El incremento del precio de la carne vacuna es un tema tan candente como sensible. Porque afecta directamente los platos y los bolsillos de gran parte de las familias del país. En particular, a la provincia de Córdoba, que no ha sido ajena a esta realidad.
Si de números se trata, lo muestra la siguiente tabla del último informe del Instituto de Promoción de Carne Vacuna Argentina (IPCVA), con los correspondientes a abril y mayo pasado. Para realizarlo, consultaron a 30 carnicerías de la ciudad de Córdoba y 15 supermercados. Así vemos que la carne vacuna tuvo una suba moderada del (+3,6%) con respecto a abril, y una notable alza de más de +79 % con respecto a mayo de 2020.
En ese marco el colectivo de economistas del Observatorio de Trabajo, Economía y Sociedad (OTES) acaba de publicar un informe titulado: “Informe Especial: Inflación e Industria Alimenticia en Córdoba”. En el que mide el aumento inflacionario de la carne, los alimentos, y el índice precios al consumidor en general para la provincia; el espacio que tiene el alimento cárnico en la canasta básica alimentaria; y la evolución de empleos y salarios de los trabajadores registrados en los rubros alimentarios.
https://otescba.com/wp-content/uploads/2021/06/Inflacion-e-industria-alimentaria-OTES-2021.pdf
Las conclusiones de ese informe exponen una situación que agrava la desigualdad social en la provincia, y exigiría una respuesta desde la provincia. En lugar de esto, el gobierno provincial se mantuvo como aliado del sector ganadero, sospechado de especular con los precios. El que además es uno de los ámbitos empresariales que financió la campaña de la fórmula Juan Schiaretti – Manuel Calvo en el 2019, y todo apuntaría a que esa relación se mantenga para las legislativas de éste año.
Ver Córdoba: ¿Cómo se “construyeron” las campañas de De la Sota y Schiaretti?
Contexto inflacionario
Durante el año 2019, la inflación interanual del país llevó a que los precios superaran el 50%. En el 2020, el aumento anual estuvo alrededor de un 33%, por el freno de la actividad económica, fruto de la cuarentena y una desacelerada volatilidad cambiaria. Sin embargo, para el caso de los alimentos, los aumentos han sido muy por arriba, por lo menos en la provincia de Córdoba.
En el siguiente gráfico, publicado en el informe de OTES, se observa la variación interanual en el precio de determinados rubros que componen del Índice de Precios al Consumidor (IPC) de Córdoba, desde julio de 2014 hasta marzo de este año. Los rubros seleccionados son el índice en su conjunto (línea azul), el de los alimentos en general (línea roja); y el de las carnes y sus derivados.
Durante dicho periodo, vemos que en los tres casos, en el año 2019 hubo picos que superaron largamente los picos inflacionarios previos. Correspondientes a períodos donde hubo devaluaciones del tipo de cambio, concretamente en los años 2014, 2016 y 2018. Pudiéndose apreciar que los rubros “Alimentos” en general, y “Carne” en los años 2019 y 2020, pasaran a estar largamente por encima del nivel general de precios (IPC Córdoba).
“Focalizando el análisis en el último año y medio, el aumento del nivel general de precios alcanzó su menor valor interanual, apenas por encima del 32%, en noviembre 2020 momento a partir del cual comienza a crecer superando en abril 2021 el 43%. Este crecimiento fue traccionado por el precio de los alimentos, los cuales aumentaron 53% entre abril 2020 y abril 2021. Dentro de los alimentos el rubro que más incrementó sus precios fue el de Carnes y derivados, que alcanzó en abril 2021 un incremento interanual de casi el 72%”, puntualiza el informe.
Los afectados de siempre
Una cuestión puntual que menciona el informe de OTES, tiene que ver con que estas estampidas inflacionarias afectan sobre todo a aquellas familias cordobesas que se encuentran bajo la línea de pobreza.
Para eso, recurren a otro informe anterior, titulado “Informe de Coyuntura: Situación Económica de la Provincia de Córdoba 2010-2020”. En el cual se estableció, en base la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares 2017-2018, que los gastos en alimentos son más elevados en las familias más pobres.
Para ser más precisos: el quintil más pobre, es decir la quinta parte de la población provincial que tienen los ingresos más bajos, gastan un 34,5% de sus salarios en comprar comida. Mientras que el quintil más rico, solo gasta un 15,7% de sus ingresos.
Las canastas alimentarias y la carne
Otro punto a tener presente tiene que ver con la evolución de la Canasta Básica Alimentaria (CBA), que abarca el consumo mínimo de alimentos para que una familia este correctamente alimentada tanto en calorías como en equilibrio nutricional. Todo eso es relevado por el Instituto de Estadísticas del Defensor del Pueblo (INEDEP). En abril del 2021, la CBA en Córdoba tuvo un ascenso en su valor, que llegó a los $ 24.546, que arroja un aumento del 51,3% con respecto a un año atrás.
El rubro que tiene un prominente espacio en esa canasta, es el de las Carnes. En la actualidad, en materia de precios, representa más del 43% del gasto necesario para adquirir esa canasta. Básicamente, son $10.646 que se requieren gastar durante un mes en una carnicería. En 12 meses, la lista de precios de los distintos cortes de carne tuvo un incremento promedio de un 81%. Arrojando esto una diferencia respecto los datos del IPCVA, porque OTES toma los correspondientes a abril.
En segundo lugar, aparecen Frutas y Verduras, con $ 4.438, representando solo el 18,1% de la canasta, que registró un aumento de casi el 56%. En tercer lugar, tenemos las Harinas y Legumbres, con $ 4.328, representando el 17,6% de la CBA, que aumentaron en el último año 29,6 %. Finalmente, los huevos y lácteos representan el 9,9% de la CBA, $2.423, que tuvieron un notable aumento del 236 % en los últimos 12 meses.
“En síntesis, la aceleración inflacionaria experimentada desde fines de 2020 tiene como uno de sus principales componentes el aumento de los precios de los alimentos. Los cuales están aumentando por encima del nivel general de precios, dentro de ellos el precio de carnes es el que más se ha incrementado, alcanzando niveles de 80% interanual. Estas subas impactan más en las familias de menores ingresos que son quienes destinan mayor proporción de sus ingresos a alimentos”, explican desde el Observatorio.
Empleo en la industria alimentaria
Lo que veremos a continuación es la evolución del empleo registrado y el salario real en la industria alimenticia en general, específicamente en tres áreas: producción y procesamiento de carne y productos cárnicos; elaboración de productos de panadería; y elaboración de productos lácteos. En base a datos que van desde 2010 a 2020, en la provincia de Córdoba.
En el siguiente gráfico, se observa la evolución de la cantidad de trabajadores registrados en la elaboración de productos de panadería (línea amarilla), de productos lácteos (línea azul), y de producción y procesamiento de carnes y productos cárnicos (línea roja).
Según OTES, la industria alimenticia cordobesa tenía registrados más de 36.000 empleados en blanco, por lo menos en el tercer trimestre del año 2020. Eso representaría un 37% del empleo industrial en toda la provincia. Desde el informe se señala que a partir del año 2010, “los empleos registrados crecieron de manera sostenida hasta el 3er trimestre de 2016, totalizando un aumento del empleo registrado del 15%. A partir de ese momento comienza un proceso de caída, cayendo 19% hasta 2020 con niveles de empleo similares a 2012”.
Ahora bien, el rubro de la producción y procesamiento de carne y productos cárnicos, es la rama que registra actualmente el mayor número de empleos en la provincia. Esto sucede desde 2018, cuando superó a la Elaboración de productos lácteos. Lo curioso es que este último sector era el que generaba más puestos de trabajo registrado, por lo menos desde el año 2011.
A principios de 2014, el sector de la carne llegó a su máximo histórico de trabajadores registrados, que fueron unos 6.785, pero a finales de 2014 ya estaba por debajo de los 6.000. Desde ese momento, la cantidad de puestos de trabajo del sector, si bien presenta algunas oscilaciones, se mantuvo alrededor de los seis millares.
Retomando el sector lácteos, este tuvo un crecimiento del 12% entre 2010 – 2013. Luego, una caída en 2014, con una recuperación en 2015 y 2016 que le permitió alcanzar su número máximo, con más de 6.700 puestos de trabajo registrados. A partir de 2016 hasta 2019, se produce una pérdida de empleo sin parar.
En 2020, se produce una leve recuperación, pero con niveles de empleo aún un 9% inferiores a 2013, y 13% inferior al máximo de 2016. En cuanto al sector panadero, crecieron 9% entre 2010 y 2016, y luego comenzó a decrecer, llegando a tener en 2020 menos empleados registrados que en 2010.
Sintéticamente, según el informe de OTES, “la cantidad de puestos de trabajo de la industria se encuentra en niveles similares a los del año 2013. Dentro de las subramas destaca que a partir de 2018 el sector de procesamiento de carnes es el que más empleo genera, debido a su estabilización en niveles similares a los de 2015, mientras tanto la elaboración de lácteos como de panificados continúa el proceso de destrucción de empleo que inició en 2016”.
Ver 20 años de Cordobesismo: la Córdoba industrial se desindustrializa
Salarios en la industria alimentaria
¿Y qué ocurre con los salarios de esos trabajadores? En términos reales registraron una caída de aproximadamente 20 puntos porcentuales entre diciembre 2014 y diciembre de 2019. En 2020 hubo una mejoría del 5%, que no logró compensar la pérdida anterior.
A la hora de indagar las distintas ramas mencionadas, tal como se puede ver en el siguiente gráfico, se destaca en primer lugar como los salarios ligados a la producción cárnica crecen 10% entre 2013 y 2018, pero en 2019 tuvieron un derrumbe de alrededor de 15 puntos porcentuales. Y luego en 2020 hay un repunte que colocó al salario real del sector en un nivel similar al de 2013.
Por su parte tanto en el caso de los lácteos, como de la panadería, tuvieron una fuerte disminución de los salarios reales entre los años 2014 y 2019, perdiendo poco más de un cuarto de su poder adquisitivo (27%). Luego en el 2020 vieron hubo una recuperación de casi 10%, pero que no alcanza para compensar esa pérdida.
Otro dato a tener presente es que tanto el rubro de procesamiento de carnes, como el de productos de panadería, tienen una remuneración promedio inferior al del total de la industria alimenticia y de la industria manufacturera en general.
“En síntesis, las/os trabajadores/as de la industria alimenticia han experimentado una pérdida en sus salarios reales entre 2014 y 2019 y una leve recuperación en 2020 que no alcanza a compensar lo perdido en años anteriores”, señala el último párrafo sobre este ítem.
Proceso inflacionario
En el tramo final del informe de OTES, se realiza un punteo sobre algunas de las variables que explican el mencionado proceso inflacionario, que incide notablemente en los alimentos, y en particular en las carnes.
En primer lugar ponen en duda que el aumento salarial incidió en esa inflación, porque su incidencia muestra un marcado decrecimiento desde hace más de seis años. A esto se le suma una disputa por la apropiación del valor que la economía genera, y justamente son los laburantes quienes vienen padeciendo en mayor medida, el estancamiento del valor agregado desde 2012, y el impacto de la crisis desde principios de 2018.
Consumo de carne versus exportaciones
Ahora bien, en relación con los precios internos e internacionales de la carne, OTES advierte que el volumen de exportaciones nacionales de carne vacuna, en toneladas equivalentes de res con hueso, osciló entre un 5% y un 10% respecto de la producción total entre los años 2010 y mediados de 2017.
A partir de allí, esa proporción se incrementó y desde fines de 2019 hasta la actualidad, las exportaciones representan alrededor del 30% de la faena local, siendo su principal destino la República Popular de China, que registraba a abril del corriente año, un 76,6% de esas exportaciones. Es decir, tanto los vaivenes en los precios internacionales como las perturbaciones en el mercado de cambios, influyen en los precios internos de manera directa e indirecta.
Precisamente, como lo muestra nuevamente el IPCVA en otro gráfico, desde el año 2015, cuando Mauricio Macri asumió como presidente, hubo una tendencia al crecimiento de ventas al exterior, mientras se redujo el destinado al consumo interno. Es decir, cuando se habilitó que la carne actuará como un commoditie, igual que la soja. Una gráfica es el espejo inverso de la otra.
¿El maíz incide en el aumento del precio de la carne?
OTES también señala la posibilidad de incidencia del maíz, como insumo de los procesos de invernada y feed-lot, donde se acondicionan finalmente a los bovinos para la faena. Al respecto señala que tanto el ganado en pie (medido por el Índice General del Mercado de Liniers) como la media res (según valores índice de carne vacuna) y el rubro de carnes y derivados, se incrementan de manera pareja en los últimos años.
Entre abril 2020 y el mismo mes de 2021, el índice de precios de estos rubros variaron en un porcentaje de 95,6 %; 99,8% y 71,5 % respectivamente. Mientras que el Maíz Duro, según las cotizaciones medidas en pesos en la pizarra de la Bolsa de Cereales de Rosario, creció en 131,89% en el mismo periodo. Por lo que no sólo se deduce un cambio en la composición en la estructura de costos, sino también una presión al alza en los precios de la cadena productiva, fruto del incremento en el costo del cereal.
Existen al respecto otras observaciones. Por ejemplo, un estudio de la Escuela de Economía y Negocios de la Universidad de San Martín, publicado en marzo pasado, calculó que se requieren 3,19 kilogramos del cereal para generar un kilogramo de carne bovina. El 12,5% del precio promedio sin IVA de los cortes de esa carne, se explica por el equivalente del maíz necesario para alcanzar ese peso.
Si ese cereal subiera 10% su precio, habría un incremento de solo el 1,25% en el precio final de carne. El informe concluye que “el impacto de los productos primarios [como el maíz] resulta ser bajo en los precios finales que paga el consumidor, dado que pierden relevancia a medida que van atravesando las distintas etapas de los procesos productivos”.
Hay que decir que la Escuela de Economía de dicha Universidad, ha publicado informes favorables a la exportación de carne, confeccionados durante el gobierno de Macri, con la expectativa que con ello genere valor agregado y puestos de trabajo.
Por el otro lado, el Centro de Estudios Políticos y Económicos (CEPEC), alineado con el kirchnerismo, adhiere a lo planteado por esa Escuela sobre la incidencia del maíz. Y concluye que en realidad el aumento desproporcionado del precio de la carne en los últimos meses, se debe a la doble presión que se ejerce desde el sector exportador, que pretende que el precio en las góndolas sea a precio internacional.
Y el de la cámara de frigoríficos y las cadenas de comercialización, que también hace lo suyo para inflar los precios. Motivados en parte por las cambios introducidos en la intermediación de los productos cárnicos, por la norma dictada en abril pasado. Que a partir de 1 de enero de 2022 prohíbe la comercialización de carnes en media res, permitiendo un corte máximo de 32 kilos. Lo cual impulsa el traslado de los cortes de carne y los beneficios obtenidos por ello por parte de las carnicerías minoristas a los frigoríficos, en detrimento de los carniceros tradicionales
https://www.argentina.gob.ar/normativa/nacional/resoluci%C3%B3n-4-2021-349079/texto
Frigoríficos aportantes
Si lo que dice CEPEC es cierto, en el caso de Córdoba y el cordobesismo, la presión contaría con un amplio respaldo político. Porque en las planillas que presentó el frente Hacemos Por Córdoba a la Cámara Electoral, declarando quiénes financiaron sus campañas para la reelección de Juan Schiaretti a la gobernación en el 2019, figuran cuatro frigoríficos locales, los cuales aportaron la notoria suma de 5,5 millones de pesos.
Se trata concretamente de Logros SA (que aportó $ 2 millones), Madeka SA (otros $ 2 millones), Arezzo SA ($ 1,5 millones) y Sudeste SA (un $ 300 mil). Estando las tres primeras firmas registradas como empresas exportadoras.
https://www.justiciacordoba.gob.ar/Estatico/JEL/Contenido/AgrupacionesPoliticas/gastos/Hacemos%20por%20cordoba.pdf
Logros SA, del Grupo Grimaldi, fue beneficiada durante la presidencia de Macri, al ser seleccionada como una de las pocas firmas habilitadas para exportar carne a Estados Unidos, algo inédito en casi dos décadas. Y eso le facilitó a la empresa que le aportara dos palos a la campaña de Schiaretti.
De ésta manera, se entiende la airada postura que asumió el actual vicegobernador de Córdoba, Manuel Calvo, el favorito de Schiaretti para que sea su sucesor en el 2023, cuando el Gobierno Nacional anunció la suspensión de las exportaciones cárnicas durante un mes, y que eso desencadenó el lockout ganadero. Expresando en Twitter que eso era “tropezar dos veces con la misma piedra”.
En esa oportunidad el gobernador Schiaretti permanecía en reposo, luego de una cirugía renal, y fue la primera vez que el joven vicegobernador Calvo utilizó su cuenta de Twitter, por fuera de la difusión protocolar. Por lo que difícilmente lo haya hecho sin haber contado con la venía o el impulso del “Gringo” Schiaretti, mientras se mantenía postrado en la cama del Sanatorio Allende.
El mismo Calvo confirmó eso, al declarar luego: “Si hay algo que he aprendido del gobernador Schiaretti es que al sector agroindustrial, al campo de nuestra provincia, lo defendemos con uñas y dientes”. Las declaraciones de Calvo nos remiten a una suerte de paternalidad, estilo Disney, cuando en la película “El Rey León”, Mufasa le enseñaba a su cría Simba sobre cómo administrar el reino cuando heredara su trono.
Pero a diferencia de aquel filme animado, Mufasa también le enseñaba a su heredero sobre cómo cazar antílopes respetando el “ciclo de la vida”. Pero en el caso de la sabana cordobesa, hasta ahora el cordobesismo de Schiaretti y Calvo, pareciera hacerse el distraído sobre el por qué aumenta notablemente la carne, que en su “ciclo de la vida” consumen los cordobeses.
Por contrario, recientemente Córdoba acaba de formar un frente común con la provincia de Santa Fe, que declaró que la medida adoptada por el Gobierno Nacional, “atenta contra la producción, el empleo genuino, las inversiones, frena la generación de divisas, y principalmente compromete el arraigo y el desarrollo local”.
Lo cual según el informe de OTES, sumado a la reciente denuncia de la Aduana contra 19 frigoríficos, por evadir y sobrefacturar exportaciones de carne, parece no haber sucedido. Sin tener para nada en cuenta el cordobesismo santafesinista, la postura alimentada desde el gobierno nacional, que los aumentos desmedidos se deberían a maniobras ilícitas por parte de distintas firmas, con el denominado “rulo de la carne”.
Que llevan a las familias cordobesas y argentinas a dejar más de sus escasos morlacos en las carnicerías, para que luego unos pocos depositen su diezmo en la caja de las campañas electorales oficialistas, y así el famoso lobby empresarial pasa a lindar con el cohecho.-
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