RAND (Research And Development, Investigación y Desarrollo) Corporation es una think tank (tanques de ideas) mas grande e influyente del mundo. Y se podria decir que opera como el organ house del ”complejo militar industrial” estadounidense, o sea el mega negocio de la guerra y sus costosísimos insumos en permanente evolución. Fue creada en 1948 por la organización Douglas Aircraft Company, para ofrecer servicios de investigación y análisis a las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos.
Actualmente es una organización con casi dos mil empleados, de los que se jacta que mas de la mitad poseen un doctorado en su especialidad, con numerosos premios nóbeles. Esta financiada mayormente por el Departamento de Defensa, Departamento de Seguridad Nacional, y otros departamentos del Gobierno de los Estados Unidos. Y cuenta con sedes en Santa Mónica, California; en Washington; en Arlington, Virginia; en Pittsburgh, Pensilvania; en Leiden, Países Bajos; en Berlín, Alemania; en Cambridge, Reino Unido; y en Catar.
Recientemente se filtró el Resumen Ejecutivo de un informe ”Confidencial” supuestamente proveniente de ella, con fecha 25 de enero 2022, previo a la invasion rusa a Ucrania, con el sugestivo título ”Debilitando a Alemania, fortaleciendo a EE. UU.” En donde tras encomiar que EEUU haya bloqueado la inauguración del gasoducto Nord Stream 2 que luego fueron volados, se asevera entre otras cosas notables lo siguiente:
“La única forma factible de garantizar el rechazo de Alemania a los suministros energéticos rusos es involucrar a ambas partes en el conflicto militar en Ucrania. Nuestras futuras acciones en este país conducirán inevitablemente a una respuesta militar de Rusia”.
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Mas alla si el documento es genuino o no, su contenido está completamente en línea con la doctrina del estratega estadounidense Halford Mackinder respecto el peligro para EEUU del ”pivote euroasiatico” constituido por Alemania y Rusia. Con la afirmación de Zbigniew Brzezinski ”Es imperativo que no surja ningún retador euroasiático que pueda dominar Eurasia y, por lo tanto, desafiar a Estados Unidos”. Con el proposito de la formación de la OTAN causticamente definido por su primer Secretario General Lord Ismay: ”mantener fuera a la Unión Soviética, a los estadounidenses dentro, y a los alemanes abajo”. Y con documentos de RAND publicados anteriormente.
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A ello se agrega el crudo anticipo que hizo la ex congresista y ex candidata a presidente por el Partido Demócrata de EEUU, Tulsi Gabbard, semanas antes de que Rusia invadiera Ucrania, quien luego renuncio a dicho partido por considerarlo “belicista”: “En realidad quieren que Rusia invada Ucrania. ¿Por qué lo harían? Porque le da a la administración Biden una excusa clara para imponer sanciones draconianas… contra Rusia y el pueblo ruso, y número dos, consolida la Guerra Fría en su lugar.”
“Es el complejo militar-industrial el que se beneficia de esto. Estos controlan claramente la administración de Biden. Son los belicistas de ambos lados de Washington los que han aumentado estas tensiones. Si logran que Rusia invada Ucrania, se encierra en la nueva guerra fría y el complejo industrial militar comienza a ganar mucho dinero… Pero, ¿quién paga el precio? El pueblo estadounidense… el pueblo ucraniano… el pueblo ruso está pagando el precio. Socava nuestra propia seguridad nacional, mientras que el complejo militar-industrial que controla a tantos de nuestros funcionarios electos son los ganadores que corren hacia el banco”.
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Resumen ejecutivo
Debilitando a Alemania, fortaleciendo a EE. UU.
El estado actual de la economía estadounidense no sugiere que pueda funcionar sin el apoyo financiero y material de fuentes externas. La política de flexibilización cuantitativa, a la que la Fed ha recurrido regularmente en los últimos años, así como la emisión descontrolada de efectivo durante los confinamientos por el Covid de 2020 y 2021, han provocado un fuerte aumento de la deuda y un aumento de la oferta de dólares.
Es muy probable que el continuo deterioro de la situación económica lleve a una pérdida en la posición del Partido Demócrata en el Congreso y el Senado en las próximas elecciones que se llevarán a cabo en noviembre de 2022.
No se puede descartar el juicio político al presidente en estas circunstancias, que hay que evitar a toda costa.
Existe una necesidad urgente de que los recursos fluyan hacia la economía nacional, especialmente el sistema bancario. Solo los países europeos vinculados a los compromisos de la UE y la OTAN podrán proporcionarlos sin costos militares y políticos significativos para nosotros.
El principal obstáculo para ello es la creciente independencia de Alemania. Aunque todavía es un país con soberanía limitada, durante décadas se ha estado moviendo consistentemente hacia el levantamiento de estas limitaciones y convertirse en un estado totalmente independiente. Este movimiento es lento y cauteloso, pero constante. La extrapolación muestra que el objetivo final solo se puede alcanzar en varias décadas.
Sin embargo, si los problemas sociales y económicos en los Estados Unidos aumentan, el ritmo podría acelerarse significativamente. Un factor adicional que contribuye a la independencia económica de Alemania es el Brexit. Con la retirada del Reino Unido de las estructuras de la UE, hemos perdido una oportunidad significativa de influir en las negociaciones de decisiones intergubernamentales. Es el miedo a nuestra respuesta negativa lo que en general determina la velocidad relativamente lenta de esos cambios.
Si algún día abandonamos Europa, habrá una buena oportunidad para que Alemania y Francia lleguen a un consenso político completo. Luego, Italia y otros países de la Vieja Europa, principalmente los antiguos miembros de la CECA pueden unirse con ciertas condiciones. Gran Bretaña, que actualmente se encuentra fuera de la Unión Europea, no podrá resistir sola la presión del dúo francoalemán. Si se implementa, este escenario eventualmente convertirá a Europa en un competidor no solo económico, sino también político para los Estados Unidos. Además, si EE. UU. se ve envuelto en problemas internos durante un cierto período, la Vieja Europa podrá resistir más eficazmente la influencia de los países de Europa del Este orientados a EE. UU.
Se puede esperar un aumento en el flujo de recursos de Europa a EE. UU. sí Alemania comienza a experimentar una crisis económica controlada. El ritmo de desarrollo económico de la UE depende casi sin alternativas del estado de la economía alemana. Es Alemania la que lleva la peor parte del gasto directo hacia los miembros más pobres de la UE.
El modelo económico alemán actual se basa en dos pilares. Estos son el acceso ilimitado a los recursos energéticos rusos baratos y a la energía eléctrica francesa barata, gracias al funcionamiento de las centrales nucleares. La importancia del primer factor es considerablemente mayor. Detener los suministros rusos bien puede crear una crisis sistémica que sería devastadora para la economía alemana e, indirectamente, para la Unión Europea.
El sector energético francés también podría comenzar pronto a experimentar graves problemas. La interrupción predecible de los suministros de combustible nuclear controlados por Rusia, combinada con la situación inestable en la región del Sahel, haría que el sector energético francés dependiera críticamente del combustible australiano y canadiense. En relación con el establecimiento de AUKUS, crea nuevas oportunidades para ejercer presión. Sin embargo, este tema está más allá del alcance del presente informe.
Una crisis controlada
Debido a las limitaciones de la coalición, el liderazgo alemán no tiene el control total de la situación en el país. Gracias a nuestras acciones precisas, ha sido posible bloquear la puesta en marcha del oleoducto Nord Stream 2, a pesar de la oposición de los cabilderos de las industrias siderúrgica y química. Sin embargo, el dramático deterioro de los niveles de vida puede alentar a los líderes a reconsiderar su política y volver a la idea de la soberanía europea y la autonomía estratégica.
La única forma factible de garantizar el rechazo de Alemania a los suministros energéticos rusos es involucrar a ambas partes en el conflicto militar en Ucrania. Nuestras futuras acciones en este país conducirán inevitablemente a una respuesta militar de Rusia. Obviamente, los rusos no podrán dejar sin respuesta la enorme presión del ejército ucraniano sobre las repúblicas no reconocidas de Donbas. Eso permitiría declarar a Rusia agresor y aplicarle todo el paquete de sanciones preparado de antemano.
Putin, a su vez, puede decidir imponer contra sanciones limitadas, principalmente sobre los suministros de energía rusos a Europa. Por lo tanto, el daño a los países de la UE será bastante comparable al de los rusos, y en algunos países, principalmente en Alemania, será mayor.
El requisito previo para que Alemania caiga en esta trampa es el papel de liderazgo de los partidos verdes y [su] ideología en Europa. Los Verdes alemanes son un movimiento fuertemente dogmático, si no celoso, lo que hace que sea bastante fácil hacerles ignorar los argumentos económicos. En este sentido, los Verdes alemanes superan en algo a sus homólogos del resto de Europa.
Las características personales y la falta de profesionalismo de sus líderes -principalmente Annalena Baerbock y Robert Habeck- permiten presumir que es casi imposible que reconozcan sus propios errores a tiempo. Por lo tanto, bastará con formar rápidamente la imagen mediática de la guerra de agresión de Putin para convertir a los Verdes en fervientes e intransigentes partidarios de las sanciones, un “partido de la guerra”.
Permitirá implantar el régimen de sanciones sin obstáculos. La falta de profesionalismo de los líderes actuales no permitirá un retroceso en el futuro, aun cuando el impacto negativo de la política elegida se haga suficientemente evidente. Los socios de la coalición gobernante alemana simplemente tendrán que seguir a sus aliados, al menos hasta que la carga de los problemas económicos supere el miedo a provocar una crisis de gobierno.
Sin embargo, incluso cuando el SPD y el FDP estén listos para enfrentarse a los Verdes, la posibilidad de que el gobierno vuelva a la normalidad con Rusia lo suficientemente pronto será notablemente limitada. La participación de Alemania en grandes suministros de armas y equipo militar al ejército ucraniano generará inevitablemente una fuerte desconfianza en Rusia, lo que hará que el proceso de negociación sea bastante largo.
Si se confirman los crímenes de guerra y la agresión rusa contra Ucrania, los líderes políticos alemanes no podrán superar el veto de sus socios de la UE sobre la asistencia a Ucrania y los paquetes de sanciones reforzadas. Esto asegurará una brecha suficientemente larga en la cooperación entre Alemania y Rusia, que hará que los grandes operadores económicos alemanes no sean competitivos.
Consecuencias esperadas
Una reducción en los suministros de energía rusos, idealmente, una interrupción completa de tales suministros conduciría a resultados desastrosos para la industria alemana. La necesidad de desviar cantidades significativas de gas ruso para la calefacción invernal de instalaciones residenciales y públicas exacerbará aún más la escasez. Los cierres en las empresas industriales provocarán escasez de componentes y repuestos para la fabricación, una ruptura de las cadenas logísticas y, eventualmente, un efecto dominó.
Es probable que las plantas químicas, metalúrgicas y de construcción de maquinaria más grandes se paralicen por completo, mientras que prácticamente no tienen capacidad adicional para reducir el consumo de energía. Podría llevar al cierre de empresas de ciclo continuo, lo que significaría su destrucción. Las pérdidas acumuladas de la economía alemana sólo pueden estimarse de forma aproximada. Incluso si la restricción de los suministros rusos se limita a 2022, sus consecuencias durarán varios años y las pérdidas totales podrían alcanzar los 200-300 mil millones de euros.
No solo asestará un golpe devastador a la economía alemana, sino que toda la economía de la UE colapsará inevitablemente. No estamos hablando de una disminución en el ritmo de crecimiento de la economía, sino de una recesión sostenida y una disminución del PIB solo en la producción material en un 3-4 % anual durante los próximos 5-6 años. Tal caída provocará inevitablemente el pánico en los mercados financieros y puede llevarlos al colapso.
El euro inevitablemente, y probablemente de forma irreversible, caerá por debajo del dólar. Una fuerte caída del euro, en consecuencia, provocará su venta global. Se convertirá en una moneda tóxica y todos los países del mundo reducirán rápidamente su participación en sus reservas de Forex. Esta brecha se llenará principalmente con dólares y yuanes.
Otra consecuencia inevitable de una recesión económica prolongada será una fuerte caída del nivel de vida y un aumento del desempleo (hasta 200.000-400.000 solo en Alemania), lo que provocará el éxodo de mano de obra calificada y jóvenes bien educados. Literalmente, no hay otro destino para tal migración que no sean los Estados Unidos en la actualidad.
Se puede esperar un flujo algo menor, pero también bastante significativo, de inmigrantes de otros países de la UE. Por lo tanto, el escenario bajo consideración servirá para fortalecer la condición financiera nacional [de los EE. UU.] tanto indirecta como más directamente. A corto plazo, revertirá la tendencia de la recesión económica que se avecina y, además, consolidará a la sociedad estadounidense al distraerla de las preocupaciones económicas inmediatas. Esto, a su vez, reducirá los riesgos electorales.
A medio plazo (4-5 años), los beneficios acumulados de la fuga de capitales, la reorientación de los flujos logísticos y la reducción de la competencia en las principales industrias pueden ascender a entre 7 y 9 billones de USD. Desafortunadamente, también se espera que China se beneficie a mediano plazo de este escenario emergente.
Al mismo tiempo, la profunda dependencia política de Europa de los EE. UU. nos permite neutralizar de manera efectiva los posibles intentos de los estados europeos individuales de acercarse a China.-
Ver El objetivo final de EEUU en Ucrania no es Rusia sino China
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