El ministro de Finanzas Luis Caputo pago 600 millones de dólares a los bancos colocadores de deuda internacional, equivalente actualmente a más de 12.000 millones de pesos, mediante comisiones disimuladas como precios bajo la par. Pero las ganancias de los bancos al ser compradores y suscriptores primarios habría sido mucho mayor, y podrían haber ascendido tranquilamente a otros 800 millones de dólares, equivalentes a dieciséis mil millones de pesos adicionales o más. Cifras que equivalen a cuatro meses de lo que se destinará en el 2018 a la Asignación Universal por Hijo, que abarca 4,1 millones de niños carenciados, que en este caso fueron a parar a las cajas de catorce bancos internacionales. Al mismo tiempo el ministro fue denunciado de ser propietario de compañías offshore, por las que habría circulado cientos de millones de dólares, las que incluso tendrían tenencias de bonos argentinos colocados por él mismo.
Por Javier Llorens – 16/2/2018
Mediante ocho resoluciones dictadas entre el 2016 y 2018, el ministro de Finanzas Luís Caputo colocó deuda internacional por 44.914 millones de dólares, a través de 18 tipos distintos de bonos. Por los que pagó comisiones explícitas por 64,6 millones de dólares, lo cual equivale a una comisión promedio del 0,14 %, cuando la tasa clásica por ese tipo de operaciones es del 0,30 %.
Pero cuando el milagro es grande, hasta el santo desconfía dice el refrán, ya que como se ve en el siguiente cuadro, mediante una pequeña rebaja del precio de los bonos bajo la par resaltados en amarillo, los bancos se quedaron con comisiones implícitas por otros 534 millones de dólares. Razón por la cual la comisión real promedio por esas colocaciones de bonos internacionales ascendería al 1,33 %, o sea casi diez veces superior a la comisión explícita promedio, y muy lejos del 0,12 hasta el 0,30 fijadas expresamente en las resoluciones.
Esto resultó posible porque en realidad dichas operaciones no fueron de “colocación” de deuda, mediante bancos intermediarios que hacen públicamente oferta de ella, y atraen a los compradores. Sino operaciones de compra de deuda o suscripción de ella (underwriting) por parte de los mismos bancos intervinientes. Quienes de esta manera pasan a ser momentáneamente dueños de los bonos, para revenderlos al público (colocación secundaria) cuando quieran y al precio que quieran, o el mercado se los permita.
El afán de engaño a este respecto por parte del ministro Caputo, se ve reflejado en todas las resoluciones mentadas, donde designa a los bancos como “colocadores conjuntos” dando a entender que son los colocadores primarios de ella. Pero más adelante enmienda ese carácter, al aparecer el “acuerdo de suscripción” o el “acuerdo de compra” con ellos, como se puede observar en la colocación de la deuda a 100 años mediante la Resolución 97-E/2017, cuyo facsímil se reproduce seguidamente.
https://www.boletinoficial.gob.ar/#!DetalleNormaBusquedaAvanzada/165635/20170628
Ver Las descomunales estafas ocultas en la leonina deuda a 100 años y otras
Resultando además todas estas seudo “colocaciones”, altamente defectuosas u heterodoxas por parte de un Estado. Sin ningún llamado a licitación pública o privada o cotejo de ofertas previo. Entregándose además desprolijamente a los bancos bonos provisorios, con el compromiso de entregar los definitivos una vez que fueran aprobados por la SEC (la comisión de valores de EEUU) previéndose además fuertes penalidades si ello se demorara o no se concretara.
Como se puede apreciar en el siguiente cuadro, en el año 2016 el ministro Caputo colocó deuda por 22.339 millones de dólares, por las que pagó comisiones implícitas por 140,2 millones, y comisiones explícitas por 36,7 millones. Totalizando ambas 176,9 millones de dólares, equivalente a un 0,79 % de la deuda colocada.
En el año 2017, la colocación de deuda internacional ascendió a 13.575 millones de dólares, y por efecto de la colocación de la deuda a 100 años al 90 % de su valor, se pagaron comisiones implícitas por 326,1 millones, comisiones implícitas por 17,1 millones, con un total de 343,2 millones, equivalente a un 2,53 % de la deuda colocada.
Finalmente a comienzos de este año, el ministro Caputo colocó deuda por 9.000 millones de dólares, con comisiones implícitas por 67,7 millones, y comisiones explícitas por 10,8 millones, equivalentes al 0,87 % del total colocado. Otorgando así márgenes de ganancia para los bancos internacionales, muy por encima de las benévolas comisiones fijadas expresamente en las resoluciones por él firmadas.
Las ganancias adicionales para los bancos
Pero las ganancias están lejos de acabar allí, dado que al ser dueños de los bonos, los bancos tranquilamente los pueden vender sobre la par, generando un nuevo margen de ganancia a su favor. Eso lógicamente depende de cada bono y su fecha de reventa, y las cotizaciones ascendentes que se fueron dando a lo largo de estos dos años.
Una estimación muy prudente de esa margen adicional, con el que habrían contado los bancos intermediarios, respecto los bonos nominados en dólares que son los que abundan en el mercado, surge de comparar los precios de colocación de los bonos, con su cotización más reciente en febrero. Después de la severa caída que tuvieron con motivo de la incertidumbre financiera que existe respecto la tasa de interés internacional.
El resultado de ese cotejo se puede apreciar en el siguiente cuadro, del cual surge que existiría una margen de diferencia promedio para los bonos emitidos en el 2016 – 2017, de un 3,49 %. El que aplicado al monto de bonos colocado en esos años, de 35.914 millones de dólares, da un margen bruto de 1.254 millones a favor de los bancos, como producto de esa intermediación financiera.
Si a ese importe se le resta las comisiones implícitas cobradas al haber comprado los bonos bajo la par, que para los años 2016 – 2017 treparon a los 466,3 millones, el margen neto adicional a favor de los bancos intermediarios se eleva a 787,9 millones de dólares. Equivalentes a otros 15.758 millones de pesos a un cambio de 20 pesos por dólar. Los que sumados a los 11.971 millones de pesos de la suma de las comisiones implícitas e implícitas antes señaladas, (598,6 millones de dólares) totalizan 27.700 millones de pesos.
Una cifra que supera a lo presupuestado en el 2018 para atender durante cuatro meses a los 4,1 millones de niños carenciados con la AUH (Asignación Universal por Hijo). Monto que gracias a las colocaciones de deuda del ministro Caputo, fueron a parar a un puñado de catorce bancos extranjeros, cuya nómina es la siguiente ordenados alfabéticamente.
Pero esta notable desadministración de la deuda por parte del ministro Caputo, llevada a cabo ante la vista y paciencia del Congreso, donde están los supuestos representantes del pueblo que con sus tributos deben hacer frente a la deuda pública, está muy lejos de acabar allí.
En el arreglo con los fondos buitres a principios del 2016, además de las duras condiciones financieras de los bonos emitidos al respecto, existió la obligación oculta de concretar a la par el megatarifazo de gas natural. Del que el Gobierno finalmente se vio obligado a dar marcha atrás, por el fallo de la Corte Suprema. Siendo este un requisito paralelo impuesto por el megabanco JP Morgan CHASE, quien además es el colocador internacional de las acciones de las compañías multinacionales que tienen intereses en Vaca Muerta.
Ver El megatarifazo del gas natural es una consecuencia del arreglo con los buitres
Mostrando esto el lado oculto perverso, que tienen desde siempre las condicionalidades subrepticias que se imponen mediante las deudas externas. Quitando márgenes de independencia y soberanía a los países deudores, que en los ’90 brillaron con toda su potencia, hasta llevar a Argentina a la peor crisis de su historia con la catástrofe del 2001.
En el año 2017 las emisiones de deuda fueran además calzadas con ruinosas operaciones paralelas de ventas de bonos con pacto de retroventa (REPO). Que contaron con enormes márgenes de garantía de un 100 %, y con costos financieros que duplican las operaciones de colocación de deuda mediante bonos. Al aplicarse los mismos no sobre el capital neto prestado, sino sobre el monto de las garantías.
Ver Deuda a 100 años: desfalco de U$S 5.000 millones e interés del 11 % anual
Y esta desadministración de la deuda explica a su vez la total intransparencia que existe en relación con la deuda pública. Al haber discontinuado el ministro Caputo en hacer pública la información básica que antes se brindaba rutinariamente, respecto las ofertas recibidas para la colocación de deuda interna, y la determinación de sus precios de corte, etc. Sumado a que los anexos que se publican en relación con la contratación de deuda externa, son meros borradores de trabajo, y no sus versiones definitivas y completas.
A este marco de notable intransparencia financiera, se le ha sumado ahora la noticia de que el ministro Caputo omitió declarar la propiedad que detentaba sobre compañías fantasmas en el exterior. Que a su vez son propietarias de otras offshore, que incluso aparecen como tenedoras de bonos argentinos colocados por el mismo ministro.
Incubándose así la vehemente sospecha que esto podría ser un retorno por los altos servicios prestados a favor de los bancos acreedores internacionales, que tienen en Caputo un nuevo rey Midas, que lo que toca se hace oro para ellos.-
http://www.perfil.com/politica/la-offshore-que-administro-caputo-compro-deuda-a-100-anos.phtml
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