Los datos de desocupación confirman la caída catastrófica del empleo privado en el Gran Córdoba durante el último año. La pérdida cuadruplica al Gran Rosario. Además según el INDEC, el Gran Córdoba lidera el ranking de insatisfacción laboral.
Por Guillermo Posada @cortodemira
La crisis del trabajo en la Argentina macrista tuvo en febrero y marzo nueva traducción en números, que deja a Córdoba en lugar aventajado en el podio de la destrucción de empleo privado. Castigo cruel para una provincia que impulsó la presidencia de Mauricio Macri en 2015 y le dio una gran victoria en 2017.
2.6 puntos de aumento de la desocupación se registraron en 2018 en el conglomerado que comprende Córdoba Capital y las ciudades satélites -desde Villa Allende a Pilar, desde Guiñazú a Villa Libertador-, superando la Provincia en una décima el promedio nacional.
Pero además, el dato del Indec confirma diversas muestras oficiales del Ministerio de Trabajo (http://www.trabajo.gob.ar/estadisticas/eil/) conocidas en febrero, que dan cuenta que hay una caída muy fuerte del empleo privado en el Gran Córdoba y que pasaron desapercibidas para la mayoría de los medios locales.
La debacle interanual del empleo privado alcanzó 4.1% del mercado laboral registrado local, contra 2.3 del promedio nacional, 2.5% del Gran Buenos Aires y 1.9% del conjunto de las provincias. Córdoba rompió así todos los techos de pérdida de puestos de trabajo.
Son datos de la Encuesta de Indicadores Laborales (EIL), elaborada por el Ministerio de Producción y Trabajo, que resume las variaciones ocurridas durante el 2018.
Allí queda constancia que las empresas cedieron empleo el año pasado en todos los grandes aglomerados urbanos –salvo Bahía Blanca que quedó igual-, pero los números varían de 0.1 de Santa Fe y 0.9 de Rosario hasta el 4.1% de Córdoba, pasando por 2,5 del Gran Buenos Aires.
La encuesta, además, detalla los sectores de la actividad económica que motorizaron los despidos y las bajas en la seguridad social: ‘comercio, restaurantes y hoteles’ está primero entre las ramas en picada con el 6,7% menos de empleos entre enero y diciembre de 2018; le sigue ‘construcción’ con el 4.7; después aparece el rubro ‘servicios financieros’ con el 4.5% de pérdida de puestos de trabajo; y posteriormente la ‘industria manufacturera’, con el 3.6%. 
Así se refleja el impacto de la caída del consumo local, como evidencian los videos en la red donde se muestra la cantidad de locales vacía y en alquiler en algunas de las principales galerías del centro. Los números también se explican por el frenazo para la construcción que significó la devaluación del año pasado, a pesar de la obra pública del gobierno provincial como la gran reforma de la avenida Circunvalación. La crisis de la industria automotriz y los 3000 despidos que denunció la UOM en noviembre pasado completan el cuadro a grandes rasgos.
Solo llama la atención el ajuste del sector financiero, dado que el Banco Central informó que durante el 2018 los bancos aumentaron sus ganancias en un 50%. Pero quizás esa excepción explica la genética de modelo laboral macrista.
El economista Alfredo Blanco, radical y ex decano de la Facultad de Ciencias Económicas de la UNC, ex funcionario y legislador, apunta a razones macroeconómicas para la caída del empleo en Córdoba y señala que la capital provincial concentra algunas de las actividades económicas más golpeadas por la gestión del gobierno nacional. “La metalmecánica, las automotrices y construcción tiene un peso especial en el empleo privado cordobés y son ramas de actividad que tienen caídas más fuertes”, dijo a Stripteasedelpoder.
Al mismo tiempo apuntó que el gobierno provincial tampoco acierta a efectuar políticas para revertir el panorama. “Tienen algunas iniciativas como exenciones impositivas, subsidios salariales o promociones industriales. Pero son las de siempre y no alcanzan para contrarrestar el parate. Y las tarifas industriales de Epec son las más altas del país, situación que perjudica aún más la producción. Conozco empresas que se radicaron en Entre Ríos porque no podían sostener los costos de la energía provincial”, completó.
La caída del empleo privado cordobés contrasta con la realidad de Rosario, conglomerado urbano de conformación equivalente al mediterráneo, pero con sólo 0.9% de pérdida de puestos de trabajo en ese rubro.
Allí las manufacturas, los servicios financieros y el comercio no muestran casi variaciones, en tanto la construcción si tiene una caída mayor que en nuestra provincial. No obstante, la desocupación general rosarina alcanza el 12.8%, 3.6 puntos más que Córdoba.
Cabe destacar que la pérdida de trabajo privado cordobés se produjo en las pequeñas y medianas empresas, que tienen dotaciones de entre 10 y 49 empleados, como puede verse en el cuadro 2.
Insatisfacción con el empleo, otro rubro destacado
Al desempleo y la destrucción sistemática de puestos de trabajo se suma la pésima calidad del mercado laboral del Gran Córdoba. Los datos que la última encuesta del Indec al respecto advierte que la capital provincial encabeza, junto a Mar del Plata, el ranking de insatisfacción en el empleo.
Así, sumando desocupados (9.2%) y demandantes de más y mejor empleo ocupados (23%) y subocupados demandantes (11.6%), un 43,8% la población económicamente activa del Gran Córdoba está disconforme con su situación laboral, encabezando la tabla nacional en la materia. O sea que casi la mitad de los laburantes cordobeses están insatisfechos con su situación laboral.
El cuadro muestra que hay una población ocupada muy importante, en Córdoba del orden del 23 % de la población activa que trata de sobreocuparse (trabajar más de 45 hs semanales) para poder afrontar sus gastos. La que sumada el 12,5 de la población que esta efectivamente sobreocupada según el último informe del INDEC, totaliza un total de 35,5 % de la población.
O sea que un 85 % de la población con empleo, o esta sobreocupada o pretende estarlo para tratar de al alcanzar los ingresos pretendidos. Que en consecuencia, insatisfecha con sus ingresos, presiona en el mercado de trabajo, deprimiendo paradojalmente aún más los salarios, haciendo que la oferta de empleo privado se paralice o decrezca, e impidiendo que la desocupación y subocupación demandante puedan mejorar su situación.-
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