Milei y Caputo dibujan el déficit cero por la brutal caída de la recaudación, el engaño como método de gobierno

Si se consulta los datos abiertos del portal oficial Presupuesto Abierto, la recaudación al último día hábil de marzo, no habría superado los 4,63 billones de pesos, contra $ 5,03 billones en febrero, y $ 5,68 en enero. Si esos números se los ajusta por inflación a enero -con un 13,2 % en febrero y otro 13 % en marzo- ello arroja, tal como se puede ver en la portada, que la recaudación cayó en términos reales a $ 4,44 en febrero, y solo $ 3,62 billones en marzo. O sea una caída del 33 %, de un tercio en términos reales, en el último mes.

Como se puede apreciar en el siguiente gráfico, proveniente de la misma fuente, la caída nominal casi no se registro en cuanto a los Aportes y contribuciones previsionales, que se mantuvo en los $ 1,5 billones, con un bache en febrero de $ 1,38 billones. Lo cual representa una caída real del 19 % en febrero y 21 % en marzo. Sino en los Ingresos impositivos, que bajaron de $ 3,71 billones en enero, a $ 3,30 billones en febrero, y 2,8 billones en marzo.

En términos reales -considerando la inflación de febrero y marzo mencionadas- la caída de los Ingresos impositivos habría sido del 21 % en febrero, y 41 % en marzo.  Y en cuanto a la Renta de la propiedad, en un monto mucho menos significativo, la caída en términos reales en febrero y marzo habría sido del 47 %. Y por su parte los Ingresos no impositivos habrían caído en 19 % en febrero y un 46 % en marzo.

Lo cual muestra la inviabilidad del ajuste con motosierra a mansalva practicado por Milei y Caputo, que induce una recesión con la cual, como el perro que se quiere morder la cola, la caída de recursos supera la caída del gasto. Pero no obstante ello, empecinados en mas de lo mismo, Milei y Caputo salieron a anunciar más motosierra, dirigida especialmente en contra de empleados públicos, jubilados, y las provincias, con las quitas de los aportes a las cajas previsionales provinciales.

El dibujo del superávit financiero de febrero

Este dibujo del resultado de febrero, se pone en evidencia si se compara el informe del ministerio de Economía, con el publicado previamente por la OPC, Oficina del Presupuesto del Congreso, cuyas diferencias se pueden apreciar en el siguiente gráfico. Mientras la OPC informó Ingresos totales por $ 5,03 billones, Mecon (Ministerio Economía) lo hizo por $ 5,54 billones. En cuanto a los Gastos totales, la diferencia fue solo de $ 0,07 billones, y en los Gastos Primarios de $ 0,20 billones.

Esas diferencias arrojan un Resultado Primario, según OPC de $ 0,93 billones, contra $ 1,23 billones del Mecon. Reportando de tal manera la OCP un déficit final o financiero de – $ 0,19 billones, contra un supuesto superávit de $ 0,34 billones del Mecon. O sea una diferencia de $ 0,52 billones, proveniente esencialmente de la diferencia de Ingresos Totales de $ 0,51 billones.

Una rápida observación permite apreciar que el grueso de esta diferencia, proviene de $ 0,10 billones en Rentas de la propiedad, el mismo recurso que usaba el ex ministro Martín Guzmán para dibujar los resultados recaudatorios, y $ 0,19 billones de Otros ingresos corrientes, que el Mecon no aclara de donde provienen.

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Un plan económico que hace agua por todos lados

Estos dibujos o maquillajes contables, procuran mostrar a toda costa a los acreedores financieros externos superávits financieros, para hacer subir artificialmente el precio de los bonos de la deuda externa, con la complicidad de los “lobos de Wall Street”. A cuya manada perteneció el ministro Luis “Toto” Caputo, el “Messi de las Finanzas”, cuando se desempeñó como ejecutivo del JP Morgan Chase y el Deutsche Bank .

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Lo cual se refleja directamente en el precio del dólar CCL, cuya baja de cotización permite acortar la brecha cambiaria. Y esta baja artificial junto con la liberación absoluta de precios que dispuso el actual gobierno, hizo dar una enormemente dañina vuelta de campana a la economía argentina. Al pasar de ser el país más barato de la región y el mundo, a uno de los más caros de la región y el mundo, teniendo al mismo tiempo uno de los salarios promedio más bajos en dólares.

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Para hacer finalmente lo mismo que sus antecesores, que es usar al dólar como ancla de precios, para hacer caer la inflación. Contando para ello ahora con la complicidad del FMI, qué a los gobiernos anteriores, ignorando la idiosincrasia argentina con el dólar, les exigía una devaluación y tasas de interés que superaran la inflación. Poniendo así en marcha una máquina inflacionaria que desquició a los dos gobiernos anteriores y le abrió paso a la llegada de Milei al gobierno.

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Y ahora desesperado ante la previsible caída de la recaudación, pretende concretar un alucinado shock hipercapitalista, con la sanción de una acotada Ley Omnibus. Que como pan para hoy y hambruna por 30 años, propia de un país bananero, otorga enormes facilidades tributarias, cambiarias, y de liquidación de divisas a los mega emprendimientos.

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A la par de obtener superpoderes, como ningún otro gobierno democrático, otorgados a una persona evidentemente desquiciada y mendaz. Como quien le entrega la llave de su casa a una persona recién salida de un hospicio para que la cuide. Prometiéndole a cambio a los gobernadores provinciales, desesperados por la caída de la recaudación, una leve composición de sus ingresos, como quien recibe un plato de lentejas. Haciéndose asi socios de Milei, en base a una extorsión, en una aventura que seguramente tendrá un final desastroso.

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Las mentiras alevosas de Milei

En tal sentido, es notable la intrepidez impune que con que actúa el presidente Milei, para mentir y falsear datos referidos a la economía, no obstante ser un economista graduado. Sin que aparezca ningún economista de la City, o expertos de los medios de comunicación a enrostrárselo. Cosa qué si lo hubiese hecho el anterior gobierno, habrían armado un batifondo fenomenal, e incluso una denuncia penal. Bajo la invocación de que ejercen un contrapoder, que en relación con el presidente Milei parecen haber olvidado. Salvo algunas tibias manifestaciones, que no muestran la verdadera calaña del relato de quien conduce al país basado continuamente en hipérboles.

Y en grandes mentiras, como es la afirmación que repite continuamente, que durante la convertibilidad el salario promedio era de 1.800 dólares, que actualmente equivaldrían a 3.000 dólares. Mas allá de lo relativo de ese indicador, que depende también del nivel del tipo de cambio en cada momento, los duros números estadísticos muestran la mendacidad de esa afirmación, inadmisible por parte de un presidente de la Nación.

Destinada evidentemente a engañar a una base electoral, que cuenta con elementales conocimientos de economía. Razón por la cual se trata también de un inaceptable abuso profesional, que debería ser punido deontológicamente por los colegios de graduados en Ciencias Económicas.

Engaño que como se puede ver aquí, colaboró el sitió Chequeado.com, supuestamente dedicado a barrer con las mentiras, al eludir analizar las falaces afirmaciones del presidente Milei. Haciendo “compasivamente” a la par, un análisis de los salarios promedios en pesos actualizados por inflación. Lo que nada tenía que ver con el punto en cuestión, que impacta directamente en la mente dolarizada de los argentinos.

El siguiente gráfico, elaborado en base a los datos del RIPTE, (Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables) y el dólar oficial, pone en evidencia esa grotesca patraña mileista, inadmisible por parte de un economista. El máximo valor promedio del salario en su equivalente en dólares durante la convertibilidad (línea verde) fue de u$s 936 a fines de 1994. O sea la mitad de lo que afirma el presidente Milei.

Y a fines de la convertibilidad había descendido a u$s 876, y en términos reales ajustados por la inflación de EEUU (línea ocre) a u$s 730. En términos nominales, sin cepo cambiario, durante el kirchnerismo llegó a un máximo de u$s 1.223 en noviembre del 2011, antes de la instalación del cepo. Y con Macri llegó a un máximo de u$s 1.457 a fines del 2017, antes de la reaparición del FMI, que desplomó su valor a alrededor de los u$s 800. Luego con el cepo en noviembre 2023, llegó a un máximo de u$s 1.207, el que seguidamente con Milei y cepo incluido se desplomó en enero 2024 a u$s 643.

Pero si se tiene en cuenta la pérdida de poder adquisitivo del dólar por la inflación de EEUU, este último valor se reduce solo a u$s 311. El valor más bajo de todos durante la vigencia del cepo cambiario, cercano a los u$s 200 registrado a la salida de la convertibilidad, y acorde con el nivel que existía en el año 2005. Durante el cual aún no se había liberado el cepo instalado tras la caída de la convertibilidad.

Se puede apreciar en el gráfico qué en términos de poder adquisitivo, el salario en dólares nunca superó los mil dólares, un nivel cercano al máximo de la convertibilidad, que supuestamente iba a durar mil años. Pero una cosa es aún más clara en el gráfico: un presidente y economista, no puede mentir impunemente como lo hace Javier Milei.-