Banana Republic of Argentina: La historia se repite como tragedia con Milei,  Caputo y su banda

Días atrás presenciamos el acto mas indecoroso protagonizado por algún presidente argentino. A Milei sentado en el borde de una silla como un monaguillo, sosteniendo con sus manos el posteo que el presidente de EEUU Trump le acaba de obsequiar, que proclama una obscena injerencia en los asuntos internos argentinos. Esta es la culminación de una política económica aventurera, protagonizada por el ministro Caputo, cuyo único fundamentals son las relaciones carnales explícitas con EEUU e Israel..
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El presidente Javier Milei asumió su mandato prometiendo que terminaría con la “casta” política, la corrupción y el “capitalismo de amigos”. Si nos atenemos a la definición de “casta”, esta es “un grupo cerrado, generalmente unido por linaje, que disfruta de privilegios especiales”. Pero en su sentido peyorativo designa a los grupos cerrados de amigos y familiares que hacen negocios, a menudo de dudosa legalidad, aprovechando su posición privilegiada en el Estado, y que además aparecen “acomodados” en diferentes puestos, gobierno tras gobierno, sin que sea un impedimento para ello haber hecho desastres durante sus gestiones anteriores.

En ese sentido nada podría reflejar mejor el sentido de “casta” que el Ministro Luis Caputo y sus familiares y amigos, quienes controlan los destinos del país en una “Caputocracia” -al decir del periodista Pagni- donde la misma fórmula se repite una y otra vez para llevar a los mismos desastrosos resultados: Un país con una deuda impagable, una economía que parece haber pasado por una guerra, los bienes del Estado rematados y enajenados… y algunos pocos haciendo negocios con la ruina de la Patria.

CAPUTOCRACIA: Los negocios de las aseguradoras que involucran al ministro de Economía Luis “Toto” Caputo

Ya se ha hablado en este mismo portal sobre los tejes y manejes del actual Ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo. Haciendo un breve repaso, recordemos que Toto Caputo llegó a la política de mano de Mauricio Macri, quien lo nombró al frente del Ministerio de Hacienda. Luis Caputo había sido hasta ese momento un ejecutivo del banco estadounidense J.P Morgan, y presidente de la filial argentina de Deutsche Bank. Sin duda pesó en la decisión el hecho de que fuese primo del empresario “Nicky” Caputo, el “amigo del alma” de Mauricio Macri, cuyas empresas fueron beneficiadas una y otra vez con obra pública durante su gestión, tanto en la de CABA como en la de Nación.

El gobierno de Cambiemos había anunciado públicamente que iba a pagarle a los “fondos buitre” todo lo que reclamaban en los tribunales de Nueva York. El periodista estadounidense Greg Palast reveló en una entrevista en 2017 que Paul Singer, dueño del principal fondo de inversión que beligeraba fuertemente contra la Argentina, financió la campaña presidencial de Macri. Macri negó la acusación, pero lo cierto es que con el único fin de pagar la deuda con los holdouts, Argentina emitió la mayor suma de deuda para cualquier nación en desarrollo desde 1996. Allí comenzó a potenciarse un lento espiral de endeudamiento, que ya había comenzado en el gobierno anterior.

Paul Singer
Paul Singer, dueño del fondo de inversión Elliot Managment, uno de los principales litigantes contra Argentina en 2015.
Caputo y Bausili los endeudadores seriales

Entre 2016 y 2018, el ministro de Finanzas Caputo colocó deuda internacional por 44.914 millones de dólares, a través de 18 tipos distintos de bonos. La operación parecía beneficiosa, pero como ha demostrado Javier Llorens en este mismo sitio, mediante un truco premeditado, se le permitió a los bancos una ganancia diez veces superior a la corriente. Durante la gestión Caputo, mucha información que antes se publicaba rutinariamente en relación a la colocación y contratación de deuda, comenzó a volverse cada vez más opaca.

Deuda: Caputo pagó comisiones fraudulentas a los bancos por $ 12.000 millones y sus ganancias no acaban allí

Luis “Toto” Caputo también tiene sus “amigos del alma”, y uno de ellos es Santiago Bausili. Bausili hizo su carrera durante casi 20 años en el JP Morgan, donde fue el segundo de Caputo, y en el Deutsche Bank, también con él. En 2016 se incorporó al gobierno como subsecretario de Financiamiento.

Santiago Bausili, actual presidente del Banco Central.
Santiago Bausili, actual presidente del Banco Central.

Santiago Bausili negoció el pago a los Fondos Buitres, entre otros con Deutsche Bank, que era el segundo en importancia de los agentes colocadores. El problema fue que aún cobraba como empleado de ese banco, al cual había renunciado formalmente solo dos días antes de asumir (según la ley argentina, debió esperar tres años). No solo estuvo a ambos lados del mostrador, sino que no se privó de comprar títulos públicos para obtener ganancias con la misma deuda que supuestamente negociaba buscando las mejores condiciones para el país.

Dólar futuro: El ministro “Toto” Caputo y sus familiares y amigos se alzaron con $ 1.591 millones
La costosa deuda pública clandestina por u$s 8.000 millones del ministro “Toto” Caputo es una bola de nieve

En 2017, Toto Caputo tuvo que dar explicaciones ante el Senado por su política de endeudamiento continuo, pero sobre todo, porque había estallado un escándalo al hacerse público que figuraba como propietario de un entramado de compañías en las islas Caimán, administradas por Noctua Partners LLC, que a su vez eran propietarias de otras offshore, algunas de las cuales eran tenedoras de bonos argentinos colocados por él mismo, lo cual aumentó la sospecha de “retornos” obtenidos durante la negociación con los fondos.

En esa ocasión, al verse acorralado, el ministro intentó una confusa maniobra con un papelito con una frase escrita pasado por lo bajo, que tal vez fuese un pedido de clemencia desesperado o un ardid para hacer enojar a una diputada, pero que le permitió abandonar el recinto sin contestar más preguntas.

Caputoffshores : Un día después del escándalo por la offshore de “Toto”, su primo el cónsul “Nicky” abrió otra en Florida.

Reconocimiento de deuda de Caputo a Buitre
El 3 de febrero de 2016 Luis Caputo hizo un reconocimiento de deuda de un fondo buitre por 842 millones de dólares en un papel manuscrito de su puño y letra sujeto a aprobación por parte del Congreso.

El mamarracho de los acuerdos con los buitres aprobados por el Congreso

Como si quisiera hacer ostentación de su voluntad de endeudarnos, ese mismo año Caputo emitió el famoso bono de deuda pública con vencimiento a los 100 años, con una altísima tasa de interés, del 7,125%. Ese bono, además de ser ruinoso para las generaciones futuras, fue de hecho ilegal. La emisión había sido autorizada por el Congreso Nacional en la Ley de Presupuesto, pero no la cantidad exhorbitante de años.

Deuda a 100 años: desfalco de U$S 5.000 millones e interés del 11 % anual

El 75 % de estos bonos fueron comprados por el fondo extranjero Franklin Templeton, y otra gran parte por BlackRock. En el “inclosure” del bono, que es la advertencia que se hace a los interesados en adquirirlo, se señalaba que la Argentina iba a tener conflictos sociales y aumento del déficit, y posiblemente la deuda no se iba a poder pagar.

Evolución de la Deuda
Evolución de la deuda nacional en relación al PBI durante los gobiernos de los últimos 30 años. Fuente: Statista (a partir de datos del FMI)

Con los mercados financieros cada vez más cerrados, en 2018 la Argentina volvió a recurrir al FMI, luego de 15 años de no hacerlo, gracias a que durante el mandato de Néstor Kirchner se había logrado cancelar la deuda con el organismo. El 7 de junio de 2018, luego de una larga deliberación, el FMI le acordó a Argentina un préstamo de 44.500 millones de dólares, el más grande de su historia.

El plan estúpido del FMI y Macri enfrentando un embrollo de u$s 245 mil millones con u$s 33 mil millones, y la dolarización

El polémico acuerdo de 2018 fue denunciado como malversación de fondos públicos por sus numerosas irregularidades, incluida el hecho de haber dado a los dólares un uso diferente al declarado y contrario a los estatutos del FMI. En la causa, conocida como FMIgate, fueron imputados el expresidente Mauricio Macri, el exministro de Hacienda Nicolás Dujovne, Federico Sturzenegger, Luis Caputo (quien en 2018 pasó a ser Presidente del Banco Central) y Guido Sandleris. Naturalmente, la causa ha sido “cajoneada” por la Justicia a lo largo de los diferentes gobiernos hasta la actualidad.

El plan estúpido del FMI y Macri que causó un enorme estrago en la economía

Los dólares prestados por el FMI se fugaron casi inmediartamente del país, ya que el gobierno de Macri previamente había levantado todas las regulaciones existentes para la compra y venta de dólares, a pesar de que en esa ocasión el mismo FMI le había pedido a Dujovne que pusiese restricciones para frenar la fuga. Los dólares frescos adquiridos fueron subastados por el gobierno casi inmediatamente en grandes cantidades, aunque en el Memorandum de acuerdo con el FMI se había comprometido a realizar una venta muy limitada.

Esto se hizo sabiendo perfectamente que los tenedores de Lebacs con altísimas tazas de interés estaban aguardando el ingreso de esos dólares, y harían inmediatamente un negocio fabuloso mediante el carry trade (esto es introducir un monto considerable de dólares, cambiarlos por pesos, cambiar estos pesos por bonos emitidos por el gobierno que ofrecen tasas de interés desorbitantes, y volver a cambiarlos a dólares en el momento adecuado, haciendo una diferencia fabulosa).

El monto de Lebacs emitidas por el gobierno, equivalente a 46.100 millones de dólares, casi iguala el monto de dólares del préstamo del FMI (44.500 millones) y el monto de fuga de capitales del sector privado (45.100 millones). Este último monto incluye giros de las empresas extranjeras a sus casas matrices, atesoramiento en cuenta en el exterior, y unos 11.500 millones fugados por los “capitales golondrina”. Durante el mandato de Macri, cien personas o empresas, cuya identidad se encuentra protegida por secreto bancario, compraron 24.679 millones de dólares.

En la investigación del lamentablemente fallecido fiscal Federico Delgado se pudo establecer que Luis Caputo realizó operaciones con sus tenencias de Lebac y sus empresas off-shore, como la compra de 5 millones de dólares del bono centenario.

En aquella época Javier Milei, quien era un simple panelista de televisión, criticaba duramente a Caputo por “quemar reservas del Banco Central” y decía que la causa de la suba del riesgo país era el endeudamiento desproporcionado propiciado por el mismo gobierno.

Milei en 2018
Javier Milei y su postura en 2018. Ahora parece haberle agarrado amnesia.

Los continuos préstamos solicitados al FMI no van a obras públicas, ni a un plan de industrialización, ni crean puestos de trabajo, simplemente son millones de dólares que se “queman” para sostener ficticiamente el valor del dólar (o mejor dicho el del peso) y evitar una devaluación muy brusca que afecte al gobierno, la cual sólo se retrasa un poco más, y debe ser pospuesta con más deuda.

El deficit fiscal estructural, producto en definitiva de una economía poco desarrollada y estancada, se intenta cubrir con deuda, que no hace más que patear el problema para adelante, y con emisión monetaria. Para evitar la inflación generada por esta última se recurre a bonos, que nuevamente no hacen más que patear la inflación para adelante. Se mantiene el valor de referencia del dólar, pero los precios en dólares de los bienes de consumo aumentan.

En medio de esta bicicleta insensata y continua, que no hace más que posponer la resolución de los problemas económicos con la esperanza de que la burbuja le estalle al siguiente gobierno, lo único que se genera son negocios millonarios de los especuladores financieros, especialmente los extranjeros, a quienes se transfiere la riqueza genuina del trabajo de los argentinos.

Una política tan miope despierta justificadas sospechas de que el mecanismo de endeudamiento continuo (el peor grillete que cualquier gobierno puede tener) y la fiesta de ganancias para los especuladores no es un accidente, sino el objetivo de una política económica totalmente condicionada, cuando no cómplice, de los bancos extranjeros y fondos de inversión. Por supuesto, no sorprende encontrarse con que algunos de los funcionarios que posibilitan esa sangría de las riquezas nacionales aparezcan con cuentas dudosas en paraísos fiscales.

Amigos son los amigos.

Al finalizar el mandato macrista, Caputo se retiró a la función privada con perfil bajo. Fundó una consultora financiera, ANKERr Latinoamérica, la cual supuestamente fue contratada varias veces por Blackrock, su principal cliente. Santiago Bausili se fue a trabajar con él. Desde allí hicieron algunos negocios con el Estado, concretamente con la Ciudad de Buenos Aires, mediante el proyecto de Paseo Gigena.

En abril de 2021, el juez Sebastián Casanello procesó a Bausili por haber dirigido la negociación con los holdouts mientras aún cobraba un sueldo del Deutsche Bank, y lo embargó por 10 millones de pesos. La sentencia fue apelada ante la Cámara Federal de Apelaciones, con la intervención del abogado hermano del ministro de Justicia, Matías Cuneo Libarona. La cual el 6 de diciembre 2023 en vísperas de la asunción de Milei, y la designación de Bausili como presidente del Banco Central, dispuso la falta de Mérito. Pero luego en noviembre 2024 la Cámara de Casación confirmo el procesamiento del actual presidente del Banco Central por el delito de negociaciones incompatibles con el ejercicio de la función pública.

Otros dos hombres de confianza y amigos de “Toto” Caputo son Mariano Federici y Juan Alberto Pazo, a quienes no podemos dejar de mencionar. Aunque se han mantenido alejados de la cartera de Economía, han sido aliados fundamentales de su armado político. Ambos son abogados.

Antes de ingresar a la función pública, Federici trabajó durante diez años como asesor en el departamento jurídico del FMI. Pazo, en cambio, se dedicaba a negocios empresariales en el país, como CEO de las empresas textiles Alas y Las Blondas SA (firma detrás de Rapsodia). Había llegado a ese puesto gracias a su mujer, ya que las empresas fueron fundadas por Francisco De Narváez, Josefina Helguera Zuberbülher (la esposa de Juan Pazo) y la ex-modelo Sol Acuña. Actualmente Pazo sigue siendo presidente del directorio.

Juan Pazo, actual director de ARCA.
Juan Pazo, actual director de ARCA.

En 2013, Francisco De Narváez fue denunciado por la AFIP por presunta evasión tributaria ante la UIF (el organismo encargado de perseguir el lavado de dinero), y simultáneamente fue denunciado por la misma razón internacionalmente, por el Citibank y el JP Morgan, ante el FINCEN (órgano equivalente a la UIF dependiente del Tesoro de Estados Unidos).

Cuando Mariano Federici fue nombrado por Mauricio Macri como director de la UIF, llevó consigo a su amigo Pazo, a quien nombró Director de Comunicación Institucional. Naturalmente, Federici no investigó la denuncia contra de Narvaez que salpicaba a su amigo y socio comercial (en la empresa ganadera Caracú Quemado SRL), pero esa amistad no fue la única razón.

En la denuncia hecha en 2024 por el diputado Rodolfo Tailhade, se demostró que Juan Pazo es titular de seis cuentas offshore en Panamá (más que las descubiertas a Mauricio Macri y su familia en el escándalo de los Panamá Papers). Usualmente una cuenta offshore en ese país se abre para realizar evasión fiscal, como mínimo, y es sabido que la gran mayoría están vinculadas al narcotráfico, por lo cual un funcionario de primera línea debería dar explicaciones inmediatamente.

Las firmas offshore de las cuales Pazo aparece como director en Panamá están relacionadas con Rapsodia. En Rapsodia Paraguay aparecen como titulares Josefina Helguera Zuberbühler, María Eugenia Oliver, Fernando Martín Minaudo y Sol Acuña, entre otros. María Eugenia Oliver es la mujer de Mariano Federici.

Offshore de Pazo
Juan Pazo También tiene sociedades offshore registradas en el estado de Florida, EEUU.

 

  • PAZO, JUAN COLETTE INC. P03000143537
  • PAZO, JUAN GUSTAV INC. P04000054345
  • PAZO, JUAN CLEO HOLDINGS, INC. P07000053330
  • PAZO, JUAN HARBOUR HOUSE 1533 CORP. P10000087205
  • PAZO, JUAN SAMUEL COTTONS, INC. P12000074092
  • PAZO, JUAN FRANCHISE COTTONS INC P1700005046

 

Durante su gestión como presidente de la UIF, Federici fue denunciado por incumplimiento de deberes de funcionario público, al haber archivado un sumario contra el banco HSBC Argentina, el organismo más investigado por la UIF, el cual no había reportado operaciones sospechosas del narco-lavado, entre ellas una vinculada al narco colombiano Henry de Jesús López Londoño, alias «Mi sangre». Casualmente la vicepresidente de la UIF, designada también por el presidente Macri, era María Eugenia Talerico, quien había sido abogada del HSBC.

Federici fue sobreseido en 2022 por el juez federal Luis Rodriguez (juez acusado de cobrar sobornos en el marco de una de las causas vinculadas a los Panamá Papers y el ex-secretario de Nestor Kirchner).

Su paso por la UIF fue duramente cuestionado por la AGN al auditar su gestión al frente del organismo, donde resaltó un sinfín de irregularidades, como la falta de información técnica y planes operativos que permitan saber de qué manera el organismo cumplió con su función. Durante su gestión, la UIF disminuyó cuatro veces sus querellas relacionadas con el narcotráfico, para centrarse en participar como querellante en las causas iniciadas contra la ex-presidente Cristina Fernandez de Kirchner y su entorno, de gran exposición mediática, apareciendo habitualmente el mismo Mariano Federici en la prensa lanzando invectivas.

Federici también tiene una offshore, Castlerigg International Limited, en Curazao.

 

Mariano Federici y María Eugenia Talerico.
Mariano Federici y María Eugenia Talerico.

Luego de abandonar la gestión pública, Mariano Federici pasó inmediatamente a trabajar para la empresa de inteligencia de EEUU, K2 Integrity, de la cual actualmente es director senior en su sede en Washington. Esto constituye un delito, tipificado por la ley argentina (ley 25.246, artículo 10), que especifica que luego de pasar por el puesto de director de la UIF no está permitido ejercer por dos años actividades en empresas privadas que estén bajo la órbita de control del mismo organismo. Su caso de conflicto de intereses no fue desgraciadamente excepcional, ya que la Alianza Cambiemos dejó en la Oficina Anticorrupción de Laura Alonso más de 130 expedientes sin atender, con casos de funcionarios con conflicto de interés, sin embargo, este es uno de los más escandalosos.

En 2024, funcionarios de la UIF filtraron información confidencial del organismo, a la que solo deben tener acceso funcionarios del gobierno argentino. El expediente con la información sensible fue otorgado a K2 Integrity, directamente a su ex-jefe Federici, como parte de un proceso de licitación que finalmente no se concretó. El hecho recibió una denuncia penal.

K2 Integrity es un desprendimiento de la famosa Kroll Asociated (su CEO es Jeremy Kroll), la más famosa empresa de investigación del fraude empresario, la cual gradualmente ha absorbido a decenas de empresas similares hasta obtener hoy día casi un control total del rubro. Es conocida como “el ojo privado de Wall Street” o “la CIA privada” por sus trabajos de inteligencia para las grandes firmas del capital financiero. También es proveedora de servicios de seguridad.

Entre sus directivos figura Juan C. Zarate, quien fue “zar del contraterrorismo” durante la administración Bush. Ambos servicios, de inteligencia y seguridad empresarial, comenzaron a ser ofrecidos por la empresa en la Argentina a fines de los años ’90, cuando el director de su filial argentina era Enrique Zaddoff, directivo histórico de la DAIA.

Entre otras cosas, era la empresa de seguridad que cuidaba al fiscal Alberto Nisman y ofrecía seguridad a Alfredo Yabrán, e internacionalmente fue la responsable de la seguridad de las Torres Gemelas durante el 11 de septiembre de 2001. Este tipo de agencias nacieron en los EEUU, y suelen ser subcontratadas por los organismos de inteligencia y seguridad estatales, para realizar las tareas que a ellos pueden resultarle demasiado comprometedoras. En Kroll y K2 Integrity abundan ex-agentes de la CIA, el FBI, el MOSSAD, la DEA y otras agencias del mundo.

Mariano Federici

Es comprensible que un exfuncionario con contactos internacionales como Federici haya terminado trabajando allí. La duda que surge es en qué sentido usa la información clasificada que recabó durante su gestión como director de la UIF.

Volviendo a Pazo, este por su parte, continuaría hasta 2017 en la UIF, para luego ser nombrado por el presidente Macri como Superintendente de Seguros de la Nación (el organismo encargado de regular a las compañías de seguros), con rango y jerarquía de subsecretario. En ese rol conoció el nicho de las superintendencias de seguros, de manera que cuando dejó la función pública, aprovechó los contactos establecidos para fundar su propio emprendimiento, el fondo ganadero Invernea SRL.

Invernea se autodefine como un equipo de profesionales agropecuarios y financieros que gestionan proyectos de inversión. Casi todos los clientes de la empresa son las compañías aseguradoras a las que Pazo supuestamente debía controlar y poner límites mientras era funcionario: Allianz, Holando, La Caja, La Segunda, Mercantil Andina, RUS, Zurich, San Cristóbal y Triunfo Seguros.

Lo que resulta particularmente llamativo de Invernea es que parece ser un reservorio para todos los amigos de Pazo momentáneamente sin trabajo en el Estado, lo cual muestra elocuentemente los lazos estrechos que los unen. El 90% de la empresa es de Juan Pazo y el 10% es de Martín Voss. Martín Voss fue gerente de coordinación general en la Superintendencia de Seguros, donde trabajaba a las órdenes de Pazo.

El gerente de asuntos legales de Invernea es Ignacio Federici, hermano de Mariano Federici. Ignacio Federici también fue empleado de Juan Pazo en la Superintendencia de Seguros. Antes de eso había trabajado en IECSA S.A., empresa de la familia Macri. Y Luis Nicolás Caputo, hijo de «Toto» Caputo, es el responsable de finanzas de Invernea. Antes de conseguir ese puesto, fue empleado de Las Blondas.

 

Invernea

El gerente de producción de Invernea es Estanislao Iraeta, el hijo de Sergio Iraeta, el actual Secretario de Bioeconomía (que antes era Agricultura, Ganadería y Pesca), designado por Pazo y Caputo en julio de 2024. Iraeta es un productor agropecuario con experiencia, pero además es de confianza de Pazo por pertenecer a su círculo familiar, son concuñados.

Las “puertas giratorias” entre el sector privado y la función pública no son un mal exclusivo de nuestro país, pero aquí alcanzan un desparpajo sorprendente, y claramente constituyen posibles delitos: Negociaciones incompatibles con la función pública, enriquecimiento ilícito, cohecho, malversación de caudales públicos, evasión impositiva, lavado de dinero… La corrupción desgraciadamente carcome a toda la estructura política argentina, pero cuando la función pública se usa además para dañar los intereses nacionales en connivencia con entidades extranjeras, constituye una flagrante traición a la Patria.

El retorno de los brujos

Durante el gobierno de Alberto Fernández, con Martín Guzmán al frente de la economía (otro muchacho formado en Estados Unidos, pero en la variante supuestamente “cuestionadora” de la ortodoxia del ex funcionario del FMI Joseph Stiglitz), la deuda pública siguió aumentando, en parte debido a la pandemia de Covid-19, y en parte porque la deuda externa reestructurada bajo legislación extranjera alivió los plazos pero aumentó el stock.

Ante sus pésimos resultados para controlar la inflación, Guzmán fue reemplazado por Sergio Massa, quien luego de perder las elecciones presidenciales se fue a trabajar a Greylock Capital Management, un fondo de inversiones estadounidense que participó en la reestructuración de la deuda privada realizada por Martín Guzmán, con una posición menos agresiva que otros bonistas.

En ese clima de desasosiego y falta de opciones, una persona cuyo único mérito era agitar una motosierra en el aire terminó dirigiendo los destinos de la Patria. Sí, nos referimos a Javier Milei, ese extraño hombre continuamente medicado, que habla con un perro muerto a través de una medium de animales, Celia Melamed, y le asigna a cada perro un puesto como consejero en un área ministerial. Quien además cree haber conocido a su perro muerto en otra vida, enfrentándolo como león, cuando fue gladiador romano. Quien fue convencido por el rabino Axel Wahnish (luego nombrado por él como embajador de Argentina en Israel) de la secta ultraortodoxa Jabad Luvabitch, de tener una misión divina especial.

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Milei había prometido una renovación política a un electorado harto de que se sucediesen en el poder dos bandos, que terminaban traicionando sus promesas de campaña de la misma manera. Sin embargo, no fue así, y después del kirchnerismo grisáceo de Alberto Fernández lo que vino fue una reedición estridente y con cosplayers del gobierno de Macri. Volvieron los mismos para hacer exactamente lo mismo, calcado, como si no hubiera pasado nada.

Luego de ganar las elecciones, Javier Milei viajó a Estados Unidos, y a la vuelta de su viaje confirmó que el nuevo ministro de Economía sería el viejo “Toto” Caputo. Se incorporaron al gobierno todos los muchachos de J. P. Morgan: Toto Caputo, Santiago Bausili, el chileno-argentino José Luis Daza (empleado de J. P. Morgan y Deutche Bank, actual viceministro de economía), Vladimir Werning (actual vicepresidente del Banco Central, también empleado del J.P Morgan) y Pablo Quirno (ex-director para Latinoamérica de J.P Morgan).

Caputo y Bausili debieron mudarse de Nueva York, donde residían, cercanos al centro financiero de Manhattan para el que trabajaron toda su vida, y alejados tal vez por precaución de los tribunales argentinos, y radicarse nuevamente en el país.

Milei, en lugar de instalarse para gobernar en la Casa Rosada o la Quinta de Olivos, como todos los presidentes, estuvo un mes prácticamente secuestrado en el hotel Alvear, donde recibió toda clase de visitas que no quedaron registradas, y donde sin dudas se redactó la Ley Bases, pues basta recorrer sus artículos para notar que ese megaproyecto de ley refleja los diferentes intereses y apetencias sobre bienes del Estado de distintos grupos de poder e individuos.

Según el economista Horacio Rovelli, en esa pieza de hotel propiedad de Eduardo Elztain, otro integrante de la secta judía Jabad Lubavitch, puso en contacto a Milei con el mismo Larry Fink, CEO de BlackRock. BlackRock es uno de los principales accionistas de J.P. Morgan – Chase.

Javier Milei y el empresario Eduardo Elsztain
Javier Milei y el empresario Eduardo Elsztain

Lo primero que hizo Caputo al asumir funciones fue llevar a sus socios y amigos consigo (cerró ANKER, donde trabajaban varios de ellos), y, como no había lugar para acomodar a todos, inventó una Secretaría donde acomodar a Juan Pazo, la Secretaría de Coordinación, donde pasaría a controlar los Ministerios de Agricultura, Comercio y Agronomía.

Un mes después de su nombramiento, Invernea SRL se convirtió en SA, y se nombró presidente a Voss. Pazo casi duplicó su patrimonio en 2024, según su declaración jurada, lo cual él ha explicado por el éxito que está teniendo su emprendimiento Invernea. Pazo luego devendrá apresuradamente titular de ARCA, aunque no tiene ninguna experiencia en el área de impuestos, a raíz de la expulsión de su titular anterior en uno de los “arranques” del presidente.

El procesamiento penal de Bausili no fue un impedimento para que Caputo lo convoque como titular del Banco Central (recordemos que toda toma de deuda debe ser firmada por el Ministro de Economía y avalada por el directorio del Banco Central). Como se dijo, un par de días antes de su confirmación, la Cámara Federal porteña revocó su procesamiento.

No podemos omitir en esta lista de parientes y amigos a quien diseñó la campaña de Javier Milei, y según el mismo presidente fue el responsable de su éxito: Santiago Caputo, hijo de un primo segundo de Toto, quien actúa como Jefe de Gabinete en las sombras. Un joven prepotente, sin experiencia, con su cuerpo cubierto de tatuajes alusivos a la mafia rusa, quien, según testigos en la Casa Rosada, toma todas las decisiones importantes junto con Karina Milei, tarotista y repostera antes de llegar a la función pública.

El 13 de agosto de este año la UIF recibió un reporte por sospecha de lavado de dinero de la empresa Zefico SA, que tiene a Santiago Caputo como único empleado. La empresa fue constituida en 2021 por Pablo Costa, amigo y vecino de la familia de Toto Caputo en su country de Pilar, y escribano de su padre. El escribano José Domingo Mangone, quien intervino en la conformación de ANKER, avaló con su firma el acta constitutiva.

Guillermo Garat, uno de los socios de Santiago Caputo en su consultora Move, fue designado en el directorio de YPF, mientras que el otro socio fundador de Move, Rodrigo Lugones (hijo de Mario Lugones, el actual ministro de Salud), funge igualmente como asesor en las sombras en la Casa Rosada. Tal vez podemos ser “comprensivos” con ellos y reconocer que en un gobierno de improvisados como el de Milei, recurrir a parientes o amigos es casi una necesidad.

Santiago Caputo y Karina Milei
Santiago Caputo y Karina Milei

Luis Toto Caputo también puso en un puesto clave en Yaciretá, o sea en el área de Energía, a su primo Diego Aduriz. Este y su padre, Manuel Aduriz, son socios fundadores junto a Hugo y Flavio Caputo (los dos hermanos varones de Toto) de la empresa La Cardenaria, registrada como “agente extrabursatil”. Al parecer Aduriz ya está en mejores relaciones con la familia, y les ha perdonado a los hermanos Caputo que lo hayan intentado “acostar” haciéndole firmar pagarés en blanco.

Ante la denuncia originada por aquel hecho, tomó estado público que la empresa funcionaba como una “mesa de dinero”, por lo cual la Superintendencia de Operaciones Financieras y Cambiarias, multó a los cuatro socios y los inhabilitó por cinco años. Los hermanos Caputo posteriormente fundarían varias empresas más, entre ellas una empresa fantasma, Caputo hermanos SA, la cual jamás presentó sus estados contables a la Inspección General de Justicia.

Sólo saltó a la notoriedad cuando se supo que le había dado casi 12 millones de pesos a Jonathan Morel, quien propulsaba en las redes el asesinato contra la expresidente Cristina Fernández de Kirchner. El que luego intentaron llevar adelante los hoy condenados Fernando Sabagh Montiel y Brenda Uliarte.

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La obsesión por los verdes y la debacle final.

Antes de que su nombre sonara nuevamente como ministro, Luis “Toto” Caputo, el hombre que como vimos está rodeado de un entorno denunciado por actividades ilegales y fraudulentas, convenció al candidato Javier Milei de la viabilidad de un plan de dolarización inmediato que había redactado con su consultora ANKER. Basado en una ampliación del crédito del FMI y nuevos préstamos de megabancos internacionales.

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De esa manera Caputo y sus compinches de ANKER embocaron a Milei, siendo ese utópico plan una de las principales promesas de campaña del candidato. Y ante la imposibilidad de llevarlo a cabo tras el correspondiente viaje a Washington de Caputo antes de asumir, junto con Milei, de donde volvieron con las manos vacías, comenzó la gran aventura económica. Con una enorme devaluación sin plan posterior, salvo la tablita del dólar para abatir la inflación, y la aparición posterior de otro tipo de dolarización: la dolarización endógena.

El 18 de septiembre pasado, el exviceministro de Economía Joaquín Cottani, un ex secretario de Financiamiento puesto allí por Mingo Cavallo, quien acompañó a Caputo en los primeros meses de gobierno de LLA (duraría sólo seis meses, para ser reemplazado por José Luis Daza), reveló en una nota a La Nación cómo fueron las deliberaciones en torno a aquel plan.

Calificó la solución propuesta por Caputo de “quimérica, impracticable… Que me sorprende, porque es un tipo inteligente, que conoce los mercados, pero esto no encaja en ningún manual de teoría monetaria”. En palabras de Cottani “Yo al principio pensaba, ‘no es así’. No lo entendía. Tenemos que tener un plan que se pueda explicar; si no lo entiendo yo, no se lo podemos explicar ni al Fondo ni nadie. Y me resistía a creer qué era lo que estaba escuchando”.

El plan del “mago de las finanzas” con la dolarización endógena, era simplemente que el BCRA deje de emitir pesos, argumentando que de esa manera los dólares de “la gente” por la fuerza iban a “salir del colchón” (un eufemismo popular que se usa tanto para los ahorros de la clase media, como para las ganancias no declaradas guardadas en cajas de seguridad o cuentas ocultas en el exterior). Desconociendo enteramente la tóxica relación que tienen los argentinos con el dólar, que no la tienen otros países de la región.

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Entonces según Caputo, con el agregado de la amenaza de bajar el dólar a $ 600, y el lanzamiento de la política de la “presunción de inocencia fiscal”, la dolarización iba a realizarse casi espontáneamente y por sí sola. Así se lo “vendió” a Milei, cuyos conocimientos de economía, aunque él diga otra cosa, son rudimentarios. “Vos podés dolarizar, no hacen falta reservas, se congela la oferta monetaria y la economía se dolariza sola”, dijo, a lo cual Milei contestó exultante: “Hacelo”.

Según Cottani “nunca hubo un paper escrito” sobre ese fantástico plan, y ante la sugerencia de redactarlo para conocimiento del FMI, se le respondió con ironía: “El Fondo está más perdido que yo a la hora de entender esto”.

En los momentos de crisis los amigos se desconocen, y Cossetti no fue el único en burlarse del plan de Caputo de “secar” la plaza de pesos y obligar a hacer las transacciones con los dólares guardados. Sturzeneger salió a manifestar un día después que siempre lo consideraron inviable.

Desconocemos quién asesoraba a Caputo en la redacción de tan quimérico plan, aunque el economista Steve Hanke, un verdadero “fanático” de la dolarización, afirmó haber estado en contacto con el equipo económico. Este economista norteamericano, ligado a la Universidad Johns Hopkins y al think-tank libertario CATO, hizo apariciones en la prensa nacional (La Nación) y extranjera (BBC) durante el gobierno de Alberto Fernandez, haciendo una campaña muy agresiva por la dolarización en Argentina, afirmando que “el peso argentino debía ser puesto en un museo”, y que “hay que matar al peso. Es un veneno, un cáncer”.

Antes de que por esos lares se mencionase absolutamente nada sobre dolarizar, y que LLA redujese su obra de gobierno a cortar completamente la inversión estatal, Hanke declaraba a la BBC, el 5 de octubre de 2020, que a la Argentina había que ponerle “una camisa de fuerza monetaria” para que el Banco Central no pudiera darle crédito a las autoridades fiscales, y que debíamos reformar la Constitución para que prácticamente no puediesen sancionarse impuestos nuevos, llevando los “gastos” del Estado a cero.

El mismo entrevistador de la BBC le hacía notar los injustificados costos sociales de esas medidas, y que la supresión de la moneda nacional nunca se había intentado en una economía mediana o grande, ni la dolarización había funcionado en general, pero Hanke se mantenía inamovible como un poste libertario. Se ufana de ser el responsable de la dolarización de Ecuador, ser “el padre de la convertibilidad” argentina en los ´90, y de haber acercado un primer plan de dolarización a Menem en 1999.

El plan de Caputo fracasó estrepitosamente, dejando al ejecutivo aparentemente sin ninguna otra idea. Durante su primer año de gestión el gobierno de Milei se vio obligado a emitir el doble de pesos que el gobierno anterior. El Banco Central emitió principalmente para comprarle dólares a los exportadores y cubrir así la falta de reservas utilizadas en pagar intereses de la deuda externa, o para pagar pasivos remunerados (títulos de deuda) a los bancos. En realidad la emisión silenciosa siempre estuvo allí, inflando las ganancias en pesos del carry trade.

Los dólares tampoco salieron todos “del colchón”, lo cual parecía ser el principal interés del Ministro de Economía, al menos no los de las cajas de seguridad de los ricos, pero sí los ahorros de la clase media, cada vez con más problemas para cubrir sus gastos corrientes. El Banco Central, al cual Milei quería “dinamitar”, continúa con su política de baja emisión, con la esperanza de alcanzar lo que llaman “el punto Anker”, la escases de pesos, sin importarles, al parecer, la recesión que eso genera. Ante esa situación, los bancos salieron a pagar tasas por encima del 5% anual para captar depósitos en moneda extranjera.

El lunes 15 de septiembre, Pazo anunció el proyecto de ley de “presunción de inocencia fiscal”. Según los analistas más entendidos, si bien el proyecto encara algunas reformas positivas en el sector, en su forma actual se trata básicamente de un “blanqueo” encubierto, el cual según nos dicta la experiencia, sirve principalmente para introducir en la economía (¿y después fugar?) dólares producto de la evasión fiscal, o incluso de actividades ilegales. El objetivo fue meridianamente expuesto por Pazo en la presentación del mismo, donde dijo que es un plan para “sacar los dólares del colchón”.

MILEI KAPUT/o (I): Toto Kaput/o llevó la macro al 2001, 2015, 2018, y 2023, la salida desesperada que intentan con el Presupuesto

Recordemos qué en la Argentina, los ricos tienen un estimado de 250.000 millones de dólares en inversiones en el exterior, siendo el PBI nacional actual de 633.000 millones de dólares. Podrían atraerse esos fondos al país con diversas políticas que lo hagan atractivo, en lugar de enfocarse tanto en el blanqueo de los fondos dudosos.

Depósitos en dólares del sector privado (en millones). Fuente: Criteria (en base a datos de CIARA – CEC).
Depósitos en dólares del sector privado (en millones). Fuente: Criteria (en base a datos de CIARA – CEC).

La fuga de dólares comenzó a crecer silenciosamente a principios de este año, y fue cada vez más acelerada a partir de la apertura del corralito en abril, para personas físicas sin límites. Este viernes 19 de septiembre todo el tinglado que cubre la máquina de hacer ganancias especulativas y fugarlas estalló. En pleno “viernes negro”, con el dólar disparándose, los bonos en pesos hundiéndose, y el riesgo país trepando casi a 1500 puntos, Caputo quemó 678 millones de dólares de reservas para enfrentar la corrida cambiaria.

Hay que ir hasta 2017, durante el gobierno de Macri, para encontrar una venta similar. Las disparadas del dólar suelen trasladarse a los precios de los bienes de consumo, como ya sabemos. El gobierno quedó al borde del colapso, y Milei tuvo que viajar apresuradamente a los EEUU a implorar un rescate. Las razones de este colapso, exactamente calcado de lo que ocurrió durante la gestión Macri, son las mismas que en 2018:

La desregulación total del mercado cambiario, el endeudamiento desaforado y la bicicleta con las Leliq y sus continuadoras, todo realizado igual que antes por el ministro Caputo y su equipo. La quema de reservas realizada por el ministro, lejos de lograr estabilizar el peso a mediano plazo, parece más bien una manera de financiar la fuga final, garantizando un dólar barato para que los tenedores de bonos puedan irse con su ganancia antes de quedar atrapados. Así lo ve cualquier economista y trader a quien se consulte y hable con honestidad.

Son los mismos especuladores financieros, en especial los internacionales, quienes viendo en el resultado de las elecciones bonaerenses señales de que el ciclo mileísta se acaba, provocan la suba del dólar y comienzan la fuga masiva final. Como siempre, jugaron en el Casino montado por el gobierno hasta notar señales de debacle económica y ahora se están retirando. Ante esta realidad la única propuesta de “Toto” Caputo es apagar el fuego con nafta, y declara “Vamos a vender hasta el último dólar”.

Temiendo el fin del gobierno, Milei viajó desesperado a Estados Unidos en persona, a solicitar un préstamo de rescate al presidente Donald Trump. Fue recibido muy amistosamente y se le prometió un rescate de 20.000 millones de dólares, cuyos detalles aún deben negociarse. El primer día hábil después de haber anunciado el nuevo endeudamiento, el Secretario de Tesoro de EEUU, Scott Bessent, estaba en Buenos Aires imponiendo condiciones. Según trascendió desde el ámbito de Economía, todas las opciones están sobre la mesa, incluso la entrega de yacimientos de hidrocarburos y empresas estratégicas como Atucha.

¿De qué servirá esta entrega de los bienes nacionales, similar a la realizada por el perdedor de una guerra, de concretarse? De nada. Sólo le servirá al inútil gobierno para tener un poco de aire hasta las elecciones. Finalmente, el préstamo se evaporará igual que los anteriores y el default llegará igual, pero todavía más difícil de levantar. El próximo gobierno tendrá opciones cada vez más reducidas y el país estará peor. Para tener una moneda fuerte y un país soberano con margen de decisión en sus políticas, se debe fomentar el crecimiento de la economía real, con industrialización, y se deben tener reservas en el Banco Central. Todo lo demás es ilusión o algo peor.

Todas las “soluciones” coyunturales parecen guiar a un único y mismo resultado: Sacar hasta el último dólar de donde esté y devolverlo a los bancos de Manhattan. Esto tal vez es incluso una necesidad, ya que la Reserva Federal sabe muy bien que el dólar, que imprimen sin otro respaldo más que el hecho de ser moneda de intercambio internacional, se terminaría depreciando si no volviese en algún momento, después de pasar por los circuitos económicos de los confines del mundo, convertido en riqueza real.

Cómo Milei y Caputo dibujaron una primavera financiera con la complicidad de Wall Street y la corrupción

La tiranía financiera

El capital financiero internacional endeuda al país deliberadamente para rescatar los encajes remunerados (principalmente Pases Pasivos, ya que las Leliq fueron discontinuadas) que suman 27 billones de pesos (al tipo de cambio oficial actual, unos 20.400 millones de dólares). A la vez, presionan por una devaluación que abarate todos los activos del Estado, lo cual les permitirá comprarlos a precio de ganga, como han hecho otras veces en el pasado. Otros actores se asocian y aprovechan el esquema montado para blanquear ingresos ilegales. Cuando el Estado ya no pueda pagar, le van a pedir las empresas públicas y los recursos del país.

Para ello ya tienen las leyes necesarias, especialmente a partir de la aprobación de la Ley Bases, redactada en esos días agitados de visitas no registradas al hotel Alvear. Ya nadie le presta a la Argentina, y los bonistas no refinanciarán los vencimientos si no es con algún reaseguro de pago. Se ve entonces cuál fue el objetivo final de toda la trampa astutamente montada. Trump, por otra parte, desea alejar a Argentina de China, y no le interesa ofrecer nada a cambio, menos si encuentra en la presidencia a personas embelesadas con su figura que lo ofrecen todo gratis.

El ajuste irracional de Milei, que ha reducido el consumo del argentino promedio a lo mínimo para sobrevivir, paralizado la obra pública, dejado a su suerte las rutas del país, los hospitales y universidades, no sirve para invertir en la recuperación productiva del país ni crear puestos de trabajo, sino que el dinero ahorrado se utiliza enteramente para pagar vencimientos de una deuda que de todas formas, gracias a la magia del interés compuesto, no para de crecer.

Gasto Público Total Nacional

A fines de 2015, la deuda externa argentina era de aproximadamente 130.000 millones de dólares. Entre ese año y el actual se pagaron unos 133.166 millones de dólares, entre capital e intereses. Hoy la deuda asciende a unos 278.000 millones de dólares, y no se sabe en qué se gastó.

Desde el 1 de enero de 2024 hasta el presente, entraron al país 65.307 millones de dólares: Tuvimos un superávit comercial de 22.676 millones de dólares, con el campo obteniendo buenas cosechas, y por el blanqueo de capitales de dudosa legalidad, ingresaron otros 20.631 millones de dólares, a los que se suman préstamos del FMI y el Banco Mundial por 19.000 millones de dólares, más las REPO, etc. Como resultado las reservas del Banco Central aumentaron en 20.000 millones y se pagaron 19.000 millones de deuda. ¿Dónde están los 26.000 millones que faltan?

Milei, Caputo, y Bausili, falsificaron el resultado de un blanqueo de USD 22 mil millones que no fue tal

Son los 26.000 millones de dólares fugados desde abril de 2025, cuando se eliminaron las restricciones, por los que nadie en el Congreso pide explicaciones a ningún funcionario, de la misma manera que han renunciado hace mucho tiempo a supervisar y aprobar los empréstitos contraídos con organismos extranjeros, como indica la Constitución. Los próximos vencimientos de deuda en dólares son apremiantes y el gobierno ya no sabe cómo los va a pagar, aún contando con la ayuda de Trump.

Cronograma de vencimientos de la deuda externa argentina para los próximos años.Fuente: Salvador Vitellli (Romano group)
Cronograma de vencimientos de la deuda externa argentina para los próximos años.
Fuente: Salvador Vitellli (Romano group)

Las excusas para repetir siempre la misma receta económica son miles (deuda heredada, necesidad de dólares, controlar la inflación) pero ninguna funciona. No tiene sentido pretender salir de una crisis económica acumulando deuda. Todas las soluciones presentadas son parches, o peor que eso, meras excusas. El mismo esquema, mucho menos brutal, viene repitiéndose también con gobiernos anteriores, pero Milei lo llevó al extremo. Sin un verdadero plan productivo, sólo quedan parches y excusas.

En cambio, la receta funciona a las maravillas si la pensamos como una manera de robarle al pais: Los bancos incitan a sus clientes importantes a abrir cuentas en dólares fuera del alcance del fisco. Luego, mediante los “blanqueos” del gobierno se ingresan a la economía los dólares del dinero evadido o productos de actividades ilegales. Se piden más préstamos en dólares a los prestamistas internacionales para manterner una ficción de reservas, y mediante la “bibicleta” de letras emitidas por el mismo gobierno, se lo transforma en ganancias para los especuladores (utilizando pesos que el gobierno en ese caso sí emite sin límite, mientras no lo hace para atender las necesidades de la economía real).

La debacle económica generada produce más transferencia de riquezas. Se liberaliza la compra y fuga de dólares. Cuando ya no pueden pedirse más préstamos y todo está por estallar, los especuladores terminan de sacar todas sus ganancias en dólares del país y dejan que el gobierno caiga. Las ganancias son fabulosas, millones de dólares sin hacer nada. Las empresas y los recursos del Estado quedan listas para ser rematados, y la posibilidad de un gobierno soberano es cada vez menor.

Nada de esto sería posible sin el silencio o complicidad del Congreso, los jueces y los medios de comunicación, que discuten cualquier cosa, menos el robo alevoso y el sometimiento de nuestro país por parte del capital financiero internacional, incluso de los fondos de inversión más turbios.

El FMI colaboró, desde sus más altos directivos, con los peores desastres económicos. Hoy Argentina tiene una deuda con el FMI de 64.000 millones de dólares, la más grande lejos de todos los países miembros, un 28% del total (seguido por Ucrania con 14.000 millones ¡después de 11 años de guerra!). La posibilidad de que los acreedores reclamen bienes del Estado, empresas estratégicas, minerales e incluso territorio es cada vez más segura.

Concluyendo todo este repaso por las hazañas de Caputo y sus amigos, podemos preguntarnos: ¿Es concebible que alguien cometa la misma serie de errores catastróficos dos veces? Sin duda no es la primera vez que los intereses financieros de la city porteña nos colocan un Ministro de Economía, pero nunca se había aplicado el ajuste y la “bicicleta financiera” de manera tan brutal, delincuencial, dejando a la Argentina en una situación de fragilidad para la cual no hay ninguna excusa. Lo cual naturalmente nos lleva a preguntarnos, ¿para quiénes trabajaron realmente Caputo y sus amigos todo este tiempo? ¿Merecen salir impunes de sus supuestos errores?

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