Tras fracasar la dolarización que le habían prometido los boys de Anker liderados por Luis “Toto” Caputo, encaramados en el área económica del gobierno a esos efectos, el presidente Javier Milei junto con ellos, demostraron tener la notable habilidad de solucionar un problema, convirtiéndolo en dos.
Ver MEGA DNU: la subrepticia, tortuosa, y dolorosa dolarización que lleva adelante Milei que lo explica
Esto es lo que hicieron con el salvaje método que emplearon para solucionar el problema de la inflación, atrasando el precio de dólar a niveles de la convertibilidad, que generó sendos problemas de desequilibrio externo y recesión interna. Así de la “enfermedad de la inflación”, en la que éramos el país más barato de la región, pasamos a la que los economistas denominación la “enfermedad holandesa”. Provocada por un tipo de cambio atrasado, que impide la actividad interna, pasando a ser el país más caro de la región y uno de los más caros del mundo.
Atraso al que sin embargo pretenden sostener a toda costa, al ser la caída de la inflación el principal y único argumento político del mileismo, con un nuevo y desesperado blanqueo de los “dólares del colchón”. Medida que pone en evidencia que el reciente blanqueo de capitales, estuvo muy lejos de alcanzar el monto de USD 22 mil millones, que repiten como loros periodistas y políticos oficialistas y de la oposición. Incapacitados aparentemente de ver bajo el agua turbia, con la que el gobierno esconde sus chanchullos.
De la misma forma que parecen cómplices en ocultar, que con el DNU 274 que derogó la anterior movilidad jubilatoria, el gobierno de Milei impidió que los haberes de los jubilados se recuperaran sustancialmente con la caída de la inflación. Y como paliativo un Congreso pusilánime, en lugar de anular ese delictual DNU con mayoría simple, se empeña en sancionar minúsculos aumentos para ellos, que equivalen a una docena y pico de las empanadas de Darín, que seguramente serán fulminados con el veto presidencial.
Con el nuevo blanqueo, pretenden aprovechar la exuberancia de dólares informales acumulados por los argentinos, hasta que lleguen los utópicos dólares de Vaca Muerta y la Gran Minería. No obstante que la legislación del RIGI (Régimen Incentivo Grandes Inversiones) prevé expresamente qué a poco de andar, el 100 % de las divisas que esas actividades generen, se puede quedar afuera. Concretando así un feroz vaciamiento de las riquezas no renovables del país.
Y en cuanto al atraso cambiario incurrido, la solución que el gobierno ha comenzado a deslizar, es la deflación de los precios, como ya se intentó y fracasó rotundamente en los estertores de la convertibilidad. Siendo el sufrimiento social que esa salvaje receta genera, mucho peor que el de la inflación, cuyos efectos ya se están viendo. Y por eso iliberalmente, no obstante el liberalismo extremo que declama, interviene en los contratos entre sindicatos y cámaras empresarias, vetando acuerdos de aumentos mínimos, y en la fijación del dólar futuro
Por lo que se puede decir que a la corta o la larga, el gobierno de Milei está atrapado sin salida, entre Escila y Caribdis de Homero, no el de los Simpson. O sea, entre el monstruo de la inflación de Escila, que destrozará todo con sus seis cuellos y doce patas, si el gobierno de Milei no consiguiera los dólares del FMI, Trump, el colchón, Vaca Muerta, el cobre y el litio. O el monstruoso remolino de Caribdis, que se tragará la actividad económica y el bienestar de la gente si los consigue.
Y esto se lo advierte nada menos que el teórico del atraso cambiario, el economista monetarista Ricardo Arriazu, señalándole que el “proceso destructivo va mucho mas rápido que el creativo”. Y el final trágico de este drama ya lo conocemos con la catástrofe económica, social, y política del 2001.
Pero ese ámbito marino trae al recuerdo la trágica aventura del capitán Ahab, y su demencial obsesión o monomanía en tratar de matar la ballena asesina Moby Dick, en la novela de Melville. Que en el caso de la personalidad de borde del presidente Milei, es la ballena asesina de la inflación.
Y empecinado en esa monomanía obsesiva, terminará en forma parecida a la del capitán Ahab. Quien, al disparar enloquecidamente su arpón contra la ballena asesina, hizo que su soga se enredara en su cuello y fuera arrastrado al fondo del mar por ella. La qué tras ahogarlo en sus profundidades, luego también se encargó de destruir el buque que capitaneaba.
La evolución del salario formal promedio
El RIPTE (Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables) brinda una idea de cómo evolucionó el salario promedio de los trabajadores formalizados. Y a su vez el SMVM (Salario Mínimo Vital y Móvil) lo hace respecto el salario mínimo legal.
Para historiar la evolución a pesos constantes de marzo del 2025 del RIPTE (línea azul) y del SMVM (línea marrón) visualizadas en el siguiente gráfico, desde el año 1994 se empleó el IPC del INDEC hasta el año 2005; a partir de allí el IPC de la provincia de San Luis hasta el año 2023, y a continuación un índice combinado del IPC INDEC y CABA, cuyos fundamentos se explican al final de esta nota.
Un primer pantallazo dice que el RIPTE llego a un pico de $ 1,8 millón durante la convertibilidad; cayó a un millón con la caída de ella en el 2003; llegó a un pico de $ 2,2 millones con los Kirchner/s en el 2013, y de $ 2,1 millón con Macri en el 2017; y se desplomó a partir de la intervención del FMI desde el 2018, reduciéndose a $ 1,6 millones con Fernández y la pandemia.
Luego cayó a un mínimo de $ 1,2 millón con Milei, el mismo nivel que estaba en el 2003, para situarse actualmente en marzo 2025 en 1,36 millones, al mismo nivel que estaba en el 2005, veinte años atrás. Con una caída de alrededor de menos – 38 % debajo de sus picos históricos, y menos – 25 % respecto la convertibilidad.
En cuanto al SMVM, anduvo cerca de los $ 400 mil durante la convertibilidad, cayó a la mitad a la salida de ella en el 2003; llegó a un pico de $ 900 mil entre 2009 y 2011, y de $ 800 mil hasta el 2017. Y a partir de allí con la irrupción del FMI, se desplomó hasta los $ 500 mil con Fernández, ubicándose actualmente con Milei en $ 296 mil. O sea, al mismo nivel que estaba a mediados del 2003, 22 años atrás, menos -67 % debajo del pico de los Kirchner/s, menos -63 % debajo del pico de Macri, y menos -22 % debajo de la convertibilidad.
Asimismo en el gráfico en relación con el RIPTE, se visualiza la evolución de la Canasta Hogar tipo 2 del INDEC (Varón 36 años, mujer 31 años, hija de 8 años, e hijo de 6 años, línea ocre) y en relación con el SMVM se visualiza la evolución de la Canasta Básica Total (CBT) del INDEC (línea verde). Existiendo al respecto una notable discontinuidad entre los años 2013 y 2016, periodo en que por orden del ministro de Economía Axel Kicillof se dejó de publicar, para no “estigmatizar la pobreza”, en el marco más amplio de la crisis de credibilidad del IPC INDEC, por el accionar del ex secretario de Comercio Guillermo Moreno.
En el mismo se puede apreciar que durante la vigencia de la convertibilidad, el RIPTE osciló entre los $ 1,6 y $ 1,8 millón, mientras que la Canasta Hogar tipo 2 del INDEC andaba en $ 600 mil, con una amplia diferencia de más de un millón entre uno y otra. Tras la salida de ella con Duhalde, la canasta hogar subió a $ 725, mientras que el RIPTE llegó a un mínimo de pesos un millón, con una brecha de $ 275 mil; Y a partir de allí con los Kirchner/s, hubo un paulatino ascenso de ambos indicadores, con una brecha variable de alrededor de $ 800, hasta que la publicación del índice de la canasta se interrumpió, como se dijo.
Con Macri hasta el año 2017, se observa nuevamente una brecha entre ambos indicadores de alrededor de $ 700 mil hasta el año 2017, que disminuye sensiblemente con la aparición del FMI, llegando a alrededor de $ 400 mil con Fernández. Y seguidamente en los primeros meses de Milei, el RIPTE se desplomó por debajo la Canasta Hogar tipo 2, para ubicarse presuntamente en marzo 2025 en $ 263 mil por sobre esta. Con una brecha histórica mínima, inferior incluso a la existente a la salida de la convertibilidad, cuyos detalles negativos se amplían seguidamente.
En cuanto al SMVM durante la convertibilidad casi duplicaba la Canasta Básica Total (CBT), para caer brevemente por debajo de ella a la salida de ella, y seguidamente se va estableciendo una amplia diferencia de hasta $ 600 en el año 2006 entre ambas, que se estabiliza en $ 400 entre los años 2013 al 2017.
Concretándose a partir de allí con la irrupción del FMI, un desplome paulatino, que se acentúa con la pandemia, hasta ubicarse el SMVM un promedio de $ 80 mil sobre la línea de pobreza de la CBT. Situación que se invirtió con Milei, al transcurrir hasta marzo pasado el SMVM un promedio de $ 60 mil por debajo de la línea de pobreza.
EL RIPTE y SMVM y sus líneas de pobreza
En el siguiente gráfico, en que se ha rebatido al RIPTE y el SMVM en relación con sus líneas de pobreza, canasta Hogar Tipo 2 y CBT respectivamente, se hace una síntesis de esta cuestión. Con la salvedad que deben tomarse con reserva a partir del año 2005 los datos de las canasta Hogar y CBT, por la crisis en la que se hundió el INDEC a partir de ese año con la intervención del ex secretario de Comercio Moreno, que fue condenado penalmente por ello.
Durante la convertibilidad en el marco de un alto desempleo, el RIPTE según el INDEC, se encontraba por arriba del 150 % del monto de la Canasta Hogar Tipo 2 (línea azul). Con la salida de ella, cayó momentáneamente hasta un 40 % más, y a partir de allí con los Kirchner/s habría llegado a un pico de 181 % más en el 2006, con las debidas reservas del caso según se dijo, hasta caer a más 70 % en el 2013.
Con Macri se mantuvo arriba de 50 % más hasta el 2017, y a partir de allí con la irrupción del FMI y la pandemia, con Fernández cayó hasta ubicarse en un promedio de 29 % más. Y con Milei cayó momentáneamente por primera vez bajo la línea de pobreza de la canasta hogar, para situarse en marzo pasado en más 24 %, con un promedio durante el periodo de más 8 %.
Pero si a la canasta Hogar Tipo 2 del INDEC se la ajusta con la diferencia entre el IPC INDEC, y el IPC INDEC CABA combinado empleado en el cálculo, está subiría al menos un 21 %, razón por la cual el salario promedio del RIPTE como nunca antes en la historia, seguiría en la línea de pobreza.
Por su parte el SMVM (línea roja) durante la convertibilidad estaba alrededor de un 75 % mas sobre la línea de pobreza de la CBT, y con la caída de ella, cayo momentáneamente bajo la línea de pobreza. Para recuperarse con los Kirchner de manera vertical, con las debidas reservas como se dijo, hasta llegar en el 2006 hasta un pico de 315 % sobre ella, para desplomarse seguidamente paulatinamente con los ajustes que se intentaron con el IPC por exigencia del FMI, a alrededor de un 70 % más en el 2013.
A continuación, con Macri, hasta la irrupción del FMI llegó a un pico de 82 % más en el 2017, para desplomarse seguidamente a menos de 50 % más, concretándose en el periodo un promedio del 58 % más. Con Fernández y la pandemia, el promedio cayó a un 22 % más, y finalmente con Milei el SMVM cayó por debajo de la línea de pobreza, con un promedio de menos – 8 %.
Lo que revela el historial del índice de variación salarial del INDEC
Complementariamente, en el siguiente gráfico que arroja notables conclusiones, se visualiza la evolución de los índices de Variación Salarial del INDEC, ajustados por inflación de la misma manera que la anterior, entre el 1 de octubre del 2001 hasta marzo 2025.
Se puede apreciar en él, que a partir de un índice 100 en octubre del 2001, con la caída de la convertibilidad el salario en el Sector privado registrado (trazo verde) cayó hacia fines del gobierno de Duhalde menos -30 %, luego con los Kirchner/s llegó a un pico de 134, con Macri 126; con Fernández en su final 100, igual al de la convertibilidad, y con Milei menos 84. Lo cual representa una caída de menos -38 % respecto el pico Kirchner/s, de menos -33 % o sea un tercio menos del pico Macri, y menos -16 % del pico Fernández.
Por su parte el Nivel General (trazo azul) de 100 durante la convertibilidad, cayó hacia fines del gobierno de Duhalde a menos -35 %, luego con los Kirchner/s llegó a un pico 109, con Macri 105; con Fernández a su final 85, y con Milei menos 65. Lo cual representa una caída de menos -40 % respecto el pico de los Kirchner/s, de menos -38% del pico de Macri, y de menos -23 % del pico Fernández.
Pero el dato más notable lo depara el salario del Sector publico (trazo rojo) que evidencia una notable degradación, a partir del índice 100 en el 2001, y está actualmente en 34, o sea una brutal caída de menos -66 %. Tras pasar por el nivel 60 con Duhalde a la salida de la convertibilidad, y picos de 83 con los Kirchner/s; 62 con Macri; y 51 con Fernández. Lo que representa una caída de menos -43 % respecto Duhalde; de menos -59 % con los Kirchner/s; de menos -45 % con Macri; y de menos -33 % con Fernández.
Caída brutal que explica el enorme desgano, reclamos, e incluso deliberada ineficiencia que se advierte en los empleados públicos, en sectores claves como educación, salud, y seguridad, como diciendo hago por lo que se me paga. Demostrando esto, por un lado, la inutilidad de la motosierra a mansalva para bajar el gasto público; y por el otro si hubo una casta de empleados del estado, esta dejó de existir tras la convertibilidad.
Respecto el Sector Privado No Registrado, lamentablemente el INDEC tiene una notable discontinuidad al respecto, entre fines del 2015 y el 2017. Para tratar de salvarla el empalme se concretó con el mismo valor índice al valor del 2015, lo cual hace que sus comparaciones entre puntas sean dudosas.
Pero de todas maneras se puede observar que tras el índice 100 de la convertibilidad, con Duhalde cayó a menos -55, y luego trepó paulatinamente hasta un pico de 117 con los Kirchner/s, un 17 % arriba de la convertibilidad; con Macri el pico fue de 89, con Fernández comenzó en 62 y terminó en 46, y con Milei cayó hasta 27 y en marzo pasado trepó a 47. Lo que representa menos -51 % del pico de Macri, y menos -24 % del pico de Fernández.
EL RIPTE en dólares constantes
El presidente Milei se jacta de haber llevado los salarios a un equivalente de $ 1.400 dólares, superando a los de la convertibilidad, cuando está lejísimo de ser tal. Tal como se puede apreciar en el siguiente gráfico, en el cual se han calculado los dólares a valor constante en base al IPC de EEUU, con la cotización del dólar oficial del BCRA, y del dólar paralelo de Ambito Financiero.
Como se aprecia en el gráfico, la convertibilidad comenzó con un salario RIPTE de USD 904, para terminar al final de ella en USD 731, y cayó a USD 200 tras la caída de ella. Luego fue subiendo durante los Kirchner/s hasta un pico de USD 1.000 con el dólar oficial a fines de 2015, y de USD 773 con el dólar paralelo en el 2011.
Luego con Macri, con ambos dólares, el salario del RIPTE subió hasta USD 900 en el 2017, y a continuación con la irrupción del FMI, el RIPTE con ambos dólares se precipitó en caída libre hasta USD 450 a fines de 2019. Y a partir de allí se bifurcaron, con un RIPTE con dólar oficial entre USD 450 y USD 600, mientras que oscilaba entre USD 200 y USD 300 con el dólar paralelo.
Finalmente, Milei llevó eso valores en marzo pasado a USD 501 con el dólar paralelo, y USD 592 con el dólar oficial. Resultando así el salario RIPTE de Milei evaluado en dólares de libre acceso -no el oficial durante los cepos cambiarios- menos -46 % del inicio de la convertibilidad, menos -31 % al final de ella, menos – 35 % del pico de los Kirchner/s, y menos 44 % del pico de Macri. El efímero milagro de Milei ni siquiera ha podido igualar los efímeros milagros de Menem, los Kirchner/s, y Macri.
Las falacias del termómetro de la inflación
El termómetro, o metro patrón para medir la inflación que es el IPC (Indice Precios al Consumidor) del INDEC, esta en estos momentos ante serios cuestionamientos. Que nada tiene que envidiarle a los dibujos que concretaba con él, el ex secretario de Comercio Moreno. Quién resultó condenado penalmente por esas andanzas, consistente qué en lugar de revelar los precios del mercado para su cálculo, les “imputaba” los precios acordados con dicha secretaria. Que casi nadie cumplía, o solo se obtenían en determinados comercios, inrepresentativos estadísticamente.
Ahora el curro no está en el relevamiento de precios, sino en su desactualizada estructura polinómica relacionada con la verdadera incidencia de cada tipo de consumo. Y esto no es nada oculto, lamentablemente, ya que como se puede ver aquí, el nuevo índice ya podría ser operativo, pero el presidente Milei lo impidió.
Seguramente hasta que conforme su monomaníaca aspiración, la inflación caiga a cero, y entonces no se adviertan las diferencias pasadas. Mientras que por su parte el director supuestamente independiente del INDEC, Marcos Lavagna, se hace el sueco, igual que lo hacía Moreno, como se puede ver aquí. Mientras que en las redes le responden: “dibuje, Marcos, dibuje”, y en una de esas terminará igual que el ex secretario de Comercio.
Concretamente, el actual IPC del INDEC está hecho en base a la COICOP 1999 (Classification of Individual Consumption According to Purpose o Clasificación del consumo individual según su finalidad) de la ONU. O sea, de una antigüedad de más un cuarto de siglo atrás en una época de cambios vertiginosos, y en base a un relevamiento de consumo del año 2016.
Por su parte el IPC de la CABA, fue actualizado en el año 2021 con la COICOP 2018. Y así sí en el año 2024 el IPC INDEC registró un incremento de precios del 117,8 %, el de la CABA arrojó un 136,7 %, 20 puntos más arriba. No obstante no registrar los cambios estructurales que se dieron durante ese año, con la política económica de desregulación absoluta llevada adelante por el gobierno de Milei.
Que según un cálculo del economista Esteban Domecq, el peso de los gastos fijos como resultado de ese nuevo “ordenamiento” o “desordenamiento” de precios, pasó del año 2023 de un 37% del ingreso de los hogares de clase media alta y clase media baja, a entre un 44% y 49% en el año 2024, respectivamente. Explicando esta variación según él mismo economista, la reducción del consumo masivo.
Como prueba rotunda de lo expuesto, que contradice las ñoñas explicaciones de Lavagna diciendo que no surgirían grandes diferencias entre el viejo y el nuevo IPC del INDEC, en el siguiente gráfico se exhibe por un lado en columnas, la variación del precio registrado en los distintos ítems o divisiones del actual IPC INDEC nacional, en relación con su Nivel General . Y en líneas, las incidencia de estos para el cálculo en el caso de la Canasta Básica del INDEC, y también del IPC de la CABA.
En el mismo resultan notables dos aspectos. Uno, los enormes aumentos sobre el Nivel general que registran las divisiones o ítems Vivienda, Comunicación, Educación, Bienes y servicios. Los que paralelamente tienen una baja incidencia porcentual en el cálculo, si se los compara con el IPC de la CABA. Y por otro lado la alta incidencia que tienen en el cálculo las divisiones que disminuyeron su aumento en relación con el Nivel General del INDEC, como Alimentos, Prendas de vestir, Equipamiento, Recreación y cultura, etc.
Por esa razón, se efectuó un recalculo de los valores del IPC INDEC, tomando para ello las incidencias de las distintas divisiones provenientes del IPC CABA. Arrojando esto para el crucial año 2024, una variación del 142 % de este índice combinado, en contraste con el 136 % del IPC CABA , y del 117 % del IPC INDEC. Tal como se puede apreciar en el siguiente gráfico comparativo, en el que también se introdujo el IPC de la provincia de San Luis, que arrojó un valor de 197 %.
Por otro lado, el INDEC tiene otra falla descomunal, que es su discontinuidad por el referido accionar de Moreno, en relación con el IPC. Como también con la Canasta Básica Alimentaria o Línea de indigencia, y la Canasta Básica Total o Línea de pobreza, qué para disimularlas, durante la gestión del ex ministro de Economía Axel Kicillof se dejaron de publicar, para no “estigmatizar la pobreza”. A la par que sostenía que no era “tarea del gobierno” averiguar la cantidad de pobres, mientras que el ministro de Seguridad Aníbal Fernández decía que eran menos que en Alemania.
En conclusión, para historiar la pésima evolución del salario en la forma más ajustada posible, en el medio de este inusitado caos estadístico, que es un reflejo de la situación argentina, se tomaron los índices del IPC INDEC hasta el año 2005, en el que comenzaron los manoseos morenísticos. A partir de allí hasta noviembre 2023, se tomó el índice de San Luis, que es el único que tiene continuidad desde el año 2005, y cuya seriedad ha sido ponderada por el mismo INDEC.
El cual no obstante evidentemente, conforme el gráfico anterior, no refleja el súbito cambio estructural de consumos deparado por el actual gobierno, razón por la que a partir de allí se tomó el mencionado índice combinado del IPC INDEC CABA. Con la seguridad qué sí el nuevo índice del INDEC refleja las reales incidencias que tienen actualmente en los hogares argentinos, los costos de vivienda, servicios, comunicaciones, y transporte, sus resultados resultarán superiores.-
Ver también:
Las mentiras del INDEC (I): como esconde a Willy el desocupado, registrando empleo basura o calificándolo de inactivo
Las mentiras del INDEC (II): cómo el Gobierno hizo desaparecer 2,7 millones de pobres
El INDEC sigue mintiendo: pese la malaria económica el riesgo de pobreza o exclusión sigue descendiendo
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