En septiembre del 2007 Juan Schiaretti (PJ) y Luis Juez (por entonces Frente Cívico) se enfrentaron en una polémica elección. Juez le ganaba a Schiaretti por un punto. De pronto, en la madrugada, se cortó la luz en el centro de cómputos que funcionaba en la sede del Correo Argentino de Córdoba, y cuando regresó Schiaretti ganaba por un 1%. Unos 17 mil votos. Y con esta exigua diferencia finalmente se impuso.
El resultado disparó denuncias de fraude, marchas, acusaciones de todo tipo con la exigencia de que se abran las urnas. Incluso la pelea de Juez con Néstor Kirchner, hasta entonces grandes aliados en la “transversalidad”, por no apoyar este pedido.
Como resultado, y para calmar los ánimos y congraciarse con una sociedad que sospechaba de fraude, en el 2008, apenas asumió como gobernador, Schiaretti tras sesudos análisis y considerandos de la Comisión de Expertos Electorales que creó al efecto, presidida por el politologo Daniel Zovatto llevó adelante un reforma del Código Electoral de la Provincia de Córdoba, introduciendo como gran novedad la Boleta Única de Sufragio (BUS).
Un viejo anhelo de muchos sectores de la sociedad que acusaban a los partidos tradicionales (PJ-UCR) de manejar las elecciones desde las papeletas. Y donde una sola boleta contendría todos los candidatos a gobernador. Y donde además, dentro de cada lista se podía elegir también con un tilde, a las listas de candidatos para los cargos de legisladores, Tribunal de Cuentas, intendentes, concejales, etc, de los distintos partidos intervinientes.
“La incorporación de la boleta única significa que se acaban las trampas para los partidos chicos. La gente tendrá la seguridad de que se simplificarán las cosas cuando se deba entrar al cuarto oscuro. La persona entra, tiene una sola boleta, marca a los candidatos de su preferencia y listo. Además, esto significa poner una provincia de Argentina al nivel del resto de Latinoamérica, porque somos el único país del continente que no tiene boleta única” dijo en ese entonces, apenas se aprobó el nuevo Código Electoral, Schiaretti, actual precandidato a presidente, y que desde ese 2007, con alternancias, sigue siendo gobernador de Córdoba.
15 años después, en las últimas elecciones para gobernador, la Boleta Única de Sufragio (BUS) creada por Schiaretti, le terminó dando un gran disgusto electoral al propio Schiaretti y su remplazante, el anti pituquitos Martín Llaryora. Dado que culpa del sistema de elección duplicada por cargos que posibilita la BUS –Gobernador, Legislador Departamental y Único, y Tribunal de Cuentas- el peronismo, ganó la gobernación, pero perdió el control de la legislatura (quedó empatada con Juntos por el Cambio) y el estratégico Tribunal de Cuentas. Dos reparticiones claves que quedaron en manos de Juntos por el Cambio, donde hoy uno de sus principales referentes es Juez, archienemigo de Schiaretti.
La venganza de Juez
¿Por qué sucedió esta ironía electoral? Porque si bien el peronista Llaryora, con 870 mil votos, fue el candidato que más votos sacó para gobernador y vice, en los otros tres cargos -legislador departamental, legislador distrito único y tribuno de cuentas- sacó entre un 17 y 19% menos de sufragios, perdiendo en las tres categorías, frente a Juntos Por el Cambio. Lo cual terminó beneficiando a Juez.
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Concretamente, como se puede ver en el recuadro de abajo, para el cargo de gobernador y vice, con 870 mil votos, el peronismo se impuso frente a Juntos por el Cambio que obtuvo 806 mil. Pero, para el cargo legislador departamental, el peronismo sacó un 17% menos de votos respecto a gobernador unos 721 mil votos y terminó perdiendo por unos 4500 votos, frente a Juntos por el Cambio que obtuvo 726 mil votos. De esta manera, cada fuerza se llevó 20 legisladores cada uno.
Lo mismo sucedió con el cargo Legislador Distrito Único, donde de nuevo el peronismo tuvo una pronunciada merma del 18% de los votos respecto a gobernador mientras que Juntos por el Cambio cayó 12%. Como se pude ver en le recuadro, sacó 710 mil votos. Caída que le hizo perder por apenas 1.800 votos frente a Juntos por el Cambio que obtuvo 712 mil sufragios. Por ello, nuevamente cada fuerza se llevó 20 legisladores.
Y también el Tribunal de Cuentas, órgano que controla en detalles los gastos del Poder Ejecutivo, que se maneja con las oscuras “Agencias” creadas por José Manuel De la Sota. En ella, donde se dirimen tres cargos nada más, Llaryora había puesto como candidato a unos de sus hombres de mayor confianza, Manuel Cid. Y también tuvo una merma del 19% de los votos respecto a gobernador, sacando 704 mil sufragios. Por ello, perdió por apenas unos 5 mil votos, frente a los amarillos que se quedaron con dos de los tres tribunos.
En síntesis, gracias a la BUS de Schiaretti, el peronismo de Schiaretti y Llaryora, en los cargos de legisladores y tribunal de cuentas, obtuvo 160 mil votos menos que respecto a gobernador. Entre un 17 y 19% dependiendo del cargo. Esta caída también se replicó en Juntos por el Cambio, pero en mucha menor cuantía, entre 10 y12% dado que obtuvo unos 100 mil votos menos. Y esta diferencia, fruto de la BUS, los terminó beneficiando.
¿Por qué se dio el fenómeno?
Averiguar cuáles fueron las causales objetivas de esta baja de casi el 20% de los votos de gobernador con respecto a los otros cargos en la BUS, ameritaría un estudio sociológico cuantitativo y cualitativo pormenorizado. Algo que supera esta nota. Sin embargo, se pueden conjeturar dos razones concretas que explicarían el porqué de esta ironía electoral, que acabó beneficiando a Juntos por el Cambio y complicando el futuro gobierno de Llaryora:
TILDADO ERRONEO
La Boleta Única de estas elecciones permitía dos tipos de elección. Uno “Voto Lista Completa”. Que era la primera columna de izquierda a derecha. Y con el cual, con solo tildarla en ese casillero, se elegía los candidatos de todos los otros cargos. La otra manera era cargo por cargo: “Gobernador y Vicegobernador”, “Legislador distrito único”, “Legislador Departamental” “Tribunal de cuentas” y en algunas ciudades intendente y concejales. Un extenso chorizo como puede verse abajo.
Por ello, puede darse que algunos votantes, apurados en el momento de la elección, hayan marcado el segundo casillero, “gobernador y vice” sólo, pensando que era lista completa cuando en realidad era ese cargo sólo. Error que habría afectado más al peronismo (160 mil votos menos) que a Juntos Por el Cambio (101 mil menos) debido a la procedencia social de cada uno. Generalmente de origen humilde los primeros, más pudientes lo segundo.
Esta hipótesis se ve confirmada si uno analiza los votos de Córdoba capital. Principal padrón de la provincia, y principal bastión del peronismo de Llaryora y Schiaretti, que terminó dándole el triunfo ante Juez. En esta ciudad, donde están las barriadas más pobres de la provincia según los indicadores del INDEC, la diferencia de votos entre gobernador y los otros cargos en Juntos por el Cambio fue de menos 9%. En cambio, en el peronismo alcanzó un 18%. Un 100% más. Con lo cual, es lícito conjeturar aquí un posible factor social.
Esta hipótesis se ve ratificada si uno observa lo que pasó en el departamento de Cruz del Eje. Ubicado a a 145 kilómetros al noroeste de la capital de Córdoba, “La cuenca del sol”. Uno de las regiones, luego de la desaparición del ferrocarril, más pobres de la Provincia de Córdoba. Allí, en la lista peronista, la diferencia entre gobernador (13.200 votos) y otros cargos, es de hasta un 40% en el caso Tribunal de cuentas (7.900). Una enormidad. Esta merma, nuevamente duplica a la de Juntos por el Cambio que fue del 20%.
Por esta razón, en Cruz del Eje, replicando los resultados generales, Llaryora obtuvo más votos para gobernador (13.201). Sin embargo, perdió en los otros tres cargos, legislador único (8.587) y departamental (8520), y tribunal de cuentas (7966), frente a juntos por el cambio con un 35% y 40% de votos menos. Registrándose el hecho además de que Juntos por el Cambio obtuvo mas votos para Legislador Departamental que para gobernador (13,756 vs 12.027).
CONTROL
La otra hipótesis, por la cual pudo haber una diferencia entre los votos a gobernador y los otros cargos, es por el ejercicio de un voto consciente buscando más control, conforme lo revelaría el mencionado resultado de Cruz del Eje. O sea votar a una lista para candidato para gobernador y otra para Legislador y Tribunal de Cuentas, a modo de no darle una chequera en blanco al Poder Ejecutivo.
Este fenómeno pudo darse en las dos fuerzas. Dado qué por un lado, estaba Llaryora, un candidato que no era del palo del schiarettismo. Sino un autónomo del peronismo y lo votaron, entre otros, el kirchnerismo y algunos sectores progresistas, para que no se imponga Juez y Juntos por el Cambio.
Del otro, en Juntos por el Cambio, estaba el zigzagueante Luis Juez. Un peronista que pasó por todos los sellos políticos, y que ahora encabezaba la boleta como líder del radicalismo y el PRO. Sapo no fácil de tragar para una provincia de raigambre radical y conservadora. Por ende, habría casos donde usando la Boleta Única, muchos radicales o peronistas, obligados por las circunstancias, votaron por LLaryora o Juez para gobernador, pero a otras fuerzas en los otros cargos. Para no darles todo el poder si ganaban uno de los dos.
Esto parece haber acontecido en el departamento de San Javier. “El lugar en el mundo” de históricos dirigentes radicales. Allí, Juntos por el Cambio se impuso al peronismo en la gobernación por 14.908 votos. Sin embargo, el peronismo se impuso en los cargos legislador departamental y Tribunal de Cuentas, dado que la merma de votos en estos cargos alcanzó para Juntos por el Cambio el 20% y 21%. Una de las más altas en toda la provincia.
La incidencia del voto en blanco
Esta hipótesis, que supone la existencia de un electorado muy consciente, tiene la objeción de qué tratándose de una suma cero, la merma de votos de uno de los partidos o coaliciones intervinientes, deberían reflejarse en un aumento en la otra. Lo cual, salvo el caso del legislador departamental de Cruz del Eje, parece no suceder en la generalidad de los casos, dado que la merma de votos se refleja notablemente en el voto en blanco, por falta de tilde en la categoría correspondiente.
En el caso del total provincial, hubo un notable aumento de 241.617 votos en blanco en la categoría Tribunal de Cuentas respecto Gobernador (3441.84 – 102.563) mientras la merma para esa categoría respecto Gobernador, sumando PJ más JXC, arroja 263.545 votos. O sea que claramente hay una predominancia de voto en blanco por ausencia de tilde, lo cual sucede en forma parecida en las otras categorías.
En el caso del distrito Capital, el aumento de los votos en blanco computados de la misma manera respecto el Tribunal de Cuentas, arroja un total de 66.228 votos (83.600 – 17372). Y la suma de la merma de votos del PJ mas JXC, es de 85.570. O sea nuevamente una predominancia de votos en blanco por ausencia de tilde.
En el caso de Cruz del Eje, el aumento de los votos en blanco computado de la manera antedicha, fue de 8.090 votos (14.856 – 6.766). Y la suma de merma de votos del PJ más JXC arroja 7.572 votos. O sea nuevamente la predominancia del voto en blanco por ausencia de tilde.
Finalmente, en el caso de San Javier, el aumento de los votos en blanco arroja 5.620 votos (8.391-2.771), mientras que la suma de la merma de votos del PJ mas JXC arroja 5.447 votos, reflejando nuevamente la predominancia del voto en blanco por ausencia de tilde.
En fin, por una razón o la otra, la Boleta Única de Schiaretti terminó beneficiando a su archienemigo Juez, creada luego de la polémica elección con él. Por eso ahora Juez tiene el control del 50% de la legislatura provincial y el estratégico Tribunal de Cuentas. Un órgano clave en el esquema actual del Poder Ejecutivo que maneja el grueso de sus presupuestos, no con los ministerios, sino mediante “Agencias”, cuyas cuentas sólo las mira el Tribunal de Cuentas.
Queda por ver, si ese poder de control que hoy tiene Juez y Juntos por el Cambio, será explotado como oposición, o si se licuará en los clásicos contubernios de la política cordobesa y su siempre sólido “Partido Cordobés”. Nueva alianza política que desde antes de asumir pregona Llaryora.-
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