La estirpe mafiosa del ministro de Trabajo, Empleo, y SS, Jorge Triaca

Para imponer las leyes laborales pro empresarias recomendadas por el FMI el Gobierno con fines coactivos y no correctivos las emprendió contra las mafias sindicales Pero ha elegido para llevar adelante esa faena a un vástago del notable mafioso sindical homónimo Jorge Alberto Triaca que estuvo envuelto en graves casos incluso de extorsión narcotráfico y homicidio hellip

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Para imponer las leyes laborales pro-empresarias recomendadas por el FMI, el Gobierno con fines coactivos y no correctivos, las emprendió contra las mafias sindicales. Pero ha elegido para llevar adelante esa faena a un vástago del notable mafioso sindical homónimo, Jorge Alberto Triaca, que estuvo envuelto en graves casos, incluso de extorsión, narcotráfico, y homicidio. Y se enriqueció ilícitamente, al punto de pasar a ser miembro del Jockey Club, y educar a sus hijos en los colegios y universidades más exclusivas del país, a los que dotó además de una notable fortuna malhabida. En este marco altamente confuso que no se sabe quién es quién, uno  de los sindicalistas acusados respondió que no tenía inconveniente de ir preso, si lo hacía junto con el padre del presidente Mauricio Macri, quien es tildado por amplios sectores de la sociedad de empresario mafioso.

Por Lea Ross | @LeandroRoss

El ministro de Trabajo, Empleo, y Seguridad Social del presidente Macri, Jorge Alberto Triaca, está a cargo de convencer a los gremios para que le den vía libre a la polémica Reforma Laboral, uno de cuyos tópicos es el blanqueo de los trabajadores en negro. Pero la filtración de un audio de Whatsapp que revela el maltrato dado a una empleada que había tenido por años en negro, lo dejó rengo para esa tarea.

A ello se sumó la sospecha de que para retribuir mejor a esa empleada, la había designado como delegada en la intervención del gremio del SOMU (Sindicato Obreros Marítimos Unidos), primer sindicato víctima del gobierno de Cambiemos. Cuyo secretario general Omar “Caballo” Suárez desde entonces está preso acusado de cosas parecidas.

También se destapó que es el funcionario de Cambiemos con más familiares trabajando para el Estado, ejerciendo un crudo nepotismo, todo lo cual desató un escándalo como si se tratara de un hecho inusitado. Cuando en todo caso era lo menos que se podía esperar por parte de él, tratándose de un hijo de su padre homónimo, Jorge Alberto Triaca, también ministro de Trabajo del presidente Carlos Menem.

Quien sin hacerle asco a nada y a nadie, hizo un notable trayecto de movilidad social ascendente. Pasando de ser hijo de un modesto delegado sindical de la industria plástica, a un notable sindicalista mafioso capo de la CGT, para culminar su carrera en la política, llevando a su familia a pertenecer a la clase alta de la sociedad, en el sector ABC1.

O sea que concretó la misma aspiración que parecen tener los actuales sindicalistas gordos, tildados de mafiosos. Que en el fondo, igual que los Triaca, quieren disfrutar de un tren de vida como si fueran grandes empresarios. Tal como se pudo apreciar recientemente con las impúdicas imagen del sindicalista empresario Malcedo Balcedo en Punta del Este.

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Jorge Triaca (h). Ph: Nicolás Stulberg.

Jorge Triaca viejo

Jorge Alberto Triaca padre (1941-2008) hijo de un dirigente sindical de la industria plástica, se vinculó con apenas quince años de edad con el asesinado dirigente sindical Augusto Timoteo Vandor. Tras el asesinato de éste se vinculó con el asesinado dirigente de la CGT José Ignacio Rucci. A quien acompañó en algunos de sus viajes a España a entrevistarse con el exiliado ex presidente Juan Domingo Perón.

En base a esos vínculos a finales de los años sesenta logró ser secretario adjunto de la Unión de Obreros y Empleados del Plástico (UOEyP), para ascender a la secretaría general de ese gremio en el año 1972, en las postrimerías de la dictadura militar que había encabezado el general Juan Carlos Onganía. Luego junto con la democracia en 1974, nació su hijo Jorgito Albertito, que también se convertiría en un futuro ministro de Trabajo.

Tuvimos etapas muy complicadas -señaló Jorge Triaca hijo, en una entrevista al portal La Tecla-. La familia sufrió atentados, amenazas, y la cárcel para mi papá en el ‘76. La política era algo cotidiano para nosotros en casa, los amigos que venían a comer con mi viejo eran gente que yo veía en televisión”.

A pesar que el domicilio de los Triaca en aquellos años fue el blanco de por lo menos dos atentados, y que el propio patriarca de la familia vivió en carne propia la persecución política, su historial posterior parece más cercano a alguien que sacó provecho a ese período, lejos de cualquiera de los obreros perseguidos en aquel entonces.

Durante el comienzo de la Dictadura en 1976, estuvo preso tres meses en el buque “33 Orientales”, de la Armada encabezada por el almirante Emilio Massera. Luego pasó a las cárceles comunes de Caseros y Devoto. Allí, conoció a otros peronistas, entre ellos Carlos Saul Menem.

Ya en libertad, a finales de ese año, retornó a su actividad sindical. Y en 1978 con la anuencia de la dictadura de entonces, fue designado delegado de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y continuó en ese rol hasta el año 1987. En donde inicialmente defendió a la dictadura militar de los cuestionamientos que caían sobre ella, por la violación de los derechos Humanos.

En consecuencia en los momentos finales del denominado Proceso de Reorganización Nacional, fue uno de los líderes sindicales que defendieron las políticas de la Junta Militar. Llegando incluso a dividir al movimiento obrero, al dar nacimiento en 1982 a la CGT Azopardo, para enfrentarse a la CGT Brasil encabezada por Saul Ubaldini, con un posicionamiento más duro frente a la dictadura.

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Jorge Triaca (p). Gentileza: @gfer66

En 1983, a los nueve años de edad, Jorge Triaca hijo padeció un terrible choque automovilístico que lo dejó parapléjico y desde entonces permanece en silla de ruedas. “Estaba yendo a Bariloche con todos mis hermanos y con mi abuela materna. Un camión se tiró a la banquina, y cuando estábamos por pasar al camión, el acoplado que llevaba golpeó la camioneta en la que íbamos. Yo iba en el último asiento, acostado, y bueno, me lesioné la médula”, explicó Triaca hijo en una entrevista a Clarín del año pasado.

Un detalle no menor es el vehículo en el que viajaban. Era una Van importada de alta gama, con tres filas de asientos, cuya tenencia en esos tiempos era la aspiración de todo empresario rico. Sumado a que se trataba de un viaje de vacaciones invernales a Bariloche para esquiar en la nieve, considerado desde siempre como el lugar predilecto para el sector de clase alta, donde concurre asiduamente el presidente Macri.

Lo cual revela que los Triaca ya venían en una veloz carrera social ascendente, teniendo un crecimiento patrimonial destacado, cuando los militares todavía ejercían el poder. Quizás, como recompensa por haber logrado frenar a toda costa la avanzada obrera contra la Junta Militar, a partir de la división de la propia CGT.

Tras el retorno de la democracia, en las elecciones de 1985, Triaca padre asumió como diputado nacional por el PJ, junto con Herminio Iglesias. Previo a eso, fue citado a declarar en el juicio contra las Juntas Militares, como testigo por su detención en 1976. Donde Triaca aseveró desconocer la existencia de personas desaparecidas, sin aportar ningún dato concreto. Prestando así con su aparente ignorancia un testimonio a favor de ellas, no obstante que una parte importante de los detenidos-desaparecidos durante la Dictadura fueron obreros.

Para entonces, Jorge Triaca hijo ingresó al elitista Colegio Cardenal Newman, por cuyas aulas pasó buena parte del equipo que actualmente gobierna el país, incluyendo al mismísimo presidente Macri. Según contó el actual ministro de Trabajo, en una entrevista a la Revista Noticias, la razón de por qué su padre lo inscribió allí fue porque el Colegio Nacional de Buenos Aires no contaba con la accesibilidad física necesaria para su problema motriz. Y además, porque el Cardenal Newman, ubicado entre los selectos barrios de San Isidro y Boulougne Sur Mer,  estaba a dos cuadras de su casa.

Lo cual es otra muestra del nivel de vida a que había llegado su familia, gracias a los esfuerzos del por entonces sindicalista gordo, Don Triaca. El escritor, periodista, y ex alumno de ese distinguido colegio, Juan Forn, lo definió al mismo como “una entidad famosamente endogámica, incluso dentro de su clase: no sólo se sorprenden de que el resto del mundo no sea como ellos, sino que creen que es imposible ser como ellos viniendo “de afuera del colegio’”.

El narco-asesinato que involucró a Triaca padre

Era a mediados de noviembre del año 1973. En el barrio de Boedo, un sujeto carga nafta a su Ford Falcon, en una estación de servicios ubicada en la esquina de Pavón y Quintino Bocayuva. Un segundo vehículo se estaciona en el lugar. Se baja una persona con un arma en la mano. Dispara contra el hombre que cargaba nafta y se da a la fuga. El hombre herido es trasladado al hospital Sanatorio Metalúrgico, en la calle Hipólito Yrigoyen, en el barrio del Once. Permanece internado durante cinco días, acompañado en toda la jornada por su esposa. Su deceso fue el 22 de noviembre.

El nombre de la víctima era Raúl Cuervo. Y había sido guardaespaldas (“culata”) de renombrados y poderosos dirigentes sindicales, como Augusto Vandor, Lorenzo Miguel y Jorge Triaca padre.

Doce años después, el 29 de agosto de 1985, la viuda de Cuervo, Ana Tarelli, declaró ante el juzgado del juez Carlos Olivieri que su esposo le había confesado lo ocurrido mientras permanecía postrado en la cama. Le dijo que su asesino era nada menos que Norberto Imbelloni, quien había asumido recientemente como diputado de la Nación.

Norberto “Beto” Imbelloni por su parte era un pesado dirigente del gremio de los metalúrgicos. A finales de los sesenta, participó de la violenta trifulca que acabó con la vida de Rosendo García, investigada por Rodolfo Walsh en su libro ¿Quién mató a Rosendo? Con el retorno de la democracia, asumió como diputado nacional del PJ, junto con Jorge Triaca padre.

Según la viuda, en el día de los disparos, Cuervo y sus acompañantes estaban traficando cinco kilogramos de cocaína. El cargamento provenía de la ciudad de Rosario, provincia de Santa Fe. Tarelli le constaba que su marido viajaba todo el tiempo al interior del país. El destino de aquella mercadería: el Sindicato de Plásticos para el “señor Triaca”, comentó la viuda frente al juez.

Cuando se le preguntó por qué decidió hablar después de haber pasado una década del crimen, la mujer aseguró que durante años recibió advertencias por parte del propio Triaca, y del hermano de Norberto Imbelloni. Que el día en que iba declarar ante la comisaría, antes de entrar al recinto, fue interceptada por dos autos. En uno de ellos, estaba Jorge Triaca. Ella aseguró que el sindicalista de los plásticos le pidió que no dijera nada ante el comisario, y “que pensara en sus nenas que son muy chiquititas”.

La esposa reconoció que había recibido una indemnización por parte del sindicato de Triaca, que le permitió comprarse un departamento de tres ambientes en el Once, además de recibir un salario figurando como empleada del gremio, sin concurrir a trabajar. Un puesto de ñoqui como contraprestación por su silencio. Similar a lo que Jorge Triaca hijo hizo con su empleada Sandra Heredia, al “blanquearla” como trabajadora del gremio intervenido del SOMU.

En mayo de 1987, la justicia libro la orden de detención contra Imbelloni, quien ya estaba prófugo en Paraguay. Pero para el año 1990, fue extraditado y pasó sus días presos en la cárcel de Devoto, hasta el año 1995, beneficiado por la ley del 2×1, que algunos diputados insinuaron que fue escrita a su favor. Murió a finales de 2015.

Ver Prevaricato de la Corte: el 2×1 no correspondía para narcos, terroristas, lesa humanidad, ni para el cura Grassi

Pero a su vez esta diligente persecución de la justicia contra Imbelloni tiene otra explicación. Como diputado era el primero que en 1984 había denunciado públicamente, y ante el fiscal de Investigaciones Administrativas Ricardo Molinas, el negociado de Papel Prensa durante el Proceso Militar, pretendiendo además formar una comisión  investigadora al respecto. Por esa razón Clarín se ensañó con Imbelloni, como ahora hace con los kirchneristas, obligándolo a exilarse a Paraguay.

Al ventilarse esta cuestión, Jorge Triaca padre por su parte presentó una demanda contra distintos medios de comunicación (Agencia DyN, La Nación y La Razón), acusándolos de calumnias, por haber difundido el testimonio de Ana Tarelli que lo implicaba personalmente. Siendo su intento de censura desestimado en 1993 por la Corte Suprema de Justicia.

Hasta el día de hoy, los Triaca han negado tener algún vínculo con el asesinato de Cuervo, como así también de cualquier suministro de drogas ilegales.

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Fragmento del fallo de la Corte que le niega a Triaca la denuncia contra medios, por mencionarlo en el “narco-asesinato” de Cuervo.

Triaca padre, de ministro de Trabajo a interventor y destructor de empleo en SOMISA

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Jorge Triaca padre, en su periodo como ministro de Menem.

En 1989, el presidente y ex compinche en la cárcel Carlos Saul Menem, lo designó como ministro nacional de Trabajo y Seguridad Social, cargo que ejerció hasta 1992. Un año antes, en mayo de 1991, Menem lo designó además como interventor de la empresa estatal Sociedad Mixta Metalúrgica (SOMISA), para llevar adelante un brutal recorte del personal, para “racionalizarla” y poder concretar su privatización. El resultado fue la reducción de 12.000 empleados a menos de la mitad.

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Foto de archivo de SOMISA en los años sesenta.

Así preparó el terreno para la gestión de la interventora María Julia Alsogaray, que remató la empresa a cambio de 152 millones de dólares, cuando su valor estimado rondaba los 3.600 millones de dólares. Es decir que fue vendida alrededor del 5% de su valor, a un consorcio de empresas liderada por Techint. Años después, SOMISA cambiaría su nombre a Siderar.

El siguiente cuadro confeccionado por el economista Alejandro Rofman y la socióloga Susana Peñalva, es una radiografía de la notable purga laboral que llevó adelante paradojalmente el ministro de Trabajo e interventor en Somisa Triaca. De los 6.245 totales obreros retirados, 4.608 (más del 73%) residían en San Nicolás, partido donde estaba instalado SOMISA, donde era la principal fuente de trabajo. A su vez más del 70% de los obreros retirados superaban la edad de los 40 años, siendo este un grupo etario que tiene más dificultades para su reinserción laboral.

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Ver el informe completo de Rofman y Peñalva aquí

En ese entonces Triaca y Menem auspiciaban que los obreros utilizaran la indemnización de los retiros pagados por el Estado, para iniciar algún emprendimiento. “El destino ideal de los trabajadores es pasar de ser proletarios a ser propietarios”, declaraba Triaca en ese entonces. Sin embargo estas aspiraciones estuvieron lejos de su concreción.

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Menem y Triaca padre. Foto de archivo.

Según el estudio de Rofman y Peñalva, realizado en 1995, el destino que tuvieron los más de 6.000 obreros retirados fueron los siguientes:

  1. Alrededor de 1.000, optaron por el retiro del mundo laboral y acogerse a la jubilación, aprovechando su avanzada edad.
  2. Alrededor de 1.700, se re-insertaron laboralmente pero en condiciones menos ventajosas (menos retribución, falta de cobertura social, menos estabilidad). De hecho, más o menos la mitad de ellos, pasaron a trabajar en empresas tercerizadas o subcontratadas por SOMISA – Siderar.
  3. Alrededor de 800 optaron por el consejo de Menem-Triaca de ir por algún micro-emprendimiento.
  4. Y finalmente, el dato más duro: 3.000 trabajadores cayeron a la desocupación o a la sub-ocupación.

Curiosamente esa frustrada fórmula de Triaca, se asemeja bastante a la acotación del actual senador y ex ministro de Educación de Cambiemos, Esteban Bullrich, quien ante las reciente pérdidas de puestos de trabajo, también aportó la fórmula del emprendedurismo, entre ellas la fabricación de cervezas artesanales.

Por si fuera poco, en pleno proceso de intervención de SOMISA, los obreros movilizados denunciaron que Triaca cometió irregularidades durante la intervención, en la compra de dos nuevos edificios para la empresa. Denuncias que terminaron en una causa judicial por sospechas de cohecho. De la que resultó sobreseído gracias al dominio de la justicia federal, que el ministro del Interior Carlos Corach logró con la “reforma judicial”, y la designación de los “jueces de la servilleta”.

Archivo televisivo de una de las denuncias contra Triaca y un tenso cruce de Menem con la prensa por el tema.

Como pago de esos notable servicios pro empresarios, el abandonar el ministerio de Trabajo Triaca padre fue aceptado como socio del coquetísimo Jockey Club Argentino, inédito en la historia del sindicalismo argentino. De hecho, fue uno de los lugares incendiados en junio de 1955 por las masas peronistas, acusado de colaborar con el golpe de estado intentado contra el presidente Juan Domingo Perón.

Algunas crónicas periodísticas, como otra muestra de la notable movilidad social ascendente de Triaca padre, señalaban que era dueño de distinguidos caballos de carrera, una casa en La Horqueta, un chalé de tres plazas en Pinamar, supuestas propiedades en Miami, y una estancia de 800 hectáreas en Tandil.

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Noviembre de 2017: el Hipódromo de Palermo homenajea a Triaca padre su nombre con la Copa. Foto: Facebook.

Los Triaca, amigos de Miguel Ángel Egea, el eslabón que conectó la ESMA con los Panamá Papers

Miguel Ángel Egea fue un civil que conectó los crímenes de lesa humanidad perpetrados en la ESMA, con el lavado de dinero registrado en los Panamá Papers. Murió en Miami en el año 2016, justo en la fecha simbólica del 24 de marzo. En los avisos fúnebres del diario La Nación, solo recibió cinco mensajes de pésame. Uno de ellos el del actual ministro Jorge Triaca hijo y su familia.

A finales de abril de 2016, las cinco centrales sindicales (las tres CGT y las dos CTA) organizaban por primera vez juntos, una movilización contra las políticas laborales del presidente Macri. En particular, por los 140 mil despidos que habían sucedido desde su asunción. Un día antes de esa marcha, el ministro Triaca decidió asistir a una misa en la Iglesia del Socorro, al cumplirse un mes de la muerte de su amigo y represor Egea.

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Foto de archivo de Página/12 de Triaca asistiendo a la misa por la muerte del represor y corrupto Egea.

Antes de la última dictadura militar, Miguel Ángel “El Colorado” Egea, se había desempeñado como secretario privado del brigadier Raúl Lacabanne, Interventor de la provincia de Córdoba en 1974, tras la destitución del gobernador peronista Ricardo Obregon Cano, y de su vice el sindicalista Atilio López, uno de los líderes del Cordobazo   que luego fue asesinado por las Tres A.

Luego del golpe al Estado Nacional en 1976, Egea colaboró en los crímenes cometidos de La Perla, el mayor centro clandestino de la provincia de Córdoba. Según un escrito del fallecido secretario de derechos humanos, Eduardo Luis Duhalde, quien estuvo junto a Egea en esa tarea, fue Julio César Aráoz.

Quién se desempeñó como secretario de Energía de Menem, y llevó adelante la privatización de YPF y de los mantos petrolíferos argentinos. Por ello Aráoz fue designado por el ministro de Energía Juan José Aranguren, como otro de sus asesores ad honorem, en apoyo de sus políticas energéticas, entre ellos los “tarifazos” de gas y luz eléctrica.

Ver El “Escuadrón Suicida OIL” de Aranguren

Egea a su vez armó una serie de empresas, en colaboración con marinos del Grupo de Tareas 3.3.2 de la ESMA (Escuela de Suboficiales de Mecánica de la Armada) para legalizar la transferencia de los bienes incautados a los detenidos y desaparecidos. Sus domicilios legales eran las oficinas que pertenecían al ex almirante Emilio Massera. Y las sociedades estaban a nombre de él, del jefe de Operaciones Jorge Radice,  y de su hermana Norma Radice. También participaba el represor y marino Ricardo Cavallo, encargado del área de inteligencia.

En democracia, con las investigaciones sobre lo ocurrido en la ESMA, se indagó sobre el destino de los fondos robados. A partir de pedidos de informe que realizó el juzgado de Sergio Torres a la República de Panamá, y de las averiguaciones realizadas por la Unidad de Investigación Financiera (UIF) se comprobó que Egea tenía conexiones directas con empresas en paraísos fiscales.

Una de ellas es Adela Compañía de Inversiones, la que según la UIF, recibía fondos provenientes de tres empresas argentinas, cuyos directorios tenían los mismos nombres que manejaban la panameña: Long Regent SA, Martiel SA, y Sately SA. En todas ellas figuraban Miguel Ángel Egea y los hermanos Radice. En el 2011, Jorge Radice fue condenado en la causa ESMA II, sospechado incluso de haber sido uno de los que mataron a Rodolfo Walsh.

Durante el menemismo, “el Colorado” Egea trabajaba al lado de Alberto Kohan, ex secretario general de la Nación. En más de una ocasión, Egea se habrá cruzado en los pasillos de la Casa Rosada con su amigo, el ministro de Trabajo Triaca padre.

En mayo de 2016, los periodistas Hugo Alconada Mon, Ivan Ruiz y Maia Jastreblansky revelaron que entre los documentos de los Panamá Papers, se encontraba una nueva sociedad manejada por Egea y su esposa. Se trata del Walkerhill Management SA, registrada en las Islas Vírgenes, con cuenta bancaria en Suiza. La revelación se dio un mes después de la misa que asistió Triaca hijo y su familia, en homenaje a su difunto amigo Egea.

¿De dónde viene la íntima amistad entre el cuestionado “Colorado” Egea y la familia Triaca? Pocos lo saben.

El referente del periodismo de investigación Rogelio García Lupo, sostenía que los avisos fúnebres de los diarios ventilan lazos de complicidad y negocios. Ya que la muerte de  un socio o cómplice, lleva a sus pares a quedar anonadados ante la mortalidad y ofrecer públicamente sus condolencias. Aún a riesgo que eso expongan sus acuerdos encubiertos.  El aviso publicado por los Triaca y su asistencia de misa por Egea no parece ser la excepción.

El nexo de la familia Triaca con los negocios financieros de Egea, a partir de la intervención de SOMISA

Durante su desempeño como interventor de SOMISA, Jorge Alberto Triaca pidió un préstamo para las remodelaciones de dicha industria, a la Banca Nazionale del Lavoro (BNL).

Curiosamente, en el año 1980, durante la dictadura, el marino Cavallo -a cargo de la inteligencia en la ESMA- recibió la orden de suministrarle un pasaporte falso al italiano prófugo Licio Gelli, acusado de haber vaciado el Banco Ambrosiano de Italia. La orden se la impartió el capitán Horacio Estrada, quien en 1998 apareció muerto en condiciones dudosas, sospechado de ser partícipe del tráfico de armas a Croacia y Ecuador. Escándalos que involucraron directamente al presidente Menem, que tiene una condena penal en revisión por ellos.

En 1985, BNL le compró la sucursal argentina al Ambrosiano. Inmediatamente después, BNL – Ambrosiano Argentina puso como director al empresario Víctor Taiariol. Desde entonces, esta banca extranjera expandió sus negocios comprando la empresa Argencard para tarjetas de crédito, que se había unificado con el Grupo Juncal para crear la empresa de seguros La Estrella. La que entre sus clientes tenía a los sindicatos que lideraban los gordos de la CGT Azopardo: el eterno Armando Cavalieri y Jorge Triaca padre.

Esta relación entre Triaca padre el sindicalista, con los negocios financieros de los seguros, podría habérselo heredado a su hijo Jorgito, ya como ministro e interventor de sindicatos de Macri, al poner a su cuñado también como repartidor de seguros en los gremios.

A su vez, el BNL de Taiariol creó la empresa de procesamiento de datos Itaco, que tuvo como socios entre otros nada menos que al Grupo Macri y al Grupo Techint. Esta última es la que se benefició con la compra de SOMISA a precio vil, de la mano de Triaca y María Julia Alsogaray.

BNL también había participado de la licitación para la concesión del hipódromo de Palermo. “Cuando Triaca fue procesado por lo de Somisa, tampoco le podían dar la concesión (del hipódromo) a la UTE (de BNL), donde todo el mundo sabía que estaba Triaca”, había señalado el empresario hípico César Iraola a Página/12. Al final, Iraola se juntó con Taiariol y se quedaron con el predio, con el aval de Julio César Aráoz, en ese entonces ministro de Acción Social de Menem. Un año después, en 1993, el represor Ricardo Cavallo integró el directorio del Hipódromo.

En ese mismo año, Taiariol se retiró de BNL. Pero junto con el marino Cavallo pasaron a integrar el directorio de Arpetro SA. Cuatro años después, en 1997, Arpetro fue absorbida por Martiel SA, una de las tres empresas que creó el lavador de bienes de la ESMA el “Colorado” Egea junto con el represor Jorge Radice.

Esta información fue publicada por el periodista Santiago O’Donnell en el año 2000 en el diario La Nación, y para ese entonces Cavallo ya había sido capturado en México y extraditado. Los datos fueron confirmados por el mismísimo Taiariol, quien se defendió asegurando que a Cavallo lo había conocido cuando buscaba un socio para una de sus empresas, y lo eligió por tener destacados antecedentes en la Marina, según su currículum.

Jorge Triaca hijo

Como se puede observar, los Triaca han estado entrelazado con una lúgubre y pesada mafia, que trasciende la sindical. En una época trágica para la Argentina, como la del Proceso Militar, y una época desastrosa para la Argentina, con la del menem cavallismo y la convertibilidad.

No obstante hoy Jorge Triaca hijo, ministro de Trabajo, Empleo, y Seguridad Social de Macri, trabaja como la punta de una lanza para enfrentar a la “mafia sindical”. Pero no para eliminarla, sino para cooptarla y lograr que apoye y sea cómplice de medidas que afectan directamente a la clase trabajadora. Siendo la Reforma Laboral su máxima batalla.

Ver Reforma laboral: la MEGA BANELCO del Gobierno para que los gordos de la CGT la apoyen

Pero ahora, todo se enredó en el inicio de este año, a partir de la filtración de un audio de Whatsapp, donde el mismísimo ministro realizó un fuerte insulto subida de tono contra su empleada doméstica Sandra Heredia: “Sandra, no vengas, porque te voy a mandar a la concha de tu madre. Sos una pelotuda”.

A pesar de que luego se llegó a un acuerdo de resarcimiento, al descubrirse incluso que Susana trabajaba en negro, el escándalo del “Triaca-Gate” no ha cesado. Ya que paralelamente se descubrió que la ahora ex empleada de la familia Triaca, fue designada como delegada en el SOMU en abril de 2017. Se trata del primer gremio que fue perseguido por la justicia en la era Macri, cuyo proceso de intervención arrancó a los dos meses de su asunción como presidente, y continúa hasta hoy.

Así, el audio de Whatsapp terminó abriendo la caja de Pandora de la familia Triaca. Una caja donde se esconden oscuros secretos. Que van desde el acomodo de familiares y gente cercana como “ñoquis” a negocios mucho más incógnitos y sórdidos.

Negocios que desde el padre del actual ministro, Jorge Alberto Triaca padre, nos remiten a los años de la Dictadura. Con amistades con los inhumanos represores de entonces, involucramiento en el lavado de activos, asesinatos y tráfico de estupefacientes, y grandes negociados privatizadores.

Una familia que cumplen con las pautas de la Costa Nostra, y que hoy paradojalmente le toca la labor de desafiar a la “mafia sindical”, para que el presidente Macri logre llevar adelante sus planes de ajuste. Y un simple audio bastó para que esa sórdida caja se abriera.

El inicio de la persecución sindical y la llegada de los ñoquis

A mediados de febrero de 2016, a tan solo dos meses de la asunción de Mauricio Macri como presidente de la Nación, el juez federal Rodolfo Canicobal Corral ordenó la intervención del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU) y el desplazamiento para su secretario general Omar “Caballo” Suárez. Uno de los atornillados sindicalistas y adherente a lo que fue la gestión de Cristina Fernández de Kirchner.

La denuncia había sido presentada por directivos del gremio, echados por el propio Suárez. Al líder sindical se lo acusaba de administrar el sindicato para sus propios intereses, incluyendo los fondos de la obra social. Finalmente, su detención se concretó en septiembre de 2016, acusado de asociación ilícita y entorpecimiento a la investigación. En medio de ello, el sindicato permaneció bajo la tutela de la hoy senadora de Cambiemos Gladys González.

Entre la intervención de febrero y la aprensión de Suárez en septiembre, el panorama laboral del país estaba signado por un proyecto de ley por parte de la oposición para declarar la emergencia laboral y frenar los despidos. Iniciativa que era avalada por gran parte de la cúpula del sindicalismo, debido a la ola de despidos en el sector público y privado.

Una situación muy parecida a lo que está ocurriendo hoy con el amedrentamiento judicial a distintos sindicalistas, en paralelo con el avance de la Reforma Laboral. Operando así las peripecias de Suarez, como una advertencia de la mano dura que les podía caer encima a los gordos de la CGT, si se ponían belicosos.

Pero además de este escarmiento, el desplazamiento de la pandilla de Suarez del SOMU, se convirtió para Cambiemos en una fuente de empleo para sus afiliados. Según una reciente revelación de Aurelio Tomás para PERFIL, entre febrero de 2016 y abril de 2017, se contrataron 172 empleados en el gremio intervenido.

Entre ellos, la mismísima Sandra Heredia, que dividía su tiempo con su labor en la quinta de la familia Triaca. Según ella, fue designada como delegada en el SOMU en abril del año pasado, la última fecha que PERFIL accedió a las planillas de AFIP. También dijo que fue el modo que eligieron los Triaca para que ella aumentara sus ingresos en blanco, ya que había estado estaba cobrando en negro desde el 2012, y recién pasó a cobrar como empleada en blanco de los Triaca, tres semanas antes de las elecciones presidenciales de 2015.

Consultado por los medios al ministro Triaca sobre la presencia de Sandra en el SOMU, respondió: “En una de las reuniones, nosotros trabajamos con el SOMU, ellos la conocían y ella quería una oportunidad más de trabajo, se le ofreció un cargo y lo hizo muy bien”.

De los 172, aparecen ex empleados de los poderes legislativos provinciales de Buenos Aires y Santa Fe, de la Tesorería de la Provincia, del Renatre, entre otros. También aparecen familiares de abogados, incluyendo al cuñado del juez interventor Canicobal Corral. Y son muy pocos los que cuentan en sus currículum con antecedentes referidos a la labor marítima. Todo un vendaval de contrataciones directas de “ñoquis”, solo que en lugar de usar fondos públicos, se utilizan los aportes de los afiliados del gremio.

Esta modalidad de repartición de cargos es un problema de la “vieja política”, que el actual de gobierno de Cambiemos no solo no lo solucionó, sino que lo profundizó, con el eterno cuento de qué se necesita contar con gente de confianza. De hecho, Jorge Triaca es el funcionario nacional con más familiares que ejercen cargos públicos, según reveló el periodista Agustín Gallardo, también para PERFIL. Estos son:

  • – Cecilia Loccisano, su esposa, subsecretaria de Coordinación Administrativa del Ministerio de Salud.
  • – Mariana Triaca, hermana, directora del Banco Nación, cuya designación generó un escándalo en diciembre de 2017. Es decir, solo un mes antes del escándalo del audio de Sandra Heredia.
  • – Lorena Triaca, hermana, directora de la Agencia de Inversiones.
  • – Ernesto Martí Reta, cuñado de Jorge y pareja de Mariana, uno de los directores del Banco de Inversión y Comercio Exterior.
  • – Jorge Borsalino, cuñado y pareja de Silvia Verónica Triaca, operador en el SOMU.

Todo un acomodo familiar, que para nada se condice con la meritocracia que tanto pregona el PRO. Y que recién ahora ante el escándalo con suscitó el “Triaca-gate”, dice que lo va a enfrentar prohibiéndole a los ministros la designación de familiares consanguíneos y por afinidad hasta el segundo grado.

Lo cual no impide que siga existiendo por parte de secretarios y subsecretarios de Estado, y directores, etc. Siendo por lo tanto una medida limitada, que seguramente cuando se acalle el escándalo, seguirá seguida por las numerosas excepciones que tienen ls reglas en Argentina.

El negocio oculto de un familiar de Triaca en la intervención del SOMU

Además de su empleada, Triaca había puesto en el gremio del SOMU a su cuñado Sergio Borsalino, esposo de otra de sus hermanas, de nombre Verónica. Igual que lo hizo el juez Rodolfo Canicoba Corral, responsable judicial de la intervención, al designar a su cuñado Sergio Tejada, como interventor de la obra social del gremio.

Borsalino tiene una sociedad de bolsa denominado Proficio Investment, afiliado al Mercado de Buenos Aires, que incluye una consultora sobre macroeconomía y finanzas corporativas. Sus directores son Eduardo Ganapolsky y Alejandro Henke. Ambos habían sido ejecutivos del Banco Macro, de Jorge Brito, y del Banco de la Provincia de Córdoba.

Henke formó parte del directorio del Banco Nación pero dejó su puesto en diciembre del año pasado para cederlo a Mariana Triaca, hermana del ministro. Lo que generó un mini escándalo en ese entonces, al recordar una situación parecida por parte de la hika del ministro kirchenerista Agustín Rossi.

Según publicó el portal La Política Online, “Sombrero” Borsalino ha realizado “visitas” a los sindicatos intervenidos por la cartera de Trabajo de su cuñado Triaca. Su finalidad es vender seguros de vida. “Luis Barrionuevo había ‘sufrido’ en su gremio (de alimentación) la irrupción de la empresa de Borsalino, Gestión Plural, que le disputó el negocio de los seguros que estaba en manos de El Surco, la aseguradora del ex presidente de Independiente, Julio Comparada, que tenía estrechos vínculos con el difunto presidente de la AFA, Julio Grondona”, señala el portal periodístico.

Según una publicación del blog de la Juventud Marítima del SOMU, publicado cuatro meses antes del “Triaca-Gate”, Borsalino cobraba un sueldo superior a los 60 mil pesos meses además de ofrecer sus servicios de seguro en el gremio intervenido por su cuñado el ministro Triaca.

Los hijos de las mafias embistiendo contra las mafias

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Macri y Triaca. Foto de archivo.

La Reforma Laboral es el último ladrillo que pretende poner el presidente Mauricio Macri para concretar un muro de contención, a los fines de sostener el desequilibrado panorama económico, que se mantiene agrietado con un enorme déficit fiscal. Sin embargo, no parece ser una tarea fácil, ya que esta iniciativa no obstante la anuencia de los gordos sindicalistas de la CGT, ha ido levantando un consenso sindical para evitar su aprobación.

Es evidente que el Gobierno mantiene dos estrategias para convencer a la cúpula sindical de que apoye su proyecto. Una es el discurso apocalíptico, de que si no se aprueba la Reforma, se vendría una estampida de despidos. Y la otra, es mediante la amenaza judicial. A partir de un poder judicial subsumido a los intereses gubernamentales, se ha avanzado en la cacería de distintos pesos pesados del sindicalismo, para contando con las radiodifusoras televisivas a su favor, exponer públicamente sus abultados y escandalosos patrimonios.

No es casual que uno de los reiterativos tópicos de los discursos de Mauricio Macri, desde que asumió como presidente, fue su “lucha contra las mafias”. En este caso, la de las mafias sindicales. Empleando equívocamente como punta de lanza para ello, a un ministro como Triaca, de notable estirpe mafiosa. Cuyo accionar,  tejemanejes, y antecedentes quedaron expuestos sobre la mesa, a partir de un mísero audio de Whatsapp.

Pero esta paradoja también se extiende al mismo presidente Macri, que también cuenta con la estirpe mafiosa de su padre, Franco Macri. Por la que ambos, entre otras muchas cosas, resultaron procesados por contrabando agravado, y zafaron de ello gracias a  la mayoría automática de la Corte Suprema menemista. En el caso que luego la diputada Elisa Carrió uso para pedir la destitución de esos jueces, lo que por si habla de su manifiesta arbitrariedad e injusticia.

Luego los Macri, tanto Franco, como Mauricio, como Angelo Calcaterra Macri, como miembros conspicuos de la mafia de la construcción denominada “patria contratista”, pasaron a ser con IECSA, socios nada menos que de Lázaro Báez  y su cuestionada constructora Austral.

Manteniendo un proficuo intercambio mediante UTEs (Unión Temporaria de Empresas) en en las que IECSA aportaba los cupos de contratación de los que Báez – Austral carecía. Y Baéz les habría la puerta a los despachos del poder, del presidente Néstor Kirchner y Julio De Vido. Y así IECSA apareció como adjudicataria de los negocios más grandes y más turbios de la década pasada. Como el soterramiento del tren Sarmiento, o como el tren bala que iba a ir desde Buenos Aires a Rosario y Córdoba.

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Lo que tambien explicaría la morosidad y negligencia con que el Estado actuó durante esos años, en relación con el concurso del Correo Argentino de los Macri. De allí las irónicas palabras, del gordo sindical Hugo Moyano, que hoy está amenazado con esta seudo lucha contra las mafias sindicales, encabezada por el ministro Triaca. Que le retrucó a Macri diciendo que si iba preso, esperaba compartir su celda con su padre Franco.

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Lo que igual que Triaca, podría suceder con  algún whatsapp que se filtre por algún lado, poniendo de relieve a la luz pública, otro vasta mafia donde brilla la corrupción y la impostura. La que ha amasado en pocas décadas a costa de los argentinos, increíbles fortunas, como la que detenta la familia Macri, entre otras.

Argentina parece así hoy una obra de teatro esperpéntica, de un notable grotesco. Donde los hijos de estirpe mafiosa, usando métodos propios de las mafias,  enarbolan la lucha contra las mafias. Pero no para extinguirlas, sino para someterlas para que se plieguen a planes que no tienen en vista el bienestar común inmediato, despreciado por populista. Sino el bienestar empresario y financiero nacional y extranjero, en base a la utopía macrista aleccionada desde el extranjero, que este se derramará en un futuro sobre el resto de la sociedad.

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Utopía que hasta ahora según lo han demostrado aquilatados autores, solo ha traído más concentración de la riqueza, y desigualdad e inequidad social. Y que en Argentina ya tuvo dos experiencias gravemente fallidas, como lo fueron la Martínez de Hoz del Proceso Militar, y la de Menem Cavallo durante la convertibilidad. Dejando el interrogante si la tercera será la vencida, para que los argentinos nos decidamos en serio, a buscar el bienestar de todos los argentinos, y no solo un sector de ellos en combinación con intereses extranjeros.-

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