La serie de El Eternauta desde su comienzo respeta muy poco la obra original de Héctor Oesterheld. El trágico autor de ella, qué junto con sus cuatro hijas, tres yernos, y dos nietos, fueron desaparecidos durante la última dictadura militar, por valga la redundancia, militar en Montoneros.
Mas allá de lo que uno u otros hayan hecho, no solo merecían un juicio y una eventual condena dictada por un juez imparcial. Sino que además el extirpar una familia hasta su descendencia, era una pena de la era de las hordas, que la humanidad había abandonado hace milenios. Y ahora la serie dirigida por Bruno Stagnaro, cuyo productor es el multimillonario Hugo Sigman, parece concretar un último despojo a esa trágica saga familiar.
Desde sus mismos comienzos, dado que en la obra original, su protagonista luego por error navegante en la máquina del tiempo Juan Salvo, no estaba en la casa de Favalli, el profesor universitario de Física, sino en su propia casa en Vicente López, donde tenía un modesto taller de armado de acumuladores eléctricos.
Y en consecuencia sale de ella enmascarado, no en búsqueda de su esposa e hija para enfrentarse con quien sea con ese mezquino motivo familiar, presentándolo como un trastornado ex combatiente de Malvinas, como comienza la serie. Sino en busca de víveres y enseres para la sobrevivencia de todos. Y para preservar la vida del profesor Favalli, a quien por sus conocimientos científicos consideraba que había que proteger, mostrando desde el inicio el sentido de profunda solidaridad con que actuaba.
En ese contexto de obra y autor, no se entiende muy bien la escena de consumos en un hipermercado que antes ni existían, para marcharse luego en multitud a refugiarse en Campo de Mayo, sinónimo de dictadura militar. Cuando en la obra original, la marcha era hacia la cancha de Ríver, en la cual Salvo era consciente que impulsada por el Ejercito Argentino -al que luego lo hace figurar como derrotado- él y otros civiles eran usados como carne de cañón.
En esencia, más allá de los efectos especiales y los infantiles slogans de que “nadie se salva solo”, “la solidaridad”, “el compromiso”, la “resistencia colectiva”, que parece haber entusiasmado a sectores “progres”, la primera temporada de la serie es una pedestre obra catastrófica de ciencia ficción “bien argentina”, repleta de violencia y golpes bajos.
En la cual igual que en la obra original, además de los temibles “cascarudos”, se desarrolla una cruenta guerra civil contra los humanos zombis o robots, manipulados por los Manos, controlados a su vez por los Ellos. Que parece ser una metáfora de la profundad división que se puede establecer en una comunidad sin destino, como la que hoy es la argentina, por la acción psicológica de los medios y las redes sociales, alineados y alienados en uno u otro bando.
Que incluso alcanza a la notable promoción con que se impulsó la serie en cuestión, mediante PTN, Propaganda No Tradicional. En la que es muy hábil su productor Sigman, seguramente a cambio de los correspondientes favores. En la cual los medios de “derecha” ensalzan la técnica fílmica, y el rol y carrera de los artistas intervinientes, etc. Mientras que los de “izquierda” ensalzan la “solidaridad” y otras yerbas.
En un país casi único en el mundo, que ha dado la notable muestra de insolaridad de repudiar su propia moneda. Que es un bien común fundamental para un país, como el aire que se respira, como unidad de cuenta, medio de pago, y reserva de valor u ahorro, destinado a la inversión productiva.
Dedicándonos por contrario los argentinos a partir de la dictadura militar, por las razones que sean, a ahorrar insolidariamente y estérilmente en dólares billetes, bien escondidos de los otros y de la luz del sol. Desde los presidentes hasta los ordenanzas, pasando por ministros, empresarios, magistrados, profesionales, y laburantes. Siendo esta la verdadera causa de nuestra debacle a partir de allí, al mismo tiempo que mendigamos el préstamo o la inversión extranjera.
Y ahora este gobierno libertario, que ha demostrado ser absolutamente insolidario, como último escalón en la debacle, pretende hacerse de esos ahorros para engrosar las reservas brutas del BCRA. Y así sostener un plan económico inviable, basado en un enorme atraso del precio dólar, que ha hecho que el país no genere dólares en nuestros intercambios con el exterior. Y por eso hay que obtenerlos de cualquier manera, sea donde sea y cueste lo que cueste, a costa de otro gran engaño a los insolidarios argentinos.
El productor de la serie Sigman
El productor de la serie Hugo Sigman, casado y asociado con Silvia Gold, fue motivo a su vez por parte de Stripteasedelpoder.com el personaje central de una serie de una decena de notas, que revelan sus habilidades como depredador del Estado, de la salud, y también familiar. De las cuales seguidamente se hace una breve síntesis.
De esa manera, paradojalmente, a partir de haberse quedado su suegro Roberto Gold, tesorero del PCA, Partido Comunista Argentino, con capitales que eran de la Unión Soviética, tal como da cuenta el libro “El oro de Moscú”, hoy ha pasado a ser el segundo capitalista mas rico de Argentina, con una fortuna evaluada en USD 6.300 millones. Secundando el libertario Marcos Galperín, quien al menos tiene la virtud de no fingir ser “progre” o algo parecido.

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Con la dictadura militar la familia entera Gold Sigman se fue a España, y allí en 1977 creó Chemotécnica Syntial, dedicada a la compra venta de materias primas para los laboratorios. Y en 1978 dadas las buenas relaciones que la sangrienta dictadura argentina tenía con el PCA, le compró a esa firma vacunas contra el sarampión.
En 1986, con la democracia, Chemo abrió su oficina comercial en Argentina, bajo el nombre de Romikin, focalizada en el desarrollo y la fabricación de principios activos para la industria farmacéutica y veterinaria, que luego se extendió a los países vecinos.

En los ’90, Sigman-Gold compraron en Argentina el Laboratorio Elea, especializado en productos hormonales de alta complejidad. Para eso, se asociaron a la familia Sielecki de los laboratorios Phoenix. En 2010, los Sielecki vendieron Phoenix al grupo británico GSK, y está en el 2017 le transfirió su parte a Elea. Así, Sigman se quedó con Elea-Phoenix, dueña de las marcas comerciales Adermicina A, Biogrip, Bronquisedan, Caladryl, Nopucid, Neumotex nasal, Pervinox, Evatest, entre otros.

En esa misma década, el país padecía la expansión de la aftosa, que perjudicaba a la ganadería vacuna. Ante eso en 1993 Biogénesis desarrolló la primera vacuna anti-aftosa de América Latina. Un año después, en 1994, Chemotécnica Sintyal se fusionó con esa compañía y nació Biogénesis Sintyal, que llevó adelante un exitoso plan para erradicarla.
Pero el cese del mismo aparentemente generó nuevos brotes, entre ellos un nuevo foco de infección en Corrientes en el 2006. Esto facilitó la concentración empresarial que venía llevando adelante Sigman, con la fusión entre Biogénesis-Sintyal y el departamento de la familia Bagó, dedicado a la salud animal.
Así se constituyó Biogénesis Bagó, con una planta en la localidad de Garín. Según cables de los Wikileaks, ese laboratorio fue incluido entre los 300 lugares del mundo que debe mantenerse protegido ante un posible ataque terrorista.
Firma dirigida por Sigman que detenta el monopolio la vacunación antiaftosa en Argentina, cobrándola cada dosis hasta tres veces mas que en los países vecinos, lo cual suscita periódicamente escándalos, como el que ocurrió recientemente y se puede ver aquí.
En 1993, Sigman y su esposa Gold crearon junto con su suegro Roberto Gold, la ONG Mundo Sano, dedicada a reducir el impacto de las denominadas “enfermedades desatendidas”. En 1996, Roberto falleció justo antes de que la fundación estrechará lazos con el multimillonario Bill Gates, en ese entonces conocido por ser el creador de Windows. Actualmente Mundo Sano cuenta con la colaboración del Banco Mundial, y multinacionales de la talla de AstraZeneca, GSK, Novartis y Pfizer.

Hacia fines de los noventa, con esas monopólicas ganancias, Sigman efectuó cuantiosas inversiones ligadas a la actividad agropecuaria, que le permitió adueñarse de ocho establecimientos, esparcidos en el país. También, de la mano de Pomera, tiene inversiones en la industria maderera, al límite con Paraguay. Además, tiene un hotel llamado Puerto Valle, con acceso exclusivo al Parque Nacional del Iberá. Esto le permite “carnear” especies animales como el yacaré, para crear y comercializar coquetos bolsos para el público porteño y barcelonés.
Las ganancias monopólicas de Sigman, también las invirtió desde finales de los noventa, en la producción cultural y de influencia social. Lanzó las revistas periodísticas Tres Puntos, TXT, y El Dipló, la edición local de Le Monde Diplomatique, la única que sigue en pié, a cargo de la editorial Capital Intelectual. Con Oscar Kramer en el 2005, fundó KS Filmes, quizás la productora fílmica privada más importante de habla hispana, que aportó para la realización de El Eternauta.
En el 2009, el país padecía incrementos de contagios epidémicos del dengue y la gripe A, o H1N1. Lo que motivó un documento llamado “Campaña Nacional de Vacunación para el Nuevo Virus de Influenza A H1N1 en Argentina – Año 2010”. Emitido por el Comité Técnico Nacional, encabezado por la infectóloga Carla Vizzotti, jefa del Programa Nacional de Inmunizaciones.
En ese contexto Hugo Sigman se alió con el laboratorio suizo Novartis, para una inversión en territorio argentino para producir vacunas contra esos virus. Prometiendo desembolsar cien millones de dólares en una planta en Garín. En el Google Earth, lo que había allí en el 2010, solamente estaba la planta de Biogénesis Bagó, acompañado de un terreno baldío y unas canchas de tenis. La inversión se realizaría en el espacio vacío.

A cambio el Estado compraría esos productos medicinales durante una década, a precios determinados por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), es decir, bajo la variable del dólar, a pesar que las dosis serían de elaboración local, con lo cual gran parte de los costos eran en pesos.
De esta manera el gobierno kirchnerista, con el impulso del ministro de Salud Juan Manzur y la jefa de Inmunizaciones Vizzotti, declaró de interés público la instalación de la fábrica. Nombres que luego reaparecerían en el 2020 con motivo de la pandemia del Covid.

La veloz licitación pública convocada al efecto, en base a la iniciativa privada de Sigman, tuvo como triunfador cantado de antemano, al consorcio Novaris, Elea y Biogénes Bagó, bajo el nombre de “Sinergium Biotech”.
Para la construcción de la planta en Garín, la firma de Sigman recibió por parte del ministerio de Salud, un enorme adelanto a cuenta de la provisión de vacunas, que no se sabe si fueron entregadas, o si se usaron, porque velozmente la epidemia de la gripe A desapareció sin pena ni gloria. Y la planta de Garín durante años no se construyó.
Casualmente justo el mismo día en que se abrieron las ofertas de esa licitación, 20 noviembre de 2009, el Registro Público de Panamá recibió en su mesa de entrada el acta de disolución de una offshore KEP SA, creada en 2006 por Sigman y su esposa Gold, cuando ocurrió el rebrote de la aftosa correntina.
En el 2011, Argentina con la intervención de Manzur y Vizzotti, actualizó su Calendario Nacional de Vacunación. Agregó en su listado la obligatoriedad de la vacuna contra la gripe, el neumococo, y el virus del papiloma humano o HPV, entre otras.
Por esa razón, desaparecida del panorama la gripe A, Sinergium Biotech con la transferencia tecnológica del laboratorio Novartis, produjo la antigripal Viraflu, la única que se ofrece en el país; la neumocócica conjugada con transferencia tecnológica de Pfizer, marca Prevenar 13; y la tetravalente contra el Virus del Papiloma Humano, marca Silgard, con MSD.

Con esas marcas Sigman – Sinergium, vienen ganando las licitaciones de suministros de vacunas contra esas enfermedades, que por ley del Estado está obligado a combatirlas, quedando como principal beneficiado al nuevo boss del Big Pharma. Así se ve que recién en el 2013, recurriendo nuevamente a Google Earth, se visualizaba la planta de Sinergium Biotech, vecina a Biogénesis Bagó.

Con tantos emprendimientos y negocios con la salud de por medio, para ordenar sus inversiones internacionales, principalmente en España y Argentina, Sigman creó el holding Grupo Insud, acrónimo de Innovación, Sustentabilidad y Desarrollo, que absorbió a Chemo y otras.

Las empresas de Sigman también sacaron provecho de subsidios que se lanzaron desde el Estado Nacional, en el marco de la fecha del Bicentenario de 2010. Entre ellos, ganaron la Convocatoria FSBIO 2010, para producir anticuerpos monocolonales para uso terapéutico, impulsados por el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) y la Universidad Nacional de Quilmes. También ganó una propuesta para combatir la brucelosis en el sector lechero, con Biogénesis Bagó. Y otra más para desarrollar pasturas transgénicas comerciales, con tolerancia a estreses bióticos y abióticos.
Sigman fue también uno de los 23 accionistas que invirtió en el surgimiento de Bioceres, conocida por obtener el gen hahb-4, extraído del ADN de un girasol, cuya característica principal es la resistencia a la sequía o a la baja humedad. Que se aplicó para la creación de la soja HB4, resistente a la sequía. En 2020, Bioceres consiguió la aprobación de su segunda gran invención: el trigo HB4, que en la actualidad viene generando polémica por su presencia en el consumo de pan, el principal alimento del país.
Durante el gobierno de Mauricio Macri, del cual se reconoció que aportó fondos para la campaña de Cambiemos, mantuvo sus triunfos licitatorios para la producción de las vacunas contra el neumococo, en sociedad con la multinacional Pfizer.
En 2017, una de las firmas del Grupo Insud, PHARMADN SA, cambió su nombre a mAbxience. Y en 2018, mientras construía una tercera planta, mABxience se convirtió en una SAU (Sociedad Anónima de Accionista Único), siendo ese accionista único el mismísimo Sigman. Al año siguiente, en agosto de 2019, el boss de la Big Pharama fue beneficiado por la exención de pago de aranceles de importación.
En octubre de ese año, Sigman y su esposa Gold crearon la Sawtrax Canada Inc., en Canadá. Uno de sus socios se llama Guruprasad Padmanabhan, un farmacólogo de India que trabaja desde fines de 2018 en Novartis. Al año siguiente, el matrimonio quedó implicado en el destape mundial denominado “FinCEN Files”, sobre la filtración de documentos pertenecientes a la Unidad Anti Lavado de Estados Unidos.
Allí figuran seis reportes de operaciones sospechosas a nombre de “Chemo Group AG”, la compañía insignia de Sigman – Gold, al haber recibido entre 2012 y 2014, unas 113 transferencias de un laboratorio indio llamado Aurobindo Pharma Ltd, vinculada al pago de sobornos a funcionarios públicos, por un total de US$ 10,5 millones.
A fines de 2019 el Frente de Todos ascendió al poder, y esto incluyó a Carla Vizzoti como secretaria de Acceso a la Salud. Y dentro de su área, en la Subsecretaría de Medicamentos e Información Estratégica, ubicó a Sonia Tarragona, quien fue directora de la Fundación Mundo Sano, de la familia Sigman Gold.
El 20 de febrero del 2020, tres meses después de asumir como presidente, Alberto Fernández asistió a la inauguración de la nueva planta mAbxience en Garín. Justo en la fecha que se vencía el acuerdo entablado en 2010 para la compra de vacunas que ofrecía Sinergium Biotech que nunca se cumplió. A esta altura, ese espacio funciona como polo biotecnológico, contiguo a Sinergium Biotech y Biogénesis Bagó, todo de Sigman.

Ver Biografía no autorizada de Hugo Sigman (3): De Monsanto a Fincen Files
En la siguiente imagen satelital del Google Maps, se tiene una vista del complejo farmacéutico que tiene el boss de la Big Pharma Sigman en la localidad de Garín. Allí se señala la ubicación de Biogénesis Bagó, Sinergium Biotech, y mABxience. El panorama descrito brinda la aguda sospecha que las dos últimas edificadas se lograron gracias a los fondos públicos otorgados por el Estado a Sinergium para combatir la gripe A.

Cuatro meses después, amparados en la emergencia sanitaria por el Covid-19, el gobierno de ese entonces decidió ampliar el contrato vencido con Pfizer-Elea, mediante la compra de vacunas contra el neumococo.
A la vez, Sigman pasó a ser el encargado de producir el principio activo de la vacuna contra la enfermedad pandémica del coronavirus, en base a la fórmula de AstraZeneca, en la planta de mABxience en Garín, cuyo envasado se realizaría en México, con aportes del multimillonario Carlos Slim, para su posterior distribución, dejando a un costado su función inicial.
Vacuna que hoy está prohibida en todo el mundo, por las graves secuelas que dejo su aplicación. Con numerosas muertes de por medio, e indemnizaciones que debe pagar el Estado por cientos de millones de pesos en cada caso, como se puede ver aquí.
En 2021, tras la crisis del “Vacunatorio VIP”, con la eyección del ministro de Salud Ginés González García, Vizzotti ascendió al puesto de ministra. Posteriormente, Tarragona, quien trabajó en la ONG de Sigman, pasó a acompañarla como su jefa del Gabinete de Asesores.
Según cálculos que había realizado el presente portal en el año 2021, desde el 2010 hasta esa fecha, Sinergium Biotech venía ganando licitaciones, contrataciones directas, y ampliaciones de contratos, para la provisión de vacunas al Estado Nacional, equivalentes a 91,5 millones de dólares.

Además, con los laboratorios ELEA, recibió por parte del Estado contrataciones por montos equivalentes a 487,5 millones de dólares, conforme se detalla en el siguiente cuadro.

En total las empresas del boss de la Big Pharma y generoso productor de bienes culturales Sigman, habrían facturado al Ministerio de Salud montos que superarían los 783 millones de dólares, si se suma lo recibido por la vacuna de la gripe A H1N1.
A eso se agrega la elaboración anunciada de 25 millones de dosis al mes de la vacuna AstraZeneca. A un precio de 4 dólares cada una, serían 100 millones de dólares mensuales. Se puede observar en el siguiente gráfico el ritmo de esas facturaciones anuales (columna verde eje izquierdo), donde hay un vacío entre 2017 y 2019, fechas donde Vizzotti no ejerció la función pública.

Pero allí no acaban las aventuras del boss de la Big Pharma Sigman, dado que Maquiavelo dijo que una súbita fortuna esconde fraudes en su pasado. Pero no solo por provenir del “oro de Moscú”, cuando se disolvió la Unión Soviética. Sino también por haber excluido de ella a un heredero, hijo natural del fundador de la dinastía Roberto Gold. Una larga historia que tiene de todo: personajes megamillonarios, infidelidades amorosas, geopolítica, reclamos judiciales, estafas, etc.
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