entender en toda su profundidad la alta traición perpetrada por el presidente Javier Milei con su discurso del 2 de abril pasado, en la conmemoración por la momentánea recuperación de las islas Malvinas y la guerra posterior y su derrota, resulta necesario puntualizar previamente los fragorosos antecedentes existentes al respecto, que depararon nuevas derrotas para Argentina tras esa inusitada guerra. Y ahora, para que esa derrota no se convierta en definitiva, resulta indispensable evitar que la alta traición del presidente Milei haga plenamente sus efectos, para lo que es indispensable su destitución como presidente por ese motivo.
Hace ya casi treinta años que investigaciones por parte de expertos argentinos, como las del analista estratégico Mariano César Bartolomé, señalan que la Guerra de Malvinas de 1982, habría sido una “guerra fabricada” por la OTAN. Quien ya en 1996 publicó el libro “El conflicto del Atlántico Sur – Una perspectiva diferente”, el que no obstante su novedad y enjundia, no tuvo acogida alguna en los grandes medios de comunicación argentinos, qué tras el conflicto de 1982 venían llevando a cabo una aguda campaña de “desmalvinización”.
Elocuentemente, como se puede ver en su portada, el libro luce el extremo alargado inferior de la cruz de la OTAN, hincando a las islas Malvinas. Como consecuencia de la necesidad imperiosa que tenía esta alianza, de contar con una base área a su servicio en el Atlántico Sur, para contener la expansión de la Unión Soviética en él en varios países africanos. Similar a la de Diego García, instalada en el archipiélago de Chagos a partir de 1971, para lo cual fue necesario expulsar su población autóctona.
El libro prueba además el notable entendimiento diplomático, militar, y de inteligencia que existía entre el EEUU y Reino Unido, desde antes que se produjera la recuperación argentina de las islas, previendo este acontecimiento. Por lo que bien se puede afirmar que en la guerra de 1982 Argentina se enfrentó con el Reino Unido, EEUU, y la misma OTAN. Alianza que primero dejó que el Reino Unido integrara la Taks Force con unidades y tropas destinadas a esa organización; y luego al comienzo de las hostilidades se pronunció rotundamente a favor del Reino Unido.
Hay rasgos grotescos que avalan notablemente esa perspectiva, puntillosamente fundada en dicho libro. Como el hecho de que el secretario de Estado Alexander Haig, supuesto mediador durante el conflicto, venía de desempeñarse como comandante en Jefe de la OTAN. Mientras que el canciller inglés Lord Carrington, quien renunció por no haber supuestamente previsto la recuperación argentina de las islas, tras recibir múltiples condecoraciones, pasó seguidamente a desempeñarse como Secretario General de ella.
Ambos eran integrantes de la consultora estratégica Kissinger Associates Inc., no casualmente fundada oficialmente en 1982 por Henry Kissinger, quién también luego fue nombrado Sir por su Majestad británica. A la que pertenecía también Thomas Enders, el de la famosa frase “hands off” conque alentó a la Junta Militar a la recuperación de las islas. Quien luego fue el artífice del ingreso de España en la OTAN. Y otro diplomático premiado fue el embajador inglés en Argentina, Anthony Williams, quien luego también obtuvo su título de Sir.
La estratagema de la OTAN
Como parte de esa estratagema, la cúpula de la Armada Argentina, encabezada por el Alte. Isaac Anaya y el contralmirante Gualter Allara, quienes se habían desempeñado como agregados militares en Londres, fueron intoxicados con la idea de que al Reino Unido no le interesaba la soberanía de las islas, sino el petróleo, y por ende se podía hacer un canje de una cosa por la otra.
Por su parte la cúpula del Ejercito encabezada por el Gral. Leopoldo Fortunato Galtieri, fue ilusionada con una supuesta alianza estratégica con EEUU, en reemplazo de la inveterada “alianza especial” entre EEUU y el Reino Unido, con motivo de la “guerra sucia” con la que el Ejército colaboraba en Centroamérica. Y en sus visitas a Washington en 1981, también había sido engañado con el supuesto “hands off” de EEUU.
Ver MALVINAS: cómo EEUU embocó a Galtieri y emboscó a Argentina
En ese mismo año, Galtieri se había opuesto al sondeo realizado por Londres, para aplicar en las islas la “solución Hong Kong”. O sea, un reconocimiento de la soberanía argentina sobre las islas, a cambio de un retroarriendo o alquiler de ellas al Reino Unido, por 99 años, que daría estabilidad a la pretendida base militar por ese largo periodo. Que fue desestimada por el luego presidente que protagonizó la recuperación, con el argumento de que durante ese plazo se agotarían las riquezas no renovables existentes en las islas, comenzando por el petróleo. El que como se puede ver, fue el leiv motiv de cobertura de esa operación.
Para poder asegurar el éxito de esa estratagema, resultó también indispensable que el canciller argentino Nicanor Costa Méndez, educado desde niño en Londres, se desempeñara como topo de la OTAN. Siendo notables los cargos que hizo contra él el “Informe Rattenbach” (CAERCAS, Comisión Análisis y Evaluación Responsabilidades Conflicto Atlántico Sur), por su notablemente pésimo desempeño durante el conflicto, cuyas conclusiones al respecto fueron notablemente silenciadas por la gran prensa.
Ver La trama ultrasecreta de la Guerra de Malvinas
En esencia, la estratagema tenía dos objetivos: Uno, el estallido del conflicto, para justificar el cambio del statu quo en la región, e instalar una “Fortaleza militar” en las islas, tal como aconteció poco después de su recuperación por parte del Reino Unido. Objetivo que la OTAN ya había intentado previamente, con la estratagema del conato de Guerra con Chile en 1978, instado por el fallo adverso de la Corona Británica en el conflicto del Beagle, que fue coartado con la intervención del Vaticano.
El otro, asegurar la estabilidad futura de esa Fortaleza, mediante la revocación del triunfo diplomático que Argentina había obtenido en 1965, durante el gobierno radical del presidente Humberto Illia, con la resolución de la ONU 2065. Que dispuso que en el caso particular de Malvinas, no debía tenerse en cuenta el principio de autodeterminación consagrado en la carta de esa organización, o sea los deseos de los isleños, sino solamente sus intereses.
Objetivo en el cual la estratagema fracasó totalmente, al negarse la Junta Militar a efectuar esa renuncia diplomática, requerida por la mediación de Haig. No obstante habérsela disfrazado de diversas maneras, anteponiéndole incluso la Carta de la ONU, que consagra el principio de autodeterminación.
En consecuencia se precipitó la guerra, que dejando de lado el costo material, en el lado argentino costó 649 muertos, 1.687 heridos, y entre 350 y 454 suicidios. Siendo este el precio humano pagado por Argentina, por no admitir la autodeterminación de los isleños, que ahora le presidente Milei admitió implícitamente en su discurso de 7 minutos. Y por el otro lado también costó 255 muertos, 775 heridos, 264 suicidios, y entre 2.700 a 6.600 casos psiquiátricos.
La insensibilidad de esa cuestión por parte de la democracia
Los políticos que irrumpieron en 1983, entusiasmados en arrinconar al nefasto poder militar que tantas veces había atentado contra la democracia, no vieron o no quisieron ver esa inquietante hipótesis. No obstante, la información brindada por el ex presidente Arturo Frondizi, quien había recibido confidencias en tal sentido en 1981, por parte del embajador itinerante de EEUU, Gral. Vernon Walters, de la que da cuenta el mencionado libro de Bartolomé en su página 85.
Donde refiere inusitadamente que “EEUU propiciaría un desembarco argentino en las Islas Malvinas”; “que los EEUU apoyarían nominalmente y fácticamente a Gran Bretaña en la recuperación del archipiélago, a fin que se congele el pleito por la soberanía”; “que el motivo era la necesidad de instalar una base militar en las islas”; y “que no se podía confiar en Argentina, un país poco fiable”.

Y así, en un marco de “desmalvinización” impulsada por los grandes medios, con la publicación incluso de libros a ese respecto, y haciendo caso omiso de esa inquietante hipótesis, los juicios contra los militares avanzaron no solo contra la Junta Militar y los altos mandos que habían perpetrado crímenes de lesa humanidad. Sino también contra la cúpula que decidió la momentánea recuperación de las islas, integrada también por el comandante en jefe de la Fuerza Aérea, Basilio Lami Dozo.
Quienes, basados en el informe Rattenbach, fueron condenados en 1986 por el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas a entre ocho y doce años de prisión y destitución. Pena que luego en 1988 fue unificada en doce años por la Cámara Federal, para ser posteriormente indultados por el presidente Menem. Mientras que Costa Méndez, que recién falleció en 1992, permaneció absolutamente indemne, gozando de una notable cobertura mediática por parte de la gran prensa.
Al mismo tiempo, sin saber evidentemente donde se metía, el presidente Raúl Alfonsín no solo alentó el desarrollo del misil Condor, cuyo alcance amenazaba la base aérea al servicio de la OTAN que prestamente se construyó en Malvinas. Sino que también se le ocurrió nada menos que meter en el conflicto por Malvinas a la misma Unión Soviética, que era el factor oculto que lo había precipitado, con el tratado de pesca con Bulgaria.
Y así ni siquiera pudo terminar su mandato en 1989, como primer presidente que restableció la democracia, arrasado su gobierno con una “tormenta perfecta”. Con el corte del chorro de fondos por parte del FMI y el Banco Mundial; una inflación desbocada con un dólar estúpidamente liberado; la inusitada resurrección de la guerrilla con el ataque a la Tablada en enero de 1989, liderada por Gorriarán Merlo, sospechado de ser un topo de la CIA, que posibilitó que luego el presidente Menem indultara a militares y guerrilleros; y la crisis energética por la falta el mantenimiento de las maquinas térmicas por parte del ministro de Obras Públicas Rodolfo Terragno, venido de Londres, etc.
Menem
Fue reemplazado por el presidente Menem, quien a su vez mantenía un contacto estrecho con el mismo Kissinger -que se había desempeñado también como director de Proyectos Especiales del grupo Rockefeller- a través de su secretario y asesor personal el geólogo Alberto Kohan. Quien durante la dictadura migró a Venezuela y a través del petróleo enhebro ese vínculo.
Y ello explica que, pese a sus promesas en la campaña de recuperar “a sangre y fuego” las Malvinas, el riojano patilludo hizo todo lo contrario a lo que había hecho Alfonsín. Proclamó las “relaciones carnales” con EEUU e Israel; se plegó irrestrictamente al Consenso de Washington; con la intervención de Cavallo, otro discípulo de Kissinger, firmó los Acuerdos de Madrid, con un notable olor a capitulación, que dejaron la cuestión de la soberanía de lado mediante el famoso “paraguas” al respecto; destruyó el misil Condor que amenazaba la base de la OTAN, hasta sus raíces, no dejando ni los planos de ellos; e incorporó a Argentina en 1998 como aliado de EEUU extra OTAN.
Categoría con la que EEUU designa a su aliados que no son de la OTAN, y les brinda una variedad de ventajas militares y financieras por parte de EEUU, que en esa caso fue la compra de viejos aviones A4 que estaban en desuso en una base en Tucson, Texas.
Dicha categoría Argentina la logró, tras rendir siete años de pleitesías a EEUU. Comenzando por la privatización y/o destrucción de la logística de comunicaciones aérea, marítima, terrestre, que había posibilitado sostener la guerra en 1982. Siguiendo con la “profesionalización” de las fuerzas armadas, con la limpieza de su espíritu malvinero anti anglo norteamericano que había brotado tras la guerra, con el fracasado putsch del coronel Mohamed Seineldin, concretado “casualmente” durante la visita del presidente de EEUU George Bush a Buenos Aires.
Y culminando con la participación marginal de Argentina en la primera Guerra del Golfo de 1991contra Irak, por entonces uno de los más importantes países árabes. Lo que trajo como derivación los atentados de la Embajada de Israel en 1992, y el de la AMIA en 1994, que se atribuyen a coches bomba. A la par que existen pericias que determinan que se trataron de implosiones interiores, estando en ambos casos ambos edificios en refacciones, con ingresos recientes de materiales de construcción embolsados.
Ver AMIA: Defensora oficial (1) demolió la tesis del coche bomba y terrorismo islámico
Y en cuanto a la política respecto Malvinas, primero el canciller Guido Di Tella, en reemplazo del fallido acuerdo de pesca con Bulgaria, ignorando olímpicamente la existencia de una base al servicio de la OTAN allí, propuso diferir 90 años el reclamo de soberanía, a cambio de instalar una delegación argentina en las islas.
Recibiendo como respuesta, por parte de los mismos que habían expulsado sin miramientos ni compensación alguna a la población autóctona de Chagos, que nada se haría sin el consentimiento de los 1.500 isleños nacidos en Malvinas. Excusa en contra de lo resuelto por la resolución 2065 de la Asamblea de la ONU, con la cual con un minúsculo dedo pulgar, se trata ridículamente de tapar el sol de la cuestión central, consistente en la existencia de una base al servicio de la OTAN allí.
Ante esa respuesta, el blondo canciller Di Tella, inauguró la “política de seducción”. Consistente en regalar a los isleños en las navidades, los ositos Winie Poh acompañados de sus libritos de cuento. Y como parte del cuento, firmó acuerdos de cooperación sobre pesca y petróleo con el Reino Unido, además de permitir la existencia de vuelos desde Santiago de Chile a las islas.
Al mismo tiempo que por la caída de la Unión Soviética en 1991, y el supuesto “fin de la historia”, momentáneamente la importancia estratégica para la OTAN de las islas Malvinas o Falkland habían mermado considerablemente. Y es de rescatar durante ese periodo, la inclusión en la reforma constitucional de 1994, con la que Menem buscaba a cualquier precio su reelección, de la Cláusula Transitoria Primera, que “ratifica su legitima e imprescriptible soberanía” de Argentina sobre esas islas y territorios marítimos, y establece que:
“La recuperación de dichos territorios y el ejercicio pleno de la soberanía, respetando el modo de vida de sus habitantes, y conforme a los principios del derecho internacional, constituyen un objetivo permanente e irrenunciable del pueblo argentino.
De la Rua y Duhalde
Después de Menem vino el presidente radical Fernando De la Rua, quien impulsado por la tradición de ese partido que había obtenido el triunfo diplomático de la resolución 2065, volvió a plantear la cuestión de Malvinas en las Asambleas de la ONU y en el Comité de Descolonización. Y lo mismo sucedió luego durante el gobierno del presidente Eduardo Duhalde, que tras sucesivos interinatos lo reemplazó.
En cuanto a los supuestos “beneficios” de la alianza extra OTAN, el año 2001 brindo una notable muestra de ello. Con el vaciamiento del sistema financiero argentino que llevaron adelante el ministro Domingo Cavallo, y sus secretarios Daniel Marx y Federico Sturzenegger, con la ayuda del FMI y su famoso Blindaje.
Quienes posibilitaron que la gran banca de Wall Street se quedara con las reservas del mismo, a cambio de sus tenencias de títulos de la deuda pública argentina, que fueron reingresados a Argentina y los bancos argentinos, mediante el Megacanje. Tal como está narrado en el libro “LA ARGENTINA ROBADA – El corralito, los bancos, y el vaciamiento del sistema financiero argentino”, autoría del diputado (MC) Mario Cafiero y el autor de esta nota.
Ver Prat Gay, el gran encubridor del vaciamiento del sistema financiero en el 2001
Los Kirchner
Los sucesivos gobiernos de Néstor Kirchner y de Cristina Fernández de Kirchner, continuaron con esa línea de reclamos ante la ONU y el Comité de Descolonización, y además cuestionaron los tratados sobre pesca e hidrocarburos firmados por Di Tella. Y a ello le sumaron nuevos juicios contra militares y represores que habían cometido crímenes de lesa humanidad.
Con una política de “Juicio y Castigo” para la cual el Pentágono había inventado el termino de “lawfare”, que luego se extendió en Latinoamérica en otro sentido. Que estuvo lejos de “Memoria y Verdad”, al punto de no saberse aún que pasó con los desaparecidos. Y el primero que sinceró ello, el capitán de la marina Adolfo Scilingo, fue condenado en España a mas de mil años prisión por el juez Baltasar Garzón, como para que ningún otro abriera la boca. En cuanto la justicia argentina, en lugar de ser expeditiva, se ha eternizado en juicios que 20 años después prosiguen y duran años, con esporádicas audiencias de una vez al mes, ante la total indiferencia de la opinión pública.
También, sin percibir la cuestión esencial de la existencia de una base al servicio de la OTAN allí, y creyendo que todo era una cuestión petrolífera igual que los militares en 1983, el kirchnerismo comenzó en 2010 una maniobra envolvente, para poder participar en la explotación de esos recursos, y así supuestamente afianzar la soberanía sobre las islas. Mediante coparticipar con la provincia de Tierra del Fuego, Antártida, e Islas del Atlántico Sur, las regalías hidrocarburíferas que se obtuvieran fuera del mar territorial, incluidas las áreas en disputa (Decreto 2084/2010).
Luego en el 2011 sancionó una ley, que aplicaba sanciones a las empresas que pretendieran explotar esos recursos en las áreas en disputa. Y en el 2013 a esos mismos efectos creo la secretaria de Malvinas, Antártida, Política Oceánica y Atlántico Sur. Y como muestra de no saber lo que realmente estaba pasando, también impulsó el desarrollo de la cohetería multipropósito, que había sido cancelada con la destrucción del proyecto Condor.
Pero ínterin, las relaciones del kirchnerismo con EEUU se fueron complicando cada vez más. No obstante al auspicioso apoyo brindado por el presidente George Bush (h) para el defectuoso arreglo de la deuda externa pública, que se mantuvo en default entre el 2002 y el 2005, con la contención desplegada por el juez Griesa de Nueva York al accionar de los fondos buitres.
Concretamente, ese apoyo tuvo como descortés retribución, el desplante hecho al presidente Bush en alianza con el chavismo, con el pendenciero “No al ALCA” en la Cumbre presidencial de Mar del Plata del 2005. Por el cual dicho presidente dio por enteramente rotas las relaciones con Argentina. Que los Kirchner laboriosamente parcharon, con la mediación del Consejo Judío Mundial diligenciada por el cónsul en Nueva York de origen judío, Héctor Timerman, quien así se ganó lo galones de canciller.
El quid por quo de ella, fue resucitar la fracasada pista iraní en el atentado contra la AMIA, que había sido introducida por la CIA y el secretario de la SIDE, Miguel Angel Toma, afín a ella. Que se había derrumbado con la catastrófica actuación del juez Juan José Galeano y sus fiscales, quien casualmente también tramitaba la primera denuncia de enriquecimiento ilícito contra los Kirchner. El que conllevaba también la obligación de pedir anualmente ante la ONU, la captura de los altos funcionarios supuestamente involucrados en el atentado, en base a dudosos testimonios obtenidos por la CIA.
Fernández de Kirchner
Como muestra de lo mal que quedó ese parche, y el espíritu de desconfianza con que prosiguió la relación, a la par que Cristina Fernández asumió la presidencia en el 2008, vino la “retribución” por parte de EEUU, con el escándalo de las valijas de Antonini Wilson. Mientras que por su parte los Kirchner se plegaban cada vez más al chavismo o bolivarianismo.
A la par que EEUU comenzaba a visualizar cada vez más a la República Popular China, como su enemigo estratégico existencial, lo cual revalorizaba extraordinariamente la base al servicio de la OTAN existente en Malvinas. Como puesto de vigilancia del paso del Cabo de Hornos o Drake, que podía convertirse en la única vía de comunicación entre los océanos Atlántico y Pacífico, ante la vulnerabilidad del canal artificial de Panamá. Siendo además la única vía para el tránsito de los mega buques Post-Panamax, y los grandes buques de guerra como los portaaviones.
Por esa razón el presidente de EEUU Barack Obama, lanzó en el 2009 la estrategia Asia-Pacifico, o Estrategia para Asia Oriental, destinada a cooptar a los países asiáticos que rodean a China. Y en ese marco en el 2010 inició conversaciones con Irán, respecto los alcances de su plan nuclear, con la intención adicional de atraerlo a Occidente. Lo que provocó la enemistad del premier israelí Benjamín Netanyahu, que ante ello propulsaba una solución militar, para ser así el único estado con poder nuclear en el Medio Oriente, aunque este fuera tan clandestino como el que se le atribuye a Irán.
Ver ISRAEL: El presidente Kennedy presionaba para que se inspeccionaran sus instalaciones nucleares clandestinas, su asesinato lo impidió
Ver Durante el gobierno radical de Illia Argentina suministró a Israel 100 toneladas de uranio para que obtuviera su bomba atómica
Enterado de ella, Cristina Fernández, ya muerto Néstor Kirchner y por pedido del presidente Hugo Chávez, decidió también iniciar por su cuenta negociaciones con Irán, con el canciller Timerman. Ante lo cual Obama, en la Cumbre de Cannes de fines del 2011, tras el arrasador triunfo electoral de ella con el que consiguió su reelección, y la inmediata instauración posterior del corralito cambiario, le pidió que se mantuviera en bloque con EEUU.
Y le prometió que a cambio podía haber una ayuda financiera ante la penuria de divisas que sufría Argentina. Propuesta que tuvo una respuesta reluctante por parte de ella en un discurso posterior del 22 de marzo en Pilar donde rechazo la “militarización de nuestra región” y que “Argentina siempre va a estar del lado de la paz”.
Ver ¿Por qué Cristina y el kirchnerismo se abrazaron a Milani?
Así los hechos comenzaron a precipitarse: el juez Griesa comenzó a lanzar sus fallos a favor de los fondos buitres, poniendo financieramente en jaque al gobierno, como consecuencia del mal arreglo de la deuda concretado en el 2005; el juez de la Embajada Claudio Bonadío, empezando con la causa del accidente de Once, comenzó a fallar contra el gobierno; en el 2013 apareció el dólar MEP, con el que se estableció un dólar paralelo legal con una brecha creciente respecto el dólar oficial, propulsando la inflación; y también apareció en escena el comunicador rentado Jorge Lanata, a todo servicio del zar de los medios Héctor Magneto, en franco conflicto con el gobierno por la ley de medios, quien se lanzó una metódica y creativa demolición del relato kirchnerista, con el que se enriqueció enormemente.
Ver Lanata y el enriquecimiento ilícito periodístico
Ante ese jaqueo por parte de EEUU, en lugar de propiciar una difícil entente por la desconfianza mutua, Cristina Fernández optó por respaldarse en China. A quien antes había pretendido ponerle aranceles a sus manufacturas, con las que era imposible competir internamente, y solo consiguió como respuesta que China dejara de comprar aceite y harina de soja, y solo comprara la materia prima, o sea los granos de ella.
No obstante, proclamo una “alianza estratégica integral” con China, tras pactar con ella un swap de monedas por USD 10 mil millones en el 2009 por tres años, que luego que se renovó por otros tres años y por USD 11 mil millones. A cambio de una masiva compra de material ferroviario urbano tras el accidente del Once y para el ferrocarril Gral Belgrano; la instalación de una base satelital multi propósito en Neuquén; y los contratos para las construcción de grandes represas de Santa Cruz, y dos usinas nucleares, etc.
Así en el año electoral del 2015, donde el kirchnerismo se jugaba su continuidad con la candidatura de Daniel Scioli, vino otra “tormenta perfecta” como la de 1989. Que comenzó con la conmocionante muerte del fiscal Alberto Nisman, días después de haber efectuado una denuncia contra la presidente Fernández de Kirchner, por supuesto encubrimiento en el caso AMIA.
A la par que como agente israelí al servicio de Netanyahu, formulaba ante ella un pedido, para que el atentado de la AMIA se presentara ante el Consejo de Seguridad, a los efectos de tratar de entorpecer el acuerdo nuclear al que estaba por arribar el presidente Obama con Irán. Siendo este el verdadero motivo de su denuncia, según algunos de sus allegados.
Jugada que Jaime Stiuso, quien acababa de perder su puesto al servicio del kirchnerismo con el que disimulaba servir a la CIA, abortó, mediante intoxicar a Nisman para su denuncia, con la falsedad de que el buchón Allan Bogado era un super agente de la presidencia. Ante lo cual, al enterarse de ello tras radicar su denuncia, no le quedó otra al fiscal después de intentar infructuosamente comunicarse con Stiuso, que suicidarse empuñando la pistola con ambas manos.
Ver La prueba concluyente de que Nisman se suicidó con ambas manos, y la explicación de la ausencia de pólvora en ellas
Ver Denuncia de Nisman: el verdadero motivo a favor de Israel y la vuelta de tuerca que le dio Stiuso
Así Stiuso transformó un golpe israelí contra Obama, en un doble golpe contra Fernández de Kirchner, con la denuncia y la muerte posterior del denunciante. La que operó a su vez como un catalizador peronismo antiperonismo, y fue el caballo de batalla que permitió el triunfo de la alianza Cambiemos, tal como se puede apreciar en el siguiente gráfico. La que poco después surgió en Gualeguaychú, con radicales carentes de una visión realpolitik en relación con las relaciones exteriores, y una Elisa Carrió que en el fondo siempre ha sido funcional a los intereses de EEUU.

El triunfo electoral que llevó a Macri a la presidencia, estuvo pavimentado por la creatividad judicial del juez de la Embajada Bonadio; la del comunicador todo servicio Lanata; el periodismo de guerra de Héctor Magnetto; la disputa interna por Buenos Aires entre los peronistas Aníbal Fernández y Florencio Randazzo, el gran comprador de material ferroviario chino, quien como si guardara un secreto inconfesable, se hizo antikirchnerista; y las falsas y estruendosas denuncias de Lanata y Carrió, de que Aníbal Fernández era el narco “La Morsa”, protegida por sus fueros de diputada mientras decía obrar “estratégicamente”.
Macri
Así Macri llego a la presidencia y dio una vuelta de campana, al afirmar que la “alianza estratégica integral” no era con China, sino con EEUU. Y por eso a poco de asumir en marzo del 2016, recibió la visita del presidente Obama y su esposa, y en septiembre la del secretario del Tesoro Jack Lew.
Pero a la par, por la penuria de divisas con motivo de la precipitada salida del cepo cambiario, no obstante la magia financiera del “Messi de las finanzas” Luis “Toto” Caputo, su gobierno concretó una ampliación y complementación del swap con China en julio 2017 y en diciembre 2018, por el equivalente de USD 18 mil millones. Y como contrapartida anunció la construcción de una central nuclear por parte de China, y la continuación de las obras de las represas de Santa Cruz.
Pero las penurias financieras con un enorme déficit en la balanza de pagos no acabaron allí, y así a principios del 2018, tras tratar de concretar la acción previa exigida por el Banco Mundial y FMI de sancionar la ley del aborto a cargo de la salud pública en un país semi vacío, al gobierno de Macri no le quedó otra que recurrir al FMI.
Quien como si se tratara de una enorme y pesada red, hecho sobre Argentina el préstamo más grande que dio en su historia, por USD 55 mil millones, como para que nunca se escape de ella. A la par que el secretario de Defensa de EEUU James Mattis, denunciaba en su visita a Buenos Aires en agosto del 2018, el instrumento de dominio en que son las deudas financieras con China, sin decir por casa y con el FMI como andamos.
Ver Altas autoridades de EEUU reconocen que la deuda es un instrumento de dominio
La clave de ese préstamo no fue por la supuesta amistad de Macri con el nuevo presidente de EEUU Donald Trump, con el que en realidad estaban enemistados. Sino la importancia estratégica que ha recobrado para EEUU y la OTAN, ante la amenaza china, el extremo del Cono Sur, donde se comunican los océanos Atlántico y Pacífico, y el apostadero allí de la base militar en Malvinas al servicio de la OTAN. Donde con la excusa de facilitar la actividad petrolera, se está construyendo un enorme puerto multipropósito, de uso civil y militar.
En cuanto a las Malvinas, el gobierno de Macri llevó adelante una chirle política, comenzando por rebajar la secretaria de ella al grado de dirección. Y a la par que sostenía los reclamos de soberanía ante organismos internacionales; la necesidad de desmilitarizar la zona; y acordar respecto la explotación pesquera y petrolera, también planteaba la necesidad de fortalecer las relaciones con el Reino Unido.
Esto último se vio condensado en el denominado pacto “Foradori – Duncan”, firmado en septiembre de 2016. Cuando la canciller argentina Susana Malcorra trataba de usar ese cargo como trampolín para llegar a la Secretaría General de la ONU.
Con él, revocando la política de asedio del kirchnerismo, pero ignorando también enteramente la existencia de la base militar al servicio de la OTAN allí, con el objeto de facilitar el desenvolvimiento de esta se acordó “remover todos los obstáculos que limitan el crecimiento económico y el desarrollo sustentable de las Islas Malvinas, incluyendo comercio, pesca, navegación e hidrocarburos.
Declaración de la que luego Duncan se jactó de haberla obtenido de un Foradori ebrio. Pero cuya utilidad a favor de la operatividad de la base al servicio de la OTAN y la rotación de su personal, se vio plasmada en el 2018, cuando un terremoto destruyo el aeropuerto de la isla Ascensión, que era usada como escala de los vuelos directos de Inglaterra a Malvinas.
Ante ello el gobierno de Cambiemos, con la supuesta excusa de facilitar los servicios para la industria del petróleo, autorizó los vuelos semanales San Pablo – Malvinas. Con una escala una vez al mes en Córdoba, como para contentar el espíritu malvinero. No obstante la pérdida del control que representaban esos vuelos, al no necesariamente pasar sobre el territorio argentino, como eran los vuelos de Santiago – Punta Arenas – Malvinas. Además de acortar notablemente su duración.
Ver Vuelos a Malvinas: la diplomacia perdularia de Macri, Faure, Pompeo, y Foradori
Ver Foradori, vicecanciller de Macri, y sus entregas a favor de Chile e Inglaterra
Otro aspecto del gobierno de Cambiemos relacionado con la cuestión, fue el “lawfare” o guerra judicial emprendida contra el kirchnerismo y especialmente contra Cristina Fernández, atribuida a la “mesa judicial” de Cambiemos, y protagonizada mediáticamente por las huestes del “periodismo de guerra” de Magnetto.
Interpretada con la finalidad interna de demoler al peronismo con la profundización de la grieta, también tenia la finalidad externa de destruir a quien se había animado a pactar una “alianza estratégica integral” con China, en oposición con EEUU. Y en tal sentido es elocuente que tras regreso de Stiuso de EEUU, donde se había refugiado, sus magistrados títeres que antes protegían al kirchnerismo, como los jueces federales Ercolini, Rodríguez, y los fiscales Tainao y Pollicita, pasaron a ser sus grandes persecutores.
Fernández
Las duranbarbescas promesas incumplidas de Macri “podés estar mejor” y “pobreza cero”, sumadas a las estúpidas recetas del FMI para Argentina, hizo que el peronismo liderado por el kirchnerismo, volviera al poder a fines de 2019. Consagrando como presidente al ex jefe de Gabinete kirchnerista Alberto Fernández. Un ambiguo personaje, confidente de la embajada estadounidense, que tras dejar su cargo habló pestes de Cristina Fernández, al punto de hasta atribuirle el asesinato de Nisman.
Ver ¿Quién es Alberto Fernández, el hombrecito gris? ¿EEUU jugó a ganador y place?
Declamativamente, lo primero que hizo fue reponer la secretaria de Malvinas, integrada por personajes ni fu ni fa, que nada nuevo o creativo dijeron o hicieron al respecto. Y seguidamente con motivo de la pandemia de Covid que se declaró a los pocos meses de asumir su mandato, en la que exageró las recetas de la OMS que venían de Washington, los vuelos de San Pablo a Malvinas quedaron suspendidos de hecho. Los que luego se cancelaron también de hecho, al reponer a mediados del 2022 los vuelos desde Punta Arenas a Malvinas, con una escala mensual en Rio Gallegos.
En esa política ni fu ni fa, también fue respecto el lawfare contra su mentora, que no logró desmontarlo, como seguramente habrían pactado previamente, y de allí vino un principio de fisura con ella. Y en cuanto a la política exterior, sin avistar mínimamente los problemas que podrían sobrevenir, por un lado Fernández tramitaba una entrevista con el belicista presidente Josep Biden. Y por el otro lado se ofrecía públicamente, por haber descuidado torpemente un micrófono abierto, para ser la puerta de entrada de Rusia en Latinoamérica, al mismo tiempo que pretendía ingresar a los BRICS.
Sin siquiera inteleer los motivos por la que la general Laura Richardson, jefa del Comando Sur, se hizo una asidua visitante de Argentina a partir de fines del 2021. Que evidenciaban la enorme importancia que había adquirido para EEUU el extremo del Cono Sur, y la base al servicio de la OTAN en Malvinas. Visitas que repitió en abril 2022 y en el mismo mes del 2023, para continuar el “dialogo sobre seguridad”.

Termino que sirve tanto para un fregado como para un barrido. A la par que se desataba una dura competencia sino norteamericana respecto la compra de nuevos aviones caza por parte de Argentina. Con las ofertas de nuevos aviones chinos pakistanies JF-17, y viejos aviones F16 radiados de servicio por Dinamarca. Para lo cual el Congreso de EEUU, con la venia del Reino Unido, autorizó su venta a Argentina en octubre del 2023.
Como ministro de Economía, se descolgó también desde Washington un joven y desconocido economista, Marín Guzmán, discípulo del Nobel Joseph Stiglitz, vinculado a las finanzas como ex vicepresidente del Banco Mundial. Quién también llevó adelante frente el perverso préstamo captor de voluntades del FMI, una política ni fu ni fa.
A poco de asumir, en marzo 2020, en el marco del nuevo corralito cambiario que había instaurado Cambiemos, como complemento del dólar MEP que surgió en 2013, apareció el dólar CCL. Y así en base a la cotización de los bonos de la deuda argentina en Nueva York, Wall Street liderada por BlackRock, pasó a fijar el valor de los dólares paralelos en Argentina.
Ver INFLACION: la provoca la dominancia del dólar CCL sobre el Blue manipulado desde Nueva York
Forzó así un arreglo de la deuda externa privada ni fu ni fa, y tras cumplir con la acción previa exigida por el Banco Mundial y el FMI de sancionar la ley del aborto a cargo de una salud publica andrajosa en un país semi vacío, el gobierno de Fernández hizo un estúpido arreglo con el FMI, basado en que las tasas de interés y la devaluación debían superar a la inflación.
Se puso así en marcha, impulsado por él precio del dólar CCL, un espiral inflacionario que erosionó duramente la base electoral del peronismo. Que se magnificó con la llegada a ese ministerio del candidato a presidente Sergio Massa, secundado por el doctor de la City financiera Gabriel Rubinstein, tras hacerse público el escandelete de las fiestas en la Quinta de Olivos.
Quien se encontró que sus aspiraciones de llegar a la presidencia eran fulminadas por la sequia que malogró la cosecha del 2022/2023. Para lo cual tuvo que recurrir a hacer efectivo el swap con China por USD 5.000 millones, para destinarlo a otros fines más allá del intercambio comercial, entre ellos para pagarle al FMI.
Alimentando así un último peldaño de descontento general terminal, tras cuarenta años de una democracia renga y fracasada, que había hundido en la exclusión a más de un tercio de los habitantes de este país, en un agudo proceso de latinoamericanización. Creando así una situación propicia para la aparición de un outsider, propulsado ya no por los grandes medios, sino por la extraordinaria intercomunicación horizontal de las redes sociales. Un fenómeno estudiado y publicado por el agente de la CIA Martín Gurri en su libro “La rebelión del público”, con el que parafraseó “La rebelión de las masas” de Ortega y Gasset.
Milei
En ese marco el admirador de Margaret Thatcher Javier Milei, obnubilado con trasnochadas ideologías económicas e impulsado por la poderosa secta ucraniana judía pronorteamericana Jabad Lubavitch, logró llegar a la presidencia. Y proclamo no una alianza, sino una absoluta sumisión a EEUU e Israel, llevando las “relaciones carnales” del menemismo a un grado superlativo.
No obstante, la economía competitiva no complementaria que tenemos agropecuariamente con EEUU. En contrario con la que economía complementaria con Inglaterra, por entonces la fábrica del mundo que hoy es China, que determinó el éxito de la Generación del 80 admirada por Milei.
Como síntesis de esa sumisión, invitó para su asunción, con su afrentoso discurso dando la espalda al Congreso, al presidente de Ucrania de origen judío Volodimir Zelenski, por entonces enaltecido por EEUU en su conflicto con Rusia. A quien luego en su recepción en la Casa Rosada, le dio un tratamiento notablemente diferencial, al obsequiarle un candelabro Janucá, haciendo una enredada mezcla de geopolítica y religión.
Luego dispuso entre otras cosas, que el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de EEUU, asesorara en la administración de la denominada Hidrovía, nada menos que el hinterland de la Cuenca del Plata; que las empresas chinas no podían intervenir en la licitación para su concesión, aduciendo su participación estatal; y suspendió las obras construcción de las represas de Santa Cruz, y canceló la construcción de la central nuclear, a cargo de empresas chinas.
Ver El gobierno pone en stand-by la soberanía argentina sobre los rios y el mar
Seguidamente en marzo los hechos sustanciales comenzaron a precipitarse velozmente. Ese mes el gobierno de Milei con su ministro de Defensa Luis Petri, tomó la decisión de comprar los aviones radiados de servicio F 16, que con su aviónica y seguros contra fuego amigo, seguramente serán inservibles para si alguien por las putas pudiera, se le ocurriera atacar las islas Malvinas.
Seguidamente nada menos que el 2 de abril, la generala Richardson, concretó una nueva visita a Argentina, para ya desembozadamente “ratificar la alianza geopolítica con Estados Unidos y alertar sobre la ofensiva que ha desplegado China en América Latina… con el objetivo de diseñar una estrategia común para enfrentar los planes expansionistas de Xi Jinping en la región”, decía la nota de Infobae al respecto, medio que sin vergüenza alguna oficia de vocero de los intereses de EEUU e Israel.
Poniendo en evidencia la importancia qué ha adquirido el extremo del Cono Sur, la generala Richardson extendió su visita a Ushuaia. Donde se llevaba adelante un proyecto con la anuencia del gobierno local, en el marco de la Ruta de la Seda al que adhirió Argentina, para construir un gran puerto multipropósito financiado por China, justamente donde convergen los océanos Pacífico y Atlántico. Allí el 5 de abril Richardson protagonizo un acto junto con el presidente Milei y el ministro Petri, vestidos ambos de rigurosa fajina, imitando a la generala.

Sin asco ni vergüenza alguna Infobae cubrió ese encuentro diciendo: “Javier Milei se reunió con la general Richardson en Ushuaia para ratificar su alianza estratégica con Estados Unidos. El Presidente y la jefa del Comando Sur protagonizaron un inédito encuentro en Tierra del Fuego, una provincia clave para los intereses geopolíticos de China en la Argentina…”
“El presidente aprovechó la cita institucional con la general cuatro estrellas para transmitir una clara señal diplomática contra las intenciones de China en Tierra del Fuego y ratificar su posición en defensa de la soberanía nacional en las Islas Malvinas… La alianza estratégica con Estados Unidos atraviesa toda la agenda bilateral… En simetría con estos importantísimos gestos de la Casa Blanca, Milei decidió congelar todos los emprendimientos que proyectaba China en Argentina para consolidar su fortaleza geopolítica”.
En relación con el puerto financiado por China que propulsaba el gobernador de Tierra del Fuego Gustavo Mellela, Infobae afirmó que Milei “planteó su rechazo con una finta diplomática: hizo referencia a una base naval que Argentina levanta con el respaldo de los Estados Unidos… Con la nueva base naval, China ya no tendrá argumentos para financiar un puerto multipropósito en Río Grande que pensaba controlar como actualmente lo hace con la base espacial en Neuquén.”
Sin ponderar que tampoco EEUU tiene interés alguno en él, al contar con el puerto multipropósito que se está por construir en Puerto Argentino, que se integrara con la base área de Mount Pleasant al servicio de la OTAN existente allí.

Argentina socio global de la OTAN
Y así como se verá, este habría sido el comienzo de la maniobra envolvente por parte de EEUU, iniciada por la generala Richardson, consistente qué en lugar de ese puerto en territorio argentino propuesto por Milei, resultaba más conveniente que la Argentina pasara a desempeñarse como socio global de la OTAN. Para así dotar de plena estabilidad a la base al servicio de la OTAN existente en Malvinas, y asegurar la total adhesión de Argentina hacia EEUU y esa alianza, en el estratégico extremo del Cono Sur. Intención qué en el siguiente 2 de abril, originó el traicionero discurso del presidente Milei.
Ser un aliado extra OTAN, como lo fue Argentina en tiempos de Menem, es una denominación dada por EEUU a países aliados con él, por fuera de la OTAN. Pero un socio global de la OTAN, tiene por finalidad esencial fortalecer junto con ella, la seguridad de la OTAN fuera del territorio de esta organización. El diario LA NACION describe conceptuosamente esa relación de la siguiente manera:
“La Alianza busca el diálogo y la cooperación práctica con socios en una amplia gama de cuestiones políticas y relacionadas con la seguridad, incluidos desafíos globales como el terrorismo y el cambio climático. Los socios contribuyen en actividades que van desde la formulación de políticas hasta el desarrollo de capacidades de defensa y de gestión de crisis. Asimismo, participan en programas para que la OTAN los ayude a desarrollar sus propias instituciones y fuerzas de defensa, con el objetivo de asegurar una cooperación beneficiosa en cuestiones de interés común. También pueden participar para mejorar el apoyo a las operaciones y misiones dirigidas por la OTAN, y formar parte en ejercicios y entrenamientos militares de cara a futuras operaciones.”
Actualmente son socios globales de la OTAN Australia, Japón, Corea, Pakistán, Mongolia, Emiratos Árabes Unidos, Bahréin, Qatar, Israel, Jordania, y Colombia, que es el único en América Latina. Y como se puede ver en el mapa, ellos están ubicados en zona de fricción con posible enemigos, o en áreas estratégicas relacionadas con las líneas de comunicación marítimas (LCM).
La nutrida agenda de la generala Richardson la continuo ese mismo día, con una entrevista en Buenos Aires con la vicepresidente Victoria Villarruel. Donde según Infobae, “conversaron sobre temas estratégicos en común sobre energía, alimentos, desafíos continentales y política hemisférica”.
Charla en la que también participó el notable elenco que acompañaba a la generala Richardson, que mostraba la importancia de su misión: además del embajador Stanley; la asesora civil embajadora Sara Ann Lynch; el Sargento Mayor del Comando Sur Rafael Rodríguez; la directora de Planes y Políticas, Generala de Brigada, Julie Nethercor; el agregado de Defensa, Coronel Steven Winkleman; el jefe Sección Ejército, Teniente Coronel Nokens Fleurijean; y la gerente de Entrenamiento y Educación, licenciada Susana Galli.

Velozmente, un par de semanas después, a mediados de abril, el ministro de Defensa Petri viajo a Dinamarca para formalizar la compra de los aviones F 16. Y a continuación siguió para Oslo, Noruega, donde concretó la presentación una carta intención en la sede de la OTAN, para que Argentina fuera incorporada como socio global de esa alianza.
Allí seguramente lo desasnaron, diciéndole que conforme el artículo 1 de ese tratado supuestamente defensivo, Argentina no podía tener hipótesis de conflicto con ningún país integrante de esa organización. Como es el caso flagrante en relación con el miembro conspicuo de ella, el Reino Unido, por la disputa por Malvinas y la guerra de por medio en 1982.
A continuación, el gobierno argentino se esmeró en las asambleas de la ONU en mostrar su voto automático junto con EEUU e Israel. Al punto de expulsar aparatosamente a la canciller Diana Mondino, cuando Argentina concretó su tradicional voto a favor del levantamiento del embargo a Cuba, en contra del voto estadounidense, que además del sostenimiento del libre comercio, tenía como reciprocidad el voto de Cuba a favor de Argentina en relación con el conflicto de Malvinas.
A quien reemplazo por el empresario de origen judío Gerardo Werthein, exclusivamente dedicado con éxitos diversos, a la luz del fracasado último viaje de Milei a Miami, a fomentar las relaciones con EEUU e Israel. Y además, como un gesto subordinación a EEUU y medida de disciplinamiento interno en la cancillería, abrió un sumario para la investigación de ese voto a favor de Cuba, iniciando así una caza brujas de todo aquel que disintiera del rumbo a ultranza pro EEUU.
Y como otra muestra del absoluto seguidismo hacia EEUU, el gobierno de Milei olvidó enteramente sus empatías con el presidente de origen judío Zelenski, en una reciente votación diligenciada por Europa, en contra de la nueva política del presidente Donald Trump respecto el conflicto ruso ucraniano.
Tras la compra de los F16, como una vuelta al tiempo de la dictadura militar, comenzaron a aparecer una tanda de decretos secretos, referidos a compras relacionadas con esa adquisición (Nros 370/24, 807/24, y 1073/24). Y diciembre apareció el decreto 1112/24, referido al Sistema de Defensa Nacional, firmado por Milei, Francos, y Petri, en el cual, entre otras múltiples cosas, en su artículo 20, Disposiciones Transitorias, se establece que:
“El ministerio de defensa elaborará un “Proyecto de Directiva de Política de Defensa Nacional” que reemplazará a la “Directiva de Política de Defensa Nacional (DPDN)” y sus actualizaciones aprobadas por los Decretos Nros. 1714/09, 2645/14 y 457/21 y un Proyecto para establecer un nuevo “Ciclo de Planeamiento de la Defensa Nacional” que reemplazará al aprobado por el Decreto N° 1729/07.”
En los cuales, como directivas de política de defensa nacional, se destacaban las menciones a Malvinas y el Atlántico Sur, como hipótesis de conflicto con el Reino Unido, que ahora con la abrogación de ellos ha desaparecido enteramente.
Además, como para mantener a la propia tropa ocupada, el ministro Petri a mediados de abril lanzó la “Operación Roca”, que implica el despliegue de medios y personal a desarrollarse en la Zona de Seguridad de Fronteras Norte y Noreste, desde el 15 de abril al 15 de diciembre del 2025. En el que participarán brigadas del Ejército con más de 10.000 efectivos involucrados, con un despliegue permanente de hasta 1.300 hombres en la zona.
Para ello Petri apeló, además del flamante Decreto 1112/24 de diciembre, que echó por tierra la hipótesis de conflicto por Malvinas, a un decreto ley de la dictadura militar de 80 años atrás, que lleva la firma del Gral. Edelmiro Farrell, y también la de Juan Perón, que creó las Zonas de Seguridad en las Fronteras (Decreto Ley 15.385/44).
Cuyo artículo 8 preveía qué “en caso necesario”, el servicio de policía a cargo de la Gendarmería y la Prefectura “podrá ser reforzado con personal y elementos de los Ministerios de Guerra o Marina, y por contingentes de la Policía Federal”. Pero también su artículo 4 rezaba: “Declárase de conveniencia nacional que los bienes ubicados en las zonas de seguridad pertenezcan a ciudadanos argentinos nativos”. Cosa que este gobierno derribó enteramente, al permitir el acaparamientos de tierras por parte de extranjeros donde se les ocurra.
Tras el reciente 2 de abril, vino el generoso desembolso del FMI con un nuevo préstamo, para salvar al gobierno de Milei que estaba con el agua al cuello por falta de divisas, como consecuencia de su política antiinflacionaria basada en atrasar el precio del dólar. Abriendo el interrogante si ese traicionero discurso del 2 de abril que se analiza seguidamente, que dotó de seguridad jurídica a la base de la OTAN en Malvinas, con la virtual renuncia a la soberanía por parte de Argentina y el ingreso de esta como socio global de esa alianza, fue el gatillo que finalmente liberó esos fondos, para un gobierno que no habría tenido sobrevida sin ellos. Por eso el festejo por parte del Gobierno por la llegada de ese puñado de dólares, fue como si hubiesen evitado caer en el infierno.

Trascartón se hizo presente en Buenos Aires nada menos que el secretario de Tesoro de EEUU, Scott Bessent, a quien el ministro Caputo le había pedido un préstamo directo. Pero que el secretario lo permutó por una presencia in situ, para darle al gobierno de Milei un espaldarazo político. Pero de lo que no se olvidó fue el de exigir que Argentina cancele el swap con China.
Igual que lo había hecho poco antes el enviado especial del Departamento de Estado y ex presidente del BID Mauricio Claver Carone. Cuyo tramo activo inaugurado por el ministro Massa para destinarlo a cualquier objeto, fue renegociado con China por el ministro Caputo a mediados 2024, sin cumplir luego las promesas hechas a cambio, entre ellas un viaje de Milei a China que se esmeró en no concretar; y fue vuelto a renegociar junto con el desembolso del FMI.
Lo cual muestra la paciencia estratégica de China, en relación con sus intereses en el extremo del Cono Sur, en pleno conflicto con los de EEUU y la OTAN. Aplicando a esta situación el refrán africano: “cuando dos elefantes se pelean, es la hierba la que sufre”, y en este caso la hierba somos los argentinos.
El felón discurso del presidente Milei del 2/A
Con la céntrica plaza San Martín vallada, e ingreso con invitación, que impedía la entrada a ex combatientes rasos, conformando así una audiencia de ex altos mandos gerontes de las fuerzas armadas y de seguridad, que no le brindaron ningún aplauso, el presidente Milei como si cumpliera una desagradable misión, leyó en forma nerviosa y balbuceante un breve discurso en conmemoración del 2 de abril.
En el cual, a los efectos de lograr el ingreso como socio global de la OTAN, tras un breve “Buenos días a todos” sin dirigirse a nadie en particular, tras referirse al aniversario “del inicio de la Guerra de Malvinas” mencionó a los “Héroes” que dieron su vida en ella, honrándolos con “el reclamo por la soberanía argentina sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur, así como los espacios marítimos circundantes”. Rebajó así la soberanía argentina sobre las islas, a solo un reclamo al respecto, y además afirmó que esta “demanda soberana por las islas fue damnificada de forma directa o indirecta, por las decisiones económicas y diplomáticas de la casta política”.
Seguidamente descalificó el accionar diplomático ante la ONU y el Comité de Descolonización, en la que Argentina triunfó con la resolución 2065, botándolo a la basura, diciendo: “Nadie puede tomar en serio el reclamo de una nación cuya dirigencia es conocida en el mundo por su corrupción e incompetencia y por llevar a la Argentina a los brazos de la escoria del mundo. Quien empobrece sistemáticamente a su suelo y hace causa común con dictadores y dictadorsuelos, entra a cualquier negociación diplomática desde una posición de desventaja”.
Y tratando de bienquistarse con quienes iba a malquistar con la traición, agrego: “si a eso le sumamos el desarme y la demonización deliberada de las Fuerzas Armadas, teníamos la receta perfecta para que las Islas Malvinas permanezcan para siempre en manos extranjeras”.
A continuación, repitió la cantinela de que las islas se podrán recuperar recién cuando seamos un gran país, cosa que se lograría con sus recetas del tiempo de la Generación del 80, lo cual permitiría “dignificar a nuestras Fuerzas Armadas mediante las inversiones necesarias” porque “Argentina necesita unas Fuerzas Armadas robustas. Son necesarias para defender nuestro extenso territorio de potenciales amenazas en un contexto global de creciente incertidumbre”.
Y en ese plan de tratar de bienquistarse con ellas para poder malquistarlas, agregó: “Para nosotros, las Fuerzas Armadas son motivo de orgullo. Hemos dado por terminado el tiempo en el que eran menospreciadas”. Y como parte de esa cooptación anunció que con un decreto, acababa de “saldar una deuda con los Heroes” al “reconocer el grado de Subteniente de Reserva al personal de Soldados Aspirantes a Oficiales de Reserva veteranos de la Guerra de Malvinas” (Decreto 249/2025).
Luego volvió a denostar a la “casta” por su concepto de soberanía, tirando pullas hacia diversos lados, para luego afirmar: “Un pueblo soberano es un pueblo floreciente, pujante, respetable y, sobre todo, orgulloso de sus Fuerzas Armadas. Una nación como la que supo levantar la generación del ’80 y que, tras un siglo de humillación, estamos reconstruyendo”.
Para a continuación afirmar “Y si de soberanía sobre las Malvinas se trata, nosotros siempre dejamos claro que el voto más importante de todos es el que se hace con los pies. Anhelamos que los malvinenses decidan algún día votarnos con los pies a nosotros. Por eso buscamos hacer de Argentina una potencia tal que ellos prefieran ser argentinos y que ni siquiera haga falta la disuasión o el convencimiento para lograrlo.”
“Votar con los pies” no es una mera metáfora traída al azar, y menos viniendo de un economista como Milei. Es un concepto introducido por el economista y geógrafo estadounidense Charles Tiebout, con el cual según Wikipedia se ofrece:
“… una alternativa al proceso normal de votación en una democracia y además es una demostración de las preferencias de una persona. En su teoría Tiebout expone como ante diferencias entre políticas de distintos gobiernos una persona puede mostrar sus preferencias, no votando a un determinado partido político dentro de un determinado territorio, sino desplazándose hacia un territorio diferente cuyas políticas (sociales, fiscales o de cualquier otro tipo) sean más afines a lo que él demanda”.
En consecuencia, la frase expresada por Milei, no solo implica aceptar la autodeterminación de los malvinenses, en contra la inveterada postura diplomática sostenida por Argentina, incluso durante una trágica guerra de por medio. Sino que además, por su carácter de traslado geográfico, supone una venida de los malvinenses al territorio continental argentino, pero no una soberanía argentina sobre las islas Malvinas, consintiendo así tácitamente Milei con el despojo.
Tras reforzar esa traición que consagra la autodeterminación de los isleños, diciendo que “ellos prefieran ser argentinos”, verbo que tiene como sinónimos, escoger, elegir, optar, etc. a continuación Milei se despachó con su acostumbrada chachara falsa, pero que refuerza el sentido de esas frases, diciendo que su gobierno está obrando para que Argentina “vuelva a tener el PBI per cápita más alto del planeta y que todos los ciudadanos del mundo fantaseen con el sueño argentino. Eso es lo que este gobierno entiende por soberanía.”
Finalizó su discurso, concretando una nueva rebaja respecto la soberanía, reduciéndola a un “reclamo inclaudicable por las Islas Malvinas, reforzando el compromiso de agotar todos los recursos diplomáticos a nuestro alcance para que vuelvan a manos argentinas” y expresando su eterno agradecimiento “a los veteranos, a sus familias y a todos quienes visten uniforme en defensa de la Patria”. Seguido con la consabida invocación a “las fuerzas del cielo” y el “¡Viva la libertad, carajo!”.
El pedido de juicio político efectuado por ex combatientes
La prensa en general no le dio gran trascendencia a ese discurso presidencial, y por su parte la prensa opositora se inclinó por considerarlas que provenían de un ignorante, sin advertir su real malicia. Pero el Centro de Ex Combatientes Islas Malvinas (CECIM) – La Plata, no las dejó pasar, y un par de días después solicitó en la Cámara de Diputados el “Juicio político a Javier Milei por su renuncia a la soberanía sobre Malvinas”.
El que cuenta con la firma de su presidente Rodolfo Carrizo y de Ernesto Alonso, secretario de DD.HH, y el patrocinio legal del abogado Jerónimo Guerrero Iraola. El cual, como todos los tópicos sustanciales en relación con el conflicto de Malvinas, no tuvo gran cobertura por parte de la prensa, pese su notable trascendencia.
Acertadamente el argumento sustancial para ese juicio político se encuentra el punto III.c.- Doctrina de los actos propios (estoppel), señalando al respecto: “En el marco del derecho internacional público rige un principio fundamental inspirado en la buena fe y la estabilidad de las relaciones entre los Estados. Se trata del estoppel, doctrina conocida también como de los actos propios. Su concepción y aplicación impiden que un sujeto de derecho internacional contradiga una conducta previa cuando tal contradicción puede perjudicar a otro sujeto que confió y/o actuó a partir de aquella conducta inicial. Este principio ha sido recogido por la jurisprudencia internacional desde el siglo XIX, y se articula en torno a tres elementos esenciales:”
“1.- Una representación clara y autorizada de hechos o situaciones por parte de un Estado (mediante declaraciones, actos o incluso silencio). 2.- La confianza razonable de otro Estado en esa representación (detrimental reliance). 3.- Un cambio de posición perjudicial si se permite al primer Estado desdecirse de su conducta anterior.”
Todo lo cual cuadra exactamente con el discurso de Milei, máxime si el contrincante es el Reino Unido, famoso tanto por su capacidad diplomática además de guerrera, y también por su perfidia. Y al respecto el pedido de CECIM cita los “casos paradigmáticos que consolidan este principio en el derecho internacional” mencionando al del Templo de Preah Vihear (Camboya vs. Tailandia, 1962) en el que Corte Internacional de Justicia (CIJ) determinó que Tailandia había aceptado previamente un mapa que ubicaba el templo en territorio camboyano.
El caso de Groenlandia Oriental (Dinamarca vs. Noruega, 1933) en el que la CIJ determinó que una declaración verbal realizada en 1919 por el Ministro de Asuntos Exteriores de Noruega, Nils Claus Ihlen, en la que afirmaba que su gobierno no presentaría objeciones a las pretensiones de Dinamarca sobre la soberanía total de Groenlandia, tenía efectos jurídicamente vinculantes.
Y el caso de los Ensayos nucleares (Australia y Nueva Zelanda vs. Francia, CIJ, 1974) en el cual Francia declaró públicamente su intención de finalizar dichas pruebas. La CIJ consideró que estas declaraciones unilaterales de Francia tenían efectos jurídicamente vinculantes, concluyendo que “ya no existía una controversia sobre la cual pronunciarse”.
Apuntando CECIM al respecto: “Estos precedentes demuestran que los Estados pueden quedar jurídicamente vinculados por sus declaraciones, incluso cuando no medien tratados formales, y que el incumplimiento de tales representaciones puede generar consecuencias jurídicas en perjuicio del interés nacional. En este marco, las manifestaciones públicas del presidente Javier Milei, al relativizar la existencia de una disputa de soberanía sobre las Islas Malvinas no son inocuas. Por el contrario, configuran una representación estatal oficial que, por su carácter institucional y plenipotenciario, puede llegar a ser invocada por terceros como evidencia de un cambio de posición del Estado argentino.”
“La doctrina de los actos propios impide que un Estado contradiga en el futuro sus actos anteriores si estos han sido asumidos con proyección internacional. Así, cuando el Poder Ejecutivo emite declaraciones públicas, gestos diplomáticos o actos omisivos (como la ausencia de protesta formal ante nuevas licencias de pesca, hidrocarburos o ejercicios militares británicos), sin reafirmar el reclamo de soberanía, está sentando precedente. Esa conducta puede luego ser invocada por el Reino Unido ante organismos internacionales para fundar una hipótesis de aquiescencia, consentimiento tácito o concesión de derechos por parte del Estado argentino.”
Si en base a este discurso del presidente Milei la OTAN acepta a la Argentina como socio global, quedará perfeccionada la alta traición cometida por él en contra de los inveterados derechos argentinos sobre las Malvinas, sostenidos a lo largo de 192 años, con una trágica guerra de por medio. La única forma de impedir ello, y/o anular sus efectos para cualquier otra contingencia futura, es mediante la indispensable destitución del presidente Javier Milei, y de sus ministros cómplices Guillermo Francos y Luis Petri, mediante un juicio político tramitado por sus pérfidos dichos y hechos.
La postura afín de la vicepresidente Villarruel
La vicepresidente Victoria Villaruel fue la que en este aniversario del 2 de abril la que viajo a Ushuaia, área de disputa entre EEUU la OTAN y China. Quien no obstante su impronta malvinera como hija del coronel Eduardo Villarruel, jefe de Comandos en la Guerra de Malvinas, pronunció allí un equívoco discurso, acorde con la postura de Milei, tratando de resucitar el TIAR (tratado Interamericano Defensa Recíproca) que no funcionó sino todo lo contrario en la Guerra de Malvinas, y hablando ambiguamente del “enemigo extracontinental”.
Recordando la visita que había hecho la generala Richardson a esa ciudad en el anterior aniversario, expresó: “respondiendo al llamado del Papa Francisco en la encíclica Laudato Sí, debemos implementar políticas hemisféricas que aseguren el cuidado de nuestra casa común que es América, frente a la avidez de las potencias extracontinentales que saquean, degradan, y agotan las riquezas de nuestro océano.”
“Ello exige la implementación de políticas continentales, que protejan la sustentabilidad de nuestros recursos, por estas razones todo lo vinculado a esta zona compromete la defensa nacional y consecuentemente la defensa hemisférica. En otras palabras, la seguridad del Atlántico Sur no puede quedar en manos de una potencia extracontinental. El desafío que aquí se presenta exige acuerdos entre los países de nuestro continente, del Ártico al Antártico, para fijar las políticas de defensa hemisféricas.”
“Un año atrás recibimos la visita de la entonces jefa del Comando Sur de los Estados Unidos General Richardson en esta misma ciudad, a pocos kilómetros de nuestras Islas Malvinas, en un acto donde se entonó la marcha de las Malvinas, y se anunció la intención de reforzar la presencia argentina mediante la construcción de una base naval integrada que sirva también como polo logístico antártico.”
“Dicha construcción fue promovida y contaría con la colaboración de los Estados Unidos, convirtiendo a la Argentina en la puerta de entrada al continente blanco. Se reconocía entonces que Argentina es un país bicontinental. Al día siguiente recibimos en el Senado de la Nación a la General Richardson, donde abordamos temas estratégicos como energía, alimentos, desafíos continentales y política hemisférica.”
“En Europa y en Asia hay guerras por energía y por alimentos, el Papa Francisco dijo que hay una guerra mundial en partes. América es un continente de paz, no queremos que traigan sus guerras a nuestra región, y este es el desafío de la actualidad y del futuro en el Atlántico Sur, y nuestro país debe definir una política clara y sin ambages de defensa nacional, y de defensa de sus intereses en la región, estableciendo alianzas conducentes con las demás naciones americanas en una verdadera política hemisférica”.
La Guerra de Malvinas y la debacle argentina
No hay que tener título de historiador para apreciar que la debacle de Argentina no comenzó hace ciento y pico años atrás, con la caída de la Oligarquía, como sostiene trasnochadamente el presidente Milei. Sino a partir de la última y sangrienta dictadura militar (1976 – 1983) y especialmente a partir de la Guerra de Malvinas.
Y el posterior retorno de una democracia renga, que se hizo cargo de una deuda externa “sucia”, generada como una maniobra prebélica de la OTAN, entre el conato de la Guerra con Chile y la Guerra de Malvinas. Mediante la quiebra de centenares de bancos, al compás de la especulación financiera y la tablita del dólar de Martínez de Hoz.
VerLa deuda externa sucia que apareció entre el conato de guerra con Chile y la guerra de Malvinas
Que hizo que los argentinos pasáramos a ahorrar informalmente, estérilmente, e insolidariamente en dólares, rompiendo el círculo virtuoso de la economía, del ahorro, inversión, empleo y consumo. Y además puso al país bajo la tutela del FMI y el Banco Mundial, a lo largo de 22 años, e hizo que luego reapareciera nuevamente en el 2018. Cuyas recetas estuvieron lejos de entender, adrede o involuntariamente, lo que realmente sucedía con la idiosincrasia argentina, a contramano de otras economías en el mundo.
Hasta entonces, más allá de sus duros conflictos y armonías, Argentina era un país señero en Sudamérica. Detentaba el más alto PIB per cápita, con una extensa clase media, y un nivel educativo que se distinguía en la región; con una pobreza estructural de alrededor del 6 %; y un alto índice de su población activa con empleos registrados, y sus derechos laborales garantizados, en el marco de una industria independiente y pujante, pionera en Sudamérica.
A partir de allí con la democracia, al compás de las recetas del FMI y de la fuga e informalización de las tenencias de divisas, Argentina se fue hundiendo en la falta de crecimiento, el desempleo, y el aumento incesante de la pobreza estructural y la marginalidad, en un acelerado proceso de latinoamericanización. Y los paliativos que intento al respecto, desde la Caja de PAN de Alfonsín, hasta los Planes Trabajar y Tarjetas Alimentarias de Alberto Fernández, pasando por la AUH, no fueron genuinos. Solo torpes parches que hicieron que con la democracia no se come, ni se educa, ni se sana, como declamaba Alfonsín. Además de deteriorar las actitudes de esfuerzo propio y ayuda mutua, que caracteriza a las comunidades vigorosas.
Y así ese enorme desencanto cultivado y acrecido a lo largo de 40 años, hizo que apareciera un fenómeno como Milei. Quien, como líder falso e inescrupuloso, con sus trasnochadas recetas, y como títere de los intereses de un EEUU aquejado por la pérdida de su hegemonía, parece destinado a llevar a Argentina hacia su desastre final. Con la virtual enajenación de nuestros recursos naturales más valiosos, con el régimen del RIGI para fomentar la inversión extranjera.
Ver RIGI: “Régimen Incentivo Grandes Inversiones”, el estatuto del saqueo de Milei
Cuando los ahorros acumulados por los argentinos a lo largo de cuarenta años de debacle, son más que suficientes para poner en explotación esas riquezas. Si hubiera un liderazgo político con capacidad de movilizar la confianza y el entusiasmo por la auto realización, en una sociedad que cuarenta años de fracaso la ha sumido en la desconfianza, el cinismo, y la desesperanza. Y que como ultima ratio a depositado la esperanza en un energúmeno que la va a llevar a otra gran decepción.
Ver Malvinas 1982 – FMIlei 2023: otra aventura con final desastroso
Facilitado en esa tarea por una elite política y dirigencial, cada vez más degradada en todo sentido, que no ve más allá de la nariz de lo que sucedió y sucede en nuestro país y en el mundo, y en lo que esto atañe a Argentina. Qué rompiendo el pacto moral intergeneracional, ha aceptado que el déficit cero de Milei se base en hundir a una generación de jubilados en la miseria y la desesperación.
Y ahora se enfrenta al test ácido de aceptar, que en aras de su plan económico absolutamente subordinado a EEUU como fabricante de dólares y prestamista de última instancia, que tiene como prenda el ingreso de Argentina como socio global de la OTAN, se malbarate el consenso y la aspiración de los argentinos en relación con el conflicto de Malvinas. El qué con la guerra de 1982, con sus muertes, heridos, y suicidios posteriores, diezmó a una generación de jóvenes, que se sumó a la de los desaparecidos.-
Ver PRESUPUESTO II: Revela que Milei desconoce enteramente la historia argentina 1900-2001
Ver PRESUPUESTO III: Revela que Milei ignora la historia económica argentina – Resumen
Como lo pudiste constatar, nuestras investigaciones, son fundadas, independientes, con datos públicos y verificables y siempre sobre el poder real. Su producción lleva días, semanas, hasta meses de trabajo. Y son abordadas con la mayor honestidad, profesionalidad y rigurosidad periodística. Si está a tu alcance, podes colaborar con este periodismo libre, de calidad, sin injerencia de empresas o gobiernos.
Debe estar conectado para enviar un comentario.