La vieja e hipócrita Europa pretende erigirse como un faro del mundo, no obstante que durante milenios guerrearon duramente entre ellos. Y luego fueron los adalides del razismo, del colonialismo, aniquilando incluso otras civilizaciones menos avanzadas, y también fueron los grandes protagonistas de las guerras mundiales y las guerras totales.
Y toda esa enorme violencia histórica que anida en su cerebro reptiliano, hoy nuevamente se ha puesto de manifiesto en relación con el conflicto entre Ucrania y Rusia, ante el súbito giro impuesto con la asunción de Donald Trump como presidente de EEUU. Acusando infantilmente a Rusia de imperialista, cuando lo que hizo en todo caso fue oponerse al imperialismo de la OTAN, y su constante expansión hacia el Este. No obstante los acuerdos alcanzados en sentido contrario tras la caída de la Unión Soviética.
Ante ello propone un reame europeo, destinando para ello casi un billón de euros, para expandir la industria armamentística europea, que venía en tiempos de bonanzas gracias a ese trágico conflicto. En un marco de recesión generalizado, por las consecuencias colaterales de ese conflicto por las sanciones impuestas a Rusia. En especial respecto el abastecimiento de la energía barata rusa con la que se proveía, pegándose así un tiro en el pie.
Ver Cómo Estados Unidos destruyó los gasoductos ruso alemanes Nord Stream según un premio Pulitzer
Esta inusitada postura armamentística y beligerante, es liderada por la presidente del Consejo Europeo Ursula von der Leyden. Quien no por casualidad, previamente se desempeñó durante nueve años como ministra de Defensa en Alemania, de donde salió cuestionada por algunos contratos non santos que firmo como tal.
Lo cual apesta que este nuevo belicosismo de la milenaria beligerante Europa, es alimentado por un “complejo militar-industrial-media” similar al que talla profundamente en EEUU. Cuyo lobby también alcanza a los grandes medios de comunicación internacionales y locales, que repiten esa infantil versión que se “viene el cuco” ruso, para concretar formidables negocios por cifras siderales con once ceros atrás.
El ex comandante supremo aliado e la 2da Guerra Mundial, y dos veces presidente de EEUU Gral Dwight David «Ike» Eisenhower, sorprendió a sus connacionales al advertirles en el discurso que pronunció enero de 1961 al terminar su mandato:
“Nuestro trabajo, los recursos y los medios de subsistencia son todo lo que tenemos; así es la estructura misma de nuestra sociedad. En los consejos de gobierno, debemos evitar la compra de influencias injustificadas, ya sea buscadas o no, por el complejo industrial-militar. Existe el riesgo de un desastroso desarrollo de un poder usurpado y ese riesgo se mantendrá. No debemos permitir nunca que el peso de esta conjunción ponga en peligro nuestras libertades o los procesos democráticos».
Ver El explosivo discurso de Trump en el aniversario de la guerra de Ucrania responsabilizando a EEUU
Ver ROBERT KENNEDY JRS: “hemos sacrificado 300 mil ucranianos… en EEUU hay que hacer una revolución”
Frente ese dilema que enfrenta a Europa con sus viejos vicios militaristas, en el Parlamente Europeo a instancias el ex secretario general adjunto de la ONU y actual eurodiputado de BSW Michael von der Schulenburg, se organizó un evento titulado «La geopolítica de la paz», que se llevó a cabo el 19 de febrero pasado.
En el mismo, lo largo de casi 1 hora y 40 minutos, disertó el economista Jeffrey Sachs, quien le propinó una notable filípica a los temerarios e infantiles líderes que encabezados por von de Leyden, proponen ese rumbo guerrero a Europa. Como si hubiesen olvidado los devastadores resultados que tuvieron con las dos últimas guerras mundiales que protagonizaron. Y además señaló la enorme influencia que ha adquirido Israel en EEUU, al punto de llevar a este a negar con Trump la solución de los dos estados establecida por la ONU.
Sachs es un economista y profesor estadounidense, destacado por su trabajo en el campo del desarrollo sostenible, la macroeconomía global, y la lucha contra la pobreza. Fue director del Instituto de la Tierra de la Universidad de Columbia, y asesor especial de las Naciones Unidas en relación con los Objetivos del Milenio y los Objetivos de Desarrollo Sostenible. En 2015 recibió el Premio Planeta Azul. Y dos veces ha sido incluido en la lista de las personas más influyentes del mundo, elaborada por Time Magazine.
Ver JEFFREY SACHS: EEUU provocó la guerra en Ucrania y porque es importante para lograr la paz
Seguidamente Stripteasedelpoder.com reproduce un video de 15 minutos traducido al español, con extracto de esa notable exposición de Sachs, que permite conocer profundamente las raíces del trágico conflicto ruso ucraniano, sus implicancias, y el errado camino que Europa se propone emprender. Y además posteriormente, para quien quiera profundizar el asunto, transcribe enteramente dicha exposición traducida al español, tal como fue publicada en el periódico Adelante España.
Ver El general alemán Harald Kujat revela los entresijos de la guerra ruso ucraniana impulsada por EEUU
Ver ¿Qué hace EEUU en Ucrania? Los peligros de la arrogancia estadounidense
La geopolítica de la paz | Jeffrey Sachs
Esta es una transcripción editada del discurso del profesor Jeffrey Sachs en el Parlamento Europeo en un evento titulado «La geopolítica de la paz», organizado por el ex secretario general adjunto de la ONU y actual eurodiputado de BSW Michael von der Schulenburg, el 19 de febrero de 2025. La transcripción ha sido editada para mayor claridad.
Nota: Creemos que su discurso es muy clarificador y fundamental para entender lo que está pasando en la actualidad. Al ser un texto largo para su lectura desde el móvil, recomendamos se haga desde el ordenador si fuera posible.
Introducción
Gracias a todos por la oportunidad de estar juntos y pensar juntos. Estamos viviendo una época complicada, que cambia rápidamente y es muy peligrosa. Por eso, necesitamos claridad de pensamiento. Me interesa especialmente nuestra conversación, así que intentaré ser lo más concisa y clara posible.
He seguido muy de cerca los acontecimientos que han tenido lugar en Europa del Este, en la ex Unión Soviética, en Rusia y en Ucrania durante los últimos 36 años. Fui asesor del gobierno polaco en 1989, del equipo económico del presidente Gorbachov en 1990 y 1991, del equipo económico del presidente Yeltsin entre 1991 y 1993 y del equipo económico del presidente Kuchma en Ucrania entre 1993 y 1994.
Ayudé a introducir la moneda estonia. Ayudé a varios países de la ex Yugoslavia, especialmente a Eslovenia. Después de la Maidán, el nuevo gobierno [en Ucrania] me pidió que fuera a Kiev, y me llevaron a recorrer la Maidán y aprendí muchas cosas de primera mano.
He estado en contacto con los líderes rusos durante más de 30 años. También conozco de cerca a los líderes políticos estadounidenses. Nuestra anterior secretaria del Tesoro, Janet Yellen, fue mi maravillosa profesora de macroeconomía hace 52 años. Somos amigos desde hace medio siglo.
Conozco a estas personas. Digo esto porque lo que quiero explicar desde mi punto de vista no es de segunda mano. No es una ideología. Es lo que he visto con mis propios ojos y he experimentado durante este período. Quiero compartir con ustedes mi interpretación de los acontecimientos que han sucedido en Europa en muchos contextos e incluiré no sólo la crisis de Ucrania, sino también Serbia en 1999, las guerras en Oriente Medio, incluyendo Irak y Siria, las guerras en África, incluyendo Sudán, Somalia y Libia. Estas son en gran medida el resultado de políticas estadounidenses profundamente equivocadas. Lo que voy a decir puede sorprenderles, pero hablo desde la experiencia y el conocimiento de estos acontecimientos.
Política exterior de Estados Unidos
Se trata de guerras que Estados Unidos ha dirigido y provocado, y esto ha sido así durante más de 30 años. Estados Unidos llegó a la conclusión, especialmente durante 1990-91, y luego con el fin de la Unión Soviética, de que ahora Estados Unidos gobierna el mundo y que no tiene por qué prestar atención a las opiniones, límites, preocupaciones, puntos de vista en materia de seguridad, obligaciones internacionales ni a ningún marco de las Naciones Unidas de nadie. Lamento decirlo tan claramente, pero quiero que lo entiendan.
En 1991 me esforcé mucho por conseguir ayuda financiera para Gorbachov, a quien considero el mayor estadista de nuestra era moderna. (*Esto pasó a formar parte de un proyecto dirigido por el profesor Graham Allison en la Escuela de Gobierno Kennedy de Harvard con el asesor económico de Gorbachov, Grigory Yavlinsky, y publicado en el libro Window of Opportunity: The Grand Bargain for Democracy in the Soviet Union, Pantheon Books, 1991.)
Hace poco leí el memorando archivado de la discusión que el Consejo de Seguridad Nacional realizó sobre mi propuesta el 3 de junio de 1991, y leí por primera vez cómo la Casa Blanca la desestimó por completo y básicamente se rió de mi pedido de que Estados Unidos ayudara a la Unión Soviética con la estabilización financiera y con ayuda financiera para llevar a cabo sus reformas. El memorando documenta* que el gobierno de Estados Unidos decidió hacer lo mínimo para evitar el desastre, pero sólo lo mínimo.
(*Richard Darman, de la OMB, lo expresó de esta manera.
“Al definir los intereses de Estados Unidos, tenemos que ser algo maquiavélicos. ¿Cuál es la cantidad mínima necesaria para apaciguar a un régimen con el que queremos trabajar en otros asuntos? En otras palabras, ¿cuál es el mínimo indispensable para que las cosas sigan avanzando? No creo que debamos preocuparnos por la descomposición de la URSS. Si así lo entendemos internamente, entonces podemos seguir adelante públicamente”. Más adelante, Darman añade: “Quiero parecer serio sin engañarnos a nosotros mismos. Ya tenemos suficientes ingredientes para un buen paquete de relaciones públicas”. Énfasis en el original.)
Decidieron que no era tarea de Estados Unidos ayudar. Todo lo contrario (véase mi artículo “ Cómo los neoconservadores eligieron la hegemonía en lugar de la paz a principios de los años 1990 ”).
Cuando la Unión Soviética se disolvió en 1991, la opinión se volvió aún más exagerada. Y puedo nombrar capítulos y versículos, pero la opinión era que nosotros [EE. UU.] dirigimos el espectáculo. [Dick] Cheney, [Paul] Wolfowitz y muchos otros nombres que habrán llegado a conocer creían literalmente que este es ahora un mundo estadounidense y que haremos lo que queramos. Limpiaremos la antigua Unión Soviética. Eliminaremos a todos los aliados restantes de la era soviética. Países como Irak, Siria y demás desaparecerán.
Y llevamos viviendo esta política exterior durante 33 años, básicamente. Europa ha pagado un alto precio por ello, porque durante este período no ha tenido ninguna política exterior, que yo sepa. No ha habido voz, no ha habido unidad, no ha habido claridad, no hay intereses europeos, solo lealtad estadounidense.
Hubo momentos en que hubo desacuerdos y, creo, desacuerdos muy maravillosos. La última vez que fue importante fue en 2003, en el período previo a la guerra de Irak, cuando Francia y Alemania dijeron que no apoyaban que Estados Unidos eludiera al Consejo de Seguridad de la ONU para esta guerra. Esa guerra fue directamente urdida por Netanyahu y sus colegas en el Pentágono estadounidense. (Véase el libro de Dennis Fritz, Deadly Betrayal: The Truth about why the United States Invaded Iraq , OR Books, 2024.)
No digo que haya existido un vínculo o una reciprocidad. Lo que digo es que fue una guerra llevada a cabo por Israel. Fue una guerra que Paul Wolfowitz y Douglas Feith coordinaron con [el líder israelí] Benjamin Netanyahu.
Y esa fue la última vez que Europa tuvo voz. Hablé con los líderes europeos en ese momento y fueron muy claros, y fue maravilloso escuchar su oposición a una guerra inaceptable. Europa perdió su voz por completo después de eso, pero especialmente en 2008. Lo que sucedió después de 1991, y para llevarnos a 2008, es que Estados Unidos decidió que la unipolaridad significaba que la OTAN se ampliaría en algún lugar desde Bruselas hasta Vladivostok, paso a paso.
Expansión de la OTAN
La ampliación de la OTAN hacia el Este no tendría fin. Sería el mundo unipolar de Estados Unidos. Si juegas al juego de Risk de niño, como yo, ésta es la idea de Estados Unidos: tener la pieza en cada parte del tablero. Cualquier lugar sin una base militar estadounidense es básicamente un enemigo. La neutralidad es una mala palabra en el léxico político estadounidense.
Neutralidad es quizás la palabra más sucia según la mentalidad estadounidense. Si eres un enemigo, sabemos que lo eres. Si eres neutral, eres un subversivo, porque en realidad estás en contra nuestra, pero no nos lo dices. Sólo estás fingiendo ser neutral. Así que esa era efectivamente la mentalidad, y la decisión se tomó formalmente en 1994, cuando el presidente Clinton firmó la ampliación de la OTAN hacia el este.
Recordarán que el 7 de febrero de 1990, Hans-Dietrich Genscher y James Baker III hablaron con Gorbachov. Genscher dio después una conferencia de prensa en la que explicó que la OTAN no se movería hacia el este.
Alemania y Estados Unidos no se aprovecharían de la disolución del Pacto de Varsovia. Entiendan, por favor, que este compromiso se hizo en un contexto jurídico y diplomático, no en un contexto casual. Estos compromisos fueron fundamentales para las negociaciones para poner fin a la Segunda Guerra Mundial que abrieron paso a la reunificación alemana.
Se llegó a un acuerdo según el cual la OTAN no se movería ni un centímetro hacia el este (fue un acuerdo, aunque verbal, ya que Gorbachov enfatizó ante Estados Unidos y Alemania la importancia de la promesa de ambos países de no expandir la OTAN hacia el este). Y fue explícito y está en innumerables documentos. Basta con buscar en el Archivo de Seguridad Nacional de la Universidad George Washington para encontrar docenas de documentos. Es un sitio web llamado “Lo que Gorbachov escuchó sobre la OTAN”. Échenle un vistazo, por favor, porque todo lo que les dice Estados Unidos sobre esta promesa es mentira, pero los archivos son perfectamente claros (muchos de los documentos clave están aquí y aquí).
Así pues, en 1994 Clinton tomó la decisión de ampliar la OTAN hasta Ucrania. Se trata de un proyecto a largo plazo de Estados Unidos, que no se debe a una u otra administración. Es un proyecto del gobierno de Estados Unidos que comenzó hace más de 30 años. En 1997, Zbigniew Brzezinski escribió El gran tablero de ajedrez , en el que describe la ampliación de la OTAN hacia el este.
Ese libro no es sólo una reflexión del señor Brzezinski, sino una presentación al público de decisiones ya tomadas por el gobierno de los Estados Unidos, que es como funciona un libro como éste. El libro describe la ampliación de Europa hacia el este y de la OTAN como acontecimientos simultáneos y conjuntos. Y hay un buen capítulo en ese libro que pregunta qué hará Rusia a medida que Europa y la OTAN se expandan hacia el este.
Conocí personalmente a Zbig Brzezinski. Fue muy amable conmigo. Yo asesoraba a Polonia y él me ayudó mucho. También era un hombre inteligente, pero en 1997 se equivocó en todo.

En 1997, escribió detalladamente por qué Rusia no podía hacer nada más que acceder a la expansión hacia el este de la OTAN y de Europa.
(Aquí está Brzezinski en la página 118 de Grand Chessboard :
“La única opción geoestratégica real de Rusia –la opción que podría darle un papel internacional realista y también maximizar la oportunidad de transformarse y modernizarse socialmente– es Europa. Y no cualquier Europa, sino la Europa transatlántica de la UE y la OTAN en expansión. Esa Europa está tomando forma, como hemos visto en el capítulo 3, y también es probable que siga estando estrechamente vinculada a Estados Unidos. Esa es la Europa con la que Rusia tendrá que relacionarse, si quiere evitar un aislamiento geopolítico peligroso.”)
De hecho, habla de la expansión de Europa hacia el este, y no sólo de Europa, sino de la OTAN. Era un plan, un proyecto de Estados Unidos. Y Brzezinski explica que Rusia nunca se alineará con China. Es impensable. Rusia nunca se alineará con Irán.
Según Brzezinski, Rusia no tiene otra vocación que la europea. Así que, a medida que Europa se desplaza hacia el este, Rusia no puede hacer nada al respecto. Así lo afirma otro estratega estadounidense. ¿Hay alguna duda de por qué estamos en guerra todo el tiempo? Porque una característica de Estados Unidos es que siempre “sabemos” lo que van a hacer nuestros homólogos, ¡y siempre nos equivocamos! Y una de las razones por las que siempre nos equivocamos es que en la teoría de juegos no cooperativos que practican los estrategas estadounidenses, en realidad no se habla con el otro bando. Simplemente se sabe cuál es la estrategia del otro bando. Eso es maravilloso. Ahorra muchísimo tiempo. Sencillamente no se necesita diplomacia.
La estrategia del Mar Negro
Así pues, este proyecto empezó en serio en 1994 y hemos tenido una continuidad de la política gubernamental durante 30 años, hasta tal vez ayer (me refiero a la llamada telefónica entre Trump y Putin del 12 de febrero de 2025 y a las declaraciones que le siguieron en rápida sucesión).
Un proyecto de 30 años. Ucrania y Georgia fueron las claves del proyecto. ¿Por qué? Porque Estados Unidos aprendió todo lo que sabe de los británicos.
Somos el aspirante a Imperio Británico. Y lo que el Imperio Británico entendió en 1853, con el señor Palmerston, perdón, Lord Palmerston [junto con Napoleón III], es que había que rodear a Rusia en el Mar Negro y negarle el acceso al Mediterráneo Oriental.
Lo que estamos viendo es un proyecto estadounidense para hacer lo mismo en el siglo XXI. La idea de Estados Unidos era que Ucrania, Rumania, Bulgaria, Turquía y Georgia formaran parte de la OTAN, lo que privaría a Rusia de todo estatus internacional al bloquear el Mar Negro y, en esencia, neutralizarla como poco más que una potencia local. Brzezinski es claro en cuanto a esta geografía.
Después de Palmerston y antes de Brzezinski, por supuesto, estuvo Halford Mackinder en 1904: “Quien gobierna Europa del Este, domina el corazón del continente; quien gobierna el corazón del continente, domina la isla-mundo; quien gobierna la isla-mundo, domina el mundo”. (En 1919, Mackinder escribió el libro Democratic Ideals and Reality , basándose en su obra anterior The Geographical Pivot of History de 1904.)
Conozco a los presidentes y a sus equipos. Nada cambió mucho entre Clinton, Bush Jr., Obama, Trump y Biden. Tal vez fueron empeorando paso a paso.
En mi opinión, Biden fue el peor. Tal vez también se deba a que no estaba en sus cabales durante los últimos dos años. Lo digo en serio, no como un comentario sarcástico. El sistema político estadounidense es un sistema de imagen. Es un sistema de manipulación mediática diaria. Es un sistema de relaciones públicas.
Podría haber un presidente que básicamente no funciona y mantenerlo en el poder durante dos años y presentarse a la reelección. El problema es que tuvo que permanecer de pie en un escenario durante 90 minutos solo, y ahí se acabó todo. De no haber sido por ese problema técnico, habría seguido adelante con su candidatura, ya fuera que estuviera durmiendo después de las 4 de la tarde o no. Así que esa es la realidad. Todo el mundo se deja llevar por ella. Es de mala educación decir lo que estoy diciendo porque no decimos la verdad sobre casi nada en este mundo en este momento.
Así pues, este proyecto se ha prolongado desde los años 90. El bombardeo de Belgrado durante 78 días seguidos en 1999 fue parte de este proyecto. Dividir ese país cuando las fronteras son “sacrosantas”, ¿no es así? Excepto en el caso de Kosovo, claro está. Las fronteras son sacrosantas, salvo cuando Estados Unidos las cambia. Dividir Sudán fue otro proyecto relacionado con este. Pensemos en la rebelión de Sudán del Sur. ¿Ocurrió simplemente porque los sursudaneses se rebelaron? ¿O debería darles el manual de la CIA?
Por favor, entendamos como adultos de qué se trata. Las campañas militares son costosas. Requieren equipo, entrenamiento, bases, inteligencia, finanzas. Ese apoyo viene de las grandes potencias, no de insurrecciones locales. Sudán del Sur no derrotó a Sudán en una batalla tribal. Derrotar a Sudán fue un proyecto de los Estados Unidos. Yo iba a menudo a Nairobi y me encontraba con militares estadounidenses, senadores u otras personas con un “profundo interés” en la política interna de Sudán. Esa guerra era parte del juego de la unipolaridad estadounidense.
La política exterior de Estados Unidos y la expansión de la OTAN
Y así, como ustedes saben, la ampliación de la OTAN comenzó en 1999 con Hungría, Polonia y la República Checa. Rusia no estaba muy contenta con ello, pero se trataba de países que todavía estaban lejos de sus fronteras. Rusia protestó, pero, por supuesto, sin ningún resultado. Luego llegó al poder George Bush Jr. Cuando se produjeron los atentados del 11 de septiembre, el presidente Putin prometió todo su apoyo a los EE.UU. Y luego, alrededor del 20 de septiembre de 2001, los EE.UU. decidieron que lanzarían siete guerras en cinco años.
Se puede escuchar al general Wesley Clark hablar sobre esto en un video. (Véase Clark, en 2011, en Democracy Now !, donde un funcionario del Pentágono le dijo: “Vamos a atacar y destruir los gobiernos de siete países en cinco años: vamos a empezar con Irak y luego vamos a pasar a Siria, Líbano, Libia, Somalia, Sudán e Irán”.)
Clark era el comandante supremo de la OTAN en 1999. Fue al Pentágono alrededor del 20 de septiembre de 2001. Le entregaron un papel que explicaba la posibilidad de siete guerras elegidas por Estados Unidos. Se trataba, de hecho, de las guerras de Netanyahu.
El plan del gobierno estadounidense consistía en parte en eliminar a los antiguos aliados soviéticos y en parte en eliminar a los partidarios de Hamás y Hezbolá. La idea de Netanyahu era y es que habrá un solo Estado, gracias, en toda la Palestina anterior a 1948. Sí, sólo un Estado. Será Israel. Israel controlará todo el territorio desde el río Jordán hasta el mar Mediterráneo.
Y si alguien se opone, lo derrocaremos. Bueno, no exactamente a Israel, sino más específicamente a nuestro amigo, Estados Unidos. Esa ha sido la política estadounidense hasta esta mañana. No sabemos si cambiará. Ahora el único problema es que tal vez Estados Unidos “se adueñe de Gaza” [según el presidente Trump] en lugar de que Israel se adueñe de Gaza.
La idea de Netanyahu existe desde hace al menos 25 años. Se remonta a un documento llamado “Clean Break” que Netanyahu y su equipo político estadounidense elaboraron en 1996 para poner fin a la idea de la solución de dos Estados. También puede encontrar ese documento en Internet.
(En 1996, Netanyahu y sus asesores estadounidenses publicaron el documento “Clean Break: A New Strategy for Securing the Realm” (Ruptura limpia: una nueva estrategia para asegurar el reino), junto con el Instituto de Estudios Estratégicos y Políticos Avanzados. Esta nueva estrategia de “ruptura limpia” instaba a Israel a rechazar el marco de “territorio por paz”. Esto efectivamente proponía que Israel no se retiraría de las tierras palestinas ocupadas en 1967 a cambio de la paz regional. En cambio, Israel continuaría con su política de ocupación hasta asegurar la “paz por la paz”, remodelando el Medio Oriente a su gusto. Rediseñar el mapa de la región consistía en derrocar a los gobiernos que se oponían al dominio de Israel.)
De modo que se trata de proyectos estadounidenses a largo plazo. Es un error preguntar: “¿Se trata de Clinton? ¿Se trata de Bush? ¿Se trata de Obama?”. Ésa es la manera aburrida de considerar la política estadounidense, como un juego cotidiano o anual. Sin embargo, eso no es la política estadounidense.
Después de 1999, la siguiente ronda de ampliación de la OTAN se produjo en 2004, con siete países más: los tres Estados bálticos, Rumania, Bulgaria, Eslovenia y Eslovaquia. En ese momento, Rusia estaba bastante molesta. Esta segunda oleada de ampliación de la OTAN fue una violación total del orden de posguerra acordado en el momento de la reunificación alemana. En esencia, fue una maniobra fundamental, o una deserción, de Estados Unidos respecto de un acuerdo de cooperación con Rusia.
Como todo el mundo recuerda, la semana pasada celebramos la Conferencia de Seguridad de Munich y el presidente Putin fue a la MSC en 2007 para decir: “Basta, ya es suficiente”. Por supuesto, Estados Unidos no lo escuchó.
En 2008, Estados Unidos impuso a Europa su proyecto de larga data de ampliar la OTAN a Ucrania y Georgia. Se trata de un proyecto a largo plazo. Escuché al señor Saakashvili en la ciudad de Nueva York en la primavera de 2008, cuando habló en el Consejo de Relaciones Exteriores.
Nos dijo que Georgia está en el corazón de Europa y que, como tal, se uniría a la OTAN. Salí y llamé a mi esposa y le dije: “Este hombre está loco; va a hacer estallar su país”.
Un mes después, estalló una guerra entre Rusia y Georgia, en la que Georgia fue derrotada. Los últimos acontecimientos en Tbilisi tampoco ayudan a Georgia, ya que sus diputados europeos han ido allí a provocar protestas. Eso no salva a Georgia, sino que la destruye, la destruye por completo.
En 2008, como todo el mundo sabe, nuestro ex director de la CIA, William Burns, que en aquel momento era embajador de Estados Unidos en Rusia, envió un largo cable diplomático a la Secretaria de Estado Condoleezza Rice, que llevaba el famoso título “Nyet significa Nyet”. El mensaje de Burns era que toda la clase política rusa se oponía a la ampliación de la OTAN, no sólo el presidente Putin.
Sólo Julian Assange nos ha contado lo del cable. Créanme, ni nuestro gobierno ni nuestros principales periódicos han dicho una sola palabra al pueblo estadounidense sobre este asunto. Así que tenemos que agradecerle a Julian Assange el memorando, que podemos leer en detalle.
Como usted sabe, Viktor Yanukovich fue elegido presidente de Ucrania en 2010 con el argumento de la neutralidad de Ucrania. Rusia no tenía ningún interés territorial ni ningún plan en Ucrania. Lo sé. Yo estuve allí de vez en cuando durante esos años. Lo que Rusia estaba negociando durante 2010 era un contrato de arrendamiento de 25 años hasta 2042 para la base naval de Sebastopol. Eso es todo. No había ninguna exigencia rusa para Crimea o para el Donbass. Nada de eso en absoluto. La idea de que Putin está reconstruyendo el imperio ruso es propaganda infantil. Disculpe.
Si alguien conoce la historia cotidiana y anual, esto es una tontería. Sin embargo, las tonterías parecen funcionar mejor que las de adultos. Por ejemplo, no hubo ninguna demanda territorial antes del golpe de Estado de 2014 [en Ucrania]. Sin embargo, Estados Unidos decidió que Yanukovich debía ser derrocado porque estaba a favor de la neutralidad y se oponía a la ampliación de la OTAN. Se llama operación de cambio de régimen.
Ha habido alrededor de cien operaciones de cambio de régimen por parte de Estados Unidos desde 1947, muchas de ellas en sus países [dirigiéndose a los eurodiputados] y muchas otras en todo el mundo.
(El politólogo Lindsey O’Rourke documentó 64 operaciones encubiertas de cambio de régimen llevadas a cabo por Estados Unidos entre 1947 y 1989, y concluyó que “las operaciones de cambio de régimen, especialmente las llevadas a cabo de forma encubierta, a menudo han conducido a una inestabilidad prolongada, guerras civiles y crisis humanitarias en las regiones afectadas”. Véase el libro de O’Rourke de 2018, Covert Regime Change: America’s Secret Cold War. Después de 1989, hay amplia evidencia de que la CIA estuvo involucrada en Siria, Libia, Ucrania, Venezuela y muchos otros países).
Eso es lo que hace la CIA para ganarse la vida. Por favor, tengan en cuenta que es un tipo de política exterior muy inusual. En el gobierno estadounidense, si no te gusta el otro bando, no negocias con él, tratas de derrocarlo, preferiblemente de forma encubierta. Si no funciona de forma encubierta, lo haces abiertamente. Siempre dices que no es culpa nuestra. Ellos son los agresores. Son el otro bando.
Son “Hitler”. Eso surge cada dos o tres años. Ya sea Saddam Hussein, al-Assad (el depuesto presidente sirio Bashar) o Putin, es muy conveniente. Esa es la única explicación de política exterior que se le da al pueblo estadounidense. Bueno, nos enfrentamos a Munich 1938. No podemos hablar con el otro bando. Son enemigos malvados e implacables. Ese es el único modelo de política exterior que escuchamos de nuestro gobierno y de los medios de comunicación. Los medios de comunicación lo repiten íntegramente porque están completamente sobornados por el gobierno estadounidense.
La revolución de Maidán y sus consecuencias
En 2014, Estados Unidos trabajó activamente para derrocar a Yanukovich. Todo el mundo conoce la llamada telefónica interceptada por mi colega de la Universidad de Columbia, Victoria Nuland, y el embajador de Estados Unidos, Geoffrey Pyatt. No hay mejor prueba. Los rusos interceptaron su llamada y la publicaron en Internet.
Es fascinante. Al hacer eso, todos ellos consiguieron ascensos en la administración Biden. Ese es el trabajo. Cuando se produjo el Maidán, me llamaron poco después. “Profesor Sachs, el nuevo primer ministro ucraniano quiere verlo para hablar sobre la crisis económica”. Así que volé a Kiev y me llevaron a pasear por el Maidán. Y me contaron cómo Estados Unidos pagó el dinero para todas las personas que se encontraban alrededor del Maidán, la “espontánea” Revolución de la Dignidad.
Señoras y señores, por favor, ¿cómo es posible que todos esos medios de comunicación ucranianos aparecieran de repente en el momento de la Maidán? ¿De dónde surgió toda esta organización? ¿De dónde salieron todos esos autobuses? ¿De dónde salió toda esa gente? ¿Están bromeando? Esto es un esfuerzo organizado. Y no es un secreto, excepto quizás para los ciudadanos de Europa y los Estados Unidos. Todos los demás lo entienden perfectamente.
Después del golpe llegaron los acuerdos de Minsk, en particular Minsk II, que, por cierto, se inspiraba en la autonomía del Tirol del Sur para los alemanes étnicos en Italia. Los belgas también se identifican muy bien con Minsk II, ya que exigía autonomía y derechos lingüísticos para los rusohablantes del este de Ucrania. Minsk II fue apoyado unánimemente por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (el acuerdo de Minsk II fue respaldado por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas mediante la Resolución 2202, que fue adoptada por unanimidad el 17 de febrero de 2015).
Sin embargo, Estados Unidos y Ucrania decidieron no aplicarlo. Alemania y Francia, garantes del proceso de Normandía, también lo dejaron pasar. Esta desestimación de Minsk II fue otra acción unipolar directa de Estados Unidos, en la que Europa, como siempre, desempeñó un papel subsidiario completamente inútil, a pesar de ser garante del acuerdo.

Trump ganó las elecciones de 2016 y luego amplió los envíos de armas a Ucrania. Hubo miles de muertos en los bombardeos de Ucrania en el Donbass. No se implementó el acuerdo de Minsk II.
Luego, Biden asumió el cargo en 2021. Esperaba algo mejor, pero una vez más me sentí profundamente decepcionado. Solía ser miembro del Partido Demócrata. Ahora no soy miembro de ningún partido porque, de todos modos, ambos son lo mismo. Con el tiempo, los demócratas se convirtieron en completos belicistas y no hubo una sola voz en el partido que pidiera la paz. Al igual que con la mayoría de sus parlamentarios, sucedió lo mismo.
A finales de 2021, Putin puso sobre la mesa un último esfuerzo para llegar a un modus operandi con EE.UU., en dos borradores de acuerdos de seguridad, uno con Europa y otro con Estados Unidos. El borrador del acuerdo Rusia-EE.UU. lo puso sobre la mesa el 15 de diciembre de 2021.
Después de eso, tuve una conversación telefónica de una hora con Jake Sullivan (el asesor de seguridad nacional) en la Casa Blanca, rogándole: “Jake, evita la guerra. Puedes evitarla. Todo lo que Estados Unidos tiene que hacer es decir: ‘La OTAN no se ampliará a Ucrania’”. Y él me respondió: “Oh, la OTAN no se ampliará a Ucrania. No te preocupes por eso”.
Dije: “Jake, dilo públicamente”.
—No. No. No. No podemos decirlo públicamente.
Dije: “Jake, ¿vas a tener una guerra por algo que ni siquiera va a suceder?”
Él dijo: “No te preocupes, Jeff. No habrá guerra”.
No son personas muy inteligentes. Les digo, si puedo darles mi punto de vista honesto, no son personas muy inteligentes. Hablan consigo mismos. No hablan con nadie más. Juegan la teoría de juegos. En la teoría de juegos no cooperativos, no hablas con la otra parte. Simplemente diseñas tu estrategia. Esta es la esencia de la teoría de juegos no cooperativos. No es una teoría de negociación. No es una teoría de paz. Es una teoría unilateral, no cooperativa, si conoces la teoría de juegos formal.
A eso se dedican. Ese tipo de teoría de juegos empezó a aplicarse en la Corporación RAND. A eso se dedican todavía. En 2019, RAND publicó un artículo titulado “Extending Russia: Competing from Advantageous Ground” (Ampliando Rusia: compitiendo desde una posición ventajosa).
Increíblemente, el artículo, de dominio público, pregunta cómo Estados Unidos debería molestar, antagonizar y debilitar a Rusia. Esa es literalmente la estrategia. Estamos tratando de provocar a Rusia, tratando de hacer que Rusia se desintegre, tal vez haya un cambio de régimen, tal vez disturbios, tal vez una crisis económica.
Así es como en Europa llaman a sus aliados. Así que allí estaba yo, con mi frustrante llamada telefónica con Sullivan, de pie en medio del frío glacial. Casualmente estaba intentando pasar un día esquiando.
—Oh, no habrá guerra, Jeff.
Sabemos lo que pasó después: la administración Biden se negó a negociar la ampliación de la OTAN. La idea más estúpida de la OTAN es la llamada política de puertas abiertas, basada en el artículo 10 del Tratado de la OTAN (1949). La OTAN se reserva el derecho de ir a donde quiera, siempre que el gobierno anfitrión esté de acuerdo, sin que ningún vecino, como Rusia, tenga voz ni voto.
Bueno, yo les digo a los mexicanos y a los canadienses: “No lo intenten”. Ya saben, Trump podría querer apoderarse de Canadá. Entonces, el gobierno canadiense podría decirle a China: “¿Por qué no construyen una base militar en Ontario?”. No se lo recomendaría. Estados Unidos no diría: “Bueno, es una puerta abierta. Eso es asunto de Canadá y de China, no nuestro”. Estados Unidos invadiría Canadá.
Sin embargo, los adultos, incluso en Europa, en este Parlamento, en la OTAN, en la Comisión Europea, repiten el absurdo mantra de que Rusia no tiene voz ni voto en la ampliación de la OTAN. Esto es una tontería. Ni siquiera es geopolítica infantil. Es simplemente no pensar en absoluto. Así que la guerra de Ucrania se intensificó en febrero de 2022 cuando la administración Biden se negó a entablar negociaciones serias.
La guerra en Ucrania y el control de las armas nucleares
¿Cuál era la intención de Putin en la guerra? Puedo decirles cuál era su intención: obligar a Zelenski a negociar la neutralidad. Esto ocurrió a los pocos días de iniciarse la invasión. Deben entender este punto básico, no la propaganda que se escribe sobre la invasión y que afirma que el objetivo de Rusia era conquistar Ucrania con unas pocas decenas de miles de tropas.
Vamos, señoras y señores. Por favor, entiendan algo básico. La idea de la invasión rusa era mantener a la OTAN fuera de Ucrania. ¿Y qué es realmente la OTAN? Es el ejército estadounidense, con sus misiles, sus despliegues de la CIA y todo lo demás. El objetivo de Rusia era mantener a Estados Unidos alejado de su frontera.
¿Por qué Rusia está tan interesada en esto? Pensemos en si China o Rusia decidieran tener una base militar en el Río Grande o en la frontera canadiense; no sólo Estados Unidos se asustaría, sino que tendríamos una guerra en unos diez minutos. Cuando la Unión Soviética intentó hacer lo mismo en Cuba en 1962, el mundo casi terminó en un Armagedón nuclear.
Todo esto se ve gravemente agravado porque Estados Unidos abandonó unilateralmente el Tratado de Misiles Antibalísticos en 2002 y, al hacerlo, puso fin al marco de control de armas nucleares de relativa estabilidad.
Es sumamente importante entender esto. El marco de control de armas nucleares se basa, en gran medida, en tratar de disuadir un primer ataque [de decapitación]. El Tratado ABM fue un componente fundamental de esa estabilidad.
En 2002, Estados Unidos abandonó unilateralmente el Tratado ABM, lo que irritó a Rusia. Por eso, todo lo que he estado describiendo sobre la ampliación de la OTAN se produjo en el contexto de la destrucción del marco nuclear por parte de Estados Unidos. A partir de 2010, Estados Unidos comenzó a instalar sistemas de misiles antibalísticos Aegis en Polonia y, más tarde, en Rumania. A Rusia no le gusta eso.
Una de las cuestiones que se discutió en diciembre y enero de 2021 y enero de 2022 fue si Estados Unidos se reservaba el derecho a instalar sistemas de misiles en Ucrania. Según el exanalista de la CIA Ray McGovern, Blinken le dijo a Lavrov en enero de 2022 que Estados Unidos se reservaba el derecho a instalar sistemas de misiles en Ucrania.
Ese, queridos amigos, es su supuesto aliado. Y ahora Estados Unidos quiere instalar sistemas de misiles de alcance intermedio en Alemania. Recuerden que Estados Unidos abandonó el tratado INF en 2019. En este momento no existe un marco de armas nucleares. Básicamente, ninguno. (Estados Unidos se retiró formalmente del Tratado sobre Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF) el 2 de agosto de 2019, luego de un período de suspensión de seis meses que comenzó el 2 de febrero de 2019).
Cuando Zelenski dijo unos días después de la invasión rusa que Ucrania estaba dispuesta a ser neutral, se estaba alcanzando un acuerdo de paz. Conozco los detalles de esto porque hablé en detalle con negociadores y mediadores clave y he aprendido mucho de los pronunciamientos públicos de otros. Poco después del inicio de las negociaciones en marzo de 2022, se intercambió un documento entre las partes que el presidente Putin había aprobado y que Lavrov había presentado. Esto lo estaban gestionando los mediadores turcos. Volé a Ankara en la primavera de 2022 para escuchar de primera mano y en detalle lo que sucedió en la mediación. El resultado final es este: Ucrania se alejó, unilateralmente, de un acuerdo cercano.
Fin de la guerra de Ucrania

¿Por qué Ucrania se retiró de las negociaciones? Porque Estados Unidos se lo ordenó y porque el Reino Unido añadió la guinda del pastel al invitar a BoJo [Boris Johnson, el ex primer ministro británico] a Kiev a principios de abril para plantear el mismo punto.
Resulta que [el primer ministro británico] Keir Starmer es aún peor, más belicista. Es inimaginable, pero es cierto. Boris Johnson explicó, y lo pueden encontrar en la web, que lo que está en juego aquí es nada menos que la hegemonía occidental. No Ucrania, sino la hegemonía occidental.
En la primavera de 2022, Michael von der Schulenberg y yo nos reunimos en el Vaticano con un grupo de expertos y redactamos un documento en el que explicamos que nada bueno puede surgir de una guerra continua. (La reunión en el Vaticano fue la Sesión de Economía Fraternal sobre el Jubileo de 2025: “Esperanza en los signos de los tiempos”).
Nuestro grupo argumentó enérgicamente, pero sin éxito, que Ucrania debería negociar inmediatamente, porque las demoras significarían muertes masivas, riesgo de escalada nuclear y posiblemente una pérdida total de la guerra.
No quisiera cambiar ni una sola palabra de lo que escribimos entonces. No había nada incorrecto en ese documento. Desde que Estados Unidos convenció a Ucrania de que no participara en las negociaciones, tal vez un millón de ucranianos hayan muerto o hayan resultado gravemente heridos.
Y los senadores estadounidenses, que son tan desagradables y cínicos como se pueda imaginar, dicen que este es un maravilloso gasto de dinero estadounidense porque no mueren estadounidenses. Es una guerra puramente por poderes. Uno de nuestros senadores del cercano estado de Nueva York, Richard Blumenthal de Connecticut, lo dijo en voz alta. Mitt Romney lo dijo en voz alta. Es el mejor dinero que Estados Unidos puede gastar. No mueren estadounidenses. Es irreal.
Ahora bien, para volver al día de ayer, el proyecto estadounidense en Ucrania ha fracasado. La idea central del proyecto desde el principio fue que Rusia se rendiría. La idea central desde el principio fue que Rusia no puede resistirse, tal como argumentó Zbigniew Brzezinski en 1997. Los estadounidenses pensaron que Estados Unidos tenía la sartén por el mango.
Estados Unidos ganará porque los engañaremos. Los rusos no van a luchar realmente. Los rusos van a movilizarse de verdad. Vamos a desplegar la “opción nuclear” económica de excluir a Rusia del SWIFT. Eso destruirá la economía. Nuestras sanciones harán que Rusia se arrodille. Los HIMARS acabarán con ellos. Los ATACMS, los F-16, acabarán con ellos. Honestamente, he escuchado este tipo de conversaciones durante más de 50 años. Nuestros líderes de seguridad nacional han dicho tonterías durante décadas.
Les rogué a los ucranianos que se mantuvieran neutrales, que no escucharan a los estadounidenses. Les repetí el famoso adagio de Henry Kissinger: ser enemigo de los Estados Unidos es peligroso, pero ser amigo es fatal. Permítanme repetirlo para Europa: ser enemigo de los Estados Unidos es peligroso, pero ser amigo es fatal.
La administración Trump
Permítanme terminar con unas palabras sobre el presidente Donald Trump. Trump no quiere que Biden pierda. Por eso es probable que Trump y el presidente Putin acuerden poner fin a la guerra. Incluso si Europa continúa con su belicismo, no importará. La guerra está terminando. Así que, por favor, sáquenlo de la cabeza. Por favor, díganle a sus colegas que “se acabó”. Se acabó porque Trump no quiere aferrarse a un perdedor. El que se salvará con las negociaciones que se están llevando a cabo ahora es Ucrania. El segundo es Europa.
En los últimos días, su mercado de valores ha subido debido a las “horribles noticias” sobre negociaciones y una posible paz. Sé que esta perspectiva de una paz negociada ha sido recibida con absoluto horror en estas cámaras, pero es la mejor noticia que podrían recibir. He intentado ponerme en contacto con algunos de los líderes europeos. Les he dicho que no vayan a Kiev, que vayan a Moscú. Negocien con sus homólogos. Ustedes son la Unión Europea. Son 450 millones de personas y una economía de 20 billones de dólares. Actúen como tal.
La Unión Europea debería ser el principal socio comercial de Rusia. Europa y Rusia tienen economías complementarias y existe una gran compatibilidad entre ellas para un comercio mutuamente beneficioso. Por cierto, si alguien quiere hablar de cómo Estados Unidos hizo estallar el Nord Stream, también me encantaría hablar de ello.
La administración Trump es imperialista en el fondo. Trump obviamente cree que las grandes potencias dominan el mundo. Estados Unidos será despiadado y cínico, y sí, también con respecto a Europa. No le rueguen a Washington que lo haga, eso no ayudará. Probablemente avivaría la crueldad. En lugar de eso, adopten una verdadera política exterior europea.
No digo que estemos en una nueva era de paz, pero nos encontramos en un tipo de política muy diferente, en un retorno a la política de las grandes potencias. Europa necesita su propia política exterior, y no sólo una política exterior de rusofobia. Europa necesita una política exterior que sea realista, que entienda la situación de Rusia, que entienda la situación de Europa, que entienda lo que es Estados Unidos y lo que representa, y que intente evitar que Estados Unidos invada Europa. Ciertamente no es imposible que los Estados Unidos de Trump desembarquen tropas en Groenlandia. No estoy bromeando, y no creo que Trump esté bromeando. Europa necesita una política exterior, una política exterior real. Europa necesita algo diferente a decir: “Sí, negociaremos con el señor Trump y nos encontraremos con él a mitad de camino”. ¿Sabes cómo será eso? Llámame después.
Por favor, tengan una política exterior europea. Van a vivir con Rusia durante mucho tiempo, así que negocien con Rusia. Hay cuestiones de seguridad reales sobre la mesa tanto para Europa como para Rusia, pero la grandilocuencia y la rusofobia no sirven en absoluto a su seguridad. No sirven en absoluto a la seguridad de Ucrania. Esta aventura estadounidense en la que se han embarcado y de la que ahora son los principales animadores ha contribuido a que haya alrededor de un millón de víctimas ucranianas.
Sobre Oriente Medio y China
En lo que respecta a Oriente Próximo, por cierto, hace 30 años que Estados Unidos entregó por completo el control de la política exterior a Netanyahu. El lobby israelí domina la política estadounidense. Por favor, no tengan ninguna duda al respecto. Podría explicar durante horas cómo funciona. Es muy peligroso. Espero que Trump no destruya su administración y, mucho peor, al pueblo palestino, por culpa de Netanyahu, a quien considero un criminal de guerra que ha sido debidamente acusado por la CPI.
La única manera de que Europa tenga paz en sus fronteras con Oriente Medio es la solución de dos Estados. Sólo hay un obstáculo para ello, y es el veto de Estados Unidos en el Consejo de Seguridad de la ONU, a instancias del lobby israelí. Así pues, si quieren que la UE tenga alguna influencia, díganle a Estados Unidos que levante el veto. En este sentido, la Unión Europea estaría al lado de otros 160 países del mundo. Los únicos que se oponen a un Estado palestino son básicamente Estados Unidos, Israel, Micronesia, Nauru, Palau, Papúa Nueva Guinea, Argentina y Paraguay. (Las Naciones Unidas pueden poner fin al conflicto de Oriente Medio dando la bienvenida a Palestina como miembro; véase mi artículo sobre ello aquí.)
Oriente Medio es un lugar en el que la Unión Europea podría tener una gran influencia geopolítica. Sin embargo, Europa ha guardado silencio sobre el Plan de Acción Integral Conjunto (PAIC) y sobre Irán, y aproximadamente la mitad de Europa ha guardado silencio sobre los crímenes de guerra de Israel y el bloqueo de la solución de dos Estados.
El mayor sueño de Netanyahu en la vida es la guerra entre Estados Unidos e Irán, y no se ha dado por vencido. No es imposible que se produzca una guerra entre Estados Unidos e Irán, pero Europa podría impedirla, si tiene su propia política exterior. Espero que Trump ponga fin al control de Netanyahu sobre la política estadounidense. Incluso si no lo hace, la UE puede trabajar con el resto del mundo para llevar la paz a Oriente Medio.
Por último, permítanme decir con respecto a China que no es un enemigo. China es simplemente una gran historia de éxito. Por eso Estados Unidos la considera un enemigo, porque China tiene una economía más grande que Estados Unidos (medida en precios internacionales). Estados Unidos se resiste a la realidad. Europa no debería hacerlo. Permítanme repetirlo: China no es un enemigo ni una amenaza. Es un socio natural de Europa en el comercio y en la preservación del medio ambiente global.
Eso es todo. Muchas gracias.-
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