A esta altura cabe la pregunta si los torpes errores que comete el gobierno en relación con Malvinas, denominándolas Falkland, borrándolas del mapa, diciendo que Inglaterra es un inquilino, resucitando el acuerdo Foradori Duncan, etc, son propios de chantas. O se trata de una novedosa política de desmalvinización apoyada en las redes sociales, que tienen el efecto de suprimir la realidad y la consecuente verdad, con posverdades creadas con fakenews, mecanismo que ha permitido la llegada al gobierno de Milei.
El Papa Francisco insinuó la existencia de corrupción, y los grandes medios se encargaron de señalar una módica venta de carbón de la mina Río Turbio por USD 2,1 millones. A la par que LPO y la Revista Puerto, señalaban un pedido de coimas de USD 15 millones, en una operación que abarca pedidos de pesca por USD 4.000 mil millones a lo largo de 15 años. En la que estaría involucrado el audaz asesor presidencial Santiago Caputo.
La flota de pesca con bandera de la Madre Patria España, ha sido cómplice del agotamiento de los caladeros de pesca de las islas Malvinas, sosteniendo así la prosperidad de la colonia inglesa hasta la fecha. Y ahora para rematarla, se ha lanzado a la pesca ilegal de los recursos migratorios originarios de la Zona Económica Exclusiva Argentina en alta mar.
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