La BUS (Boleta Unica Sufragio) cordobesa, parece ser un bus que puede llevar a cualquier resultado, ya sea por deficiencias de ella e incultura del elector, o la picaresca electoral del partido gobernante. Poniendo en duda la enorme e inusitada masa de votos en blancos registrados, si realmente el gobernador contador Juan Schiaretti, triunfó con el 54 % de los votos. O si ello fue el resultado de un dibujo propio de un contador, aprovechando el déficit de fiscalización por la confusión y división de la oposición, y las vulnerabilidades que presenta la BUS. A los efectos de impactar en la opinión pública con un “triunfo aplastante” para lanzarse al ruedo nacional como el “gran elector”. Abriendo esto un serio cuestionamiento al declamado “republicanismo” del mencionado gobernador, que ya tenía en su haber serias sospechas de fraude en las elecciones del 2007.
Por Redacción – 21/5/2019
Nadie parece haber advertido en esta era de periodismo enclenque, que en las elecciones realizadas en Córdoba el 12 de mayo pasado con la BUS (Boleta Unica Sufragio) se dio nuevamente el hecho asombroso de haberse registrado una enorme cantidad de votos en blanco, principalmente para las categorías de Legislador Distrito Único, Legislador Departamental, y Tribunal de Cuentas. A lo que se sumó una alta abstención de votantes.
El caso extremo como ejemplo, fue la votación para integrar el Tribunal de Cuentas provincial, que supuestamente debe hacer de auditor del Poder Ejecutivo de turno. Su resultado y distorsión en un sistema democrático se puede apreciar en el siguiente cuadro, en el que la lista oficialista del gobernador Juan Schiaretti “Hacemos por Córdoba”, solo obtuvo el 29,3 % de los votos, con un total de 846.777 votos, sobre un padrón de 2.889.973. O sea que menos de tres cordobeses cada diez, votaron para que se integrara ese tribunal con la lista oficialista.
Ubicándose inmediatamente en segundo lugar los 811.233 cordobeses que no concurrieron a votar, con un 28,1 % del padrón, O sea que casi tres de cada diez cordobeses se abstuvieron de sufragar. Apareciendo a continuación la tercera fuerza interviniente, que son los Votos Negativos, constituidos por los votos en blanco, impugnados, nulos y recurridos, que suman nada menos 457.933, y equivalen al 15,8 % del padrón. O sea que uno de cada seis cordobeses voto en blanco, o su voto resulto nulo.
En cuanto a la dividida alianza Cambiemos, la lista de Mario Negri “Córdoba Cambia” cosechó 287.632 votos, equivalente al 10 % del padrón. O sea que solo uno de cada diez cordobeses votos esa lista. Y en el caso de Ramón Mestre con la centenaria UCR, que protagonizó una catástrofe histórica, solo obtuvo 208.174 votos, el 7,2 % del padrón, votándolo solo uno cada catorce cordobeses.
El resultado concreto de estos guarismos en términos institucionales, es que el oficialismo gobernante con una primera minoría de menos del 29,3 % de los votos, se quedó con el 67 % del poder de decisión en el Tribunal de Cuentas de tres miembros. Que se integra con dos representantes del partido de gobierno, y un representante de la segunda minoría.
Según la Constitución Provincial, dicho tribunal puede estar integrado con hasta siete miembros en números impares, para evitar un empate. Sin embargo, contrariando frontalmente el peronismo supuestamente “republicano” de Schiaretti, y no obstante las sucesivas reformas que el peronismo hizo respecto su Carta Orgánica, al cordobesismo delasotista schiarettista nunca se le ocurrió ampliar el número de sus integrantes.
Porque en tal caso con siete integrantes, podría perder la mayoría automática, al pasar a contar solo con el 43 % del poder de decisión, como se puede observar en el cuadro. Y así las intransparentes cuentas cordobesas, son hasta hoy y por cuatro años más, autoaprobadas por el partido oficialista, en un organismo que debería dirigido por la oposición.
Los votos negativos
El siguiente gráfico visualiza la avalancha de votos negativos o “no positivos”, que se registró en la elección del 12/5. Estando integrados ellos sustancialmente con los votos en blanco, sumados a los impugnados, nulos y recurridos; y expresados en porcentaje respecto los votos emitidos. Y diferenciados para las cuatro categorías de la elección provincial: Gobernador y Vice, Legislador Distrito Unico, Legislador Departamental, y Tribunal de Cuentas. Correspondientes a los departamentos con más de 50 mil electores, que abarcan a trece de un total de veintiséis, y representan al 88,2 % del total del padrón.
Se puede apreciar en el gráfico que para la elección a Gobernador y Vicegobernador, el promedio provincial de votos negativos arrojó un 9,15 %, cifra de por si notable, que supera anteriores registros. Al haberse obtenido en la elección del año 2015 para esta categoría también con el empleo de la BUS un 7,24 %. Mientras que a la par en la elección nacional con la boleta tradicional, no superó el 2 %. Y en cuanto a cada departamento, el promedio oscila entre un 12,9 % en Calamuchita, y un 6,4 % en Tercero Arriba.
En el caso de Legislador por Distrito Unico, el panorama se agrava ostensiblemente. Dado que el promedio provincial trepa a un 21,6 %, superando el registro del año 2015 para esta categoría con la BUS, que fue del 19,14 %. Con un entorno de un 27,9 % en Calamuchita, y un 16,1 % en Punilla.
Acontece algo parecido en la categoría para Legislador Departamental. Que arroja un promedio provincial del 19,8 %, superando el registro de la BUS del 2015, que fue de 17,34 %, y con un entorno de entre 26 % en Calamuchita, y un 15,7 % en Punilla.
Por último la máxima expresión de esta anomalía sucedió, tal como se anticipó al principio de la nota, con los votos en la categoría Tribunal de Cuentas. Llegando el promedio provincial de votos negativos a un 23 %. Con un entorno de un 29,8 % en Calamuchita, y un 17,6 % en Punilla.
Como el caso de un auditor que descubre un grave desfalco por el faltante de unas monedas, otro indicador notable de la desprolijidad del escrutinio provisorio, reside en el hecho de que la cantidad de las BUS escrutadas para Gobernador y Vice, no coinciden con las escrutadas para Legislador por Distrito Unico, y Tribunal de Cuentas.
Registrándose en todos los casos diferencias, no obstante corresponder a la misma BUS. Totalizando una diferencia de 22.031 votos en la categoría de Legislador Distrito Unico (2.008.966 – 1.986.935) y 27.244 en la categoría de Tribunal de Cuentas (2.008.966 – 1.981.722). Desconociéndose la diferencia respecto la categoría Legislador Departamental, al no haberse consolidado el total de esas cifras.
Estos resultados provinciales, no se condicen para nada con los de las elecciones legislativas nacionales del año 2017, concretada con las boletas tradicionales. En la cual se impuso Cambiemos, por el alto margen de 48,5 % a 30,5 % sobre el frente oficialista Unión Por Córdoba, hoy Hacemos por Córdoba, conforme se puede ver en el siguiente cuadro.
En ambos hubo una concurrencia de votantes parecida. Del 72,7 % en el 2017, con 2.113.661 electores. Mientras que actualmente, escrutadas el 98,82 % de las 8.653 mesas habilitadas con el escrutinio provisorio, se registró una concurrencia de un 71,9 %, con 2.078.740 votantes.
¿Qué pasó en realidad? La versión benigna
El relato benigno que explique esta anomalía del aumento de los ya sustanciales votos negativos obtenidos con la BUS, podría fundarse en una crítica al Gobierno y al electorado. Consistente respecto el primero, que el agregar nuevas casillas a tildar, en lugar de aclarar confunde a un más a un electorado de bajo nivel cultural.
Tal como hizo el gobierno al incorporar el voto por Lista Completa en el margen izquierdo de la BUS, para tratar de arrastrar al voto detrás de la imagen de Schiaretti. Esta incorporación fue cuestionada por la oposición, sobre todo por los candidatos a intendentes, principalmente por Luis Juez.
Porque acorde con el instructivo con el que se despachó la Justicia Electoral afín con el oficialismo, en tal caso la anulación del voto no correspondía a la Lista Completa y su fila horizontal, sino solo al de la columna tildada por fuera de ella. Lo cual nulificaba el voto a intendente, si el elector optaba también por un intendente que no pertenecía a la lista completa tildada.
La justicia con la firma de la jueza electoral Marta Vidal, y el vocal de cámara Leonardo González Zamar, rechazó ese planteo, diciendo en esencia que los accionantes “parecen subestimar la comprensión del elector a la hora de emitir el sufragio”. Razón por la que contrario sensu, la explicación de la enorme cantidad de votos negativos registrados con la BUS, residirían en una sobreestimación de la comprensión del elector por parte de la justicia cordobesa, a la hora de emitir el sufragio.
Al respecto una encuesta presencial realizada en la ciudad de Córdoba antes de las elecciones por la consultora Explanans, aporta argumentos para esta explicación benigna del fenómeno de los votos negativos con la BUS. Al arrojar como resultado, que solo el 51,4% de los encuestados dijo saber cómo utilizar la BUS. Mientras que un 34,7% de ellos aseguraron no saber nada de ellas, y otro 12,8% manifestó tener dudas al respecto.
De esta manera nada menos que un 47,5% de electorado de la ciudad de Córdoba, manifestó no sentirse capacitado para votar con la BUS. Siendo las personas mayores de 60 años las que registraban la mayor dificultad para utilizar esa papeleta única. Mientras que en el segmento de edad entre 18 y 45 años, era el que tenía mayor nivel de conocimiento al respecto. Y es de suponer que esta dificultad resulta mayor aun en el interior rural cordobés.
Por su parte el Tribunal Electoral Provincial a través del vocal de cámara Jorge Namur manifestó conocer esta problemática, afirmando: “Nos preocupa el nivel de conocimiento que tiene el electorado pero confiamos en llegar a la elección brindando la suficiente información. Nosotros preferimos concentrar la capacitación en las últimas dos o tres semanas previas a la elección, para que la gente tenga la información más fresca a la hora de votar”.
Anticipando que a las campañas de difusión en medios de comunicación, se sumaría otra de capacitación en la vía pública. “Hemos diseñado un esquema que incluirá 67 puestos en toda la provincia, 15 de los cuales estarán en la ciudad de Córdoba. Los vamos a distribuir en puntos estratégicos donde personal de la Justicia electoral estará enseñando a utilizar la boleta única de sufragio con folletería y material didáctico”, explicó Namur.
Sin tener evidentemente en cuenta lo insuficiente de esa medida, en un territorio electoral de 165 mil kilómetros cuadrados, con 8.653 mesas, lo que arroja groso modo una mesa cada 19 kilómetros cuadrados. Poniendo en evidencia tanto los anómalos números de la votación como estas explicaciones, que la BUS cordobesa resulta un instrumento de votación cada vez más inidóneo, para que a través de ella se manifieste la voluntad del electorado.
¿Qué pasó en realidad? La versión maligna
Pero a esa versión benigna, se le puede contraponer una versión maligna, consistente en esencia simplemente en la vieja tradición del fraude de “volcar las urnas”, cuando no existe una adecuada fiscalización por parte de la oposición. Que en el caso de la BUS, ni siquiera hace falta agregar o sustituir boletas, sino solo agregar un tilde a una boleta con un voto en blanco. Que en el caso de la BUS no se manifiesta activamente, sino pasivamente con la ausencia de tildes en ella.
Fraude que podría verse visto facilitado en esta ocasión, por la división de Cambiemos con la UCR de Mestre por un lado, y Córdoba Cambia de Negri por el otro. Y la confusión y el desencanto por parte de sus dirigentes y adherentes, ante el estrepitoso fracaso de la política del gobierno nacional. Después de haber encantado al electorado con las promesas de “podes estar mejor” y “pobreza cero”.
Esta decepción explicaría la existencia de una gran cantidad de votos negativos, que en el caso de los legisladores y tribunal de cuentas, duplican largamente los correspondientes a Gobernador y Vice. Los que habrían tenido una doble dificultad para que se transfirieran directamente hacia el peronismo cordobés.
Una de ellas es la tradicional y pareja rivalidad existente desde siempre entre la UCR y el PJ. Y la otra la notable afinidad existente entre los gobiernos del presidente Mauricio Macri y del gobernador Schiaretti. Quienes cultivan una vieja e íntima relación entre sí, y no precisamente altruista. Puesta claramente de manifestó en un video donde en oportunidad de una visita del presidente Macri a Córdoba, se ve a ambos bailando cuarteto y chocando sus colas.
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Por lo que se puede afirmar que el cordobesismo de Schiaretti -que fue empleado de Fiat y secretario de Industria de la Nación que velaba por los intereses de Fiat Sevel Macri- y del fallecido José Manuel de la Sota -que fue empleado del grupo Socma Macri- es un peronismo amarillo. Color que se puso claramente de manifiesto en oportunidad del balotaje del 2015, donde la abierta inacción del peronismo local en cuanto apoyar a Scioli, le permitió a Cambiemos triunfar con el 71,5 % de los votos. Y hacer una diferencia de un 43 % y 930 mil votos respecto a Scioli, dándole así a Macri el triunfo en el orden nacional, donde se registró una diferencia de solo 679 mil votos.
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Pero no obstante la afinidad de este peronismo amarillo con Cambiemos, en la elección del 12/5 buena parte de los votos desencantados del macrismo, parecen haberse transferido hacia el peronismo amarillo de Schiaretti. Además de los correspondientes al kirchnerismo, que no llevó candidato propio.
En concreto al pasar del 30,5 % en el 2017, al 54 % actualmente, el peronismo amarillo de Schiaretti inusitadamente logro aumentar su caudal de votos nada menos que un 77 %. Con la aparente contribución de los votos kirchneristas en un 9,7 %, conforme la elección del 2017, y alrededor de un 14 % de los votos de Cambiemos. Los que de esta forma habrían caído a alrededor de un 35 %.
No obstante esta explicación no se compadece con la boca de urna realizada por la encuestadora española CyM Consulting, que venía de tener un notable acierto en las elecciones de Rio Negro. Donde como se puede apreciar en el siguiente cuadro, solo erró por 1,27 puntos el triunfo de “Juntos somos Rio Negro”; por 3,13 puntos la votación a favor del segundo, el “Frente para la Victoria”; por 0,84 puntos la debacle de Cambiemos, y por 0,61 la posición del cuarto, etc.
Respecto la previa elección en Neuquén, concretada con la BUE (Boleta Unica Electrónica) en la que se registraron graves denuncias de que las maquinas emitían e imprimían un voto equivocado a favor del oficialismo, con una calidad y tamaño de impresión que hacían difícil su verificación, a la que seguramente muchos votantes pasaron por alto, CyM Consulting registro serías diferencias. Que serían otra prueba del fraude electrónico que se habría cometido en esa provincia, donde se cuecen enormes intereses económicos, con motivo de existir allí el fabuloso megayacimiento de Vaca Muerta.
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Concretamente CyM Consulting, como se puede ver en la siguiente imagen, anticipó el triunfo de Schiaretti en la categoría para Gobernador y Vice, pero con un 48,83 %, por debajo del 53,97 % del escrutinio provisorio, con una diferencia de 5,14 %. El que por otro lado no se corresponde para nada con el 43,55 % que obtuvo para Legisladores por Distrito Unico, ni con el 42,73 % que obtuvo para el Tribunal de Cuentas.
Además CyM Consulting le asignó un 26,38 % de votos a Negri, que según el escrutinio provisorio registró un 17,78 %, apareciendo así una diferencia de un 8,6 %. A Mestre le asignó un 10,79 %, con una diferencia minúscula de 0,15 %, al haber obtenido un 10,94 %. A Encuentro Vecinal un 4,37 %, con una diferencia de solo un 0, 65 %. Y al Frente de Izquierda 2,19 %, con una diferencia de 0,5 %.
De tal manera la boca de urna de CyM Consulting solo tuvo desaciertos pronunciados respecto Schiaretti y Mestre. Al que cabe agregar los votos negativos (blancos y nulos) a los que CyM atribuyó un mínimo de 1,02 %. Habiéndose registrado en el escrutinio provisorio para Gobernador y Vice un 9,15 % de ellos, con un 5,79 % correspondientes a los votos en blanco.
Quedando así expuesto un triángulo con una marea de votos en blanco, que en la boca de urna no se habrían reflejado, atribuyéndolos a Negri. Y que no obstante parte de ellos parecerían haber ido a parar a favor de Schiaretti, quien de esta manera se impuso con un “aplastante” triunfo electoral por arriba del mítico 50 %. Obteniendo así un acervo o diploma indispensable para poder lanzarse a incidir en el plano nacional como el gran armador o gran elector de Alternativa Federal.
En tal sentido nada es más fácil de fraguar que una BUS en blanco, donde un simple tilde representa un voto positivo. Y también está la posibilidad de haber cambiado las BUS a favor de Negri, por otra a favor de Juan, acorde con la propaganda de “Juan hace”. Fraude que se habría visto facilitado por la división, confusión, y desencanto de la alianza de Cambiemos, con la cabeza bicéfala de Negri y Mestre.
Siendo notable en tal sentido, las subrepticias ententes que este último ha tenido con el delasotismo schiarettista. Un ejemplo de ellas, entre otras, es la de haber fijado la fecha para la elección de intendente, el mismo día que el de la elección para gobernador. Facilitando así el triunfo que tuvo el candidato oficialista Martín Llaryora, que conquistó nuevamente la intendencia para el peronismo, después de 45 años.
Dicha alianza había obtenido exultantes triunfos previos, en el 2015 y 2017, y en la actual elección habría tenido serios déficits de fiscalización, sobre todo en las mesas de votación más remotas. A lo que debe agregarse también el factor de la corrupción, tal como lo denunciaron los candidatos Juez y Aurelio García Elorrio, diciendo que este último que hay candidatos, “que han comprado votos, han comprado voluntades, han repartido cheques, vinculados a este comicio”.
Este fraude no sería una novedad en Córdoba, y menos aun con el contador Schiaretti. Basta con ver los cerca de 82.200 resultados que arroja la búsqueda en Google de las palabras “Schiaretti fraude”. Motivados por la escandalosas elecciones cordobesas del 2007, en las que en su escrutinio provisorio iban ganando Luis Juez, hasta el momento en que el Correo Argentino lo interrumpió, para anunciar varias horas después el triunfo a Schiaretti, por una diferencia de solo el 1,17 %.
A la que la justicia cordobesa en el escrutinio definitivo, la redujo a un 1,13 %, con un 37,17 % de los votos para Schiaretti, y un 36,04 % para Juez, tras haberse negado a abrir todas las urnas. Con la particularidad que en relación a los legisladores por Distrito Unico y Departamentales, la alianza encabezada por Schiaretti solo obtuvo un 35,24 % y 35,46 % respectivamente, por debajo en ambos casos de los votos atribuidos a Juez.
Así el contador Schiaretti con el sistema de votación tradicional, en esa oportunidad logró imponerse por la mínima diferencia. Cuyo escándalo luego trajo aparejado la aparición de la BUS. Y en esta ocasión contando con estas, procuro imponerse por la máxima diferencia, superando el mítico 50 %, para impactar de lleno en la opinión pública, no solo local sino también nacional. Y para eso habría reflotado la picaresca del 2007, y explotado los agujeros de las tilde de la BUS, y la posibilidad que brindan de poder positivizar los votos en blanco, emitidos pasivamente sin poner tildes.
Esa intención política de conmover a la opinión pública, la puso en evidencia la manipulación en la carga de los datos en la que incurrió la empresa contratada para el escrutinio provisorio, MSA. La que a su vez propicia el voto electrónico con la BUE, que ya ha sido aprobado en Córdoba, y en las elecciones del 12/5 se ensayó en las localidades de Cosquín, La Falda, y Marcos Juárez.
MSA inicio la publicación de los datos, atribuyéndole un espectacular triunfo a Schiaretti, por más de un 60 %, con la consecuente impresión dejada para siempre en una opinión pública no advertida. Figurando incluso actualmente en muchos portales de la web, porcentajes cercanos a esa cifra, que no se corresponden con el resultado final del escrutinio provisorio.
La representatividad real de “Hacemos por Córdoba” de Schiaretti
Más allá de las picardías del contador Schiaretti, y de los impactantes porcentajes que quiso mostrar a la opinión publica provincial y la nacional, para presentarse como el gran caudillo del interior y cabeza de Alternativa Federal, lo importante es la representatividad real que ha logrado él y la alianza electoral que encabeza, Hacemos por Córdoba. Cuantificada en base a los votos reales que ha obtenido, en proporción a los electores potenciales que figuran en el padrón.
En el siguiente gráfico se ha visualizado esa representatividad, para cada categoría del voto, y para cada departamento analizado, y su promedio provincial resultante. Apreciándose que en la categoría para Gobernador y Vice con la fórmula Schiaretti – Calvo, el porcentaje varía desde el extremo del 52,6 % en el departamento Santa María, a un mínimo de un 34,2 % logrado en la Capital cordobesa. Arrojando un promedio provincial del 37,5 %, lo que representa que poco más de uno cada tres cordobeses, eligió a Schiaretti nuevamente para gobernador.
En cuanto a los Legisladores por Distrito Unico, la representatividad la encabeza nuevamente Santa María con un 42,2 %, y en la cola está nuevamente la capital cordobesa, con un 25,9 %. Arrojando un promedio para provincial de un 29,9 %. O sea que solo tres de cada diez cordobeses, eligieron a los Legisladores por Distrito Unico de “Hacemos por Córdoba”.
En cuanto a los Legisladores Departamentales, se dan cifras parecidas en los extremos, con un 42,9 % en Santa María, y un 26 % para la capital cordobesa, con un promedio de un 33,6 % para el total provincial. Representando esto que solo uno de cada tres cordobeses voto a Hacemos por Córdoba en esa categoría.
Respecto el Tribunal de Cuentas, que debe controlar las cuentas del contador Schiaretti, también encabeza la representatividad el departamento Santa María con un 40,8 %, figurando también en último término la capital cordobesa, con un 25,2 %. Arrojando el promedio un 29,3 %, lo que significa que solo tres de cada diez cordobeses eligieron esos integrantes del tribunal. Configurándose así la notable sobre-representación en ese tribunal señalada al principio de esta nota.
Resulta además notable que los departamentos que cuentan con mayores votos negativos en las distintas categorías, como son Santa María, Juárez Celman, San Justo, etc, son los que a su vez cuentan con mayores índices de representatividad. O sea con mayor porcentaje de votos a favor de la lista oficialista. Verificándose así en territorios donde del oficialismo tiene una clara hegemonía territorial, un rara asociación de votos blancos y nulos, etc, con votos a favor de Schiaretti.
La representatividad de una Legislatura ultra oficialista
Una muestra notable de la deformada representatividad por parte de la alianza “Hacemos por Córdoba” liderada por Schiaretti, lo da la futura composición de la Legislatura unicameral, que deparó la reciente elección. En la cual como se puede apreciar en el siguiente cuadro, con una representatividad de solo el 29,9 % de votos sobre el total del electorado, se queda con 51 bancas, sobre un total de 70. Representando esto el 72,9 % de ellas, superando largamente la mayoría crítica de los dos tercios, con una sobre-representación del 140 %.
Por contrario Córdoba Cambia de Negri, que obtuvo una representatividad real del 10,1 % del electorado, se queda con 8 bancas, que representan un 11,4 % del total, casi sin existir sobre- representación. Y algo parecido sucede con la UCR de Mestre, la que con 7 bancas y una representatividad del 7,0 del electorado, se queda con el 10 % de las bancas, con una sobre- representación adicional del 3 %, que suele ser propia del sistema de distribución D’Hont. Mientras que los partidos siguientes, Encuentro Vecinal, Frente de Izquierda, y MST, con dos bancas el primero y una banca los siguientes, tienen una representación con las bancas acorde a la representatividad obtenida electoralmente.
Este fenómeno antidemocrático que hiere profundamente en Córdoba al sistema de representación proporcional, que está visualizado en la siguiente imagen, es consecuencia directa de la reforma constitucional emprendida en el año 2001 por el cordobesismo delasotista schiarettista.
La cual, acorde con el dominio electoral y territorial que entonces detentaba el delasotismo, con una intención similar a la curiosa regla del balotaje que cristalizó en la Constitución de 1994 el menemismo, instauró una Legislatura unicameral de 70 miembros. De los cuales 44 son elegidos según la representación proporcional, tomando a la provincia como distrito único. Y otros 26 son elegidos como representantes uninominiales de cada departamento, más allá que se haya impuesto por una diferencia mínima, como sucedió ya algunas veces.
De esta manera, como una resurrección del célebre Unicato de los hermanos Juárez, que tuvo su fin en Córdoba en 1890 de muy mala manera, desde esa reforma el cordobesismo delasotista schiarettista adquirió el pleno control de la Legislatura. Y a través de ella el control del Consejo de la Magistratura, y el jury de Enjuiciamiento de Magistrados, o sea de la Justicia. Y algo parecido tal como se vio al principio, sucede con el Tribunal de Cuentas.
Y finalmente con la crisis del periodismo, por el ocaso de la era Gutemberg y la aparición de Internet, el Unicato delasotista schiarettista adquirió también el control del Cuarto Poder, a través de la pauta oficial y los sobres ad-hoc. Quedando así Córdoba bajo un régimen feudal, que está muy lejos de la democracia y del republicanismo que declama en el ámbito nacional su gobernador, recientemente reelecto por tercera vez, Juan Schiaretti.-
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