El presidente Javier Milei comenzó su reciente alocución por cadena nacional diciendo: “En primer lugar quiero decirles a todos los argentinos que entiendo que la situación que estamos viviendo es dura, pero también que ya hemos recorrido más de la mitad del camino. Este es el último tramo de un esfuerzo heroico que los argentinos estamos haciendo y por primera vez en mucho tiempo esta vez el esfuerzo va a valer la pena. En segundo lugar, hoy estoy aquí rodeado de nuestro equipo económico encabezado por el ministro Luis Caputo y el presidente del Banco Central Santiago Bausili, para anunciar algo que hace tan solo unos pocos meses parecía imposible en la Argentina.”
“En contra de los pronósticos de la mayoría de los dirigentes políticos, los economistas profesionales televisivos y petardistas tribuneros, los periodistas especializados, y buena parte del establishment argentino, quiero anunciar que el sector público nacional registró durante el mes de marzo un superávit financiero de más de 275.000 millones de pesos, logrando de esta manera y luego de más de casi 20 años un superávit financiero de 0,2 % del PBI durante el primer trimestre del año.”
Sin embargo, esa cifra ostentada por el presidente Milei, es altamente cuestionada por dos relevantes informes emitidos previamente. El de la OPC (Oficina Presupuesto del Congreso) como se puede ver aquí. Y ASAP (Asociación Argentina Presupuesto y Administración Pública) como se puede ver aquí. Volcándose en el siguiente gráfico, las notables diferencias de ellos con respecto al área de Economía (MECON).
Concretamente, frente el superávit financiero de 276 mil millones de pesos comunicados por Milei, ASAP dice que en realidad hubo un déficit financiero de -605 mil millones. Y por su parte la OPC dijo que fue de -355 mil millones. Y en cuanto al supuesto Resultado primario de 625 mil millones de pesos publicado por Economía, ASAP dice que hubo un déficit de -310 mil millones, y la OPC de -60 mil millones.
En el siguiente gráfico, se puede apreciar en que rubros se registraron las principales diferencias, entre Economía (MECON) y ASAP – OPC en Marzo 2024. Correspondiendo la mayor diferencia a ingresos tributarios, donde MECON registra 3,96 billones de pesos, contra 3,38 billones de ASAP y OPC. Seguido de Contribuciones a la Seguridad Social, donde MECON registra 1,77 billones de pesos, contra 1,54 de ASAP y OPC. Y Rentas de la Propiedad, donde MECON registra 380 mil millones de pesos, contra 246 mil millones de ASAP y OPC.
Siendo estos los principales rubros que hacen la diferencia entre los Ingresos totales por 6,12 billones de pesos según MECON, contra 5,17 billones según ASAP y OPC. Cabiendo apuntar que esos 6,12 billones de pesos en marzo, nominalmente casi alcanzan los Ingresos totales de enero informada por MECON, de 6,14 billones, y supera largamente a los de febrero, de 5,35 billones.
Por su parte Presupuesto Abierto, en el Cálculo de recursos mensuales, no convalida ninguna de esas cifras. Ya que informa una recaudación total en enero de 5,69 billones de pesos, en febrero de 5,02 billones, y en marzo de 5,31 billones, lejos de los 6,12 billones consignados por Economía. Los cuales ajustados por inflación a pesos de enero (IPC marzo estimada 10 %) se reducirían a 4,43 en febrero, y a 4,22 en marzo. O sea, concretamente, una permanente baja de la recaudación, lejos de un alza de ella.
En cuanto la evolución de los resultados de las que se ufana el presidente Milei, y pone como esencia de su gobierno, Resultado Primario y Resultado Financiero (o Déficit cero o Superávit Financiero, tras el pago de los servicios -intereses- de la deuda) en el siguiente gráfico se puede apreciar que cualquiera sea la fuente, vienen en franca caída. Según Economía, el Resultado Primario, cayó de 2,33 billones de pesos en enero, a 1,23 billones en febrero, y a 0,62 billones en marzo. Y el Resultado Financiero pasó de 1,10 billones de pesos en enero, 0,33 billones en febrero, y 0,27 billones en marzo.
En cambio para ASAP, el Resultado Primario cayó de 2,55 billones de pesos en enero, a 0,92 billones en febrero, y a -0,31 billones negativos en marzo. Mientras que el resultado financiero cayó de 1,2 billones de pesos en enero, a -0,18 billones negativos en febrero, y -0,60 billones negativos en marzo.
Y para la OPC, el Resultado Primario cayó 1,24 billones de pesos en enero, a 0,92 billones en febrero, y – 60 mil millones (0,06 billones) negativos en marzo. Mientras que el Resultado Financiero cayó de 0,68 billones de pesos en enero, a -0,18 billones negativos en febrero, y – 0,35 billones negativos en marzo.
En cuanto la marcha de la recaudación en el mes de abril, que brindara los resultados correspondientes a este mes, en el siguiente gráfico se compara los totales registrados al 23 de cada mes, desde enero en adelante, de los principales rubros: Ingresos impositivos, Aportes y Contribuciones, Rentas de la Propiedad, y Total general. Con sus valores nominales a la izquierda, y ajustados por inflación (IPC estimado abril 10 %) a la derecha.
Ajustados por inflación, se observa en abril un leve repunte en los ingresos impositivos, respecto el mes de marzo, como consecuencia de los tan esperados ingresos de la cosecha gruesa. Pero con cifras que en todos los casos son inferiores a los meses de enero y febrero. Por lo que es de suponer que abril acarreará resultados negativos aun mayores, tanto Primarios como Financieros.
Siendo este el talón de Aquiles de las recetas recesivas del actual gobierno, que ajustan sucesivamente los ingresos, lo que requiere de más ajustes de los egresos, en un espiral perverso sin fin. Induciendo así una socialmente insoportable depresión y paro de la economía, y es justamente por eso que aparecieron las recetas keynesianas. Si se quiere, inflacionaria, pero que socialmente resulta mucho más soportable que la depresión, como sucedió en la crisis del ‘30.
El resultado trimestral y su desmesura demencial
La envergadura de la cuestión y el presunto maquillaje de las cifras, se aprecian más si la comparación se reduce al Resultado Primario, Servicios de Deuda, y Resultados Financieros. Tanto en primer lugar para Marzo 2024, donde se repiten las cifras antes señaladas. Como para el acumulado en el Primer trimestre del año, como se puede ver en el siguiente gráfico.
En las cifras trimestrales, se puede apreciar que las diferencias se concentran en el Resultado Primario, al informar Economía que en el trimestre fue de 3,86 billones, contra 3,48 billones de ASPA y OPC. O sea, alrededor de 400 mil millones de pesos menos. Lo cual arroja un supuesto superávit financiero acumulado de 1,13 billones de pesos según Economía, contra 728 mil millones de ASAP y 683 mil millones de OPC.
Lo irónico de ese Resultado financiero oficial de 1,13 billones, es que se basó textualmente, en no pagar la cuenta de la luz de 1,06 billones, a la que ahora pretende pagar con bonos 2038, a quince años. De esa manera el presunto superávit financiero oficial, se reduce casi a cero. Mientras que según ASAP el resultado del trimestre sería negativo en menos -333 mil millones de pesos, y según la OPC menos -378 mil millones. Pero a eso además hay que sumarle las facturas de gas impagas por otros u$s 900 millones, con lo cual sarcásticamente, el Resultado financiero trimestral oficial, pasaría a ser negativo en casi un billón de pesos, y en el caso de ASAP y OPC, superaría largamente ese billón .
Mas allá de estos burdos maquillajes, cabe preguntar además porqué el presidente Milei, que no le hace ningún asco a la mentira, no presentó estas cifras aparentemente tan favorables, en su cadena nacional. Y la respuesta sería que políticamente, más allá si son falsas o ciertas, son una locura, una exageración, una enorme demasía, al no tratarse de déficit cero, sino supuestamente de un enorme superávit financiero. Al mismo tiempo que se sometía a la sociedad a una enorme penuria, como el mismo presidente reconoció en su cadena nacional.
Pero reafirmó a la par esta locura de ir más allá del déficit cero, como supremo objetivo de su gobierno, al expresar: “Este es el primer trimestre con superávit financiero desde el año 2008, un hito que debe enorgullecernos a todos como país, en particular dada la estrepitosa herencia de la que tuvimos que hacernos cargo. Este concepto, el de superávit fiscal, que parece simplemente una definición técnica que no hace a la vida de los argentinos, no es ni más ni menos que el único punto de partida posible para terminar de una vez y para siempre con el infierno inflacionario que fue la Argentina desde la caída de la convertibilidad, con habernos convertido en el mayor de defaulteador serial del mundo y a tener la presión impositiva más alta del mundo. El superávit fiscal es la piedra angular desde la cual construimos la nueva era de prosperidad de la Argentina.
El loco superávit financiero para mostrar a los banqueros
Pero ¿a quien le importa en primer lugar el déficit cero y/o el superávit financiero? Solo a los acreedores de la deuda, a los banqueros privados, y al FMI. Dado que por un lado les está diciendo ¡préstenme! ¡me sobra para pagarle los intereses de la deuda! Y el FMI aplaude, porque de esa manera los financistas privados le volverán a prestar a Argentina, para que esta pueda pagarle al FMI. Y este por su parte sacársela de encima como su principal acreedor mundial.
Además el superávit financiero permitiría bajar impuestos, y achicar el presupuesto y el Estado, sea como sea y caiga quien caiga en el camino. Tal como expresamente el presidente Milei declaró en la cadena nacional: “Esto quiere decir que cada peso que le sobre al Estado Nacional, lejos de aumentar el gasto, será devuelto los argentinos a través de reducciones de impuestos. Vamos a promover una dinámica de ahorro y reducción de impuestos hasta que la Argentina tenga un nivel de gasto público y presión impositiva acorde al de un país que necesita crecer.”
La deuda siempre la deuda
Pero la desmesura es doble, al haberse concretado en el trimestre un enorme servicio de deuda (pago de intereses) por 2,75 billones de pesos. Que equivalen al 15 % de los recursos obtenidos en el trimestre, y a más de la mitad del total de los recursos obtenidos en Marzo, según ASAP y OPC. Otorgándole enormes beneficios a los financistas, que percibieron los alocados bonos duales ideados por el ministro Luis Caputo cuando era ministro/secretario de Finanzas de Macri, emitidos por el ex ministro Sergio Massa, en la opción a su equivalente en dólares.
Concretando así sustanciales ganancias por sobre la inflación, como consecuencia de la macro devaluación que dispusieron Milei y Caputo apenas asumir, como otra prenda de amor hacia los financistas. Importe sobre el que Milei no reclama auditoria alguna, como pretende hacer sobre montos mucho menores, como las universidades.
¿Quiénes hicieron el aporte para pagar esos 2,75 billones, más el superávit financiero de 1,13 billones, que totalizan 3,88 billones de pesos? El siguiente gráfico del IARAF (Instituto Argentino Análisis Fiscal) obrante en su informe sobre la ejecución presupuestaria a marzo 2024, da una idea acabada de ello, comparando los egresos registrados en el primer trimestre del 2023, actualizados a marzo 2024.
Dejando de lado los enormes recortes a la inversión, a las provincias, y los subsidios a la energía y transporte, y considerando solo lo que en esencia se destina directamente a las personas, los jubilados aportaron 2,89 billones de pesos, los empleados públicos 0,62 billones, los programas sociales 0,44 billones, y las universidades 0,26 millones. Totalizando estos cuatro rubros 4,21 millones de pesos.
La siguiente “torta” del mismo informe del IARAF, da una idea de quienes proporcionalmente soportaron ese tremendo ajuste. Obviamente, como sucede desde siempre, el mayor aporte para beneficiar a financistas y banqueros, lo hicieron los jubilados, un 35 % del total. Seguidos por Inversión real directa, un 15 %; Subsidios a la Energía, 9 %; Salarios públicos, 7 %; Provincias, con un total de un 13 %; Programas sociales, 5 %; Universidades, 3 %; etc.
Pero no obstante el robo de haberes a jubilados, empleados públicos, y fondos educativos, para lograr supuestamente no un déficit cero, sino un superávit financiero, no autorizado en manera alguna por el Congreso que en todo caso debería disponerlo, el presidente Milei en su discurso en cadena nacional afirmó: “para nosotros la inflación es un robo y el déficit fiscal es la causa de la inflación. Por lo tanto, el déficit cero no es solo una consigna de marketing para este gobierno, sino que es un mandamiento.”
Tratando de explicar esto, e insistiendo con el absurdo superávit financiero obtenido esencialmente mediante licuar los haberes de jubilados y empleados públicos, como alguien que en lugar de comer, amarroca dinero para mostrarle a los banqueros, también dijo:
“Este milagro económico que ha sido lograr superávit financiero trimestral luego de casi 20 años, habiendo recibido la herencia que recibimos, responde, a diferencia de lo que suelen afirmar los que quieren el fracaso de este gobierno, en enorme medida a lo que durante la campaña llamamos “motosierra” y no como dicen algunos a la licuación del gasto público, método que históricamente se ha utilizado en nuestro país.”
Y tratando de explicar el robo a jubilados con la feroz licuación de sus haberes, en un 35 % prosiguió diciendo con su acostumbrada sarasa economicista: “De los cinco puntos del déficit del Tesoro que hemos ajustado, solo 0,4% responde a la pérdida del poder adquisitivo de las jubilaciones, pérdida producida por la nefasta fórmula de movilidad de Alberto Fernández que quisimos modificar en la Ley Bases y que luego tuvimos que modificar por DNU, frente a la falta de voluntad de algunos sectores políticos.”
La inviabilidad del plan Milei
Como el cisne que canta antes de morir, en LA NACION apareció un reportaje a quien iba a ser su asesor, el monetarista Carlos Rodríguez, discípulo de Milton Friedman en la Universidad de Chicago, integrante del CEMA (Centro Estudios Macroeconómicos Argentina), ex secretario de Política Económica durante el menemismo, y rector de la Universidad del CEMA.
Respecto el déficit cero que Milei ostentó pocas horas después dijo: “en marzo ya tuvo déficit primario y financiero. Lo que pasa que en el primer trimestre se compensa con el colchón que tenía, pero ya no puede licuar más. La inflación está cayendo. Entonces, baja la licuadora de ingresos. La presión social para que haga ajustes nominales en los ingresos está subiendo…”
“No ve la enorme redistribución y cambios de precios relativos. Él dijo que iba a bajar la inflación y está chocho de la vida. ¡La manera más fácil de bajar la inflación es subirla, para que después baje! Y esto es lo que hizo: la subió al 25% y ahora está feliz porque la bajó al 11%. Pero si Massa la tenía al 6%.”
Respecto el ministro Caputo dijo que le falta “una concepción del ajuste estructural que hace falta en el sector público y privado. Lo único que vimos es una reducción de gasto en todos lados y una preocupación por acumular reservas para que baje el riesgo país y puedan entrar de nuevo los mercados de capitales. Es lo que haría un hombre de finanzas, como Caputo. En cambio, un economista estaría tratando de desarrollar un plan económico.”
“Hay que hacer ajustes que sean sostenibles… No la ve, porque no ven el equilibrio general. No ve que están gobernando gente. Hace pelota a la clase media, que no se puede mudar… A Milei le va a costar negociar ahora el apoyo de la ley de Bases con los gobernadores, si no vuelven las transferencias discrecionales.”
La calamitosa situación de las provincias
Al respecto, como contraparte del enorme superávit financiero que trata de lucir Milei a cualquier costo, está la penosa situación de las provincias. Que tratan de disimularla, al no publicar en este año informes de ejecución presupuestaria, sino solo informes de recaudación. Tomando por ejemplo a Córdoba, en el informe de marzo 2024, aparece el siguiente gráfico, que da cuenta que el total de la recaudación cayó este mes un -18 % interanual. Pero con respecto a los ingresos provenientes de la Nación, la caída fue de menos -27 % interanual, o sea una pérdida de más de una cuarta parte.
Esto explica porque el gobernador cordobesista Martín Llaryora, igual que casi todos los restantes gobernadores, no pregunta que es lo que hay firmar, sino donde hacerlo. Aunque ello sea calamitoso para el porvenir del país. Como el darle super facultades extraordinarias a una personalidad borderline; modificar la ley del petróleo, para que rija absolutamente el precio internacional; y crear las RIGI (Régimen Incentivo Grandes Inversiones). Con las que las multinacionales se llevaran puestas los recursos no renovables de Vaca Muerta, y el litio y cobre, codiciados en el mundo entero por la transición energética en curso.
Ver RIGI: “Régimen Incentivo Grandes Inversiones”, el estatuto del saqueo de Milei
Ver Ley del petróleo de Milei, peor que la del dictador Onganía escrita por la CIA
Rendidos a los pies de Milei, como consecuencia del “sitio por hambre” como en el medioevo, al que los sometió con el cuento de lograr el superávit financiero, que ha reemplazado largamente a la civilizada “chequera y el látigo” enrostrada a anteriores gobiernos. Arriando así las declamadas banderas del cordobesismo durante los gobiernos K, con las que se ufanaban de enfrentar a la Nación en todo lo que perjudique a la provincia.
Ver MEGA DNU 70/23: el síndrome del Congreso de mujer golpeada
Ver En el Congreso Milei sinceró la extorsión a los gobernadores: Ley Omnibus a cambio de alivio fiscal
Sin tener ingenio ni creatividad, para resistir ahora el envión de la Nación, ante el daño provocado por Milei que se hizo calamitoso. Y así ahora el gobernador Llaryora solo pide clemencia, a los que antes denominaba “los pituquitos de Recoleta”. Para obtener a cambio muy muy poco: una aguada restitución del impuesto a las Ganancias, que será neutralizada con la disminución en el impuesto a los Bienes Personales, qué para beneficiar a los sectores más ricos de la sociedad, promueve Milei. Nunca ha quedado tan claro con Llaryora, que del dicho al hecho hay un largo trecho.-
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