El Papa Francisco mantiene una pelea a todo o nada contra el presidente Macri y Magnetto, CEO del Grupo Clarín. La relación no venía bien desde hace un par de años pero el tema del aborto, que es una cuestión fundacional para la Iglesia Católica, que la ha enfrentado directamente con las políticas al respecto por parte de EEUU, acabó con todas las formas. Duros mensajes desde el Vaticano, cooptación de nombres y funcionarios de ambos lados, compra de votos, ataques mediáticos, negociaciones, declaración de los obispos, son las ráfagas de esta guerra que tiene un batalla trascendental el próximo 8 de agosto en el Senado de la Nación.
Por @lazarollorens – 13/7/2018.
“Por ejemplo, pensemos: existe una ley de los medios, de comunicación. Se cancela esa ley, y se entrega todo el aparato comunicativo a una empresa, a una sociedad que calumnia, que dice falsedades, y debilita la vida democrática. Luego vienen los jueces a juzgar a esta institución debilitada, estas personas destruidas, condenadas, y así avanza una dictadura” dijo el Papa Francisco, el martes 19 de junio pasado, desde el corazón del Vaticano, en la misma matutina celebrada en la Capilla de la Casa Santa Marta.
https://www.youtube.com/watch?time_continue=1&v=_zgA_qd1vvw
Su santa homilía tenía un único y claro destinatario: el Grupo Clarín. La empresa de medios más poderosa de Argentina, capitaneada por el controvertido Héctor “Beto” Magnetto, actual aliado político del presidente Mauricio Macri, quien durante los últimos dos años y medios se ha visto enormemente beneficiado por el gobierno de Cambiemos.
Principalmente con la pulverización de la Ley de Medios kirchnerista que lo tenía contra las cuerdas obligándolo a su desguace; y con la irregular e ilegal fusión de Clarín con la multinacional empresa telefónica Telecom, denunciada ante la justicia, con la cual la empresa de Magnetto quedó en una posición monopólica.
Estos ataques del Sumo Pontífice argentino, el más político de los últimos años, son en respuesta, por un lado a la posición que asumió el diario Clarín claramente a favor de la ley del aborto. Tema capital para el Vaticano. Proyecto que ya recibió media sanción en diputados. Por otro, a los constantes ataques mediáticos contra su figura y la Iglesia Católica, que en estos últimos años viene recibiendo el Papa desde los medios de Magnetto, luego que no recibiera con buena cara al presidente Macri en el Vaticano apenas asumió, y a la par que le tirara guiños a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner y otros ex-funcionarios K, enemigos número uno de M.M (Macri y Magnetto).
Sin descanso, pocos días, el viernes 22 de junio, el Papa también lanzó estampidos contra el propio presidente Macri con quien públicamente mantiene una relación distante. Lo hizo a través del obispo de Lomas de Zamora, monseñor Jorge Lugones. Un jesuita de estrecha relación con el Papa Francisco, presidente de la comisión de Pastoral Social que vincula políticos, empresarios y sindicalista, quien en el congreso de la Pastoral Social en Mar del Plata, ante la gobernadora macrista María Eugenia Vidal y la ministro de Desarrollo Social Carolina Stanley, luego de refutar punto por punto su discurso, respaldó el paro de la CGT del lunes 25 junio contra el gobierno y cuestionó el acuerdo con el FMI, los aumentos tarifarios, y la técnica del “fraking”.
“Nosotros somos los que ponemos la gradualidad en el aumento de las tarifas, gradualidad en la inflación…De gradualidad acá no hay nada. Hay un gran sufrimiento de la gente y un aumento de las cosas, de la inflación drásticos. Entonces esto no es así como se presenta. Así no es un diálogo realmente sincero” interpeló Monseñor Lugones.
Su posición y de la Pastoral Social, propulsora de los planes sociales y de la Mesa de Dialogo del 2001, quedó ratificada mediante un duro documento firmado el domingo 24 de junio. “La pobreza debe estar en el centro de las preocupaciones de la democracia, se enfatizó durante las deliberaciones, donde también se pidió que las políticas de ajuste no se practiquen sobre los pobres” exigió la Pastoral con una actitud dura y critica como nunca antes la había tenido.
“El Papa Francisco nos convoca permanentemente a buscar caminos para la promoción social y a rechazar modelos que anteponen el interés económico o sectorial, con sus políticas que colocan la dignidad humana en la periferia de las preocupaciones”, concluyó el documento, dejando explícito quién era el verdadero emisor del mensaje: el Papa Francisco.
Guerra Santa
¿Pero que son todos estos cruces y crucifijos, entre la principal autoridad de la Iglesia Católica en el mundo, el gobierno de Macri y el grupo Clarín? Nada menos que la sangre púrpura de una guerra santa entre el Papa Francisco, Macri y Magnetto.
Esta guerra existe desde hace un buen tiempo. Pero dejó de ser de baja intensidad el 14 de junio pasado luego que la Cámara de Diputados, con la exigua diferencia de 4 votos, dio media sanción al proyecto de Ley de despenalización y legalización del aborto en Argentina, país natal del Papa Francisco, lo cual sacudió fuertemente a la Iglesia y la alianza Cambiemos.
Ver La política del aborto liderada por EEUU por razones de Seguridad Nacional
Según publicó el periodista Joaquín Morales Sola, en el diario La Nación, en una nota titulada “Tensión con la Iglesia por la pobreza, el paro y el aborto”, “el proyecto sobre el aborto golpeó especialmente a la Iglesia. Es una cuestión en la que no hay concesiones posibles para obispos o simples curas del catolicismo. Para peor, tanto la Iglesia como el Papa tuvieron información equivocada sobre el final en la Cámara de Diputados. Funcionarios nacionales informaron al Vaticano que el rechazo del proyecto contaba con ocho votos más que la aprobación”.
Como lo publicó STDP, este proyecto fue exigido por el FMI. Y pudo aprobarse luego que tres diputados de la Pampa, que habían anticipado su rechazo, tras un llamado de su gobernador Carlos Verna, se dieron vuelta y votaron a favor. Cambio que, como lo denunció la propia legisladora oficialista Elisa Carríó, no fue obra de la santa divinidad. Sino de la chequera de Macri, que ese mismo día, mediante la Resolución 306/18 le giró a Verna, involucrado con las coimas en el senado en el 2001, 500 millones de pesos por un viejo reclamo que mantenía La Pampa con la Nación por deudas del ANSES.
Este millonario incentivo, según dicen, enfureció aún más al sumo pontífice que se sintió engañado por el gobierno, que primero le mandó decir que la Cámara de Diputados iba a rechazar el proyecto. Y segundo que Macri había dejado en “libertad de conciencia” a cada uno defina su voto, cuando en realidad hubo otra vez, como tantas veces en la historia argenta, propuestas indecentes desde el poder ejecutivo para torcer el resultado de la votación.
Por eso, desde el Vaticano, luego de la aprobación del proyecto en la Cámara de Diputados, el contraataque no se hizo esperar. El mismo día de su aprobación -14 de junio-, la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) que nuclea a los obispos en actividad, es decir las principales autoridades de la Iglesia argentina, emitió un comunicado expresando su profundo desagrado con la media sanción del proyecto.
“La Cámara de Diputados de la Nación ha aprobado el proyecto de despenalización del aborto. Nos duele como argentinos esta decisión. Pero el dolor por el olvido y la exclusión de los inocentes debe transformarse en fuerza y esperanza, para seguir luchando por la dignidad de toda vida humana” expresó la CEA.
Apuntando con la mira a los senadores macristas, Esteban Bullrich, Federico Pinedo (presidente Provisorio del Senado) y la vicepresidenta Gabriela Michetti. Es decir, a las principales espadas del gobierno en la cámara alta, que a su vez son todos católicos, antiaborto y amigos del Papa. Quienes a partir de ese día, tienen desde el Vaticano el punto rojo del láser en la frente, a la espera del tratamiento del proyecto en el senado que será el próximo 8 de agosto.
Tras cartón, el 16 de junio, dos días después de la aprobación del proyecto, desde el Vaticano, ante una delegación de la Asociación de la Familia de Italia, el Papa Francisco comparó al aborto con el nazismo generando revuelo global. “Lo digo con dolor. El siglo pasado, el mundo entero estaba escandalizado acerca de lo que hicieron los nazis para purificar la raza. Hoy hacemos lo mismo, pero ahora con guantes blancos” disparó el Papa con un mensaje que tenía nuevamente un sólo destinatario: Macri y su proyecto del aborto en Argentina, tierra natal del Sumo Pontífice.
Intentos de armisticio
Sabiendo que los cuestionamientos de la Iglesia Católica por el aborto está impactando directamente en sus votantes duros y aliados políticos como Lilita Carrió, que amenazó hasta romper con la alianza Cambiemos por este proyecto, para bajar el nivel de conflicto, el presidente Macri envió al Vaticano al secretario de Culto de la Nación, Santiago De Estrada, quien mantiene una vieja relación con el Papa y el Vaticano, en busca de un armisticio.
De Estrada, alias “El Obispo”, por sus vínculos con la curia católica, es un viejo abogado conservador de 83 años. En su CV figura haber sido funcionario de los gobierno de facto de Juan Carlos Onganía y Jorge Rafael Videla; embajador en la Santa Sede del Vaticano durante la presidencia de Raúl Alfonsín; subsecretario de Desarrollo social de Menem; y legislador de la Ciudad de Buenos Aires por Acción por la Republica de Domingo Cavallo.
Se alió a Macri en el 2003, quedando como vicepresidente primero de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires. Luego, a partir del 2007, fue auditor de la ciudad. Su rol principal en el macrismo era y es su relación con la Iglesia Católica. Siendo este el nexo que tenía el actual presidente para aflojar las tensiones con el entonces cardenal Jorge Bergoglio, hoy conocido como el Papa Francisco, como en el caso del matrimonio igualitario cuando Macri era Jefe de Gobierno Porteño.
En la reunión secreta en el Vaticano, Estrada, pretendió justificar lo que para la fe católica es injustificable. Allí, escuchó de boca del propio Papa Francisco, los reproches a este proyecto impulsado por el gobierno y aprobado, paradójicamente, gracias a los votos de los diputados de la oposición.
Concretamente, el Sumo Pontífice, le recriminó que el tema del aborto no había sido planteado por Macri en la campaña y que Duran Barba lo usó como una forma de tapar los problemas económicos y sociales. A lo que Estrada respondió que “el debate era imparable” y “Macri no lo podía frenar”.
También, y lo más importante, el Papa mostró su furia por las denuncias que señalaron que para poder aprobarlo, el gobierno habría comprado los votos de los tres diputados de la Pampa, con el ya mencionado envío de 500 millones de pesos a Verna, cuando Macri había dicho que iba a mantenerse prescindente de la votación dejando en “libertad de conciencia” a sus diputados.
Ver Aborto: Clarín trata de ocultar que la ley salió con la Banelco para el gobernador Verna
A estas acusaciones, el secretario de Culto macrista, incurriendo en el pecado de la mentira, negó tal pago al gobernador Verna. Aduciendo supuestamente según Clarín, que el mismo había sido acordado el 18 marzo pasado. Cuando en realidad se trataba de un convenio formalizado dos años atrás, en junio de 2016, cuya aprobación estaba deliberadamente frenada.
Y sorpresivamente había sido aprobado por una resolución del ministerio de Trabajo a principios de junio de este año, pocos días antes del debate legislativo, que sin embargo no había sido publicada en el Boletín Oficial. La que justamente se concretó en la misma madrugada del 14 de junio, a la par que en la Cámara de Diputados se debatía ásperamente el proyecto de la ley de aborto.
Tras lo cual, milagrosamente, los votos de los tres diputados de La Pampa se dieron vuelta, logrando que el proyecto obtuviera media sanción por apenas cuatro votos, desatando la algarabía de los pañuelos verdes y la cólera del Papa.
Estos argumentos no convencieron ni al propio Estrada. Quien apenas regresó a la Argentina anunció su renuncia a la secretaría de Culto que ya había anticipado en el Vaticano. Aclarando, eso sí, que su abandono, no se debía al malogrado encuentro con el Papa y el tema del aborto, sino a que era algo que ya estaba acordado con Macri. Ergo: el funcionario macrista, con mejor llegada la Iglesia, quedó fuera de combate.
Sus explicaciones no convencieron en lo más mínimo al Papa Francisco, quien tiene muy claro, por su experiencia cuando era Arzobispo de la Ciudad de Buenos Aires, la forma de desenvolverse políticamente del presidente Macri. Caracterizado por predicar una cosa y hacer otra. Razón por la cual, desde hace años, un gran abismo los separa, y el Papa, de formación jesuita, así se lo hace sentir.
Por esta razón, sin descanso, pocos días después, la guerra santa se trasladó a Mar del Plata en la reunión de la Pastoral Social cuyo lema era “Democracia: Un camino de servicio a los pobres”. Allí, el primer día, el viernes 22 de junio, la Iglesia apoyó el paro de la CGT del lunes 25, a la par que cuestionó el tarifazo y el fraking.
El segundo día, sábado 23, como nunca antes había pasado, monseñor Lugones refutó punto por punto, delante de ella, cada palabra que había dicho previamente la gobernadora Vidal en su discurso. Finalmente, el tercer día, domingo 24, la Pastoral se despachó con un duro documento con eje en la pobreza, que fue como una patada en el hígado para el Gobierno. El que según el diario Clarín, quedó ofendido.
El presidente Macri contragolpeó recibiendo en Olivos, el mismo viernes 22 de junio, cuando comenzaba el congreso de la Pastoral Social, a la diputada del PRO Silvia Lospennato, una de las principales propulsoras del proyecto del aborto, que fue felicitada por Macri.
Lo cual fue interpretado por Clarín como un “guiño” del presidente. “Fue una muy buena reunión con el Presidente. Se interiorizó por todo el proceso del debate en Diputados y me felicitó por el trabajo que llevamos, porque mantuvimos la línea que nos había pedido, de que fuera un debate serio y le agradecí que haya impulsado en el debate” dijo la diputada Lospennato tras una reunión de 25 minutos.
El Waterloo en el Senado
Luego de la batalla de Mar del Plata, los enfrentamientos se trasladaron al seno Congreso, donde se está llevando adelante el Waterloo –última y decisiva batalla- del Papa y la Iglesia contra el proyecto de legalización del aborto. Y donde el jefe del Vaticano, tiene importantes soldados dentro del macrismo.
Arrancó con la decisión de la vicepresidenta Gabriela Michetti, amiga íntima del Papa, de girar el proyecto a cuatro comisiones: Salud –principal-, Justicia y Asuntos Penales, Asuntos Constitucionales, y Presupuesto. Esta última controlada por el senador Esteban Bullrich, otro allegado al Papa, quien entiende al aborto como “un asesinato”.
La movida de Michetti fue interpretada por los senadores, medios y organizaciones pro-aborto como una forma de dilatar el debate. “Este giro es totalmente excesivo, y el traslado tanto a Presupuesto y Hacienda y Asuntos Constitucionales, innecesario. Obedece a una posición personal de la vicepresidenta, con la finalidad de prolongar el debate indefinidamente”, contraatacó con un comunicado el senador Miguel Pichetto (PJ) de buen vínculo con la Casa Rosada, oficiando casi como jefe del bloque del macrismo.
Tras la embestida, luego de una votación a mano alzada en el recinto, finalmente se acordó que el proyecto pase por tres comisiones. Una menos que las propuestas por la vicepresidenta Michetti que, en una especie de relato de realismo mágico, pasó a ser la principal opositora pública y parlamentaria a un proyecto de ley que impulsa el partido del cual ella es vicepresidente. Y que se complementa con el rol opuesto del senador Pichetto, líder en la cámara alta del llamado “peronismo racional”, opositor al gobierno, que parece haber pasado a ser la principal espada de Macri en el Senado.
Los ataques de Clarín
Mientras se llevaba adelante estos combates en el Senado, el 30 de junio apareció con todo Clarín, disparando sus cañones directamente contra el Papa. Fue en la pantalla de Canal 13, propiedad del grupo, en el programa de la diva Mirtha Legrand, cuando el periodista Pablo Rossi, que también trabaja para Clarín, mientras comía, acusó al Papa Fráncico de ser el jefe de los piqueteros K. Y de querer “boicotear” al gobierno de Macri luego que decidera avanzar con la “despenalización del aborto”.
“Me sorprende terriblemente la actitud del Papa Francisco. Estoy absolutamente convencido que porque el presidente abrió el debate sobre la despenalización del aborto, el Papa Francisco está dispuesto a boicotear este Gobierno, porque es el jefe de los piquetes kirchneristas que han dicho que iban a poner en jaque a este Gobierno hasta que lo volteen” dijo Rossi, ante miles de televidentes. Añadiendo como evidencias de su hipótesis de conflicto “el muy mal trago que le hicieron pasar los obispos a la ministra (Carolina) Stanley y la gobernador Vidal injustamente” en Mar del Plata.
Al otro día, 1 de julio, en una entrevista exclusiva para el diario La Nación, socio de Clarín, la vicepresidenta se despachó públicamente con todo contra el proyecto. “No tenía ninguna intención de militar el tema. Pero me sentí políticamente obligada a equilibrar los tantos. El error entre comillas fue haber hecho una foto de Cambiemos de los que estaban a favor del proyecto. Ahí se obligó a la coalición a hacer otra foto que dijera: ‘Acá tenemos las dos posturas’. Porque se había generado mucha bronca en una enorme parte de nuestro electorado” expresó Michetti, la aliada del Papa.
Fue en esa precisa entrevista cuando la presidenta del Senado se manifestó en contra del aborto, hasta en casos de violación. Postura por la cual Michetti sufrió un duro bullying de parte de las organizaciones, periodistas e intelectuales que están a favor del aborto:
–Periodista: “¿No permitiría el aborto ni en casos de violación?”
–Michetti: “No. Lo dije claramente siempre. Lo podes dar en adopción, ver qué te pasa en el embarazo, trabajar con psicólogo, no sé”.
Por estas declaraciones, que recibieron todo tipo comentarios en los medios y redes sociales, Michetti recibió ese mismo día hasta duras descargas de “fuego amigo”. Las primeras salvas salieron del diputado macrista Daniel Lipovetzky, quien lideró la aprobación del proyecto en la cámara baja, y presidió la Comisión cabecera de Legislación General durante el análisis del mismo.
Mediante un tuit, ese mismo día Lipovetzky, le apunto equivocadamente a su vicepresidenta, que en el caso de una violación, desde 1921, el Código Penal contempla la posibilidad del abortar. Cuando esta posibilidad, por razones claramente eugenésicas, solo estaba limitada en casos de abuso o violación de “una mujer idiota”.
No obstante Lipovetzky mostrando sus limitaciones respecto la cuestión, se despachó diciendo: “Una mujer víctima de violación tiene derecho a decidir abortar. En ese caso el aborto es no punible. Esto prevé el art.86 del Código Penal de 1921 cuando las mujeres ni siquiera votaban y fue ratificado por la CSJN (Corte Suprema de Justicia de la Nación) en el caso FAL. El debate actual es ampliar ese derecho de la mujer, no limitarlo” le espetó le Lipovetzky a su vicepresidente Michetti.
A este “fuego amigo” se sumó también la actual titular de la oficina Anticorrupción Laura Alonso, macrista de paladar negro, quien al otro día, el 2 de julio, con un sarcástico tuit opinó: “Que suerte que me desperté en el Tercer Milenio hoy. Por momentos ayer parecía que estábamos en la edad media”.
Como resultado de toda esta balacera, ese mismo día, la senadora de Cambiemos Gladys González, compañera del antiabortista Esteban Bullrich, que había anticipado su rechazo al proyecto, se dio vuelta y anunció su voto a favor. Cambió que los grandes medios a favor de ley destacaron. “Creo que existe vida desde la concepción. Siempre lo creí y lo seguiré creyendo. Estos meses pensé y reflexioné mucho sobre esta ley y entendí que votar en contra y penalizar a las mujeres no salva ninguna vida”, dijo la senadora para justificarse.
Señales de paz hacia el Vaticano
Para calmar un poco los ánimos, percatado que el Papa tiene mucha influencia en sus votantes, luego de aprobarse el proyecto de despenalización del aborto, el 4 de julio pasado, la Cámara de Diputados, en un hecho único, sin ningún voto en contra, le dio media sanción, a un proyecto de ley impulsado por las organizaciones de base, con el cual se pretende regularizar el dominio sobre la tierra en cuatro mil barrios precarios en la Argentina. Proyecto que solo en la provincia de Buenos Aires implicaría una erogación de 7.000 millones de dólares.
¿Qué tiene que ver este proyecto con el Papa? Simple, él fue uno de los inspiradores cuando era cardenal de la Ciudad de Buenos Aires. Por eso, su articulador en el congreso fue Juan Grabois, líder de la CTEP (Confederación de Trabajadores de la Economía Social), uno de los referentes del jefe del Vaticano en Argentina.
Grabois negoció en persona con Mario Quintana, vice Jefe de Gabinete y Fabián Rodríguez Pepín Simón, asesor legal del presidente, cada coma del proyecto cuya puesta en debate se pensó en el 2016, en una cena entre Quintana, Pepín Simón y Marcos Peña.
Pero este proyecto no conmovió en lo más mínimo a la Iglesia. El domingo 8 de julio, el presidente del Episcopado, monseñor Oscar Ojea, junto a 50 obispos de todo el país, encabezo una misa “por la vida” en el santuario de la Virgen de Luján. Principal escenario religioso del país. Donde también hizo referencia a la situación social y económica del país, que Macri no puede mejorar.
Al otro día, el 9 de julio, un día antes de que comenzaran los debates en el senado, el Arzobispo de Tucumán, Carlos Sánchez, durante la homilía por el Día de la Independencia a la cual decidió no concurrir Macri, a pesar que estaba en Tucumán, dijo que “el aborto es la muerte de un inocente”.
“Valor inalienable de la vida es un derecho que tiene todo argentino. Toda vida vale. Todo hombre es importante. No hay sobrantes en la Argentina. Nos toca edificar desde la promoción de la vida. El aborto es muerte de un inocente, de un niño y de un argentino” aseveró el arzobispo, ante una Gabriela Michetti inmutable, que asistió en representación del Gobierno.
Ese mismo día, luego del Tedéum por el 9 de Julio que se llevó a cabo en la Catedral de La Plata, la gobernadora de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, considerada la mandataria de mayor peso luego de Macri, integrante de la mesa chica del PRO, que hasta ese entonces no había hecho pública su posición, se sacó una selfie con el pañuelo celeste “pro vida” de quienes se oponen al aborto. Con lo cual, la grieta por este proyecto, desembarcó en el cenáculo del poder de Cambiemos.
En un combate palo a palo, como respuesta, al otro día, el 10 de julio, otro miembro de la mesa chica del PRO, Marcos Peña, jefe de Gabinete de Macri, salió a aclarar por los medios que si el Senado aprueba el proyecto de legalización del aborto el presidente no lo va a vetar.
“El Presidente ha sido claro en su convicción sobre la importancia de dar un debate republicano, que implica respetar el resultado y por supuesto no vetar la ley” aseguró Peña. Quien negando la realidad misma, calificó a su vez la relación del gobierno con la Iglesia de “muy buena“.
To be continued
Lo más interesante de toda esta guerra santa es que como una saga de Star Wars, aún no tiene final. En el Senado, el debate en comisión ya comenzó. Y hay que esperar hasta el 8 de agosto cuando el proyecto baje al recinto para que se dirima un combate trascendental, donde de antemano nada está dicho. Pues si bien el macrismo tiene poder de fuego económico para influir en la votación como lo hizo en diputados con Verna, en el Senado, sus principales espadas Michetti, Pinedo y Bullrich están en contra de esta iniciativa.
Por otro lado, para el macrismo, este proyecto del aborto, en un momento de graves “turbulencias” economicas y financieras, no solo supuso una agresión directa a los votantes duros del PRO de tendencia religiosa o conservadora, sino también contra sus propios aliados políticos, donde algunos siguen encolerizados por la votación de diputados. El caso más palpable es el de Carrió que en pleno recinto, luego de la aprobación del proyecto, se levantó y delante de todos amenazó con romper el bloque. O el de Michetti, que en el Senado y ante los medios, hace de virtual jefa de la oposición.
“En el peor momento del Gobierno -crisis financiera y mercados alterados, devaluación, vuelta obligada al FMI- la coalición oficialista Cambiemos sigue ardiendo internamente por las secuelas que dejó el debate por el aborto en Diputados. Los trapos al sol y los incendiarios pases de factura entre Elisa Carrió y parte del radicalismo -incluido su jefe nacional, Alfredo Cornejo- son la punta del iceberg de un malestar más profundo entre los legisladores a favor y en contra del proyecto que ahora se define en el Senado. Malestar que se viene expresando en el grupo de whatsapp del interbloque de Cambiemos en Diputados” publicó Clarín el domingo pasado, replicando algunas capturas de pantalla de ese ardiente grupo de WSP.
Al respecto, si el Senado aprueba el proyecto ¿qué hará el presidente Macri que se declaró públicamente en contra del aborto? ¿No la va a vetar como aseguró su jefe de gabinete Peña? De ser así, lesionará profundamente su relación con la Iglesia, el Papa, sus propios votantes y sus aliados políticos como Carrió y otros que están bufando de bronca por esta iniciativa. ¿Y si lo veta? ¿Cómo va a hacer el presidente para, en un contexto de alta vulnerabilidad económica y social, frenar la marea verde de miles de jóvenes y mujeres que vienen militando este proyecto casi como una lucha personal?
Por otro lado, el peronismo, tampoco la tiene fácil. El Papa “más peronista” de la historia de Roma, hasta ahora le ha dado cobijo a muchos ex funcionarios del kirchnerismo perseguidos, según ellos, por la justicia macrista y los medios. Ha sido, si se quiere, un paraguas protector desde el Vaticano. Incluso para la propia ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, a quien el Papa Francisco le ha tirado, en estos últimos años, un par de guiños, en momentos muy difíciles, lo cual irrita a Clarín.
Cabe preguntarse ¿cómo continuará esta relación entre el peronismo y el Sumo Pontífice, si sus senadores y diputados terminan dando los votos para aprobar la legalización del aborto en la tierra natal del Papa? ¿Cómo quedará la relación entre el Papa Francisco y Cristina si está última, como algunas anticiparon, vota a favor de los pañuelos verdes? ¿Qué pasará con el paraguas del Vaticano?
Finalmente, de izquierda a derecha, si bien el discurso pro-aborto cuenta con el apoyo de los grandes medios de comunicación, como Clarín y Pagina 12 -este último incluso califica de “antiderechos” a los que se oponen al aborto- en frente está una institución con miles de años de historia y conspiraciones, comandada ahora por un jesuita -el ala más política y militante de la iglesia- argentino, que sabe muy bien cómo funciona la “realpolitik” en Argentina y en el mundo.
De hecho, su figura comenzó a tener relevancia pública en el 2007, cuando siendo Arzobispo de la Ciudad de Buenos Aires, el Papa por entonces conocido como cardenal Jorge Bergoglio, haciendo equilibrio de poder, apoyó la candidatura de Macri como jefe de Gobierno porteño, frente al kirchnerista Daniel Filmus.
Este apoyo no fue gratuito. Como lubricante estaban los millonarios subsidios que el gobierno de la ciudad de Buenos Aires les dio luego a las escuelas privadas, para salarios de su planta docente y reparaciones edilicias, en cuya primera fila están los colegios católicos. Se trata de un presupuesto millonario que sólo en el 2015, último año de Macri como jefe de Gobierno porteño, rondó los 2.837 millones de pesos. Y estratégico, porque los excedentes de dinero que dejan esas escuelas van directamente a sostener financieramente al Vaticano.
https://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/subnotas/87107-27861-2007-06-24.html
Sin embargo, apenas asumió como Jefe del Gobierno de la Ciudad, en su primer año de gestión, Macri se despachó con una polémica ley en beneficio de los contratos referidos al negocio de las tragamonedas, aprobados por Kirchner en el 2003. Con modificaciones que beneficiaban exclusivamente a las tragamonedas del empresario kirchnerista Cristóbal López y su socio macrista Federico de Achával, dueños de los casinos flotantes y el Hipódromo de Palermo.
Este proyecto, presentado por Macri en la Legislatura porteña, consensuado con Néstor Kirchner en persona, desató la polémica. Y la inmediata intervención de Bergoglio, un histórico anti tragamonedas, quien luego una reunión con Michetti logró que el PRO lo bajara.
A partir de allí la relación entre ambos quedó resentida. Y se rompió en el 2010 cuando el líder de Cambiemos, a pesar de los pedidos públicos de Bergoglio, no apeló el fallo de la jueza en lo Contencioso Administrativo y Tributario Nº 4 de la Ciudad, Elena Liberatori, que autorizó al matrimonio gay.
“Dado que el Poder Ejecutivo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires es el garante de la legalidad en la ciudad, el señor Jefe de Gobierno (Mauricio Macri), a través del Ministerio Público, tiene la obligación de apelar el fallo” exigió el ahora Papa Francisco, mediante un comunicado público, del cual Macri no acusó recibo alguno.
Y finalmente, la relación no tuvo más retorno a partir de diciembre del 2013, cuando entre gallos y medianoche, apenas unos meses después de que Bergoglio asumiera en el Vaticano como Papa, Macri, aliado con el kirchnerismo, aprobó en la Legislatura, en medio de denuncias, la ley del juego (4.896) beneficiando enormemente, en millones de pesos, las tragamonedas Cristóbal López y De Achával.
Tras esa aprobación, que había fallado en el 2008, la distancia entre el Papa y Macri se tornó un abismo insalvable que el jefe del Vaticano, con impronta bien jesuita, se lo hizo sentir cada vez que el presidente visitó Roma. Lo cual despertaba la bronca de Clarín. Relación que seguramente pasará del purgatorio al infierno si el senado, el 8 de agosto próximo, aprueba el proyecto de legalización del aborto en Argentina, y el Vaticano pierde esta guerra santa, por la que se ha enfrentado directamente con las políticas que provienen desde EEUU.
Desde el Norte
Cabe destacar por último, que esta guerra santa por el aborto, en la cual el presidente Macri se tuvo que involucrar por la crisis económica en que se encontraba su Gobierno, es parte un viejo enfrentamiento global entre la Iglesia Católica y EEUU por sus políticas rockefellerianas-kissingerianas de planificación familiar y control poblacional.
Este enfrentamiento está explicado en la obra del sanitarista neomalthusiano Stephen D. Mumford, “LA VIDA Y LA MUERTE DEL NSSM 200 – Cómo la destrucción de la voluntad política condenó a una política de población de EE. UU.” donde el autor advierte las interferencias del Vaticano al control del crecimiento poblacional, una cuestión estratégica para EE.UU.
“La voluntad política norteamericana de lidiar con el problema de la sobrepoblación fue víctima de la posición inexorable del Vaticano” sostiene Mumford. “Los observadores sofisticados de los gobiernos reconocen que la voluntad política es vital para montar una respuesta exitosa a un problema de esta magnitud. Si el oponente de una acción del gobierno puede matar la voluntad política, el oponente no tiene que preocuparse por una acción gubernamental efectiva. El Vaticano es el observador más sofisticado de los gobiernos.”
http://www.population-security.org/index.html
“El aborto no es simplemente un problema entre muchos para los obispos. Es más bien la base, punto de partida no negociable a partir del cual se desarrolló el resto de su agenda. Las posturas de los obispos sobre otros temas han llevado a la acción política y la controversia política, pero el aborto, durante todo el período examinado es el fundamental” agrega Mumford.
Según algunos analistas, este incoercible enfrentamiento del Vaticano contra EEUU y sus políticas del Consejo de Seguridad en relación con el aborto, en un principio, fue rebajado debido al papel decisivo que asumió el Vaticano durante la Guerra Fría contra la URSS, durante el papado del Papa polaco Karol Józef Wojtyła, más conocido como Juan Pablo II.
Pero una vez caído el régimen comunista, el enfrentamiento resurgió agravado, viéndose reflejado en la múltiple aparición de los escándalos de curas pederastas a lo largo del mundo, comenzando por Boston. Escándalos que han minado la autoridad de la Iglesia Católica como institución, acorde con las necesidades de los EEUU para expandir sus políticas de aborto y control poblacional.
Por eso ahora, una derrota en el tema del aborto en la misma tierra de la que es oriundo el Papa, sería un golpe mortal para la institución católica. Lo cual explicaría las enormes fuerzas financieras y mediáticas, encabezadas por Clarín, que se han desplegado para lograr su legalización. Situación que ha puesto al presidente Macri en una encrucijada, en la que optó decididamente por enfrentarse directamente con el Papa argentino y la Iglesia Católica, para que su Gobierno no sea devorado por la crisis que se veía venir y los grandes medios oficialistas ocultaron. Lo cual, al poner nuevas fuerzas religiosas, emocionales, e ideológicas en juego, puede ser solo el diferimiento de una caída anunciada como la del presidente Juan Domingo Perón en 1955.-
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