La agudización de la crisis socioeconómica al máximo, trajo como consecuencia la exasperación de la disputa entre quienes recíprocamente se denominan “choriplaneros”, que no quieren trabajar, o “sojabolseros” que no quieren ceder nada. Pero en las sombras hay otro sector, aun mas responsable de la crisis actual, que permanece oculto para el gran público, que son los “afanagas”, liderados por Techint del grupo Rocca, y Pampa Energía del grupo Mindlin. Quienes no solo afanan el gas, exportándolo a vil precio con mínimas retenciones del 8 % quedándose además con una enorme ganancia en el exterior. Sino que además obligan a importar ese insumo vital en el invierno, a precios siderales, desencadenando así la crisis que actualmente padece nuestra frágil macroeconomía.
Concretamente ni Techint, ni Pampa Energía, ni los restantes petroleros, quieren construir el polémico gasoducto Presidente Néstor Kirchner (PNK). Con el cual el gobierno nacional traería 40 millones de metros cúbicos de gas natural diarios a la provincia de Buenos Aires en el invierno del 2023, poco antes de las elecciones presidenciales. Por una sencilla razón:
Actualmente Techint, con su petrolera Tecpetrol, junto con Pampa Energía, y un puñado de hidrocarburíferas como PAE, YPF, Vista Oil, Total, Wintershall, etc, están exportando 37,2 millones de metros cúbicos diarios de gas, -una cuarta parte del total producido- a precios muchísimos más bajos que los existentes en la región, con destino a Chile, Uruguay y Brasil, por 300 millones de dólares mensuales. Es decir, un 95% del gas que debería fluir por el ducto PNK, cuyo tendido de caños hará Techint por 2.500 millones de dólares, y que ante la ausencia de este revisten técnicamente en la práctica en su viaje al exterior el carácter de “ininterrumpibles”.
Qué al no fluir hacia los centros de consumo argentinos, con la enorme disparada de los precios mundiales que produjo la guerra ruso ucraniana, al aumentar veinte veces su precio hasta los 50 dólares el millón de BTU (MMBTU), su necesidad de importación ha provocado el actual colapso cambiario, que ha puesto incluso en dudas la continuidad del mismo gobierno.
Pero no es que Argentina no cuente con esos recursos, sino quienes se están beneficiando en parte con ellos, son los países vecinos. Mientras que la parte del león depositada afuera, mediante alguna refacturación o truco parecido, se la llevan puestas las mencionadas petroleras, lideradas por Tecpetrol. Quien como si se tratara de un pulpo en la actividad hidrocarburífera, es al mismo tiempo el encargado de hacer el gasoducto, en unión con Pampa Energía.
Ver Breve semblanza de los mega lobistas prebendarios Rocca, Bulgheroni, Eurnekian
El mega afano del gas
Los datos a exponer provienen de la secretaría de Energía de la Nación, que en su portal https://www.minem.gob.ar/exportacion-gas-natural, en cumplimiento de la ley 24.076, debe publicar cada uno de los permisos de exportación de gas natural que se concretan con los países limítrofes. Exportaciones que desde el 2006 estaban clausurada. Pero que volvieron a reabrirse en el 2018 bajo el gobierno de Mauricio Macri, y hoy con la gestión de Alberto Fernández, señalado de ser antaño un lobista de las petroleras, ha alcanzado niveles récord. A pesar que gran parte de los argentinos no cuenta con este estratégico recurso en sus hogares. Y que la balanza comercial energética del país tendrá este año, concentrada en el invierno, un déficit según distintas estimaciones, de 6.000 millones de dólares, que ha hecho un enorme boquete en las pálidas reservas del Banco Central.
Como se puede ver en el siguiente gráfico, en total, hasta poco antes del cierre de esta nota, actualmente están vigentes 27 permisos de exportación. 21 ya aprobados y 7 por aprobar. Que prevén un envío máximo en estos crudos meses de invierno de 37 millones de metros cúbicos (m3) diarios. Volumen que bajará a 33 millones en abril del 2023, de no sumarse más pedidos de exportación. De ahí a 25 millones, hasta enero del 2024, en momentos que ya debería estar funcionando a pleno el gasoducto NK. Luego a 20 millones hasta diciembre del 2024, para pasar a 5 millones en el 2025. Siempre y cuando, no se sigan aprobando nuevos cupos de exportación, como se viene haciendo hasta ahora.
En cuanto al precio de exportación declarado, este promedia entre 5 dólares por MMBTU en verano, y 6 en invierno. O sea, cómo se puede ver en el siguiente gráfico, un promedio de 5,5 dólares. La tercera parte de lo que sale actualmente a la Argentina importar el gas desde Bolivia, cuyo precio promedio en mayo superó los u$s 18 el MMBTU. Y apenas entre un 13% de lo que nos sale importar el famoso gas natural licuado (GNL) en barcos, cuyo último precio promedio este año rondaba los 41 dólares el MMBTU.
El grafico muestra claramente que el precio de exportación (línea azul) hasta el 2015 superaba largamente al de importación de GNL (línea gris), y de importación GN de Bolivia (línea ocre). Pero a partir del gobierno de Macri esa superioridad comenzó a descender abruptamente, hasta situarse en el 2018 por debajo del de importación del GNL. Y en el 2019 incluso por debajo del de importación de GN desde Bolivia.
En el 2020 con motivo de la pandemia, el precio de importación de GNL fue el mas bajo de todos, y el de importación desde Bolivia el más alto. Pero seguidamente en el 2021, el de importación de GNL volvió a subir, y el de exportación e importación desde Bolivia se alinearon. Para seguidamente en el 2022 piantarse el precio promedio de importación del GNL, por encima de los u$s 40 el MMBTU; y el desde Bolivia, por encima de los u$s 13 el MMBTU. Y bastante más actualmente, al haber llegado en mayo a u$s 18 el MMBTU, triplicando al de exportación.
Situación que incluso ha deparado la reticencia a proveernos gas por parte de Bolivia, por considerar que Argentina esta haciendo de puente con Chile, país al que se niega suministrarle gas natural, como consecuencia del conflicto fronterizo que mantienen desde hace mas de cien años. Razón por la cual se ve obligado a hacer costosas importaciones de GNL.
Desde cualquier punto se trata de un verdadero disparate, donde sólo ganan Techint, Pampa Energía, y los petroleros. Que además muestra el verdadero origen del déficit de la balanza comercial energética argentina. Y de las crisis inflacionarias que se precipitan periódicamente por supuestas faltaz de dólares, cuando en realidad como si las fronteras de Argentina fueran un colador sin aduanas, ellos si están, pero a buen resguardo afuera.
Mediante explotar la sustancial diferencia de precios que existe entre los precios internos del gas natural en Argentina, y los existentes en la región, que se han profundizado ahora por el enorme incremento que se ha registrado en el GNL, con el que se surten esos países. Y ante ello hay un estado argentino que parece no solo estar enteramente inerme, sino ser cómplice de la situación.
La mafia de los exportadores del gas natural
Según los permisos que publica la Secretaría de la Nación, la principal empresa que encabeza el ranking de exportaciones a Chile y Brasil, con 11,7 millones de metros cúbicos diarios, el 25% del total, es… ¡Tecpetrol S.A.! La petrolera de Techint. La misma que tiene que hacer y proveer los caños para el gasoducto PNK, y hace cuatro años anda dando vueltas con ello. Grupo que también según las ultimas noticias, se quedaría con gran parte de la construcción del mismo.
La segunda es Pampa Energía, la petrolera del empresario oficialista Marcelo Mindlin, socio y operador del magnate Joe Lewis, quien acaba de ganar en una UTE (Unión Transitoria de Empresas) con Techint, la millonaria licitación del tendido del gasoducto PNK. Ducto que se conectará, en la localidad de Salliqueló, con el Neuba II que explota “Transportadora del Gas del Sur”, propiedad del mismo Mindlin. Y que a su vez se conecta con el Neuba I en Bahía Blanca, adonde llegan los barcos regasificadores de GNL.
Con respecto a la capacidad de transporte de los gasoductos Neuba I y II de TGS, también hay olor a gato encerrado, dado que paralelamente el gobierno de Neuquén firmó con TGS la construcción del gasoducto Vaca Muerta Norte, por un monto de 60 millones de dólares, que a su vez esta lo contrató con SACDE – ex IECSA, la constructora del grupo Mindlin, que este compró a los Macri en pleno escándalo Odebrecht. El mismo, de 30 pulgadas y solo 32 km de longitud, según los anuncios permitirá inyectar otros 17 millones de m3 en los gasoductos Neuba I y II.
Cabiendo el interrogante porque una inversión tan módica, no se intentó mucho antes, y recién se concreta cuando se lanzó el gasoducto NK. Cabiendo apuntar también que la provincia de Neuquén se ve beneficiada en el cobro de regalías con las exportaciones de gas a Chile, en lugar del envío de dicho gas a los centros de consumo doméstico, por ser sus precios mejores de los que se pagan en este. Razón por la que se puede apreciar que hay poderosos intereses alienados en contra del bien común de todos los argentinos.
Pampa Energía tiene también otro avanzado proyecto, para hacer en Bahía Blanca una planta de licuefacción para reducir 600 veces el volumen del gas natural, y transformarlo en gas natural licuado (GNL) para su exportación. Proyecto en que tiene como socio a la empresa estadounidense “Excelerate Energy”, actual proveedora de los buques regasificadores de GNL. O sea que con total despreocupación del mercado interno, y sus gravísimas implicancias macroeconómicas, Pampa Energía, tiene centrado sus planes en el mercado de exportación. Ya sea el regional a través de gasoductos, o mundial con GNL. Con vistas a explotar a Vaca Muerta, el segundo yacimiento de gas no convencional más importante del mundo, en función de sus intereses, pero no los del país,.
Ver Biografía no autorizada de Mindlin (I): de testaferro de Soros y Lewis a empresario predilecto de Macri
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En este negocio del GNL, gracias al gasoducto PNK, también está PAE de los Bulgheroni. La tercera petrolera en exportaciones de gas natural. Quién a través de su CEO principal, Marcos Bulgheroni, el 22 de marzo pasado, en el marco de la décimo tercera Exposición Argentina Oil & Gas, presentó un proyecto para la conformación de un consorcio liderado por YPF para desarrollar, una planta de licuefacción de 15 a 20 millones de metros cúbicos diarios, en la zona portuaria de Bahía Blanca. Un negocio de entre 10 y 15 mil millones de dólares, que seguramente los pondrá YPF y luego quedará en las ávidas manos de PAE. Acorde con lo que dijo Perón, que en una empresa mixta el Estado pone la vaca, y se queda con el pollo.
“Esto puede lograrse a través de un consorcio liderado por YPF, y queremos que incluya todas las productoras que son las operadoras de las moléculas, con empresas que hayan tenido experiencia en manejo de estas plantas y los eventuales compradores“, sostuvo el CEO de PAE. La primera petrolera integrada de Argentina y la región, no obstante su modesto origen de haber sido proveedora de bridas para caños de YPF. Algo así como si una sardina pase a ser en tiburón.
Con lo cual, con Techint y Mindlin a cargo de la obra del gasoducto PNK, estas petroleras consolidaran un control integral sobre el gran negocio del gas que salga de Vaca Muerta. Extracción, transporte, abastecimiento interno, y exportación en sus dos variantes, como gas natural o gas natural licuado.
Lo declarado que sería solo la parte menor del botín
En el siguiente recuadro se detallan año por año, la cantidad de millones de metros cúbicos de gas que exportará cada empresa, hasta el 2025. Siempre y cuando, repetimos, la subsecretaría de Energía de la Nación, no autorice nuevos cupos, lo cual aumentaría los compromisos. El monto en millones de dólares que percibirá por ellas, y el precio promedio de la exportación.
En él se observa qué hasta el 2025, Tecpetrol de Paolo Roca, exportará 10.301 millones de m3 de gas natural, por un monto total de 2.223 millones de dólares, con un precio de u$s 6,0 el MMBTU. Lo siguen, su socio en la licitación del gasoducto, Pampa Energía de Mindlin, que hasta el año 2024 exportará 6.680 millones de m3, por un monto de 1.285 millones de dólares, a un precio de u$s 5,4 el MMBTU. Y vienen seguidamente:
- Total Austral, que hasta el 2025 exportará 4.200 millones de m3, por 1.036 millones de dólares, con un precio de u$s 6,9 el MMBTU
- Wintershall de Argentina que también hasta el 2024, exportará 4.171 millones de m3, por 914 millones de dólares, con un precio de u$s 6,1 el MMBTU
- YPF que hasta el mismo año, exportará 2.181 millones de m3 por 742 millones, y un precio de 9,5 el MMBTU
- Pan American, de la famiglia Bulgheroni, siempre depredando junto con los Rocca los recursos argentinos, que exportará hasta el 2023 2.310 millones de m3, por 521 millones de dólares, y un precio de u$s 6,3 el MMBTU
- Gas Meridional, que en el 2022 exportará 434 millones de m3, por 58 millones de dólares, y un precio de u$s 3,7 el MMBTU
- Vista Energy que hasta el 2024 exportará 146 millones de m3, por 50 millones de dólares, a un precio de u$s 9,5 el MMBTU
- ENEL Trading, que hasta el 2023 exportará 97 millones de m3, por 17 millones de dólares, a un precio de u$s 4,9 el MMBTU
- Y Pluspetrol, que hasta ese mismo año exportará 100 millones de m3, por 14 millones de dólares, a un precio de u$s 3,6 el MMBTU
De esta manera, el club o mejor dicho la mafia de las exportadoras de gas, tienen comprometida ahora con el exterior la venta hasta el 2025 de un total de 30.629 millones de m3 de gas natural, principalmente a Chile, y a Uruguay y Brasil, por un monto total de 6.861 millones de dólares, con un precio promedio de u$s 6,2 el MMBTU. A la par que Argentina lo compra a Bolivia actualmente a más de u$s 18 el MMBTU, y como GNL la última oferta que recibió fue u$s 50 el MMBTU.
Se trata de un disloque total, que parecería ser que la Aduana y el Gobierno argentino desconocen el tan generalizado concepto de subfacturación de exportaciones vigente en el mundo. Máxime qué si se toma a YPF como empresa testigo, el precio medio de exportación de esta es de u$s 9,5 MMBTU, o sea la mitad del precio de importación de Bolivia, que como se dijo superó en el mes de mayo los u$s 18 el MMBTU.
Esta dispersión de precios respecto un commodity, que además resultan bajísimos en relación con los precios reinantes en la región, debería llamar la atención a cualquier vista de aduana, pudiéndose apreciar esa notable dispersión en el siguiente gráfico. Donde figuran los precios promedios pactados para la temporada de verano, y los correspondientes a los críticos meses de la temporada de invierno, que son los cuatro meses que van de mediados de mayo a mediados de septiembre. Pudiéndose apreciar que los precios extremos varían desde u$s 2,9 hasta u$s 9,6 el MMBTU. O sea tres veces más, lo que revela una absoluta falta de control y tino en relación con un recurso estratégico que está compuesto exclusivamente de gas metano.
Historia de un ducto con un robusto palo en la rueda
Con otro nombre, claro, el gasoducto PNK fue impulsado muy demoradamente por Mauricio Macri y su secretario de Energía con negocios en Chile, Juan José Aranguren. Recién comenzó formalmente el 5 de julio del 2019 con un decreto de Necesidad y Urgencia (DNU 465/19) mediante el cual se llamó a licitación pública nacional e internacional para el diseño y construcción de un gasoducto de mil kilómetros de largo, que conectara Tratayen en Neuquén, con las inmediaciones de San Nicolás, pasando por Salliqueló, ambas en la provincia de Buenos Aires.
El decreto estipulaba que el adjudicatario debía financiar la obra, que debía estar terminada, según estimaciones del gobierno, para el invierno del 2021, o sea dos por delante. Y que a cambio se quedaría con una concesión de transporte. Para ello modificó la Ley 24.076 que regula la actividad del gas, y creó un “Régimen especial Temporario” de concesión de 17 años, durante el cual regiría una desregulación total de dicho servicio público. Durante el cual transportistas y productores pactarían entre sí el precio del transporte del gas, con tarifa desregulada en dólares, pero que ingenuamente, se prohibía su traslado a los consumidores.
Menos de un mes después, el 31 de julio de ese mismo año, el entonces secretario de Energía Gustavo Lopetegui, mano derecha de Macri, ex CEO de su constructora IECSA, que había suplantado en su puesto a Aranguren, y al ex Pérez Companc Javier Iguacel, quién pretendía trasladar a las tarifas de gas las pérdidas por la devaluación del año 2018, firmó la resolución 437/19 llamando a licitación para el diseño y construcción del nuevo gasoducto.
Previendo una inversión de 2 mil millones de dólares que debía estar a cargo del interesado. Quien a cambio se quedaría con la explotación del ducto por 35 años más diez de prórroga, a precios durante 17 desregulados, para transportar 60 millones de metros cúbicos darios. Siendo la financiación del mismo a su riesgo, aunque también se preveía la financiación de la ANSES.
En ese decreto, se estableció además que el plazo para presentar ofertas de todo el proyecto era el 28 de agosto. Es decir, apenas 30 días para diseñar y presupuestar. Sin embargo, unos días después, el 11 de agosto, Macri perdió las PASO frente al actual presidente Alberto Fernández, por 16 puntos, y el proyecto que debía comenzar se empezó a empastar.
Por ese motivo, por pedido de PAE de los Bulgheroni y TGS de Mindlin, mediante la Providencia N° PV-2019-77786944-APN-SSHYC#MHA, la Secretaría de Energía prorrogó la apertura de sobres para el 12 de noviembre del 2019, poco después de la primera vuelta presidencial.
Sin embargo, el 31 de octubre, cuatro días después de las elecciones donde se impuso finalmente Alberto Fernández, la secretaría de Energía emitió la Providencia PV-2019-98032316-APN-SSHYC#MHA, a pedido de las constructoras chinas China Gezhouba Group Company, y China Petroleum Pipeline EngineeringCo. Ltd., aplazando la presentación de ofertas para el 31 de marzo del 2020.
Pero, al llegar ese día, todo estaba complicado, dado que 10 días antes, el 20 de marzo, Alberto Fernández con motivo de la pandemia paralizó al país con el ASPO (Aislamiento Social Preventivo Obligatorio). Por lo cual, nuevamente, la apertura de los sobres se aplazó para el 30 de diciembre de ese mismo año, lo cual nunca se concretó.
45 días antes, el 12 de noviembre de 2020, Alberto Fernández firmó el decreto 892/20, declarando de interés general el gas natural argentino que hoy están exportando sin parar, Techint, Pampa Energía, PAE, y otras. Para ello, en ese decreto, por un lado, se implementó la compra de gas natural destinado al mercado interno -70 millones de M3 diarios- mediante el esquema del supuesto régimen de competencia de “oferta y demanda”. Y que el resto disponible se podría exportar a Brasil, Chile, Uruguay, “en firme”, condición por la que no se puede cortar el suministro bajo ningún concepto, o “ininterrumpible”, que se puede cortar bajo algunas situaciones excepcionales
Con ese decreto Alberto Fernández estableció además que las petroleras recibirán una serie de “incentivos”, es decir subsidios y beneficios fiscales, para incrementar la producción de gas y fomentar las exportaciones, especialmente el gas no convencional de Vaca Muerta. Así nació el llamado Plan Gas.Ar a la fecha vigente.
Luego de esta nueva disposición presidencial, el 29 de diciembre, en plena pandemia, el secretario de Energía Norman Martínez firmó la resolución 448/2020, anulando la licitación convocada por Macri, e instruyendo a la subsecretaría de Hidrocarburos de la Nación, “a llevar a cabo una evaluación técnica y legal, a fin de considerar las mejores alternativas de construcción de un nuevo gasoducto y/o la ampliación de las capacidades de transporte, para la evacuación de gas natural producido en la Cuenca Neuquina hacia los centros de consumo del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y el Litoral”.
Así nació, formalmente, bajo el gobierno de Alberto Fernandez, el “Gasoducto Presidente Néstor Kirchner” (GPNK). Un proyecto originalmente macrista, que debía construir el interesado en explotarlo, pero que ahora, con el nombre más kirchnerista de todos, construirán seguramente casi en su totalidad Techint y Pampa Energía, financiado por Estado nacional, a un precio mucho mayor.
Después de ese anuncio, la retrasada obra fue presentada en sociedad recién casi un año después. El 29 de octubre del 2021, mediante la Resolución 1036/21 firmada por el secretario de Energía Martínez, se aprobaron los “Lineamientos para un Plan de Transición Energética al 2030, contenidos en el Anexo I”. En cuyo interior, dentro del “Plan de Inversiones” figura en primer orden, con un presupuesto de 2.540 millones de dólares, un 25% en dólares más caro que la anulada licitación Macri, la construcción del millonario gasoducto “Néstor Kirchner”.
No obstante que este en su primera etapa, solo tendrá una extensión de 550 km, desde Tratayen hasta Salliquelo, con el adicional de un gasoducto auxiliar que iría desde Mercedes a Los Cardales, de unos 65 km. Con lo cual en base a su extensión, el renombrado gasoducto PNK tendría un costo superior al proyectado durante el gobierno de Macri, de un 100 % más. Y si se le adiciona la diferencia en la capcidad de transporte, de 60 millones m3 el de Macri, contra 40 del GPNK, la diferencia sube a un 150 % más. Como si Techint y Pampa hubiesen dicho, bueno lo hacemos, pero con un gran sobreprecio que nos compense la pérdida de las ganancias en las exportaciones de gas.
“En su Etapa I, prevista a ejecutarse desde el año 2021 hasta 2023, el Plan TransportAR prevé inversiones en gasoductos por 3.371 millones de dólares, las cuales fueron estratégicamente seleccionadas en función de las demandas gasíferas no cubiertas. El primero de los gasoductos es el Gasoducto Néstor Kirchner, que podrá transportar hasta 39MMm3/d de gas producido en la Cuenca Neuquina, y transferir en Salliqueló parte de este volumen al gasoducto Neuba II (Pampa Energía), para alimentar las zonas de Bahía Blanca y AMBA. De esta forma, permitirá sustituir importaciones de GNL y llevar GN a las grandes centrales termoeléctricas y al polo petroquímico” dice textualmente el Anexo I de la Resolución 1036/21 firmada por Martínez.
Tras otra inexplicable demora, mientras el expediente permanecía congelado en manos de la secretaria Legal y Técnica Vilma Ibarra, ex ejecutiva del grupo Eurnekian, que es otro fuerte exportador de gas natural a través de la Compañía General de Combustibles, mientras las exportaciones de gas natural no paraban de crecer y todo se dilataba, recién el 7 de febrero del 2022 la Secretaría de Energía de la Nación publicó la Resolución 67/2022, declarando “de interés público nacional la construcción del “Gasoducto Presidente Nestor Kirchner” como proyecto estratégico para el desarrollo del gas natural en la república Argentina”.
Tres días después, el 11 de febrero de 2022, al igual que Macri en el 2019, Alberto Fernández firmó el Decreto de Necesidad y Urgencia 76/2022, en el cual, al borde de la ley, le otorgó a la empresa estatal Integración Energética Argentina S.A alias ENARSA., la concesión del transporte del gasoducto “Presidente Néstor Kirchner”, y la facultad de “contratar”, “licitar”, “planificar” todo lo concerniente a la obra.
Luego de este nuevo DNU, IEASA o ENARSA constituyó “un grupo de trabajo… con capacidad técnica, económica y legal” para llevar adelante el gasoducto por el sistema de administración. Y apenas unos días después, mediante la licitación 1/2022, llamó a cotizar el 31 de marzo pasado la provisión de los tubos para el gasoducto que unirá Salliqueló (Buenos Aires) con Tratayen (Neuquén), Mercedes con Cardales (Buenos Aires), y reemplazará un breve tramo del gasoducto Neuba II.
Este llamado a “Licitación Pública Nacional e Internacional”, realizado por “capacitados” profesionales de IEASA, no fue publicado en los grandes medios como marca la ley. Y recién fue publicado con una demora de 17 días en el Boletín Oficial, que depende de la secretaria legal y Técnica Vilma Ibarra, ex esposa del presidente Alberto Fernández, junto algunas circulares aclaratorias y una modificatoria. Con lo cual el plazo efectivo que habrían tenido los proponentes para confeccionar sus ofertas, fue de solo diez días hábiles, el que es incluso exiguo para una compra de útiles para escritorio para el funcionamiento de la burocracia.
No obstante hubo numerosos pedidos de prórroga de la apertura, por parte de empresas extranjeras, alegando entre otros motivos la guerra ruso ucraniana. Que fueron respondidos negativamente por ENARSA diciendo que eso era imposible, porque era una compra de suma necesidad y urgencia. ¿Y en consecuencia que pasó? ¡Bingo! El único oferente fue SIAT del grupo Techint, quien detenta el monopolio del acero argentino.
Seguidamente una “comisión evaluadora” nombrada por la propia ENARSA, determinó que la empresa SIAT S.A de Techint, única oferente, había presentado la mejor y única oferta para la adquisición de los 650 kilómetros de caños: 436 millones de dólares más IVA con chapa importada de su subsidiaria de Brasil. Un 12% más caro que lo estipulado en el presupuesto oficial.
Este contrato fue adjudicado el 4 de mayo, informando al respecto ENARSA: “Podemos informar que la oferta adjudicada se ajusta a los exigentes plazos de entrega que dispusimos y por eso estamos convencidos que el Gasoducto Néstor Kirchner se encamina a ser una obra emblemática desde todo punto de vista” declaró el presidente de ENARSA, Agustín Gerez. Radicando la urgencia, que elimina toda objeción, en la exigencia de que deberá estar terminado el 30 de junio del año que viene, lo que es reputado de imposible por parte de distintos especialistas.
Planteando el interrogante de que pasara con sus evidentes enormes sobrecostos, si ese plazo supuestamente fatal, no llega a cumplirse. Como se acostumbra en todas las obras públicas, invocándose al respecto distintos justificativos. A los que el gobernador neuquino Omar Gutiérrez, que parece interesado junto con Techint y otros que el gasoducto se demore lo más posible, por el plus de regalías que le aportan las exportaciones a Chile, le sumo recientemente otra. La “Consulta Previa, Libre e Informada (CLPI) a la Confederación Mapuche” respecto el tendido de los tubos, que bien podría ser el argumento fomentado desde la sombra por los inescrupulosos petroleros, para que la inauguración del GPNK pase al año siguiente, no obstante los enormes sobrecostos.
https://www.ambito.com/gutierrez-abrio-consulta-mapuches-obra-gasoducto-neuquen-n5495493/amp
Al día siguiente, jueves 5 de mayo, el presidente Alberto Fernández recibió para cenar en la Quinta Presidencial de Olivos, a los CEOS de Techint, Paolo Roca y Luis Benatza, ambos involucrados en la polémica causa de los Cuadernos. Quienes gozaban de un imprevisto sobreseimiento, por el abandono del fiscal Guillermo Stornelli en apelar el fallo a favor de ellos del juez federal Ercolini. Y lo mismo hizo este fiscal federal, cuando el juez federal Rafecas archivó la investigación judicial abierta por el GPNK, tras las airadas manifestaciones efectuadas por el renunciado ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas.
En dicho convite el anfitrión y sus poderosos invitados habrán seguramente hablado, entre plato y plato gourmet, respecto las actuales exportaciones de gas natural, el horrible precio del GNL importado, y el millonario contrato del gasoducto PNK que se le acababa de adjudicar a Techint.
Poco después de esta adjudicación y cena, el 30 de mayo, Antonio Pronsato, interventor del Enargas, que respondía a Cristina Kirchner, y cuya misión era llevar adelante el gasoducto, renunció, aduciendo que la licitación de esta “emblemática” obra no avanzaba.
“Se puso todo lento sin motivo. Me decían a todos que sí y no pasaba nada. Era todo “sí, sí” y las cosas no sucedían. No hubo explicaciones. Avisé y un día me fui. Me contrataron por mi experiencia y conocimientos para hacer esta obra que es fundacional para Argentina y no avanzamos, entonces era obvio que no me necesitaban” relató Pronsato.
Tras su renuncia, la cosa comenzó a caldearse dentro del gobierno del Frente de Todos. Hasta que el 3 de junio, en los festejos de los 100 años de YPF, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, ante Alberto, Mindlin, y otros CEOs del petróleo, cuestionó públicamente el contrato con Techint. Motivando esto a su vez la renuncia del ministro de Producción Matías Kulfas, en medio de acusaciones cruzadas.
“Muchachos [por Techint], no podemos darles 200 millones de dólares para que se paguen ustedes mismos la chapa que fabrica una subsidiaria en Brasil. Traigan la chapa de Brasil a hacerla acá en una línea de producción argentina. Si han ganado fortunas acá. El balance en 2021 triplicó al de 2020″ disparó la actual vicepresidenta, desatando un escándalo que terminó en la justicia, quien en un tiempo exprés dijo que no olió nada raro en la licitación del GPNK, pese que apesta.
Y como en un partido de póquer, ese mismo día, ENARSA, como respuesta a los reproches de Pronsato, convocó a licitación para el tendido del ducto proyectado en el 2018, pero mutilado en su trayecto. Por un monto de 1.900 millones de dólares, de los cuales, 500 millones provendrán del famoso impuesto a las grandes fortunas, aprobado por el Congreso de manera excepcional en diciembre del 2020, a raíz de la pandemia. Que ahora volverán a algunos de los dueños de esas grandes fortunas.
Nuevamente, en este nuevo llamado, el plazo para presentar ofertas, fue muy corto: 8 de julio. Un mes. Y otra vez, ese día, no hubo sorpresas. La oferta más económica la hizo otra vez Techint, en sociedad con la constructora SACDE de Mindlin – Pampa Energía – ex IECSA, comprada en el 2017 a la familia Macri. Quedando de esta manera, todo el gas y la obra para transportarlo al interior o al exterior, en esas ávidas manos de aves de rapiña.
Todo craneado a favor de Paolo y otros
El organismo responsable de autorizar las exportaciones de gas natural a Techint, Pampa Energía, Vista Oil, PAE y otros por 26 mil millones de M3, es la subsecretaría de Hidrocarburos y Combustibles. Esta repartición está a cargo de Maggie Luz Videla Oporto. Una ingeniera química egresada de la Universidad Nacional de San Juan, con postgrados en petróleo, minería, y sustentabilidad, y más de 20 años de experiencia laboral en el sector público y privado.
La experimentada funcionaria Videla Oporto, no solo autorizó estas ventas al exterior a niveles récord, mientras el Estado importa gas por otro lado nueve veces más caro, sino que hasta autorizó algunas exportaciones “en firme”. Es decir, comprometiendo un suministro que no se puede cortar bajo ningún concepto. Solidificando así el vínculo contractual del Estado con las petroleras privadas y el exterior, a precios irrisorios, en desmedro del abastecimiento energético interno.
Estas decisiones trascendentes las tomó en base a un informe que ella solicitó a la Dirección Nacional de Exploración y Producción, donde se destaca que en la cuenca de Neuquén hay “luego de pocos meses de la implementación del plan Gas.Ar, una marcada recuperación alcanzando en el período a octubre una producción promedio de 128,7 MMm3/día”. Existiendo por lo tanto un excedente de gas, que por falta de caño no se puede inyectar en las grandes urbes argentinas, y se puede exportar.
Este fue el sustento técnico para autorizar que un tercio del gas producido, se vaya a precios subvaluados a Chile, Uruguay, y Brasil. Estrategia que condice plenamente con los planes de Techint. Que fueron hechos públicos el año pasado, por el nuevo CEO de Tecpetrol, Ricardo Markous, quién sin vueltas, en una entrevista periodística, manifestó:
“Con ese nivel de precios y la abundancia de recursos que tenemos con Vaca Muerta, sin lugar a dudas el siguiente paso es volver a ser un exportador neto de gas. Como primer paso a la región (con los siete gasoductos que tenemos con Chile, dos con Uruguay, el gasoducto con Brasil) y hay que volver a ser un proveedor confiable y ganar de nuevo esos mercados y tener contratos en firme, no solo durante el verano sino durante todo el año. Y la tercera etapa, el sueño que tenemos, es poder exportar al mundo a través de una planta de GNL”.
Respecto al gasoducto PNK y el proyecto de elaborar GNL en Bahía Blanca para exportar, Markous dijo: “claramente es una inversión que hoy la Argentina no tiene capacidad para financiar. Es de muy largo plazo, porque además hay que ser competitivo. Porque hay que competir contra Estados Unidos que tiene un precio de gas similar al de la Argentina, de US$ 2,8 contra US$ 3,5 de acá por las condiciones macroeconómicas, pero que tiene un costo del dinero sustancialmente menor. El proyecto de la planta lo veo más retrasado”. Pero las condiciones actuales con el conflicto ruso ucraniano han cambiado radicalmente. Es aun mucho mayor negocio exportar a la región y al mundo, antes que abastecer el mercado interno.
El viejo curro de las exportaciones de gas
Este curro de las exportaciones de gas a vil precio a los países vecinos, principalmente Chile, no es nada nuevo. Fue denunciado en el año 2006 por el diputado MC Mario Cafiero y Javier Llorens ante la justicia federal, con motivo del vil precio conque se exportaba el gas natural sin retención alguna. Habiéndose “olvidado” tanto los presidentes Eduardo Duhalde como Néstor Kirchner, disponer las retenciones a los hidrocarburos ordenadas por el Congreso con motivo de la crisis del 2001.
De esa manera, reventando el yacimiento Loma de la Lata, ubicado en lo que hoy se conoce como Vaca Muerta, y haciendo una enorme diferencia en Chile que se provee con la importación de GNL, la refinadora REPSOL financió la compra de YPF. Lo cual en el mercado petrolero fue algo así que una merluza se hubiese tragado un tiburón.
Dichas exportaciones se fueron autorizando forzadamente hacia tres países, bajo tres condiciones: A Chile, contra el compromiso de proveer gas natural al sur de Argentina. A Uruguay, bajo el compromiso de hacer reservorios gigantes de gas, como los que existen en Europa, para almacenar el gas allí y devolvernos durante el invierno. Y a Brasil, bajó el compromiso de que se concretara la presa Garabí sobre el Río Uruguay. Ninguna de estas condiciones ni siquiera tuvo un asomo de cumplimiento, y Argentina tampoco lo reclamó, como si hubiese sido un discurso improvisado para la gilada.
Las exportaciones prosiguieron incólumes, y una de las funcionarias que las autorizó plenamente durante el breve gobierno de Fernando De la Rua, fue la entonces secretaria de Industria y Energía Deborá Giorgi. En base a falsos informes de disponibilidades e inversiones, que supuestamente REPSOL iba a concretar en Loma de la Lata. Los abrazos de Paolo Roca, quien por entonces construía los numerosos gasoductos que traspasan la Cordillera, y van hacia Uruguay y Brasil, suelen llegar lejos,
Un par de años después de esa denuncia judicial, que tuvo el mismo destino que tienen todas las que afecten al poder real permanente, las existencias de Loma de la Lata súbitamente se agotaron. Y Argentina por primera vez tuvo que entrar a importar GNL, a precios de u$s 15 el MMBTU, quince veces más caro que el precio que había vendido a Chile. Y tal como ahora, como si se tratara de una mesa de billar con varias troneras, esto también fue un gran negoció para REPSOL, que lo traía de sus nuevos yacimientos en Trinidad Tobago.
Ahora los actores han cambiado, pero el juego el mismo. El de una selva salvaje, donde triunfan los grandes depredadores, porque el guardafauna, de una u otra manera, es cómplice de ellos, pero la discusión no pasa por la necesidad de contar con un verdadero guardafauna. Ni por la actividad de los “sojasileros”, a la par que en el campo existe un enorme tráfico de productos en negro, y un revoleo de cajas de dinero en efectivo, ante una AFIP digitalizada y policias provinciales corrompidas. Ni por la activadad de las grandes petroleros “afanagas”, que a su vez reciben enormes contratos con siderales sobreprecios por parte del Estado. Sino por la actividad los “choriplaneros”, quienes después de años de no encontrar trabajos de calidad, en un país que no los brinda, se las ingeniaron en la selva salvaje con las protestas, para vivir sin trabajar, a costa de un guardafauna que no es tal.-
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