Biografía no autorizada de Schiaretti (I): El Cordobazo, su exilio, FIAT, y la militancia neoliberal con Cavallo

En este primer capítulo de tres, se muestra que Juan, “El Gringo”, “el Gober”, según quién lo nombre, se mueve camaleónicamente según sus necesidades. Hijo de un obrero ferroviario perseguido por peronista, tras el cordobazo y la caída del gobierno cordobés de Obregón Cano, se refugió en Brasil, olvidó su militancia en el PJ, y se abrazó al mercado como nueva religión siguiendo a Mauricio Macri y "Mingo" Cavallo..
bio schiaretti

El último jueves de junio de 2025, en la ciudad de La Plata, mientras el presidente Javier Milei largaba exabruptos contra el gobernador Axel Kicilliof, a unos kilómetros de distancia en el Centro Cultural Islas Malvinas, se encontraba Juan Schiaretti, el único ex-gobernador de Córdoba con vida. Al lado suyo, estaba el neurólogo Facundo Manes, diputado nacional y radical arrepentido quién arremetió:

No somos un espacio del medio o moderado. ¡No! Somos un espacio intenso en contra del populismo de derecha y del populismo de izquierda. Son dos caras de una misma moneda, insistió, de manera eufórica, frente a un público a sala llena, pero con canas a peinar. Y dijo sin titubear: “Milei es kirchnerismo de derecha”.

Luego tomó la palabra su socio cordobés: “El principal responsable de que Argentina lo haya elegido a Milei es el kirchnerismo, que es una expresión política feudal. Porque por más que se disfrace de consignas progresistas, no consiguió movilidad social ascendente en el país”.

Facundo Manes y Juan Schiaretti en el Centro Cultural Islas Malvinas

Es hora de que el péndulo vaya hacia un país normal, que es federal, que impulse la producción y el trabajo, y que lleve a la movilidad social ascendente”, finalizó, retomando el concepto del “péndulo argentino”. Que tiende llevar al país entre regímenes orientados al keynesianismo expansionista popular, o neoliberales con preferencia a ser condescendiente con la clase media y alta.

Para eso, Schiaretti, al que apodan “El Gringo”, cuenta con avales en distintas provincias para su partido llamado “Hacemos”. En la geografía del Area Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), cuenta como paladines al intendente de Tigre, Julio Zamora –creció bajo el paraguas de Sergio Massa y luego lo traicionó-; y del ex-intendente de Hurlingham, y ex piloto Juan “Juanchi” Zabaleta. También jugarían en el esquema schiarettista los ex cristinistas Diego Bossio y Florencio Randazzo. Otro que está fichado sería el ex-diputado del PRO Daniel Lipovetzki.

Distintos medios sostienen que tras el derrumbe electoral del PRO en su propio pago chico, “El Gringo” le tiró un salvavidas a su histórico socio laboral y político Mauricio Macri y entabló conversaciones con el primo Jorge Macri. Además, en esta versión renovada de la avenida del centro –que en las generales del 2023 hizo perder a su creador Massa frente al ultra Javier Milei- Schiaretti opera a través de Martín Llaryora para convencer a otros “cambiemitas” desencantados, como los gobernadores de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, y de Entre Ríos, Rogelio Frigerio, para que armen una franja de poder concentrado en la Región Centro.

A sus 76 años, Schiaretti se resiste a jubilarse. Y si no puede ocupar poder, espera operarlo. Porque detrás de sus casi ocho décadas, hay toda una vida frenética y paciente, contradictoria y pragmática. Todo sea para quien espera ser el impulsor que ponga el péndulo argentino sin moverse en los extremos, aún cuando esta biografía no autorizada muestra que su devenir estuvo subsumido a esos movimientos.

Instagram de Schiaretti. 27/6/25.

“Liceísta” de honor

Juan “el Gringo” Schiaretti nació el 19 de junio de 1949, en pleno gobierno de Juan Perón. Su padre fue Dante Schiaretti, un laburante ferroviario y militante peronista, que estuvo encarcelado durante laRevolución Fusiladora” de 1955 que derrocó al General. Su madre se llamaba Julia Álamo, hija de un criollo casado con una india bamba de La Rioja, que falleció recientemente.

Como hijo de ferroviario, vivió en el Barrio Talleres, ubicado en la zona este de la Capital, cerca del denominado Complejo Forja, que como muestra de la degradación argentina en un tiempo exportaba material ferroviario pesado, y ahora es el Centro de Eventos del interior del país. Allí cursó la primaría en la Escuela Pública Nacional 95, hoy escuela provincial ‘Vicente Fidel López’, qué como la mayoría de los edificios escolares provinciales, luce deteriorada.

En 1961, con 11 años, ingresó al Liceo Militar General Paz para realizar sus estudios secundarios. Por ese entonces, este colegio, ubicado en la zona norte de la Docta, era una institución muy prestigiosa donde concurrían algunos hijos de la “casta”. Además de Schiaretti, entre los egresados del Liceo podemos encontrar al ex presidente Fernando de la Rúa; al ex arzobispo de Córdoba, Carlos Ñáñez; al senador y ex intendente de Córdoba, Luis Juez; al ex jefe montonero Fernando Vaca Narvaja, y al ex diputado nacional, ex interventor en AFSCA, y ex ministro de Defensa, y dirigente macrista, “El Milico” Oscar Aguad.

Ver Aguad

Por ese entonces, “El Liceo” se especializaba en la formación de oficiales de reserva, o sea, civiles formados a disposición de cualquier conflicto bélico. De allí Juan, el hijo del obrero ferroviario Dante Schiaretti, perseguido por la dictadura de Eduardo Lonardi, Pedro Eugenio Aramburu e Isaac Rojas, egresó en 1965, con medalla de oro, por mejor promedio de su promoción, con el grado de subteniente de reserva”. Porque más que un bachillerato, el liceo es una academia militar.

Contador y montonero

Luego, el joven “Gringo” pasó a estudiar en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) donde comenzó a militar en Juventud Peronista (JP) como secretario general del “Integralismo”, una fuerza estudiantil peronista con influencia católica, de tendencia radicalizada. Ya había otra dictadura, la del general Juan Carlos Onganía, que el 28 de junio de 1966 había derrocado a Arturo Illia.

Militando en la JP, Schiaretti participó en mayo de 1969 del “Córdobazo”, la revuelta obrero y estudiantil facilitada por la tardía reacción del Tercer Cuerpo del Ejército, que provocó el comienzo del fin del gobierno del Gral Onganía, para facilitar el ascenso a la presidencia del Gral Alejandro Lanusse, previo un interregno del Gral Roberto Levingston para despistar.

Ver Porqué en la cuna del Cordobazo el cordobesismo criminaliza la protesta social

Pero que también fue el origen del fin de esa dictadura militar. Cuenta el mismo “Gringo” que al año siguiente, mientras participaba de una movilización estudiantil, mientras cursaba quinto año de la Universidad, recibió un balazo en el abdomen que lo dejó tirado en plena calle del centro de la Ciudad.

Era una bala calibre 6.35 que usaban los servicios de inteligencia. Ese proyectil tenía la característica de moverse mucho, era muy difícil de extraer. La bala pasó a un centímetro de la arteria femoral, me salvé de desangrarme y se alojó a dos milímetros del nervio ciático, que de dañarse me hubiera dejado paralítico. Tuve suerte”, rememoró el ex-gobernador para una crónica de una revista virtual llamada Salida al mar.

Además, en los claustros universitarios, Schiaretti conoció a quien luego sería su líder y referente político durante los ‘80 y ‘90: Domingo Felipe Cavallo, un cordobés oriundo de San Francisco. La misma ciudad que vio nacer al actual gobernador Martín Llaryora.

Luego en la siguiente dictadura cívico militar, Cavallo fue presidente del Banco Central de la República Argentina (BCRA) y desde allí, en 1982 licuo las deudas y estatizó unos USD 15.000 millones de deuda externa privada de grandes grupos concentrados. Como Pagani (Arcor) de quien era socio en el Banco Hipotecario y Edificador de Córdoba, intervenido, reprivatizado, y luego liquidado por el mismo BCRA; Macri (SOCMA), Fortabat (Loma Negra); Bunge & Born (Viterra); Bulgheroni (Bridas); Pérez Companc (Molinos); Rocca (Techint), Soldati, Pescarmona, etc.

Ver Banco Hiptecario Edificador

Ya en democracia, en los agitados ’90, Cavallo se disputó con Carlos Menem la paternidad de la Convertibilidad, la expoliación del Estado que mantuvo durante una década la fantasía del 1-1 entre el peso y el dólar, y provocó el mayor proceso de desindustrialización y privatización del país post dictadura. El mismo proceso que ahora lleva adelante Javier Milei, aupado a una retórica ultraderechista que ni el riojano se animó a batir.

Y en el post menemismo, cuando el país comenzaba a incendiarse bajo la gestión de Fernando de la Rúa, José Luis Machinea y el bulldog Ricardo López Murphy; el gobierno de la Alianza intentó apagar los fuegos llamando nuevamente a Cavallo, el de la dictadura y el menemato ¿qué podría salir mal?

Ver Las malas praxis del FMI 7: su complicidad con el vaciamiento financiero del 2001 para pagar la deuda
Ver Recuerdos del 2001: la ficha sucia de los candidatos Prat Gay, Amadeo, Heller, y Olivera en 2009

Ver Prat Gay, el gran encubridor del vaciamiento del sistema financiero en el 2001

Schiaretti y Cavallo compartieron algo más que estudios en la Facultad de Ciencias Económicas de la UNC; cuando el economista militó en la agrupación católica “Ateneo Universitario” con la que llegó a ocupar una banca en el Consejo Directivo de la Facultad, “El Gringo” fue uno de sus armadores desde el peronismo, fuerza que había sido proscripta en las elecciones presidenciales de 1963.

Tras apoyar la dictadura de Onganía, en 1970, con apenas 24 años, Cavallo se doctoró en Economía y luego realizó estudios de posgrado en los denominados Cursillos de Verano de la prestigiosa Universidad de Harvard. Que organizaba Henry Kissinger con la concurrencia de personajes prominentes, o con la posibilidad de llegar a serlo como ocurrió con Cavallo.

De las aulas a la militancia callejera

Schiaretti se graduó de contador en 1970 a los 21 años. Gobernaba por entonces el mencionado Gral Levingston, un militar nacionalista que fue designado como presidente por la Junta Militar que derrocó a Onganía, integrada por el Tte Gral y posterior presidente de facto, Alejandro Lanusse, el almirante Pedro Gnavi, y el brigadier general Carlos Rey.

La lucha de los obreros y estudiantes que tuvo su clímax en el Cordobazo, contagió a los estudiantes y Schiaretti no fue la excepción, enrolándose en lo que se llamó el Peronismo de Base (PB), que se nutría de universitarios que militaron en el integralismo.

El 20 de junio de 1973, menos de un mes después de que “El Tío” Héctor Cámpora asumiera su interina presidencia el 25 de mayo, el ex presidente Gral. Juan Domingo Perón regresó de su exilio de 18 años. En Ezeiza lo recibieron más de un millón de peronistas, de derecha y de izquierda, entre ellos el joven contador hijo del obrero ferroviario.

El festejo por el regreso definitivo del General, terminó en una balacera protagonizada entre los sectores ortodoxos del peronismo, como el Comando de Organización, la Juventud Sindical Peronista, y la CNU Concentración Nacional Universitaria, contra la Juventud Peronista y Montoneros, que disputaban copar el acontecimiento. El saldo: 13 muertos y 365 heridos.

Ese mismo año, con apenas 24 años, Schiaretti debutó como funcionario público asumiendo como “Personal Técnico de la Dirección de Comercio e Industria de Córdoba”, gobernada por Ricardo Obregón Cano. Un odontólogo ligado a la Tendencia Revolucionaria del Peronismo, donde militaban cuadros de Montoneros.

Obregón Cano y su vicegobernador Atilio López –secretario general del entonces combativo gremio de la Unión Tranviarios Automotor (UTA) y de la Confederación General de los Trabajadores (CGT) llevaron adelante el gobierno más popular y progresista de Córdoba, pese a su corto mandato de nueve meses.

Pero en el marco de la derechización del gobierno de Perón en su tercer mandato, tras el ataque del ERP al Cuartel de Azul, el 27 de febrero de 1974, fue derrocado por el jefe policial Cnel. Antonio Navarro, apoyado por el propio presidente Perón, en lo que se conoció como “El Navarrazo”. La derecha peronista cordobesa, donde militaba el joven José de la Sota, aplaudió el golpe contra Obregón Cano y se alineó con el General, que acusaba a Obregón Cano de tener un gobierno lleno de “infiltración marxista”.


Schiaretti, suele contar a las generaciones más jóvenes y a sus actuales compañeros de militancia una versión revolucionaria de su vida. Como por ejemplo, cuando en 1975, durante el gobierno de la viuda de Perón y de López Rega, fue amenazado por la Triple A y debió refugiarse en Neuquén con su esposa e hijos. Ese exilio interno, lo relató David Blaustein en Cazadores de Utopías, un documental estrenado en 1995.

En la provincia norpatagónica, Schiaretti trabajó en el Banco Provincia de Neuquén gracias al cobijo que le dieron Ricardo y Enrique, dos de los cuatro hijos de Felipe Sapag, el caudillo fundador del poderoso Movimiento Popular Neuquino (MPN).

Los tres hijos menores del gobernador neuquino habían conocido al cordobés por su militancia en la Tendencia. Juan, Ricardo y Enrique viraron a la lucha armada en Montoneros, Juan partió al exilio y viró a la derecha, lentamente. Ricardo Sapag, fue secuestrado y asesinado en Florencio Varela el 30 de junio de 1977. Sus padres Felipe y Chela Sapag pudieron recuperar el cadáver enterrado como NN en el cementerio de La Plata.

Ultima foto de Enrique y su papá Felipe Sapag.

Mientras que Enrique fue asesinado el 17 de octubre del mismo año, cuando su padre se encontraba en Europa haciendo gestiones con el jefe montonero Mario Eduardo Firmenich, para que autorizara el exilio del muchacho de sólo 19 años de edad. Ese día, en una actividad de apoyo a una huelga ferroviaria en Berazategui, el más chico de los hermanos Sapag fue asesinado por la Policía Bonaerense. Al regresar de Europa, los padres de Enrique se enteraron de su trágica muerte. Recuperaron el cuerpo de la morgue.

Para la época de la caída de los hermanos Sapag, Schiaretti ya no estaba en Argentina. Con el golpe cívico militar del 24 de marzo de 1976, “El Gringo” y su familia partieron al exilio en Brasil, afincándose en Belo Horizonte.

Exilio con Macri y regreso a los brazos de Cavallo

Recién llegado, Schiaretti vendió llaveros en la calle para alimentar a su familia. Hasta que pudo ingresar a la compañía de un argentino, Fiat Auto, entonces en manos de Franco Macri. Con el paso de los años y con la relación tejida con Mauricio -Schiaretti sólo le lleva una década de vida-; el cordobés llegó a convertirse en vicepresidente administrativo de la automotriz en manos de la famiglia Macri en Brasil.

En 1984, luego del retorno de la democracia, Schiaretti y su familia regresaron a Córdoba. Y al año siguiente, en 1985, comenzó a trabajar como Gerente Financiero del Grupo Industrial Astori, empresa fabricante de estructuras de hormigón premoldedo, capitaneada en ese entonces por Don Piero Astori. Dos décadas después, ya siendo gobernador de Córdoba, Schiaretti hizo devolución de favores a la famiglia Astori, con millonarios y cuestionados contratos de obra pública.

Ver Radiografía del régimen feudal del Unicato cordobesista De la Sota & Schiaretti

Piero Astori

En 1977, en plena dictadura cívico militar, Astori convocó a una treintena de empresarios cordobeses, entre los que destacó Fulvio Pagani y les propuso armar una usina de ideas para comenzar a jugar e incidir políticamente en el Estado. Ya sea cordobés bajo la maquinaria de terror llevada adelante por el Gral Luciano Benjamín Menéndez; o nacional con la Junta de comandantes liderada por Jorge Rafael Videla, o lo que después pudiera venir.

Así nació la poderosa Fundación Mediterránea que tuvo como uno de sus intelectuales más destacados al cordobés Cavallo, quién dirigía el Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL). La que casualmente funcionaba en el piso de arriba del Banco Hipotecario y Edificador de Córdoba, del que eran socios y directivos los Pagani y Cavallo. Del que luego el BCRA se hizo cargo en dos ocasiones cargando un notable pasivo de cuentas incobrables.

El entonces ministro de Economía de la dictadura, José Alfredo Martínez de Hoz y el presidente del BCRA, Domingo Cavallo.

Ya en tiempos de democracia, Schiaretti y Cavallo entablaron una estrecha amistad bajo el paraguas de la Fundación Mediterránea. En 1987, “El Gringo” fue uno de los impulsores del ingreso de “Mingo” Cavallo como tercer candidato a diputado en las listas del peronismo “renovador” cordobés. Banca por la cual, según denuncias de ese entonces, el ex funcionario de la dictadura habría pagado un millón de dólares. Y desde donde, luego que asumió, comenzó a atacar con total virulencia al tambaleante gobierno de Raúl Alfonsín, para los radicales, “el padre de la democracia”.

Con el menemato

En mayo de 1989, en medio de la hiperinflación alfonsinista, el gobernador riojano de patillas al estilo del caudillo Facundo Quiroga ganó las elecciones presidenciales frente al radical cordobés Eduardo Angeloz. Las promesas de “Salariazo”, “Revolución Productiva” y el remanido “Síganme, no los voy a defraudar” se terminaron ni bien Menem asumió la presidencia, en julio de ese año, seis meses antes de que Alfonsín terminara su mandato. Con el paso de los años, desde el alfonsinismo acusaron que la renuncia anticipada del “padre de la democracia” en realidad fue un “golpe de mercado”.

El peronista al que el mismísimo líder libio Muammar Khadafi le había enviado algunos millones de dólares para financiar su campaña presidencial, terminó aliándose ni bien asumió, a la cerealera Bunge & Born, quién colocó al primer ministro de Economía menemista: Miguel Roig.

El cordobés Cavallo desembarcó en la Cancillería con su amigo Schiaretti y todo el equipo de la Fundación Mediterránea. Y lo primero que hizo el flamante canciller, fue firmar los “Acuerdos de Madrid” con Inglaterra, que fueron una virtual capitulación tras la derrota en la Guerra de Malvinas de 198.

Por medio de los decretos 101/89 y 977/90 firmados por Menem y Cavallo, “El Gringo” fue designado director Nacional de la Integración Latinoamericana con Categoría Diplomática”. Es decir, como un virtual vicecanciller que no debía mostrar sus valijas en la Aduana, teniendo como asesor principal a Guillermo Seita, quién en 1993 fue designado en la Secretaría de Industria de la Nación

Quien actualmente a través de su consultora Management & Fit, monta operaciones al mejor postor: desde Schiaretti hasta los santafesinos Maximiliano Pullaro y Omar Perotti; pasando por el cortesano Ricardo Lorenzetti, y los porteños Horacio Rodríguez Larreta y Martín Lousteau. Sin contar que en 2015 asesoró a la vez a los tres candidatos presidenciales: Mauricio Macri, Daniel Scioli, y Sergio Massa.

Estando al frente de la Dirección Nacional de la Integración Latinoamericana y en el marco del ALADI (Asociación Latinoamericana de Integración), entre 1990 y 1993, Schiaretti firmó una serie de acuerdos de exportaciones de gas natural con Chile, Brasil y Uruguay. Acuerdos que dejaron sin éste recurso estratégico a la Argentina, provocando un costo anual de US$ 10 mil millones en la balanza de pagos.

Según una denuncia penal patrocinada por el abogado Ricardo Moners Sans, los contratos, diseñados por Schiaretti y Seita, consistían ensimular supuestos acuerdos bilaterales de integración gasífera, que nunca existieron”. Dado que establecieron reciprocidades energéticas entre los países limítrofesque en la práctica nunca se cumplieron, sacando todo el gas argentino al precio interno, cuando en los países limítrofes valía diez veces más, sin recibir nada más a cambio.

Incluso, en la firma de alguno de estos convenios, como el de Chile, publicaciones del periodista Horacio Verbitsky y del ex embajador argentino en Santiago, Oscar Spinoza Melo, relatan que el funcionario cordobés habría cobrado coimas para adjudicar de manera directa uno de estos gasoductos en el último tramo de la dictadura pinochetista, a través del entonces ministro de Minería, José Piñera, hermano del fallecido ex presidente, Sebastián Piñera.

Gringo, tenés que venir a Olivos. Acá dicen que vos pediste plata por el gasoducto. Una hora después llegaron Cárdenas junto con un directivo de la petrolera San Jorge, y Schiaretti con Seita. Les dijeron que quien definía la adjudicación era Schiaretti, y que para destrabarla había que arreglar con él -habría ratificado Cárdenas. –¿Quién lo dijo? Es una acusación muy grave, y tengo derecho a saber quién la fórmula, contó haber exigido el incriminado”, relata Verbitsky en su libro “Robo para la Corona”.

Contrabandista

En enero de 1991, Cavallo renunció a la Cancillería y asumió como ministro de Economía de Menem, con amplios poderes para hacer prácticamente de todo. Con él, desembarcaron en el Palacio de Hacienda todos sus técnicos de la Fundación Mediterránea, con el objetivo de ejecutar su masterplan económico de corte neoliberal, popularmente conocido como “La Convertibilidad”. Plan que acorde elConsenso de Washington” consistía en privatizaciones, mediante la “capitalización de la deuda externa”, desregulaciones, ancla cambiaria y apertura al exterior sin límites.

Con la mudanza de Cavallo a Economía, Schiaretti se llevó los contratos de exportaciones de gas bajo el brazo, mediante el decreto 231/1991; ya que fue nombrado secretario de Industria de la Nación. Su entonces asesor y actual consultor Seita, también se mudó a ese ministerio, con el rango de subsecretario de Relaciones Institucionales.

Estando al frente de la Secretaría de Industria, “El Gringo” habilitó una megaestafa a la vista de todos, donde el principal beneficiado fue su patrón, que le dio cobijo en Brasil en los ’70: Sevel, la automotriz controlada por la famiglia Macri contrabandeó 13 mil vehículos desde Uruguay. Originando una causa judicial penal por la cuál Mauricio Macri, estuvo procesado durante años, y fue dejado libre de culpa y cargo con un fallo trucho alegando “cosa juzgada” emitido por la “Corte Suprema Automática” de Menem.

La maniobra era muy simple. Sevel Argentina exportaba (autovendía) autopartes a Sevel Uruguay. Allí, armaba los vehículos y a través de la firma Opalsen SA, cuyo directorio lo conformaban los propios ejecutivos de Sevel, los importaba nuevamente a Argentina y los vendía a particulares. De esa forma cumplía aviesamente el régimen automotor de “importaciones compensadas”.

Con la participación de Schiaretti como secretario de Industria, el clan Macri estafó al Estado argentino en US$ 450 millones. Según el decreto 2677/91, el secretario de Industria de la Nación debía controlar esas importaciones y exportaciones de vehículos y autopartes, con el fin de mantener el equilibrio en la balanza comercial, paradójicamente, disposición que él mismo había creado y violado.

Ver Macri y Schiaretti: unidos por el contrabando 

Santiago querido

El 17 de diciembre de 1993, mientras la famiglia Macri contrabandeaba automóviles desde un país sin industria metalmecánica; el ex exiliado dejó la Secretaría de Industria, y el tándem Menem – Cavallo, mediante el decreto 2583/93, lo nombró interventor federal de la provincia de Santiago del Estero.

Domingo Cavallo, Carlos Menem, Juan Schiaretti

Como interventor en la provincia de la chacarera, Schiaretti llevó como subsecretario de Interior al dirigente delasotista Horaldo Senn –denunciado por militantes setentistas de estar ligado a los servicios de inteligencia de la dictadura- y se apoyó en el estudio jurídico de otro liceísta y cavallista cordobés, el actual senador mileísta Luis Juez, quién llegó a la banca con la marca macrista Juntos por el Cambio.

En el periplo santiagueño, Juez aportó a dos socios de su estudio, Carlos Lescano y Roberto “Beto” Lafouret. Este último, fue designado por Schiaretti como juez del Crimen de Quinta Nominación, jurisdicción en donde recayeron todas las causas de tinte político y se resolvieron de acuerdo a las necesidades del interventor federal o del ministro de Gobierno, Eduardo Fellner.

Por caso, al despacho de Lafouret recayeran las causas más emblemáticas, como la pueblada del 16 y 17 de diciembre de 1993 que motivó la intervención federal; los cheques de Miguel Civallero; o el millonario robo al Banco Provincia de Santiago del Estero. Por su parte Schiaretti ascendió a Lafouret a vocal de Cámara del Trabajo.

Ya en junio de 1998, el diario Clarín –aliado estratégico del ex gobernador José de la Sota- había publicado que la Justicia de Santiago del Estero “investigará si unos tres millones de dólares de fondos públicos provinciales fueron desviados y depositados irregularmente en una cuenta abierta en Suiza entre 1994 y 1995”.

Agregando: “en esa época gobernaba la provincia el entonces interventor Juan Schiaretti, que tenía como subsecretario de la Producción a Jorge Alladio, amigo personal suyo y ex director del Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE), al que se le descubrió una cuenta en ese país”. Clarín informaba, además que la jueza en lo Criminal y Correccional de Cuarta Nominación, María Luisa Cárdenas de Infante, “en breve comenzaría a realizar operativos en Buenos Aires, en procura de determinar el destino de esos tres millones que pertenecen a la provincia”.

“La interna de la década”

Sin dar puntada sin hilo, mientras era interventor de Santiago del Estero, en 1993, con el apoyo de Juez, Schiaretti se presentó como candidato a diputado nacional por el PJ cordobés como delfín de su amigo y líder político Cavallo.

El ministro de Economía y padre de la Convertibilidad, un paracaidista neoliberal nacido en San Francisco, aterrizó en el peronismo mediterráneo para arrebatarle el poder a De la Sota. Quién había conseguido hacerse del Partido tras batallar años contra la ortodoxia de Raúl Bercovich Rodríguez.

La postulación del “Gringo” Schiaretti en 1993 era un ariete de “Mingo” Cavallo. Quién con el apoyo de la poderosa Fundación Mediterránea, quería copar el PJ cordobés, presentarse en 1995 como gobernador de Córdoba y derrotar al radicalismo, hasta entonces invicto en las urnas. Y por último, en 1999, candidatearse a presidente con el caballito de batalla de la Convertibilidad y la presea de haber domado a la inflación.

Domingo Cavallo, César Angeloz, y Juan Schiaretti

Lo primero que tenían que hacer Schiaretti, Cavallo y Juez, para lograr esos objetivos, era derrotar en las internas a José de la Sota, líder indiscutible del peronismo cordobés. Y para ello crearon la línea interna FREJUCO (Frente Justicialista Cordobés) desencadenando lo que los memoriosos llamaron “la interna de la década”.

Entre 1990 y 1993 “El Gallego” De la Sota había sido embajador en Brasil, donde aprendió nuevas formas de comunicación “apartidarias” y “apolíticas”. Lo que se vendía era una marca, como podría haber sido un champú, un auto o un candidato. El artífice de esa nueva modalidad de campaña era Duda Mendonça, el publicista que en 2004 llevó a Lula Da Silva y al Partido de los Trabajadores (PT) a la presidencia de Brasil.

En 1991 De la Sota, con una campaña descafeinada desde lo político, compitió y perdió otra vez contra el gobernador Eduardo Angeloz y la entonces poderosa Unión Cívica Radical (UCR) y el aparato estatal provincial. Había nacido la Unión de Fuerzas Sociales (UFS), una alianza desperonizada, la prehistoria de Unión por Córdoba, Hacemos por Córdoba y el cordobesismo.

Ya en las elecciones legislativas de 1993, en la interna dentro del PJ, “El Gallego” representaba al sector más peronista, con el Movimiento de Unidad Peronista (MUP), y hacía campaña interna sin apoyo de las grandes corporaciones, y a bordo de un viejo Ford Falcon. “El Gringo” y “Mingo”, representaban la derecha neoliberal y las campañas plásticas, aporteñadas.

De la Sota y Angeloz, dos viejos lobos de la política mediterránea, se enfrentaban ante un nuevo y común enemigo: el cavallismo. Avizorando la estrategia del ministro de Economía, el gobernador radical no dudó y decidió financiar para la interna del PJ del 1 de agosto al hombre del viejo Falcon, con créditos de la banca pública, publicidad, y USD 25 mil en cheques para subsidios a gente carenciadas.

Schiaretti denunció públicamente a Angeloz por haber «bancado» a De la Sota «en la interna«, y a su compañero de ser «un instrumento de los radicales”. El líder del MUP no se quedó atrás y contraatacó, denunciando gastos de campaña sin justificación, por encima del millón de dólares y de haberle robado la elección: “Con fraude nos quieren robar la victoria”.

Portada Clarín anunciando la victoria del cavallismo por sobre el delasotismo.

Ese domingo 1 de agosto de 1993, Schiaretti, ganador pírrico de “la interna de la década”, se defendió ante los medios, y calificó el resultado del escrutinio como “inobjetable”.

Al igual que Luis Juez en septiembre de 2007, cuando Schiaretti ganó la elección para gobernador de ese año, en medio de un escándalo por fraude, el De la Sota de 1993 presentó ante la Justicia federal un recurso exigiendo el recuento “voto a voto”, y apuntó contra el titular de la Empresa Nacional de Correos y Telecomunicaciones (EnCoTel), Arnoldo Grisanti, por su complicidad con Cavallo y Schiaretti.

Con el PJ cordobés intervenido por Angel Ruiz, Menem ordenó cerrar la polémica con De la Sota y proclamar el triunfo de los candidatos del cavallismo. El miércoles 4 de agosto Ruiz anunció oficialmente el triunfo de la lista encabezada por “El Gringo”, pero la Justicia federal suspendió la proclamación y las tres listas que competían, la de Schiaretti, la de De la Sota y la del menemista Julio César Aráoz acordaron solicitarle a la Justicia el recuento voto a voto.

Finalmente, la Justicia federal abrió las urnas, contó los votos y convalidó la victoria del cavallismo, aunque con cifras distintas a las de la Junta Electoral partidaria: “Así se terminan las patrañas de De la Sota, quien se parece a aquel ministro de Adolfo Hitler, Joseph Goebbels, por aquello de miente, miente que algo queda», declaró Schiaretti, el viernes 6 de agosto tras ser reconocido oficialmente como triunfador.

Seguidamente en los comicios generales del 3 de octubre, pese a los millonarios gastos y maniobras, Schiaretti y Cavallo no pudieron imponerse a la UCR. Por lo cual, si bien Schiaretti fue electo diputado nacional, la primera gran batalla política de los muchachos de la Fundación Mediterránea se perdió. Y con ello, el plan político presidencial de Cavallo vía Córdoba se desactivó.

En 1995, estando todavía como interventor de Santiago del Estero, Schiaretti apoyó la campaña a legislador provincial de su amigo, socio político y liceista, Luis Juez. Ese año, en las elecciones para gobernador y sin renunciar a su cargo como síndico estatal en Papel Prensa –la principal productora de papel para diarios y revistas propiedad del Estado nacional y los diarios Clarín y La Nación-, Juez fue elegido como diputado provincial por el peronismo menemista, con la candidatura a gobernador del ex juez provincial Guillermo Johnson.

A mediados de 1996, luego de que la Cámara de Diputados de Córdoba aprobara un aumento en sus dietas, en el marco de la crisis en que se había hundido Cordoba en las postrimerías ´del gobierno de Angeloz, Juez renunció aparatosamente a su banca. Presentándolo como un acto de transparencia, sin que el gran público supiera que regresaba a su proficuo sillón en Papel Prensa.

Mano de yeso menemista

En julio de 1995, Schiaretti terminó su controvertida gestión como interventor de Santiago del Estero y pasó directo a la Cámara de Diputados, para asumir su banca que había ganado en 1993 abrazado a Cavallo. Durante dos años, hasta diciembre de 1997, “El Gringo” votó cada una de las leyes neoliberales del presidente Menem, cuyo sobrino Martín dirige hoy ese recinto, con los legisladores de Schiaretti apoyándolo.

En 1998, nuevamente junto al liceista Juez, volvió a enfrentar a De la Sota en las internas del PJ cordobés, de cara a las elecciones para gobernador a desarrollarse el 20 de diciembre. Esta vez, la dupla cavallista, con su jefe en el llano y ya ido de la Casa Rosada enfrentado con Menem, no pudo imponerse a De la Sota.

Quién aliado ahora con el presidente riojano, y nuevamente a caballo de la campaña publicitaria de Duda Mendonça -lo convenció de proponer “una rebaja impositiva del 30%”- triunfó en la interna y luego contra el gobernador radical Ramón Bautista Mestre. Quien intentó su reelección con la provincia jaqueada por una alta conflictividad social, sobre todo en las áreas de Salud, con el cierre de hospitales y servicios de clínica médica; y en Educación. Habían terminado 16 años de hegemonía radical.-

Ver también:
Cordobesismo: Juan Schiaretti el recaudador medieval de impuestos
El cordobesismo de Schiaretti funciona a toda máquina con bioetanol

El cordobesismo incendió Córdoba, redujo al mínimo los fondos contra el fuego y cambio su modalidad
ELECCION Divide e Impera: el PJ barrió a JXC con Milei, y JXC con Schiaretti impidió que ganara en 1ra vuelta 

Comentar con Facebook
image_pdfDescargar artículo en PDF

Con tu aporte vos nos haces libres

Suscripción Mensual

Aporte Opcional

donacion libre

Alias: aportesstripdelpoder