La sociedad Alimentos Mediterráneos S.A., uno de cuyos accionistas ¿era? el empresario Diego Vitali, íntimo amigo del actual vicegobernador de Córdoba y candidato a legislador Manuel Calvo, denunciado en la justica de haber sido beneficiado por este, construyó entre los años 2012 y 2015 una cerealera, un hotel, y una planta de elaboración de pasta de exportación en la localidad de Ausonia, provincia de Córdoba, ubicada a 180 km de la capital cordobesa.
En esas obras se invirtieron, según sus balances, unos 8 millones de dólares. 3.670 millones de pesos actuales, del cual nadie sabe su procedencia. Sin contar el hotel, hoy abandonado en una esquina de Ausonia, frente a la plaza, a medio terminar, que nadie sabe cuánto y cómo se pagó. Dado que no hay un solo papel o información al respecto.
Todas estas millonarias inversiones se hicieron mientras Calvo, amigo inseparable de Vitali desde cuando ambos iban juntos a las escuela primaria Bernardino Rivadavia en la localidad de Las Varillas, ascendía meteóricamente en su carrera política, ocupando las principales carteras, como ministro de José Manuel De la Sota y Juan Schiaretti. Cargo desde donde adjudicó obras a su amigo Vitali, algunas sin licitación, por 7,8 millones de dólares.
Esta aventura terminó con el hotel abandonado, la apertura de dos empresas offshore, un faltante de 2,7 millones de dólares, un concurso preventivo trucho, y una persecución silenciosa y judicial a quien se habría llevado los dólares. Una muestra palpable de la corrupción y la impunidad de la justicia cordobesa que en 24 años de peronismo no puso a ningún funcionario del oficialismo tras las rejas.
La historia
El 21 de junio del 2011, dos semanas antes de las elecciones para gobernador en la cual salió electo por tercera vez De la Sota, la municipalidad de Ausonia, a cargo del peronista Carlos Mainardi firmó un convenio con la aún no constituida empresa Alimentos Mediterraneos S.A para construir un complejo harinero-fideero, en un terreno de 5 hectáreas del Parque Industrial de esa localidad, para hacer pastas para exportación.
Además del intendente Mainardi, actual funcionario del gobierno de Schiaretti, en la firma del convenio estuvieron presentes Adriana Nazario, esposa del candidato De la Sota. Y los CEOs de la empresa que aún no existía: Eduardo Bersano y Alejandro Esteve. Dos hombres de negocios que venían de los actividad inmobiliaria y financiera, en las que habían revelado una gran capacidad para el marketing y las relaciones públicas, girando bajo el nombre de fantasía Artemisa, la diosa griega de la caza y la naturaleza.
Pero sabían de agricultura dado que, según ellos, tenían un fideicomiso agropecuario y sabían de ventas de pastas. Y también de relaciones públicas, dado que gracias a los contactos del socio Vitali, expeditivamente lograron obtener no solo una exención total de impuestos por parte de la Provincia, sino también un subsidio de Promoción Industrial del orden de los 100 mil dólares anuales
Ver Las promociones públicas de Artemisa
Al momento de la firma del convenio, cubierto por varios grandes medios de Córdoba con un contenido casi calcado, para sorpresa de los presentes, los CEOs de Alimentos Mediterráneos anunciaron que la inversión en la planta sería de… ¡8 millones de dólares!. Unos 3.200 millones de pesos actuales que provendrían de créditos externos y propios. Previendo un inversión inicial de 4 millones de dólares.
Con ello pensaban producir, para arrancar, 720 mil kilos de fideos por mes, previendo exportar el 70%. “La elección de Ausonia para la radicación de nuestro proyecto tiene que ver con tres elementos claves: la cercanía de la materia prima, la disponibilidad del predio con toda la infraestructura del Área Industrial y su ubicación estratégica, dentro del corredor exportador del país”, señaló Esteve, por entonces titular de la empresa ante los presentes que estaban sorprendidos de semejante inversión en esa pequeña localidad.
Nace un emporio
Diez días después de la firma del acuerdo, el 1 de agosto del 2011, con una acta llena de desprolijidades, y un capital inicial de 1 millón de pesos en efectivo -250 mil dólares de entonces- Bersano y Esteve crearon formalmente, para levantar la planta de Ausonia, la sociedad Alimentos Mediterráneos S.A.
La flamante compañía tenía su sede social en la calle 25 de Mayo 125 piso 8 Córdoba Capital. Y entre sus socios minoritarios, estaba Diego Alejandro Vitali. Un empresario de la localidad de Las Varillas, titular de la constructora VADIEG, íntimo amigo del vicegobernador y actual candidato a legislador del peronismo Manuel Calvo, ambos denunciados ante la justicia de llevar adelante contrataciones espurias con dineros públicos. El que por entonces, con apenas 34 años, se desempeñaba como Secretario de Gobierno de Juan Schiaretti.
Además, según su estatuto, esta empresa estaba y está autorizada para la explotación de negocios agropecuarios, ganaderos, comerciales, industriales y de servicios financieros. En cuanto a su capital este se repartía en 5 acciones por 125 mil dólares para Bersano; 4 acciones por 100 mil dólares para Esteve; y una por 25 mil dólares para Diego Vitali. En total 250 mil dólares. Quedando designados Esteve como presidente de la compañía y Bersano como vice.
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Seis días después de constituida Alimentos Mediterráneos S. A., el 7 de agosto, se llevaron adelante las elecciones provinciales. En ellas resultó electo por tercera y última vez De la Sota, esposo de Nazario, como gobernador y el joven Calvo como legislador.
Sin embargo, actual candidato a legislador, nunca ocupó su banca. Pidió licencia y asumió el 10 de diciembre del 2011 como ministro de Agua, Ambiente y Energía de De la Sota. La cartera con más caja y negocios de Córdoba.
Tras ese nombramiento, el 2 de marzo del 2012, los desconocidos Bersano y Esteve, dieron una larga entrevista ¿pagada? al diario La Voz del Interior, propiedad de Clarín, titulada “Con Visión Estratégica”. En ella, jocosamente, los CEOS contaban de las millonarias inversiones en dólares que iban a realizar en una fábrica de fideos en Ausonia, como pretendiendo que todo el mundo se entere. Además, sin nombrar a Vitali en ningún momento, declararon tener una amplia experiencia en la venta de pastas y producción de trigo. Al ser, según ellos, propietarios de un fideicomiso agrario.
“El proyecto nace porque estamos en el sector agropecuario y tenemos granos. Alejandro propuso comprar fideos y revender, pero luego nos planteamos hacer nosotros el proyecto. Sembrar el trigo, cosecharlo, guardarlo, procesarlo, fabricar el fideo y venderlo” explicó Bersano, ante el periodista de La Voz, posando para la foto junto a Esteve con un catalejo, que les daba un aire de expertos.
Luego de esa “publi-nota” comenzaron a realizarse, a todo trapo, las obras civiles de la fábrica. Concretamente una planta de silo, un molino harinero, la fábrica de pastas con maquinarías importadas, una báscula -balanza- y las oficinas.
Obviamente que semejantes inversiones requerían mucho más que los 250 mil dólares de capital inicial con los que contaba la empresa. ¿De dónde salió el resto del dinero?
Según los balances de Alimentos Mediterráneos del 2012, los primeros desde el comienzo de su actividad, que no tuvieron el aval de los auditores, los resultados económicos de ese año fueron:
- Activo por un 1 millón de dólares.
- Pasivo: por 787 mil dólares.
- Patrimonio neto de 212 mil dólares que era el capital inicial.
O sea, en cuestión de meses, a la empresa, que aún no estaba habilitada por la Inspección General de Justicia, ya habían ingresado un millón de dólares. Unos ¡500 millones de pesos actuales! Y nadie sabe de donde salieron, pero debe reconocerse que bien podrían porvenir de otras inversiones u otros inversores en Artemisa. Dado que en los balances no aprobados por los auditores, no figuran créditos significativos con entidades financieras. Solo un ítem “Otras Deudas” por 590 mil dólares (2,7 millones de pesos de entonces), con Bersano, Esteve y Vitali. O sea deuda con ellos mismos sin informar en concepto de que y como ingresó.
De ese total, en efectivo, Bersano puso 260 mil dólares (1,2 millones de pesos de entonces); Esteve otros 260 mil dólares (1,2 millones de pesos de entonces) y Vitali, el amigo del ministro Calvo, 69 mil dólares (326 mil pesos).
Más poder, más dólares y un hotel
Luego de este auspicioso y publicitado arranque, el 2013 continuó a puro éxito. El 15 de marzo del 2013, finalmente la Dirección General de Inspecciones Jurídicas de Córdoba aprobó inicialmente las actas de constitución de la empresa que hasta entonces las consideraba “irregulares” aunque ya movía millones de dólares.
20 días después, el 5 de abril, Vitali, íntimo del ministro Calvo, contratista del gobierno provincial, y socio minoritario de Alimentos Mediterrá neos S.A. abrió una empresa offshore en San Pablo, Brasil. Es una constructora llamada Vimon Servicos e Construcoes LTD. Actualmente está activa. Y en su directorio, como socio principal, además de Vitali, está Jorge “Zurdo” Montoya. Otro eterno funcionario público del cordobesismo. Actual ministro de Schiaretti, padrino político de Calvo, y socio de la siniestra “Patota de la Esma”.
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Tras cartón, el 23 de abril, mediante el “Acta de Asamblea Extraordinaria N 1” Esteve, Bersano y Vitali hicieron una nueva emisión de acciones por un millón de dólares en total (5 millones de pesos de entonces) en efectivo. El mismo monto que figuraba en el activo del balance 2012. Pero nadie sabía cómo había ingresado allí.
A su vez incorporaron otros socios a la firma, CEOs supuestamente de otras empresas. Se trató de los empresarios Hector Daniel Ibañez, Carlos Alberto Borlleto, Raúl Gilberto Borletto y Julio Cofalineri. Con lo cual, la campaña de prensa, en los grandes medios cordobeses, había dado frutos.
De esta manera, el capital accionario de Alimentos Mediterráneos S.A., se amplió a 1 millón de dólares repartidos en: 55 acciones por 540 mil dólares para Bersano; 20 acciones por 200 mil dólares para Esteve; 5 acciones por 25 mil dólares para Vitali; 5 acciones por 25 mil dólares para Ibañez; 11 acciones para los hermanos Borletto por 150 mil dólares; y 6 acciones por 60 mil dólares para Confalonieri. ¡Nada mal para empezar!
Un mes después de esta ampliación del capital social, el 23 de mayo, se produjo otra asamblea que quedó registrada en el “Acta General de Asamblea Ordinaria N°2”, donde se decidió un enroque entre Bersano, accionista principal y hasta entonces vicepresidente de la compañía, que pasó a desempeñarse como presidente. Y Esteve, hasta entonces presidente, como vice.
Por último, el 2 de septiembre de ese mismo año, Bersano y Esteve constituyeron ante la AFIP el “Fideicomiso Buenos Aires Privato”, con el propósito de llevar adelante inversiones inmobiliarias en “construcción, reforma y reparación de edificios residenciales”. Pero este no era precisamente el único fideicomiso creado por esos emprendedores, ya que en su ficha, foja de servicios, o prontuarios, como se verá más adelante, lucen otros tantos.
Este fideicomiso tenía la dirección fiscal en la Avenida Hipólito Yrigoyen 146 piso 4, oficina 2, la ciudad de Córdoba. En el famoso y coqueto “Edificio Inteligente” Ecipsa Tower ubicado en el barrio de Nueva Córdoba. En la misma oficina donde al año siguiente trasladó sus oficinas Alimentos Mediterráneos S.A.
Más dólares
Mientras los negocios de Bersano, Esteve y Vitali se expandían, el jóven Calvo, seguía escalando políticamente. Así, el 11 de diciembre del 2013, de la Sota lo nombró ministro de Gestión Pública. Cartera desde donde llevó adelante la plataforma “Ciudadano Digital”, en la cual, todos los ciudadanos de Córdoba debieron inscribirse, para una gran variedad de cosas. Desde pagar multas e impuestos hasta pedir licencia laboral si sos empleado público. Dejando en ella todos tus datos personales.
Dos días después de esta nueva asunción de Calvo, el 13 de diciembre, Bersano inauguró en Ausonia la primera etapa de la fábrica de pastas.
En esa oportunidad, ante los presentes, el CEO titular de la empresa manifestó que entre el 2012-2013 se habían invertido ¡30 millones de pesos!. Unos 5,2 millones de dólares de ese entonces. Cuando el balance del año anterior, esa inversión, era de apenas 1 millón.
Además, envalentonado, Bersano prometió para el año 2014, nuevas inversiones. Entre estas un “apart hotel” en Ausonia, totalmente financiado por la empresa. Hotel que hoy luce a medio construir frente a la plaza del pueblo. Y donde para los vecinos se trató de un lavado de dinero.
Para justificar esta construcción, el CEO de Alimentos Mediterráneos S. A., arguyó que como Ausonia era una localidad pequeña, de apenas mil habitantes, su complejo agroindustrial podría generar una falta de plazas hoteleras. Por eso, sin vender todavía un paquete de fideos, lisa y llanamente iba a construir uno.
Luego de esta inauguración y anuncios, el 30 de diciembre del 2013, el último día del año, Bersano y Esteve hicieron una nueva “Reunión Extraordinaria” donde inyectaron líquido, sin aclarar quién, 1,4 millones de dólares (9,2 millones de pesos de entonces) en concepto de “Aportes Irrevocables”. Esto es un aporte de “un accionista o un tercero” en concepto de “futura suscripción de acciones” que jamás se blanquearon.
Todo este impresionante crecimiento se plasmó en los balances de la empresa del año 2013. Como puede verse abajo, este arrojó resultados extraordinarios en dólares, respecto al año anterior, a pesar de no haber comenzado aún sus actividades comerciales en su plenitud, alcanzando un patrimonio neto de 2,2 millones de dólares. Casi unos 1000 millones de pesos que nadie sabía de dónde venían. Concretamente los resultados de ese año fueron:
- Activo: 4,3 millones de dólares (400% más que en el 2012).
- Pasivo: 2,1 millones (100% más que en el 2012)
- Patrimonio neto: 2,2 millones de dólares (900% más que en el 2012).
Hotel fantasma
Como se había anticipado, a comienzos del 2014, Alimentos Mediterráneos S. A. comenzó con las primeras pruebas de producción y ventas de sus productos. También con la construcción del “apart hotel” en Ausonia.
Para ello, según figura en los informes de Dominios del Registro de la Propiedad de la Provincia de Córdoba, Bersano, presidente de la compañía, compró a su nombre el 28 de febrero ese año, el lote esquina de 410 metros cuadrados, ubicado frente a la plaza del pueblo, sobre la calle Santa Rosa, a pocos metros de la Iglesia de Ausonia, que había sido propiedad de la familia Mainardi, en solo 90 mil pesos. Unos 7.500 dólares de entonces. Y allí comenzó a levantar su hotel de cuatro plantas con cocheras incluido.
Lo curioso, es que esta lujosa obra iba a ser financiada, según su CEO Bersano “100% por la empresa”. Sin embargo, en los balances de la compañía, no figura ni un gasto o mención a dicho hotel. Tampoco al terreno. Como si no existiera. A pesar que su esqueleto de cerámico rojo si está erguido en la esquina de la plaza de Ausonia. E incluso estuvo a la venta hace un tiempo.
Video del hotel ex Alimentos Mediterráneos
“El hotel era de un hombre llamado Bersano. Él empezó su construcción pero no pudo seguir. Tuvo muchos problemas económicos. Tenía una fábrica y la vendió”, cuenta un vecino ausoniano ante este cronista, que pidió no ser identificado. “El era dueño de Artemisa. Que cambió de dueño y la compró otro. Luego tuvieron que echar gente. Pero ahora funciona bien. Con el tema del hotel, yo no se cual fue la idea, yo considero que fue un lavado de plata. Porque es bastante raro invertir en un hotel en un pueblo de 1200 habitantes” añadió.
Con su planta funcionando a full y su “apart hotel” en construcción, el 9 de abril del 2014, mediante la ”Asamblea Ordinaria N°” aprobada por el IGJ recién en el 2016, Bersano y Esteve trasladaron la dirección fiscal de la empresa de la calle 25 de Mayo 125 piso 8 a Hipólito Yrigoyen 146 piso 4, oficina 2, Córdoba Capital. La misma oficina donde ellos manejaban el “Fideicomiso Buenos Aires Privato” dedicado a las inversiones inmobiliarias.
Además seguían inyectando dinero sin informar claramente su origen. El último fue el 30 de diciembre del 2014, sobre el brindis de fin de año, mediante otra “Asamblea Extraordinaria” donde se ingresó a la compañía otra vez como “aportes irrevocables” 347 mil dólares (3 millones de pesos de entonces).
Así, ese primer año de actividad, el balance de Alimentos Mediterráneos arroja una ganancia neta, después del pago impuesto a las ganancias, de 30 mil dólares. Unos 13 millones de pesos actuales. Nada mal para arrancar.
Detalladamente los resultados del ejercicio económico del 2013 fueron:
- Activo: 6,1 millones de dólares (50% más que en el 2013).
- Pasivo: 4 millones (100% que en el 2013).
- Patrimonio Neto: 2 millones de dólares (10% menos que el 2013).
Es decir, como se puede ver, mientras el patrimonio neto de la empresa durante el 2014 se redujo un 10% respecto al 2013 y el activo creció un 50%, el pasivo, es decir la deuda total creció un 100%. ¿Habrá sido por el famoso hotel? No se sabe. Dado que en el balance, firmado por Bersano, como se dijo, no figura nada sobre su construcción. Solo una deuda en moneda extranjera con “proveedores del exterior” por un millón de dólares. Que nadie sabe quien es. Dado que no eran deudas con bancos o entidades financieras.
Una offshore en el camino
Ya con la planta en plena producción, durante el 2015, de la mano de Bersano, Esteve y Vitali, los éxitos siguieron en Ausonia. También para el ministro y actual vicegobernador Calvo en Córdoba.
Ese año, según los balances de la empresa, las ventas totales alcanzaron los 2,7 millones de dólares. Mucho más que su patrimonio neto.
Por su parte, el teen Calvo, el 27 de mayo de ese año, renunció a su cargo de ministro de Gestión Pública de Schiaretti para asumir como ministro de Infraestructura. Cargo desde donde continuó adjudicando millonarios contratos, alguno de manera directa, a la constructora Vadieg de su amigo Vitali. Y desde donde llevó adelante la licitación de 600 millones de dólares de los polémicos gasoductos Troncales que quedó en manos de las constructoras Odebrecht, Techint, Iecsa, Electroingenieria, Roggio, Techint entre otros. Empresas denunciadas en la justicia federal por graves delitos de corrupción.
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Y dos semanas después de esta asunción, el 17 de junio, en medio de un boom de inversiones y negocios, Bersano registró en Seychelles, uno de los principales paraísos fiscales del mundo, la off shore SELBECK INC. Compañía aún activa que tiene su domicilio fiscal en la calle Rincón 531, piso 7, oficina 702, Montevideo, Uruguay. Otro gran paraíso fiscal, el principal de Sudamérica.
La existencia de esta offshore, la segunda en el entorno del ministro Calvo, la reveló en el 2016 el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), con su famosa investigación “Panamá Papers”, donde se publicaron miles de cuentas y activos en paraísos fiscales con sus propietarios. Entre los cuales estaba el cordobés Bersano como titular de SELBECK INC.
Todo este esplendor que vivían los CEOs de Alimentos Mediterráneos, lo reflejan los estados contables de la empresa, cuyos resultados fueron:
- Activo: 7,3 millones de dólares (19% más que en el 2014).
- Pasivo: 5,8 millones de dólares (45% más que en el 2014).
- Patrimonio Neto: 1,8 millones de dólares (un 20% menos que en el 2014 ) .
Se observa que si bien ese año se alcanzó una inversión de casi 8 millones de dólares, solo en la planta de fideos, sin computar el hotel fantasma, el activo de la empresa apenas subió un 19%, mientras que el Patrimonio Neto volvió a bajar otro 20%, y el pasivo, en dólares creció un 45%. Claras señales de que algo no andaba bien.
En cuanto a la ganancia neta, en ese segundo año de producción fue de 50 mil dólares (494 mil pesos de entonces). Unos 22 millones de pesos actuales. Una cifra que no pareciera ser significativa para una inversión de 7.3 millones de dólares. Aunque nada mal para ser el primer año de producción continua de la planta.
A la par el novato Calvo pasó a ocupar un nuevo cargo, en ese año fue electo legislador provincial pasando a presidir la Comisión de Economía, Presupuesto, Gestión Pública e Innovación y Asuntos Constitucionales y Acuerdos. Las más importantes de la Legislatura.
“Gran Concurso Preventivo”
Hasta aquí todo venía viento en popa pero en el 2016 todo cambió radicalmente. Ese año asumió Mauricio Macri la presidencia y dispuso una devaluación del 72,4 % del dólar, eliminando el famoso “cepo cambiario”. Así la divisa norteamericana pasó de 9,75 pesos a fines de 2015, a 16,8 a fines de 2016 .
Además eliminó retenciones al trigo y el maíz. Con lo cual, ambas medidas terminaron afectando la estructura de costos de Alimentos Mediterráneos S. A. cuyo insumo principal era el trigo. Aunque los CEOs de la empresa, en el 2011, decían conocer bien la actividad agropecuaria aportando el 25% de la materia prima y sobre todo el negocio de las pastas.
En este nuevo contexto, en el 2016, de forma parecida a Vicentín, de pronto la flamante empresa de fideos que comandaba el intrépido Bersano, que hacía poco había abierto la offshore en Seychelles, entró en cesación de pagos con todos sus acreedores: AFIP, 43 empleados, 31 proveedores y productores.
Una deuda total de 2,7 millones de dólares a valores del 2015 (27 millones de pesos). Con lo cual, la construcción del “apart hotel” fantasma, obviamente también se paralizó.
Lo llamativo es que ese mismo año, el 21 de octubre del 2016, luego que Alimentos Mediterráneos S.A. entrara en cesación de pagos, su presidente Bersano, junto a Esteve, con una nueva campaña publicitaria, salieron en diversos medios diciendo que volvían a Córdoba, a los negocios del ladrillo, con el “Fideicomiso Buenos Aires Privato” y otros. Cuya dirección era la misma que la alicaída Alimentos Mediterráneos S.A.
En este nuevo negocio, la inversión era según los CEOs, de unos ¡20 millones de dólares! para cuatro torres de departamentos por un total de 22 mil metros cuadrados.
“Volvemos a apostar fuertemente por la construcción en la ciudad y en particular por el barrio de Nueva Córdoba. Este barrio sigue siendo atractivo para quienes busquen opciones de vivienda o alternativas de renta con buenas tasas y rápida colocación del producto en el mercado”, manifestó Bersano ante el portal InfoNegocios, con total desparpajo mientras en Ausonia dejaba el tendal.
Cuatro meses después, el 22 de febrero del 2017, según consta en el informe del Registro de la Propiedad de la Provincia de Córdoba, Bersano vendió el predio donde estaba el hotel fantasma, de cuatro pisos, a medio contruir, por la irrisoria suma de 200 mil pesos. Unos 12.500 dólares de entonces.
Su afortunado comprador, que recibió miles de metros cuadrados edificados gratis, fue Gustavo Alberto Toledo. Un empresario vinculado al negocio de los servicios de hoteles domiciliado en Villa Carlos Paz dueño de las empresas Delto S. A. y Vendro Córdoba S. A. Quien posteriormente, el 31 de enero del 2019 compró también el terreno colindante al hotel de 400 metros cuadrados propiedad del intendente Carlos Mainardi, por solo 180 mil pesos, o sea solo unos 5.000 dólares. Seguramente para hacer allí la cochera.
De esta manera, luego de enterrar miles de pesos, el soñado hotel de supuestamente Alimentos Mediterráneos, que no figuraba en ningún balance y estaba levantado en un terreno a nombre Bersano, cambió de manos por una irrisoria cifra. Venta que dañó aún mas el patrimonio de la empresa, que se quedó con todo el pasivo de la construcción del hotel sin nada a cambio.
Dado que el bien, y todas las mejoras en el hecho, quedó íntegramente en manos del contador Toledo, por el cual, no obstante tener una valuación fiscal de más de 17 millones de pesos, paga un impuesto inmobiliario de solo 200 pesos al mes. Y el mismo importe paga por el lote vecino, que solo cuenta con una construcción de 36 metros cuadrados.
Las penas son de nosotros….
Ante estas maniobras, el 12 de abril del 2017, previendo que todo podía terminar en un escándalo, los CEOs de Alimentos Mediterráneos realizaron la “Asamblea Ordinaria N°7” en las mismas oficinas donde funcionaba el Fideicomiso Buenos Aires Privato” de Bersano y Esteve.
En ella a cargo de Vitali, el íntimo amigo del entonces legislador Calvo, y Julio Confalioneri, otro socio minoritario, aceptaron la renuncia a la presidencia de Bersano “por motivos personales” y dispusieron su reemplazo por el socio minoritario Daniel Ibañez. Además, establecieron que “los accionistas por unanimidad, decidieron posponer el tratamiento de la gestión del Director Titular Bersano para el momento de la Asamblea General Ordinaria en que se ponga en consideración el balance del ejercicio cerrado al 31 de diciembre del 2016”. Cosa que nunca ocurrió.
Con este nuevo presidente, 12 días después, el 24 de abril, el directorio de Alimentos Mediterráneos, mediante la reunión N°51, aprobó la presentación formal ante la justicia del concurso preventivo, a los efectos de poder proponer un plan de pagos por los 2,7 millones de dólares, 27 millones de pesos, adeudados por la empresa.
“No haber logrado hasta la fecha los niveles de producción y comercialización (…) situación que se ha visto agravada por la pérdida del crédito comercial y bancario, sumada la existencia de cautelares por parte de la AFIP que han bloqueado la operatividad de las cuentas bancarias (…) frente a esta perspectiva la empresa se encuentra en cesación de pagos (…) ameritando la conveniencia de la presentación concursal ante el juzgado competente de la Ciudad de Córdoba” expresa textualmente el acta de esa reunión.
10 días después, el 3 de mayo del 2017, Ibañez, el flamante presidente de Alimentos Mediterráneos S.A. se presentó ante la Cámara de Apelaciones Civil y Comercial N°2 y solicitó el concurso de la empresa que hasta hace poco era un emporio lleno de dólares.
Según el expediente, titulado “Alimentos Mediterráneos S. A. Gran Concurso Preventivo” fueron cuatro las “causas” que motivaron la sensación de pagos de la empresa:
- “Insuficiencia de capital de giro, que conllevara al endeudamiento en general, particularmente con los productores de trigo”. A pesar que como vimos, desde el 2012 al 2015 no paró de ingresar dinero a la empresa. Y a pesar, que según los mentores del proyecto ellos tenían el 25% del trigo, con un fideicomiso, para hacer andar el proyecto.
- “Alta incidencia de los costos del servicio Electricidad”. A pesar que la empresa se instaló en un predio de 5 hectáreas del Parque de Ausonia, sin pagar tasas municipales, con luz industrial y créditos públicos.
- “Las retracción en las ventas”. A pesar que Bersano y Esteve públicamente ante los medios decían tener basta experiencia en la venta de pastas.
- “Atrasos en pagos impositivos”. Que toda industria debe realizar.
Lo curioso es que en ningún lado del expediente, el nuevo presidente de Alimentos Mediterráneos hace mención al hotel que había quedado a medio construir en la esquina de la plaza de Ausonia. Y lo más grave, en ninguna parte aparece el balance del año 2016. Balance que explicaría que pasó con esos 27 millones de pesos (2,7 millones de dólares) faltantes. Dado que hasta el 2015, financieramente, como se vio en los asientos contables, todo marchaba bastante bien.
Este faltante de información es tan grosero, como si la continuidad de las registraciones con tuvieran ningún valor o importancia dentro de un expediente judicial, el CEO de Alimentos Mediterráneos, no presentó el balance del 2016 pero si el balance parcial del primer trimestre del 2017. Como si el año anterior no existiera.
Para peor, como se puede ver arriba, ese balance incompleto, como si fuera el primero de la compañía, que no se compara con los resultados del año anterior (2016), arroja un fuerte deterioro del capital de la empresa:
- Activo: 2,6 millones de dólares (204% menos que el 2015)
- Pasivo: 1,8 millones de dólares (222% menos que en el 2015).
- Patrimonio Neto: 870 mil dólares (100% menos que en el 2015)
En conclusión, los balances que presentó la empresa, en el expediente, para solicitar su concurso preventivo fueron: 2012, no aprobado por los auditores; 2013 con dinero sin aclarar; 2014 y 2015, inversiones que no figuran y préstamos del exterior sin origen; y 2017 parcial a marzo con fuerte deterioro. Del año 2016 ni noticias. Del hotel tampoco.
El “Vicentín” cordobés
A pesar del faltante de esta información clave, 20 días después, el 23 de mayo del 2017, el juez de primera instancia Eduardo Nestor Chiavassa, docente de la universidad Católica y Nacional, autor de libros y seminarios sobre el tema concursal, abrió el concurso de Alimentos Mediterráneos SA.
Para fundamentar su fallo, el magistrado cordobés, llamativamente dijo que “no se debe ingresar al análisis sustancial” del deudor. Soslayando que era una empresa que, además de presentar información incompleta y discontinuidad, por ella habían pasado millones de dólares, según lo manifestaron públicamente sus propios directivos, con estrechos lazos con el poder.
A su vez, en su sentencia, el juez Chiavassa determinó recién para el 24 de mayo del 2018, es decir un año después, el plazo para que la empresa hiciera una “propuesta de acuerdo preventivo” a los acreedores. Con lo cual todo comenzó a licuarse.
Mientras este concurso se llevaba adelante, el primero de febrero del 2018, Calvo, el eterno compinche de Vitali, dejó su banca como legislador y asumió como ministro de Comunicaciones y Conectividad de Schiaretti. Repartición desde donde, el actual vicegobernador, y candidato a legislador, manejó la millonaria pauta oficial de la Provincia con la que se disciplinan periodistas y medios. ¿Por eso ningún medio investigó?
Ver Radiografía del régimen feudal del Unicato cordobesista De la Sota & Schiaretti
Y apenas cuatro meses después de esta asunción, el 6 de mayo del 2018, Ibañez como presidente de Alimentos Mediterráneos, hizo su propuesta a los acreedores. Les ofreció pagarles, a todos menos a la AFIP, el 60% del total adeudado en 6 cuotas anuales, sin intereses, después de haberse homologado (firmado) el acuerdo.
En otras palabras, de los 27 millones de pesos adeudados, que equivalía en el 2015 a unos 2,7 millones de dólares, tres años después ofreció pagar, sin actualización alguna, apenas 16 millones de pesos, en seis cuotas anuales de unos 2,6 millones de pesos cada una, a partir, del 2019 hasta el 2025.
Con un índice de inflación que ese año rondó el 47%, es evidente que esa “propuesta abusiva” era un verdadera exacción a los productores y proveedores, que cándidamente habían confiado en el mega proyecto industrial de fideos de exportación de Bersano, Esteve, y Vitali. Dado que el plan de pagos, que no aceptó la AFIP, y no aceptaría nadie hoy en Argentina, más los lungos “tiempos procesales” de la Justicia cordobesa, terminó licuando sus acreencias que al día de hoy, con una inflación anual superior al 100%, no terminaron de cobrar.
Tras cartón, el 6 de diciembre del 2018, el juez Chiavassa, mediante la sentencia N° 400, alegando la preservación de las fuentes de trabajo, que por entonces apenas eran 14 operarios, aceptó y homologó la propuesta a lo “Vicentín” de Alimentos Mediterráneos SA.
En ella además, mientras imponía un durísimo plan de cuotas a los acreedores, estableció honorarios para los contadores, abogados y procuradores intervinientes y sus respectivas cajas de 71 mil dólares de entonces (2,7 millones de pesos de entonces). Unos 31 millones de pesos actuales. A pagar en un solo pago, tiqui taca. Así el poder judicial cordobés y sus auxiliares fueron los primeros en cobrar en esta aventura de Bersano, Esteve y Vitali.
Denunciados
Homologado este acuerdo, tres meses después, el 23 de marzo del 2019, con el trato benévolo y amable de la prensa cordobesa, Calvo anunció que sería candidato a vicegobernador de Córdoba acompañando a Schiaretti en las elecciones provinciales del 12 de mayo de ese año.
Y cuando nadie lo esperaba, mientras recorría la provincia hablando de honestidad y transparencia, el flamante candidato y su amigo Vitali, fueron denunciados penalmente ante la justicia cordobesa, por delito de corrupción por el abogado penalista Marcelo Touriño. Uno de los que llevó adelante el juicio al ex gobernador Eduardo Angeloz.
Con resoluciones, decretos firmados por el propio Calvo, fotos y otra documentación, Touriño demostró como el actual vicegobernador le había adjudicado millonarias obras a su amigo Vitali por un monto total de 344 millones de pesos, a través de las distintas reparticiones por la que el funcionario había pasado. Unos 7,6 millones de dólares de entonces. Casualmente el mismo monto que circuló por Alimentos Mediterraneos S.A, empresa que también fue nombrada textualmente en la denuncia.
En ella, además, el abogado expuso que algunas de las obras Vitali las ganó sin licitación. De manera directa. Con la firma de su íntimo amigo Calvo. Cosa que no hizo siquiera Cristina Kirchner con Lázaro Baez y están ambos condenados. Lo cual desató el consabido escándalo.
Rápido de reflejos, previendo que todo podía explotar por los aires, dado que en los tribunales aún estaba caliente el expediente del concurso trucho de Alimentos Mediterráneos, Vitali salió a despegarse de Calvo y sobre todo de la concursada empresa de fideos de Ausonia.
“El señor Manuel Calvo no tuvo, no tiene y no tendrá ninguna vinculación con nuestra empresa” dijo con ambigüedad el CEO mediante un escrito a la prensa. “A través de los medios, he visto una serie de inexactitudes respecto a los montos de las obras contratadas, y a la forma de contratación, entre muchas otras. Hasta adjudicarme ser parte de la empresa Alimentos Mediterráneos SA, de la que me desvinculé en abril de 2017” añadió el empresario. Soslayando que como vimos, desde su creación, él era efectivamente uno de los accionistas fundadores de la empresa, y hasta el 2019, según la documentación presentada en el Concurso, seguía siéndolo.
A los días de ser realizada esta polémica denuncia, como todas la que involucran a funcionario del peronismo cordobés, ésta recaló en el Fuero Penal y Económico Anticorrupción de Córdoba. Cuyo titular lo elige el poder ejecutivo a dedo. Y de ahí, rápidamente, en plena campaña y a la velocidad de un rayo al archivo. Así, en pocos meses, haciendo papelones, la justicia cordobesa, en dos oportunidades, le salvó el pellejo a Vitali y Calvo.
Por último, como en una trama de una serie pochoclera de Netflix, mientras todo esto aconteció, el “Fideicomiso Buenos Aires Privato” de Bersano y Esteve, que funcionaba en la misma oficina que Alimentos Mediterráneos, e iba a invertir 20 millones de dólares en cuatro edificios en el 2016, también se declaró insolvente. Y ¿casualidad? este recayó en manos del juez Chiavassa. Quien el 22 de julio del 2020, en plena Pandemia, cuando todos estábamos encerrados, ordenó su liquidación.
“Ordenar la liquidación del “FIDEICOMISO BUENOS AIRES PRIVATO, CUIT: 33-71476079-9, fiduciario es el Sr. Eduardo Daniel Bersano; en el marco de lo dispuesto por los arts.1687 y cc. del Código Civil y Comercial de la Nación y las normas pertinentes de concursos y quiebras. […]VIII) Intimar al fiduciario y a los terceros que posean bienes del fideicomiso, para que en el término de 48 horas los entreguen al liquidador. IX) Emplazar al fiduciario para que en el término de cuarenta y ocho (48) horas de notificada entregue al liquidador todos sus libros sociales y de comercio, así como toda la documentación relacionada con su contabilidad. VII) Prohibir hacer pagos de cualquier naturaleza, haciéndose saber a terceros que los perciban que los mismos serán ineficaces de pleno derecho” dice textualmente la dura sentencia de Chiavassa, sacada como dijimos, en plena Pandemia.
¿Cómo se entiende este desenlace? Las evidencias señalan que Berssano y Esteve habrían sido quienes escamotearon parte de los casi 8 millones de dólares que ingresaron entre 2012-2015 a Alimentos Mediterráneos SA, no pagando a los proveedores y productores. Y ese dinero, que puede haber ido a parar, por ejemplo, a su offshore SELBECK INC. de Seychelles o al “Fideicomiso Buenos Aires Privato” ¿Quién podía abrir la boca y reclamar, si a la par el hotel que estaba en construcción en la plaza de Ausonia, desapareció de los activos de Alimentos Mediterráneos SA? Siendo el mencionado contador Toledo -quien evidentemente es una pantalla- la clave para saber quien realmente se benefición con eso.
Por su parte el multi empresario Bersano se insolventó enteramente, y actualmente figura como deudor irrecuperable grado 5 en diferentes bancos. Su prontuario de falencias se detallan en el Anexo, señalando sus emprendimientos y compinches asociados.
Con lo cual, la justicia cordobesa, primero no investigó nada del vaciamiento de Alimentos Mediterráneos SA que involucraba a Vitali como accionista; luego no investigó los negocios entre Calvo y Vitali con la obra pública, a pesar que las pruebas eran concluyentes. Eso es el poder. Como decía el finado Yabrán: impunidad.
ANEXO: Emprendimientos de Eduardo Daniel Bersano
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