El ex-CEO de Isolux Corsán en Argentina es el primer arrepentido del escándalo de los Cuadernos, pero ya contaba con todo un prontuario de cohechos en distintos países del mundo. A tal punto que su hermano y socio, vinculado con las coimas que señalan los cuadernos, es el mismo que está implicado en los Panamá Papers. Por ello cuesta entender los beneficios de libertad que recibió por parte del fiscal Stornelli y el juez Bonadio. Benignidad que solo se explica por los negocios comunes que tuvo Isolux con la constructora IECSA, de la familia del presidente Macri. Además el cordobés tiene vínculos amistosos con uno de los gerentes en Córdoba del Grupo Clarín.
Por Lea Ross | @LeandroRoss
El cordobés Juan Carlos de Goycoechea, ex CEO de la filial latinoamericana de la constructora española Isolux-Corsan, fue el primer empresario arrepentido en la causa de los Cuadernos, que investigan el juez-pistolero Claudio Bonadio y el fiscal-xeneize Carlos Stornelli. Este último señalado por ser uno de los subordinados del “Tano” Angelici, operador judicial del gobierno de Mauricio Macri.
Ver El juez y verdugo pistolero Claudio Bonadio
Ver De Vido – Río Turbio: si hay algo turbio, están IECSA y los Macri
Luego de estar prófugo por un par de días esquiando en los cerros patagónicos de Esquel, el “Goyco” llegó al despacho de Stornelli y, victimizándose, reconoció haber pagado unos 12 millones de dólares a funcionarios K. Aunque aclaró que era porque lo obligaban desde el gobierno “para destrabar los certificados de obra de la Usina de carbón de Río Turbio”, que su empresa se había adjudicado. Naciendo así la ilusoria coartada de que esos pagos eran “exacciones ilegales” y no coimas. A pesar de ello, el fiscal, inmediatamente le dio verisimilitud a este relato del astuto abogado cordobés. Y luego de otorgarle la figura de “colaborador arrepentido”, tras la homologación del juez Pistolero Bonadio, lo dejó libre.
Todo cambió en una nueva declaración del empresario, realizada el jueves pasado, cuando frente al fiscal aseveró que “hablar de campañas era un eufemismo; nos apretaban, eran coimas”, cambiando rotundamente toda la descripción anterior.
En medio de esas dos contradictorias declaraciones, estuvo la presentación del ex-presidente de la Cámara Argentina de la Construcción (CAC), Carlos Wagner, titular de la constructora K ESUCO. Quien ante Bonadio y Stornelli pulverizó la primera coartada del “primer arrepentido” detallando que en realidad, había un sistema de propinas a funcionarios públicos para adjudicarse las grandes licitaciones de la obra pública en Argentina, digitalizadas desde la CAC que él presidía, y que integraba entre otras constructoras, Isolux-Corsan. Sin embargo, para ese entonces, el afortunado Goycoechea ya caminaba libre por las calles de la gran ciudad.
¿Pecaron de ingenuos los sabuesos de Bonadio y Stonelli cuando lo habían soltado? ¿O hubo presiones desde Casa de Gobierno para que lo soltaran inmediatamente?
Lo primero, es difícil de sostener. Pues si se profundiza un poco sobre el perfil del CEO de Isolux, rubro del cual proviene el presidente Macri, la justicia hubiera visto el sucio prontuario del abogado cordobés y la empresa Isolux, acusados ambos de pagar coimas en Chile, España, y en otras partes del mundo. Siempre escándalos de por medio. O sea, un valijero profesional y de mundo.
A su vez, se hubiera encontrado que el valijero Goycoechea está directamente vinculado con dos empresas offshore, a través de su hermano Cesar, por donde puede perfectamente haber circulado el dinero de las coimas que investigan Bonadio y Stornelli. Y que incluso, este pariente y socio suyo aparece mencionado en los cuadernos del chofer Omar Centeno, cuando fue a llevar una bolsa de papel duro al valijero Roberto Baratta.
Por último, el juez pistolero y el fiscal xeneize, se hubieran dado cuenta que en ese club ilegal de la obra pública, que denunció el empresario Wagner, Isolux es socia en grandes obras con IECSA. La constructora que fue presidida por el actual presidente de la Nación Mauricio Macri, hasta que asumió como Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires en el 2007, y ahora tratando de borrar su pasado, se llama SACDE.
IECSA fue vendida en cómodas cuotas, con un millonario contrato con el gobierno de la Ciudad en el medio, a su primo Ángelo Calcaterra, también imputado en la causa de los Cuadernos y nombrado en las bitácoras de Centeno. “Calca” fue quien también se acogió a la figura del arrepentido, con el mismo mismo relato victimizante que el Goyco. Quedando libre no solo sin estar ni un minuto preso, sino que además sin que nadie lo fotografiara saliendo o entrando en el juzgado. La antípodas del escrache a que acostumbra la fuerzas de seguridad del Gobierno, cuando se trata de un simpatizante o integrante del gobierno anterior.
Por esta razón, el estrecho lazo entre Macri – Calcaterra – Goycoechea, pudo ser el verdadero motivo por el cual el abogado cordobés quedó libre, al igual que Calcaterra. Y que a su vez, al contrario de lo que sucedió con el empresario cordobés Gerardo Ferreyra de Electroingeniería, esta escandalosa excarcelación fue acompañada con un gran blindaje mediático. Sin cámara en el momento de su detención. Ni escraches con manos esposadas. Ni relatos de sus negocios. Todo esto posiblemente por los vínculos íntimos que el CEO cordobés mantiene con Juan Tillard, gerente general del diario La Voz del Interior, propiedad del diario Clarín.
El valijero de América
Isolux-Corsán, que tenía al cordobés Goycoechea como uno de sus principales CEO a nivel internacional, es una de las empresas con más casos de corrupción registradas en el planeta. Antecedentes que no advirtieron las pesquisas de Bonadio y Stornelli. Emergió en el año 2004, a partir de una unión de los grupos Isolux Wat y Corsán-Corviam.
En el 2013, “JuanCa” Goycoechea e Isolux, quedaron salpicados en un mega-escándalo de corrupción en Chile. A partir de la filtración de un intercambio de correos electrónicos, donde se reveló que Isolux, a cargo de Goyco, habían obtenido vía coimas información previa para adjudicarse varias licitaciones de obras públicas en el país trasandino.
Las irregularidades las destapó el Centro de Producción Periodística de Chile -CIPER- quien publicó los distintos correos triangulados entre altos ejecutivos de la compañía en Chile, Buenos Aires y España, develando el modus operandi corrupto de Isolux-Corsán.
“Esto es solo un ejemplo, ya que como te habrás enterado antes que llegues por allí, en los puentes bio bio y maule, se escribo el dictamen que nos dejaba afuera por las sanciones dispuestas en contra de copasa y el lobby me llevo a sentarme a mi con el presidente de la comisión de adjudicación de obra pública, del Congreso, el Director de Vialidad y el Ministro de Obras públicas y por ello se salvó el contrato” escribió el propio Goycoechea a Luis Delso presidente de Isolux en España, en agosto de 2013 en un mail publicado por el CIPER.
“Igual el caso del estadio de Calama que estamos fuera por el presupuesto oficial y lo dimos vuelta en otras reuniones mantenidas en este caso por Mario [Maxit, socio de la empresa] en Chile y el tema del Hospital de Pitrufquen que nos pudimos presentar sin siquiera tener la visita oficial de obra que la conseguimos después para presentarnos. Por ello y disculpa mi insistencia es que para mi la clave del negocio es la información y manejar en cada caso el lobby adecuado, por ello me he permitido contestarte”, agregaba el CEO cordobés que, ahora, ante Bonadio y Stornelli se presenta como una pobre víctima de los perversos funcionarios K que lo obligan a pagar sobornos.
Pero es no es todo. Poco tiempo después, en España, en el 2016, Isolux-Corsán estuvo implicada en el “caso ADIF” donde se los acusó de pagar coimas a dirigentes políticos de la fuerza “Convergencia Democrática de Catalunia”, mediante la inflación de facturas para la construcción de obras en la estación ferroviaria del tren rápido AVE en La Sagrera. También en el “caso Pujol” donde se sospecha que el CEO de la empresa, Luis Delso, pagó sobornos por 14 millones de euros al primogénito del ex presidente catalán Jordi Pujol, para, como en Argentina, beneficiarse en las licitaciones de obra pública.
A estos escándalos de corrupción en Chile y España, se le sumó el caso de la mega usina de carbón en Río Turbio en Argentina. La obra más polémica de Isolux-Corsán, a cargo de De Goycoechea, adjudicada por el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. Fue denunciada por sobreprecios, irregularidades de fondos, atrasos en las obras, escasez de avances en la construcción, realización de obras inservibles, falta de sustentabilidad ambiental y siniestros laborales.
Este fue él que lo llevó a permanecer preso a Julio de Vido, ex ministro de Planificación Federal, en una causa también investigada por Stornelli, referida a supuestos “honorarios” que se quedaba la Universidad Tecnológica Nacional en Santa Cruz, por la inyección de fondos para esta obra. Y donde en un hecho disparatado, no involucra a las empresas privadas a cargo de la construcción que era Isolux de Goycoechea, socio de Calcaterra.
Por todos estos escándalos mundiales, en marzo de 2017, los acreedores de la compañía se hicieron cargo de la empresa, sacaron de su puesto a Delso, e iniciaron una investigación interna, que luego terminó en concurso de acreedores, al estar imposibilitada de hacer frente a sus deudas, por los graves affaires de corrupción en los que quedó envuelta Isolux-Corsán.
También, alegando una nueva política de “prevención del delito penal” y el Código de Ética, mediante un duro comunicado despidieron al arrepentido Goycoechea, y varios de sus socios de la filial argentina y latinoamericana. Este textualmente decía: “con el fin de evitar comportamientos irregulares, la compañía está diseñando un modelo integral de Cumplimiento, empezando por el apartado de prevención del delito penal.”
“La política de Cumplimiento impulsada por el nuevo Consejo de Administración tiene como principal referencia el Código Ético del Grupo Isolux Corsán, cuya última revisión data del pasado mes de septiembre y que será actualizado y ampliado en consonancia con el modelo integral de Cumplimiento a medida que éste se desarrolle a lo largo de 2017. En aplicación de esta nueva política se ha producido recientemente el despido disciplinario de la cúpula directiva del Grupo en Argentina, incluido el director regional, Juan Carlos de Goycoechea. Todos los despidos realizados en este ámbito están respaldados por el resultado de una investigación interna previa realizada por indicación del nuevo equipo de gestión”.
Curiosamente, ninguno de estos antecedentes del CEO cordobés encontraron en sus pesquisas Bonadio y Stornelli. Como así tampoco, el gran periodismo que se muestra escandalizado por el caso de los Cuadernos, pero no por la inexplicable liberación de Goycoechea.
De Córdoba a Panamá
Según se lee en “los cuadernos de la corrupción”, parte de las coimas que efectuaba Isolux a Baratta fueron entregadas por un tal “César”. En particular, las que se efectuaron en el 2015, según consta en el cuaderno número 8 del chofer Omar Centeno, y que se trata del último año del kirchnerismo en el poder:
“3/6/15. 10:30hs. Lo lleve a Nelson (Lazarte, secretario privado de Baratta) al edificio donde opera Isolux, ahí subió al auto un tal César, trajo con él una bolsa de papel duro y otra más pequeña, decía que eran US$ 1.500.000 (un millón quinientos mil) en total. También hicimos un recorrido hasta Paseo Colón y Belgrano donde se bajó. Luego lo llevé a Nelson con el dinero y se lo entregó al Lic. Baratta en su oficina luego a la noche ese dinero el Lic. lo bajó en su casa.”
El tal “César” que habría efectuado la entrega de una bolsa de papel con 1,5 millones de dólares, se trataría de César Arturo de Goycoechea, hermano y socio de Juan Carlos de Goycoechea, y vocero y miembro del directorio fundante de Isolux Argentina, según consta en el Boletín Oficial del 14 de agosto del 2007 que puede verse abajo.
Y César Arturo de Goycoechea, integrante de Isolux y socio de Juan Carlos de Goycoechea, que figura en la AFIP como monotributista categoría I, también figura en la base de datos de los Panamá Papers, destapada en 2016 por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ). Aparece con el nombre de “César Arturo de Goycoechea” y es titular de dos offshore registradas en Panamá, un paraíso fiscal.
Una de ellas MAKSTAR FINANCE S.A., creada el 9 de enero de 2009. La otra SILVILLE INC., con fecha de inicio del 19 de julio de 2012. Ambas compañías fueron activadas desde las oficinas de la ciudad de Montevideo, de la República Oriental del Uruguay, otro paraíso fiscal.
Y en ambas empresas, el resto de los accionistas están ocultos bajo el nombre de “EL PORTADOR”. Maniobra que se usa para preservar la identidad de los verdaderos dueños de estas compañías. En cuanto al domicilio de César Arturo de Goycoechea este figura en la calle “Pedro J. Frías 489 2do Piso Córdoba Argentina”, barrio Los Andes ciudad de Córdoba.
Finalmente, César Arturo, el titular de las offshore y el arrepentido Juan Carlos, figuran como miembros de otras compañías en Argentina. Como es el caso de la firma Lesdyr SA, cuya oficina está ubicada en el domicilio donde, según los cuadernos, se entregaba el dinero sucio: Maipú 741, primer piso. Allí también figura el nombre de Mario Maxit, también de Isolux y nombrado en el email filtrado que envió Juan Carlos sobre las obras en Chile. Otros gruesos datos que no vieron ni Bonadio ni Stornelli, al momento de decidir la libertad del Goyco.
Socio de “Calca”
Asimismo, el ex titular tiene una estrecha relación con Ángelo Calcaterra, el primo del presiente Macri, hasta hace un tiempo presidente de la constructora IECSA. Por eso, se sospecha que la orden de su pronta liberación habría venido desde la Casa Rosada.
Curiosamente, ambas compañías se crearon en la Inspección General de Justicia tan solo por un mes de diferencia: Isolux Corsán Argentina SA el 16 de agosto de 2007, mientras que el Grupo ODS, comandada por Calcaterra y que tiene como nave insignia a IECSA, es el 18 de julio de 2007.
A su vez según el Boletín Oficial, Calcaterra y el Goyco fueron socios comerciales en la firma Corpus Energía S.A. creada el 31 de enero de 2008, con el propósito de involucrarse en el negocio de la energía termoeléctrica. En ella figura como presidente el primo del presidente Macri, Ángelo Calcaterra. Como director titular, Juan Carlos de Goycoechea. Y como miembro la comisión fiscalizadora su hermano César Arturo de Goycoechea, el monotributista dueño de dos offshore en Panamá. También la integra Ricardo Dinna, del Grupo ODS, involucrado en la causa del Lava Jato en la obra del Soterramiento del Tren Sarmiento, junto con Sánchez Caballero el CEO de IECSA que también figura como director suplente en esta empresa energética.
Ver Odebrecht: el cruce de la ruta del dinero K con la ruta del dinero MM
Además según un documento enviado a la Comisión Nacional de Valores en diciembre de 2011, los hermanos Goycoechea figuran en la nómina de quienes integraron la empresa constructora de redes de energía, “Líneas del Norte S.A.”. Conformado por las empresas José Cartellone Construcciones Civiles S.A., IECSA e Isolux-Corsan S.A. donde también aparece nuevamente Mario Maxit, el coimero de Chile.
El Goyco, Calca y los K
Por último, el arrepentido Goycoechea, que ante la justicia se presentó como un pobre perseguido que era obligado a pagar coimas a los funcionarios K y así quedó libre, junto con Calcaterra, resultaron adjudicatarios de varios, polémicos y megamillonarios contratos de obra pública durante los gobiernos de Néstor y Cristina.
Uno de ellos, por ejemplo, fue el delirante “Tren Bala” de Ricardo Jaime, que iba a unir Córdoba-Rosario-Buenos Aires, mediante un tren bala de alta velocidad, del cual solo se vio su maqueta. Y donde hubo varias denuncias por corrupción. Una de ellas, el pago de coimas por un millón de dólares.
Esta obra, licitada pero nunca ejecutada, fue adjudicada en el 2008 al consorcio “Veloxia” integrado por Alstom, Emepa, Isolux e IECSA. Esta última, la constructora que Calcaterra le acababa de comprar en cómodas cuotas a su primo Macri. La adjudicó la ex presidenta Cristina Fernández, imputada por el caso de los Cuadernos, señalada de ser la jefa de todo, mediante el decreto 96/2008 que llevaba la firma del hoy preso De Vido, y de Martín Lousteau, actual aliado político de Cambiemos.
Ese mismo año, con una gran suerte empresarial, Isolux-Corsán ganó la licitación para la construcción de la polémica mega-usina de Río Turbio. Las más austral del mundo. Investigada parcialmente por Stornelli, dado que increíblemente excluyó de sus pesquisas al arrepentido Goycoechea y otros empresarios involucrados.
La obra consiste en la extracción de 1.200.000 toneladas de carbón en el yacimiento de la localidad santacruceña de Río Turbio, para ser incinerados y con ello generar 240 megavatios de electricidad mediante dos turbinas Siemens -otra empresa involucrada en escándalos de corrupción-. Su plazo era por 42 meses y su presupuesto por 400 millones de dólares. Al día de hoy, el Estado gastó 1.500 millones y la obra, adjudicada a Goycoechea, denunciada por todo tipo de irregularidades, no está terminada.
Incluso, en ella, dentro del contrato vuelve aparecer su socio predilecto: la constructora IECSA de Calcaterra. Es en el estudio de impacto ambiental, que presenta muchas objeciones por considerarse una zona inundable, en cuyo membrete figura el logo de IECSA como puede verse abajo. Ahora quizás se puede entender por qué Stornelli indaga solo a los funcionarios que la licitaron, y no en los empresarios que se la adjudicaron.
Más negocios con los Macri
De esta manera, siempre con cifras siderales, el pobre De Goycoechea en sociedad con Calcaterra, no pararon de cerrar negocios con lo más rancio del kirchnerismo. Algunos delirantes como el tren bala, teniendo en cuenta que el tren actual que va a Córdoba, apenas alcanza los 36 km por hora. Negocios por los cuales, según dijo el abogado cordobés ante el fiscal Stornelli, los funcionarios K lo obligaban a pagar sobornos.
En febrero de 2009, un mes después de que Cesar De Goycoechea abriera en Panamá la offshore MAKSTAR FINANCE, Isolux obtuvo la concesión de cuatro parques eólicos: Loma Blanca I, II, III y IV que terminaron en manos de la familia Macri.
Estos parques, luego de que Isolux fuese intervenida por sus acreedores en España, fueron vendidos el 16 de octubre del 2016 a las ignotas firmas Sideli SA y Sidsel SA, de un contador desconocido hasta entonces llamado Mariano Payaslian, vinculado al macrismo, por un monto total de 25 millones de dólares. Estas firmas habían sido creadas tan solo cuatro meses de la asunción del presidente Macri.
“Los otros socios de Sideli, Sidsel, Usir y Parques Eólicos Miramar son ‘un fondo de inversión europeo ligado a la energía solar”’, cuyo nombre no se informó, y las compañías financieras Helios Partners Sa y Selena Partners SA, controladas por viejos aliados de Mauricio Macri: los ejecutivos Pablo Emilio Basualdo, Mariano Alberto Bernardo Arrigo y Juan Edgardo Srodek. Los tres son miembros de KBR Group, una financiera que operó para Macri en la emisión de deuda de la Ciudad de Buenos Aires. Srodek, además, fue jefe de la campaña bonaerense del PRO en 2005”, reveló Emilia Delfino en el portal Perfil.com.
El 25 de noviembre de 2016, a pesar de su retirada, Isolux volvió a ganar una licitación para explotar otros dos parques eólicos en el programa Renovar 1.5 del gobierno de Cambiemos. Son el parque eólico Loma Blanca VI y el parque eólico de Miramar, con capacidades para producir 100 MW y 97,5 MW, el doble que los anteriores.
Y finalmente, en mayo del 2017, Sideli S.A le revendió el parque Loma Blanca IV a Genneia, perteneciente a Argentum Investment, cuyo dueño es el banquero Jorge Brito y su hijo Pablo, por unos 40 millones de dólares. Mientras que Sidsel S.A. le revendió Loma Blanca I, II y III a la china Goldwind por 33 millones. Arrojando una fabulosa ganancia en cuestión para la familia Macri de 48 millones de dólares. Unos 1.440 millones de pesos. Negocios tan escandalosos como los que solía hacer Néstor Kirchner.
Finalmente, en 2011, gracias a De Vido y otros funcionarios actualmente detenidos, la UTE IECSA – Isolux ganó por ser la único oferente, la licitación para la construcción de la Centrales Termoeléctrica de la Ensenada de Barragán y Brigadier Lopez. Un contrato con llave en mano y ajuste alzado. Que la empresa de Calcaterra y Goycoechea, como en el caso de Río Turbio y casi todas las otras licitaciones, no cumplieron. Por lo cual, el gobierno de su primo Mauricio Macri, tuvo que rescindirle el contrato por ser gravemente perjuicioso para el Estado. Lo cual motivó un millonario reclamo de los pobres arrepentidos empresarios Calcaterra y Goycoechea de ¡9000 millones de pesos!
Todos estos graves hechos tampoco fueron advertidos por el juez Bonadio ni el fiscal Stornelli. A pesar que pocos meses después, en julio del 2012, Cesar Goycoechea, el hermano de Juan Carlos, mencionado en los cuadernos, registró su segunda empresa offshore en Panamá llamada SILVILLE INC por donde quizás puedan haber migrado las coimas de estos contratos por las centrales Barragan y Brigadier López.
Estas empatías de la justicia con Goycoechea y su amigo Calcaterra, fueron acompañadas por un excelente blindaje mediático. Sin escraches al momento de las detenciones, caras preocupadas o manos esposadas, como el resto de los detenidos K. Tampoco hubo un repaso minucioso de sus escandalosos negocios en Argentina y en el mundo. Ni de sus relaciones comerciales con la familia Macri. Como sí lo hicieron con el otro empresario cordobés detenido Gerardo Ferreyra de la empresa kirchnerista – delasotista Electroingenieria.
En Córdoba, este blindaje se debió gracias al estrecho lazo que une a Goycoechea con Juan Tillard, Gerente General del diario La Voz del Interior, propiedad del Grupo Clarín. Ambos eran íntimos compañero del coqueto Club de Rugby Jockey Club Córdoba. Donde siempre reina la amistad y la camaradería. Y se los puede ver juntos en la foto de abajo, abrazados uno a otro. Siendo el de la izquierda Tillard de Clarín, y el de la derecha con gorra, el arrepentido valijero Goycoechea.
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