A través del Fondo de Garantía de Sustentabilidad, Anses es propietaria del 26,03% de la empresa Ternium, principal fabricante de acero del país. La firma propiedad del grupo Techint generó ganancias exorbitantes los últimos años, que no liquidó al Fondo de Garantía de Sustentabilidad por casi 500 millones de dólares, pero fundamenta el despido de 1.500 obreros por el parate general.
Por Guillermo Posada y Lázaro Llorens – 1/4/2020
El despido de 1.450 trabajadores de la construcción de una de las empresas que integra el holding Techint, que dirige Paolo Rocca, puso el foco sobre un conglomerado empresario que constituye el grupo económico más importante del país, y advierte sobre las futuras implicancias de un choque de trenes con el gobierno nacional.
En el contexto de la pandemia que asola al mundo y que determinó que la administración de Alberto Fernández decrete la cuarentena total en el país y el cierre de fronteras, las cesantías aparecen como una medida que tiene más interpretaciones políticas que laborales. Se trata de una empresa con presencia en numerosos países que despidió a trabajadores de la construcción, no precisamente los asalariados mejor pagos, que despliega por todo el mundo contratos millonarios, y tiene “espalda” suficientes para pagar algunas quincenas.
El holding de Rocca es líder, entre otros rubros, en siderurgia con Ternium, en la producción de caños sin costura para la industria petrolera con Tenaris, en la explotación petrolera en Vaca Muerta con Tecpetrol, en obras de infraestructura con Techint Ingeniería y Construcción, estas última fuente de los despidos anunciados de trabajadores en Tucumán, Neuquén y Buenos Aires.
Según el periodista porteño Alejandro Bercovich, con la medida Techint se ahorraría entre 25 y 30 millones de pesos, esto es 465 mil dólares. Finalmente, en las últimas horas este lunes, el Ministerio de Trabajo anunció que los despidos quedaron sin efecto al dictarse la conciliación obligatoria.
Pero al margen de las cuestiones políticas que motorizan los despidos, se generó un amplio arco de repudio que la medida sea tomada por el empresario más rico del país. Según publicó la revista Forbes el año pasado, Rocca es poseedor de una fortuna que alcanza 8 mil millones de dólares.
Además, directivos y familiares directos de Rocca se inscribieron en el proceso de blanqueo de capitales evadidos que promovió Mauricio Macri a comienzos de su gobierno, pasando a la legalidad 9.100 millones de pesos. Sólo una prima de Paolo, Marcela Rocca, blanqueó 6.100 millones, según informó El Destape Web.

Ahora, un análisis de los informes de los balances de la siderúrgica Ternium, ex Somisa, establece que Techint viene reteniendo la liquidación de millonarias utilidades que generó la empresa durante los últimos, que corresponde cobrar al Estado, a partir de la participación accionaria que el Anses tiene en la firma.
Por medio del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS), el Estado es propietario del 26,03% de las acciones, desde que la entonces presidenta Cristina Fernández estatizó el sistema previsional, y dio de baja las tristemente célebres AFJP, durante su primer mandato. La Anses confirmó a través de la Gerencia General que ese porcentaje se mantiene en pie en la actualidad.

En 2011 se generó una controversia durante varios meses cuando el gobierno quiso ampliar la representación de directores del Estado, entre los que estaba el actual gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof. Entonces Techint intentó judicializar la situación para congelar los nombramientos, hasta que debió aceptar la realidad que el kirchnerismo tenía derecho a nombrar directores en Ternium.

Ante ese panorama, Techint adoptó la política de acumular gran parte de las ganancias en su activo, distribuyendo un mínimo de dividendos en efectivo, de los cuales más de una cuarta parte, el 26%,03 % deberían haber ido a parar a las arcas de la ANSES. Mientras, el conjunto del Estado afrontaba un fuerte ajuste y el propio FGS perdía el 70% de su valor en dólares, según afirmó el General de Anses, Santiago Fraschina.
La designación que realizó Macri de Miguel Ángel Toma como director por el Estado en Ternium evidencia no haber sido el mejor camino para hacer valer los intereses del FGS. Esta semana, tras estallar el escándalo cuando el Presidente Alberto Fernández castigó a la corporación por los despidos, fue llamativamente Toma quien salió a defender la decisión de Techint, afirmando que la empresa se ajustaba al convenio colectivo de la UOCRA (albañiles), que habilita la baja de contratos si separan las obras, como es en el caso de la cuarentena actual.
Al cierre de este informe, la Anses presionaba a los directores en representación del Estado en las distintas grandes firmas, incluida Ternium, para que renuncien aquellos heredados del macrismo.

Millonaria retención de dividendos
Una pesquisa en los informes de balance que Ternium SA presenta anualmente en Comisión Nacional de Valores (CNV) da cuenta que en el último quinquenio entre los ejercicios del 2015 al 2019, la firma obtuvo resultados actualizados por 181.791 millones de pesos, equivalente a 2819, 8 millones de dólares al tipo de cambio actual.
De ese monto, Anses debió recibir liquidaciones por las ganancias mínimas, en función del paquete accionario que posee, en orden a los 35.708 millones de pesos, equivalentes a 553,9 millones de dólares.
Pero conforme las recomendaciones del directorio de la empresa, la asamblea de accionistas solo autorizó el pago de dividendos en efectivo por 22.254 millones de pesos a valores actuales, correspondiéndole al entre previsional solo 5.793 millones de pesos, equivalentes a 89,9 millones de dólares.
Hay una diferencia de 29.916 millones de pesos, equivalentes a 464 millones de dólares, que quedaron en posesión de la empresa en calidad de “Ganancias reservadas” y “Otras Reservas”, administradas por Ternium Techint, y colocadas en función de sus propias decisiones empresariales.
Si se desgranan estas cifras año a año, estimado en dólares, en 2016 Anses debió recibir por dividendos 34,1 millones pero ingresaron a sus arcas solo 13,2 millones; en 2017 le correspondían 86 millones y recibió 16,7; en 2018 los dividendos de Anses alcanzaron 79,4 pero recibió 21,4; por último en 2019 los dividendos fueron de 267,6 millones de dólares pero recibió dividendos por 19 millones.
En el siguiente facsímil correspondiente al balance de Ternium del año 2018, se ve reflejada la tesitura de los Rocca a lo largo del quinquenio, de mandar el grueso de las utilidades a las Reservas, y distribuir un mínimo dividendo en efectivo. En este caso dispusieron mandar 26.221 millones de pesos a Reservas para futuros dividendos, además de Otras reservas por 13.827 millones de pasos, y pagar dividendos en efectivo por solo 2.845 millones, equivalente al 10,85 % de las Reservas para futuros dividendos.
En el siguiente facsímil correspondiente al balance del año 2019, dispusieron mandar a Reservas para futuros dividendos nada menos que 40.328 millones de pesos, además de Otras reservas por 16.887 millones, y pagar dividendos en efectivo por solo 4.375 millones, que también es exactamente el 10,85 % de las Reservas para futuros dividendos.
https://investors.ternium.com/Spanish/centro-de-inversores-ternium-argentina-byma-txar/informacion-financiera/default.aspx
Vale señalar que como director general de Anses, Alejandro Vanoli, advirtió por twitter que la entidad “es un accionista minoritario de las empresas en las que el Fondo de Garantía de Sustentabilidad posee paquete accionario. Por lo que, no tiene facultades para modificar de ninguna manera el funcionamiento societario”.
https://twitter.com/avanoliok/status/1245062384701583360?s=20
El que avisa no traiciona, y por eso Ternium aclara en la información adicional que provee a sus accionistas que “la sociedad no tiene una política formal que regule el monto y distribución de dividendos. La distribución de dividendos depende de los resultados económicos, de la situación financiera, de las perspectivas económicas, de los planes de inversión y de otros factores de influencia sobre la marcha de la sociedad, los que determinan el criterio del Directorio para la propuesta a efectuar a la Asamblea. Posteriormente la Asamblea de Accionistas es la que analiza la propuesta recibida por el Directorio y aprueba o modifica la misma”.
En base a esas difusas políticas de los Rocca, la ANSES recibió dividendos en efectivo en relación con los resultados de cada año, de solo un 3,2 % en el 2015, 2,9 % en el 2016, 3,4 % en el 2017, 2,0 % en el 2018, 9,1 % en el 2019, con un promedio del 3,2 % entre el 2015 y el 2019.
Las decisiones fueron tomadas por Rocca y compañía, que en ese periodo efectivizó ganancias siderales por casi 3 mil millones de dólares. ¿Cómo se explica en ese marco la negativa a mantener en plantilla a 1.500 trabajadores de la construcción en medio de la pandemia?
Sin anclaje
En tal sentido, el economista Agustín Crivelli, investigador del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz, analizó el transcurrir del principal grupo económico en Argentina, señalando que “queda claro cuál es la diferencia entre las empresas nacionales y las empresas locales pero que no tienen una mirada nacional, escindidas de la realidad nacional y de lo que es un proyecto estratégico de desarrollo y de sociedad”.
El investigador añadió que “es difícil defender a Techint como una empresa argentina porque con estas actitudes te das cuenta que no tienen ningún tipo de compromiso con el país. Por eso no tiene sentido que en algún otro contexto la empresa reclame que el Estado nacional la defienda, como fue el caso de Venezuela, porque no tiene anclaje, no le interesa, a pesar del discurso que tiene del desarrollo de proveedores pymes y compre nacional, sino que maximiza las ganancias aun en un contexto como el actual”.
De igual manera sucedió cuando la Provincia de Córdoba había elegido había elegido a empresas chinas para la construcción de los gasoductos troncales en el interior provincial, que iba a proveer tubos sin costura de origen chino.
Por su parte Techint que había perdido la licitación, presionó ante Schiaretti y Macri recién asumido. Y logró que los chinos fueran apartados de la licitación y que los tubos se compraran a Tenaris, la empresa del holding que los fabrica, que costaban un 60% más que los orientales, aduciendo que se trataba de “producción nacional”, argumento siempre a mano cuando conviene.
Ver Disputa de acero entre Techint y Schiaretti.
En relación a las ganancias del grupo económico durante la gestión macrista, Crivelli sentenció que “sin duda que los resultados de Techint durante el gobierno de Macri fueron positivos y las empresas crecieron mucho en la Bolsa, hasta que empezó la debacle generalizada. No están ni cerca una crisis. Es cierto que Tenaris, que fabrica los caños sin costura para la industria petrolera, se ve afectada por la baja del precio del petróleo. Pero no alcanza para ponerla en crisis, menos al grupo en general”.
Contexto 1: Techint reclama subsidios
El paso por la función pública del ex Ceo de Shell, Juan José Aranguren, como ministro de Energía de Mauricio Macri, dejó algo más que un reguero de tarifazos continuados.
El año pasado el esquema de subsidios que el ministro-empresario dejó plantado, a través de la resolución 46 de la cartera a su cargo, empezó a crujir ante la necesidad del macrismo de completar el ajuste que en ese momento llevaba adelante el ministro de Economía Nicolás Dujovne.
A través de Tecpetrol, compañía activa en la exploración de shale gas en Vaca Muerta, Techint concretó en mayo pasado una demanda judicial por subsidios estatales supuestamente mal liquidados por 5.500 millones de pesos. Según el portal Perfil el millonario reclamo apunta a que “cuando salió la resolución 46, el esquema de subsidios alcanzaba a toda la extracción de gas incluido en el programa”.
Pero en febrero de 2019, el Gobierno indicó que solo subsidiará el monto declarado inicialmente a la hora de presentar el proyecto. En ese entonces, Tecpetrol estimó una producción de 8,5 millones de metros cúbicos de gas por día (m3/día) y cebado por el subsidio, terminó produciendo 17,5 millones de m3/día.

La voracidad de los Rocca quedó así puesta enteramente de manifiesto: mientras que reclama por un lado que el Estado cumpla el supuesto compromiso de garantizar un precio sostén elevadísimo, para invertir en el desarrollo del yacimiento de la provincia de Neuquén, a la par que acumula una enorme masa de dividendos sin distribuir en Ternium, para que no vayan a parar a la caja de la ANSES.
Contexto 2: Dale la T
Más allá de su reconocida capacidad industrial, la familia Rocca en Argentina es la vera imagen del empresario prebendario. Que con una enorme habilidad usó a la Argentina como trampolín para lanzarse hacia el mundo. Dejando, claro está, el grueso de sus beneficios en el exterior al estar el holding radicado en el paraíso fiscal de Luxemburgo.
Ver Breve semblanza de los mega lobistas prebendarios Rocca, Bulgheroni, Eurnekian
La historia comenzó durante el primer peronismo, con el patriarca Agostino Rocca llegado de Milán, después de la Segunda Guerra Mundial, con antecedentes como fabricante de cañones en la Italia fascista. Él creo Techint, empresa que fue favorecida con la realización de los gasoductos que trajeron el gas natural desde el sur del país, y se convirtió en contratista permanente de las grandes obras del estado.
Poco después con la tecnología de la fabricación de cañones, apareció en Campana Dálmine Siderca, hoy Tenaris, la fabricante de los tubos sin costura para la industria del petróleo, producción que los Rocca vendían caro a YPF y más barato en el exterior. Además de contar con un precio subsidio del acero para la fabricación de ellos de la estatal Somisa. Y hoy cuenta con una alta protección arancelaria para no competir con los tubos chinos.
Posteriormente con la dictadura militar del general Onganía, apareció en Ensenada Propulsora Siderúrgica, quien con materia prima subsidiada de Somisa, elaboraba chapas laminadas, principalmente dedicadas a los fabricantes de automóviles, que periódicamente se quejan de lo caro de ellas.
Con la privatización periférica de YPF por “Joe” Martínez de Hoz durante la última dictadura militar, apareció Tecpetrol como contratista en las áreas de explotación de YPF. La que luego en los `90 con las privatizaciones de Domingo Cavallo y Carlos Menem, se quedó como concesionaria de ellas. Y previamente con el primero de ellos, logró la estatización de su deuda externa, que en muchos casos era back to back o autopréstamos.
También en esa ocasión Techint –tras haberla ordeñado durante décadas- se quedó con la empresa siderúrgica orgullo de la autoestima nacional, Somisa. El vaciamiento apresurado, el despido de la mitad del personal, y el precio vil pagado, con un alto stock de materia prima y productos elaborados, en una operación que cerró la inefable María Julia Alzogaray, dieron a Techint la llave del monopolio del acero.
“Previo a la privatización –reseñó Pagina12 en 2011–, Techint mantenía una relación privilegiada con Somisa, que le vendía la materia prima a precios más bajos que los vigentes en el mercado y le otorgaba subsidios directos, además de establecer acuerdos de precios en ciertos mercados donde ambas competían. Techint, con Siderca y Propulsora Siderúrgica, creció al amparo de los beneficios que, para el sector, implicaba el impulso que a la siderurgia transmitía Somisa.”
De esa privatización nació Siderar, la que junto con Hylsa e Imsa, dieron lugar a Ternium, actualmente con sucursales en México, Colombia, Guatemala y Estados Unidos. Así, Techint pasó también a monopolizar los caños sin costura, y las chapas de zinc, que cuentan con alta protección arancelaria para no competir con la chapa australiana, mucho más barata, pese a ser el techo de los pobres.
Hoy con amplio porcentaje estatal, el gobierno nacional, en estricta aplicación de la ley, tiene la oportunidad de abandonar el papel de socio bobo para corregir un rumbo empresarial marcado por las prebendas y subsidios cruzados, el abuso de la posición dominante en los mercados, el aprovechamiento de los dineros públicos de forma sistemática en beneficio propio, y por los despidos masivos en periodo de aguda crisis sanitaria.-
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