El cordobesismo puntea los rankings de pobreza, malestar laboral, y costo energía

El cordobesismo, que tiene una notable impronta macrista, ha pecipitado la debacle industrial de Córdoba, lo que se manifiesta en el el Gran Córdoba que luce según el INDEC, los mas altos índices de pobreza y malestar laboral, a la par que sus tarifas de energía para los hogares y pequeñas y medianas industrias y comercios son las mas altas del país..

A pesar de ser la tierra donde emergió revueltas como las del Cordobazo, impulsada por un sector obrero que levantó un potente desarrollo automotriz y metalmecánica, la situación actual de la región urbana cordobesa está muy lejos de aquellos tiempos, por más saturación de la palabra “Progreso” pueda acumularse en los discursos gubernamentales.

Hace un mes atrás, a partir de la actualización de los índices de pobreza que publica el INDEC, se subrayó que el Gran Córdoba (conformada por la capital cordobesa y otras ciudades y comunas aledañas) pasó de la primera mitad del 2020 de un 40,7% de línea de pobreza a una primera mitad del 2021 de un 46,6%. La alarmante cifra significó que ya no solo una de cada tres cordobeses eran pobres, sino que ahora la estadística lo trasladó a uno de cada dos.

En el siguiente gráfico, se despliegan todos los conglomerados urbanos que releva el INDEC, que superen los 500 mil habitantes, como también otras regiones que no alcanzan ese tamaño demográfico, con sus respectivos índices de pobreza. Allí vemos que el Gran Córdoba está ubicada en el séptimo lugar, por debajo de Concordia, ubicada en la provincia de Entre Ríos, el Gran Resistencia de Chaco, el Gran Santa Fe, Santiago del Estero-La Banda, Formosa y la región de San Nicolás-Villa Constitución. Mientras que un escalón abajo, aparece un enclave clásico de pobreza como es el Gran Tucumán – Tafi Viejo tras la caída de los grandes ingenios azucareros que industrializaron a dicha provincia.

Entre algunas cuestiones llamativas se verifica que la situación del Gran Córdoba es superior al promedio de los Aglomerados de más de 500 mil habitantes, 40,4%. E incluso por arriba de la Región Pampeana, que tiene un promedio del 42,1%. Sin mencionar que muchas veces, la ciudad de Córdoba es comparada con Rosario, y ésta tiene un nivel mucho más bajo: 39,4%.

Gran Córdoba, a la cabeza del malestar laboral

Pero si hay algo que realmente encabeza Córdoba, según los mismos números del INDEC, es el malestar laboral, que en el primer trimestre del año 2021 llegó al 57,7 %. Correspondiente a la franja social que engloba a personas desocupadas (14,8%) ocupadas pero con demanda de más empleo (26,1%), y subocupada demandante de mas empleo(16,8%).

Ver El maravilloso cordobesismo encabeza lejos el ranking de malestar laboral según INDEC

Y en relación al 2do trimestre del 2021, vemos en el siguiente gráfico que la principal región metropolitana cordobesa sigue en la punta de la tabla, superando cómodamente al Gran San Juan y al Gran Tucumán – Tafi Viejo, que disputan el segundo lugar, seguidos por Salta y continuado por Jujuy – Palpalá.

Si comparamos con el trimestre anterior, verificamos que Córdoba solo tuvo una leve mejoría al haber registrado un malestar laboral del 56,4 %. Es decir, se redujo solo 1,3 puntos porcentuales. Sin embargo, quien lo sigue en la lista es el Gran Tucumán, que pasó del primer trimestre del 2021 de 50,2%, a un segundo trimestre del 46,6%. Es decir una reducción de 3,6 puntos porcentuales. Casi tres veces más de lo que logró Córdoba, y eso que hablamos de una provincia azotada con los cierres de los grandes ingenios azucareros.

También campeones en los tarifazos eléctricos

Un punto y aparte, que agrava más la situación, tiene que ver con un tema también espinoso como es el costo de los servicios públicos; en particular, el del suministro de energía eléctrica. Según un informe del Centro de Investigación en Economía y Planificación Energética (CIEPE), que pertenece a la Universidad Nacional de San Martín, titulado “Estudio  comparativo  de  las  tarifas  de  energía  eléctrica residenciales  en  la  Argentina”, publicado en junio de 2019, la provincia de Córdoba es la que paga la factura de luz más cara de todo el país, tal como se puede apreciar en el siguiente gráfico, elaborado en base al gasto que implica un  consumo  de  250 kwh mensuales para un usuario residencial, antes de  impuestos.  Así vemos a Córdoba en la base de la imagen, al abonar 1.464 pesos de tarifa, seguido por la región sur de Buenos Aires y Neuquén. Todo lo contrario a la privilegiada Ciudad Autónoma de Buenos Aires y la provincia de La Rioja, que andan con un costo por la mitad, a pesar que su geografía la aproxima más a las sierras de Velazco riojanas que al puerto.

Situación similar ocurre cuando el consumo llega a 550 kwh mensuales, donde Córdoba nuevamente está a la cabeza, con un abono de $ 3.786, muy por arriba en este caso de la provincia de Santa Fe, con $ 3.503 y de la zona sur de Buenos Aires con $ 3.188. La contracara de ésta situación es nuevamente La Rioja, con $ 1.495, menos de la mitad que de los cordobeses.

Podría pensarse que sería un síntoma característico de una región con empuje manufacturero, donde el suministro de electricidad cumple un rol preponderante. Sin embargo, eso no tendría cabida con la desalentadora existencia de los primeros dos datos brindados al comienzo de este informe, donde se supone que la generación de empleos y disminución de la pobreza estaría acorde a ese impulso fabril.

Pero por contrario, los altos ingresos de EPEC (Empresa Provincial de Energía) por sus enormes tarifas, son administrados con una cuenta unificada oficial, con que el cordobesismo sortea sus dificultades financieras. Y además, grandes empresas, a título de ejemplo de la FIAT que fue patrona del gobernador Juan Schiaretti, recibe tarifas al costo de la generación, estableciéndose así subsidios cruzados, donde las pequeñas industrias y comercios son los que costean esas prebendas a favor de las grandes empresas.

La primarización de la economía: la clave de ésta situación

Toda esta tendencia que marca una Córdoba sumamente deteriorada a nivel laboral y de pobreza, a pesar de ser un referente histórico de las luchas desde el interior de las fábricas y en los barrios obreros, se pueden encontrar en un trabajo del Observatorio de Trabajo, Economía y Sociedad (OTES), conformada por economistas locales, titulado “Resultados de una década: Política productiva y social de la Provincia de Córdoba”.

Según OTES, entre los años 2010 y 2020, la economía de Córdoba mostró una creciente participación de la producción primaria, tanto en la actividad económica como en el perfil de exportaciones, en relación a la producción secundaria, es decir, la industrial. Eso llevó a que hubo una disminución real de las remuneraciones de los/as trabajadores/as registrados/as de la provincia y una caída en los ingresos de los hogares.

Ver 20 años de Cordobesismo: la Córdoba industrial se desindustrializa

Para OTES, en la evolución de las distintas actividades económicas, la industria manufacturera era la que encabezaba el primer período. Pero todo empezó a cambiar en el año 2013, en el que se inició una continua caída en su participación en el Producto Geográfico Bruto, pasando en el 2018 a ser al tercer sector en importancia, superado por las actividades primarias (agricultura, ganadería, caza y silvicultura) y el comercio. De hecho, el sector agropecuario tuvo un fuerte crecimiento, no obstante los altibajos producidos por las sequías del 2012 y 2018, que generó una caída en la producción agrícola mayor en la provincia que en el país.

En la actividad agrícola, las principales producciones son la soja y el maíz, que representan más del 90% de la superficie sembrada. En las últimas campañas, el maíz ha superado en toneladas a la soja, por las inversiones en la producción de bioetanol. Se trata de un negocio que beneficia a familias autóctonas como los Urquía y los Porta que, a la vez, financian las campañas del oficialismo cordobés, sin generar hasta ahora un mercado de competencia.

Ver El cordobesismo de Schiaretti funciona a toda máquina con bioetanol

Todo lo contrario a la situación de la producción automotriz, nave insignia de la actividad l fabril en la ciudad capital, donde en el 2019, la producción de automóviles retrocedió un 34,5% (35.000 unidades producidas menos) con respecto al año anterior, alcanzando el menor valor de la década, con una ininterrumpida caída a partir del 2013.

Casi en sintonía con su producción, la venta de automóviles tuvo un crecimiento entre 2016 y 2017, aunque con valores inferiores a 2013. Pero a partir de 2018, comienzan a caer las inscripciones de automotores, siendo en el 2019 un 47% menos respecto el 2017, pasando de 88.214 a 46.902 unidades. En el año 2020, con la pandemia y cuarentena de por medio, los automóviles alcanzaron en abril su piso de registro con tan solo 525 unidades, un 14% del total registrado en abril de 2019. Para el mes de junio de ese año, los automóviles inscriptos fueron 4.391, pero el acumulado en el año resultó un 36% por debajo del 2019.

OTES subraya que “el análisis de 4 de las principales ramas de actividad provincial (agricultura, comercio, industria, construcción) permite observar que a partir de 2019 en la provincia continúa la tendencia de fortalecimiento del sector agropecuario, mediante cosechas récord en 2019 y 2020, mientras que el resto de las actividades analizadas continúan el sendero de caída”.

Exportaciones: productos sin valor agregado

Ésta matriz productiva (más cosechas y menos industrias) tiene su correlato en el comercio exterior. En las ventas de productos para el extranjero, se diferencian los Productos Primarios (PP – principalmente los granos de soja y maíz), Manufacturas de Origen Agropecuaria (MOA, como aceites y biocombustibles) y Manufacturas de Origen Industrial (por ejemplo, autopartes de autos). Entre 2011 y 2019, a nivel país, las MOI y MOA cayeron un 33% y 13% respectivamente, pero en Córdoba fueron de 46% y 26%. Y a su vez las exportaciones nacionales de PP cayeron un 12%, pero para la provincia cordobesa, aumentaron un 23%.

Así vemos en el siguiente gráfico, una tijera en el año 2019 entre el PP y el MOA, que ha llevado a que los productos primarios pasen a ser el principal rubro de exportación de la provincia, algo inédito desde el año 1993. Esto quiere decir que hay una supremacía de productos en la aduana sin valor agregado. Lo cual marca para OTES, que en el primer semestre de 2020 se registra una tendencia a aumentar la participación de las exportaciones de PP, que llegaría a niveles cercanos al 50% del total.

Empleo

A partir del año 2016, la Córdoba industrial dejó de ser la que más puestos de trabajo generaba, siendo  reemplazada por el Comercio. Y por otro lado, el sector de la Enseñanza Privada presentó un aumento sostenido a lo largo del período 2010-2020, a diferencia de los Servicios Inmobiliarios, Empresariales y de Alquiler, que muestran una caída sostenida en ese mismo período.

Ver EDUCACION: El Cordobesismo lidera su privatización

Finalmente, el empleo no registrado en el Gran Córdoba pasó de un 34,77% en 2010 a 31,76% en el segundo trimestre de 2020, es decir, una leve baja en una década. Pero la desocupación pasó de 8,36% en el segundo trimestre de 2010, a más del doble en el segundo trimestre del 2020: 19,13%, superior a la media nacional del 13%. Y la situación fue aún más grave en el caso de ser mujer en los años 2010, 2015 y 2018.

Desigualdad y pobreza

Desde 2016, con la reanudación de las mediciones de pobreza e indigencia, Córdoba mantiene un piso de 30% de su población en situación de pobreza y 5,3% en situación de indigencia. A su vez, el Gran Córdoba viene registrando un crecimiento de esas vulnerabilidades sociales  desde comienzos de 2018, en línea con la caída de salarios reales. El primer semestre de 2020 presenta los mayores niveles de pobreza e indigencia del periodo, al llegar a un 40,7% de pobres.

En cuanto la distribución del ingreso per cápita en el segundo trimestre del 2020, entre el decil 10 más rico y el decil 1 más pobre, la diferencia fue de 21 veces, mientras que la del 2019 fue 19 veces. Y alcanzó a 27 veces en el año supuestamente pródigo del 2017, señalando esto que, a mayores, aumenta proporcionalmente aún más sus ingresos, negando la existencia del famoso “derrame” desde los sectores más ricos hacia los más pobres.

En el segundo trimestre de 2020, el informe de OTES señala que las mujeres ganaron un 21% menos que los varones, si se toma el total de los ingresos individuales. Y si se lo diferencia por categoría ocupacional, se observa que en los trabajos registrados la denominada brecha de género llega al 22%, se amplía al 33% en el caso de los empleos informales, y se reduce al 12% en los ingresos por haberes jubilatorios.

En cuanto a la formación educativa y la denominada brecha de género: contando con solo el ciclo primario, las mujeres ganan en promedio un 43% menos que los varones; y un 32% menos respecto quienes tienen secundario completo. Y en el nivel universitario la brecha de género solo se reduce a un 31% menos.

La deuda y la obra pública

Un subtema que subraya el referido informe tiene que ver con el endeudamiento externo que detenta la Provincia, destinada al desarrollo de obras de infraestructura, en especial los gasoductos troncales, y la ampliación de la avenida de circunvalación en la Capital Provincial.

Ver EXCLUSIVO: los siniestros mega gasoductos de Macri y Schiaretti

Aquí, el informe de OTES es lapidario: “El stock de deuda pública, monto total adeudado por la provincia de Córdoba, pasó de 18,5 mil millones de pesos a principios de 2016 a más de 200 mil millones de pesos a agosto 2020. Representando un aumento del 922% en 4 años y medio, período en el cual la inflación en Córdoba fue 301%. Para poner en contexto, el stock de deuda de agosto 2020 representa más de 4 veces los ingresos totales de la provincia para el año 2019”.

Pero también son preocupantes los plazos y montos de los vencimientos. Sobre el primero, el informe advierte que de acá hasta el año 2027, se concentrará la gran mayoría de los vencimientos, ya que gran parte de la deuda se contrajo a partir de 2016 con plazos menores a 10 años. Según el Ministerio de Finanzas, más del 93% del stock a agosto 2020 es deuda de corto o mediano plazo. A esto se le suma que la tasa de interés de los principales cupones es del 7% en dólares. Finalmente, los montos de vencimientos en 2021 son de 80 mil millones de pesos: casi dos veces al total de ingresos provinciales de 2019.

Como consecuencia de esa situación la provincia de Córdoba comenzó el año 2021 con un default técnico que duró un fin de semana, al vencerse el plazo de un mes para el pago de los  intereses  de un bono, cuyo monto alcanzaba 25 millones de dólares. El lunes siguiente, el equipo del gobernador Juan Schiaretti logró llegar a un acuerdo con los acreedores para “reperfilar” los vencimientos, frenando así la circulación de titulares periodísticos que señalaban que la Provincia por primera vez, había caído en cesación de pagos.

Ver El coronavirus salvó a Schiaretti y el cordobesismo de la quiebra

El propio Schiaretti había defendido esa política de endeudamiento, aseverando que esa “deuda fue para hacer el mayor plan de obras públicas de la historia de la Provincia, que todos los cordobeses conocen a lo ancho y largo de toda la geografía provincial”.

Y quienes se beneficiaron con ese descomunal endeudamiento, con fines electorales, fueron las grandes constructoras involucradas en escandalosos casos de corrupción, que involucran el pago de coimas a funcionarios, y pactos secretos de cartelización entre empresarios privados, que se supone que compiten en las licitaciones, para hacerse acreedoras de los fondos públicos, incurriendo así en defraudaciones agravadas.

Ver Los sospechosos de siempre se llevaron puesta la deuda externa de Córdoba

Como conclusión se puede decir que “Cemento” Schiaretti, como los conservadores de antaño, parece querer arreglar todo desparramando cemento con las obras públicas. Y no solo para recibir retornos electorales con el voto popular, sino también otro tipo de “retornos”. Sin dar pie con bola para bajar la pobreza y el malestar laboral, e incluso las tarifas de energía, al haber transformado el cordobesismo la que era una pujante provincia industrial, en una provincia agropecuaria.

Y por eso a “Cemento” Schiaretti se lo ve apoyando decididamente la libre exportaciones de carnes, el bioetanol y el biodiesel, repitiendo el discurso de Héctor Huergo de Clarín Rural, y de los grandes hacendados. Como una desesperada forma de sustituir a la industria, por la agroindustria, aunque esta no sea generadora de un gran empleo.

Ver El Cordobesismo defiende la industria de la carne y recibe «sobornos» de ella

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