Los dueños de la financiera ilegal, quebrada después de la aparición sin vida de uno de sus dueños, figuran en empresas radicadas en un paraíso fiscal. La posibilidad de un intento de fuga de capitales desde las tierras mediterráneas.
Por Lea Ross | @LeandroRoss
El destape que generó los #PanamaPapers, o “Papeles de Panamá”, ha puesto en la agenda internacional la compleja red de creación de empresas radicadas en paraísos fiscales. Y a pesar de que con el correr del tiempo se han expuesto sociedades que no necesariamente están dentro de las investigaciones expuestas el 03 de abril pasado a nivel mundial, sí ha logrado empujar a que varios periodistas comenzaran a indagar las alternativas posibles que pueden circular los capitales sucios, ya sea para evadir impuestos o para resguardas las ganancias de actividades ilícitas.
En la provincia de Córdoba, no es la excepción a la regla.
El caso “CBI Cordubensis” ha sido el último escándalo de corrupción financiera que se destapó en la provincia cordobesa a comienzos de 2014, con la aparición sin vida de uno de sus dueños y con una carta póstuma, donde implica con nombre y apellido a los responsables del manejo del dinero sucio. Se calcula que CBI manejaba alrededor de 300 millones de dólares anuales y que habría sido la “mesa de dinero” más grande de la ciudad de Córdoba.
La empresa se vendía como una entidad que ofrecía servicios de seguridad de capitales, tanto para otras empresas como para particulares. En los hechos, resulto ser una financiera que funcionaba sin el permiso del Banco Central y que se manejó los fondos de sus clientes para especular, meterlas en una bicicleta y así generar más dinero.
El 13 de febrero de 2014, apareció muerto uno de sus fundadores y último vicepresidente Jorge Suau, adentro de su auto y dentro de un camino rural. Al día siguiente, la pareja del fallecido le había entregado a la justicia una carta con la firma de él, implicando a empresarios y funcionarios públicos por manejar dinero sucio.
En lo que respecta a la política, Jorge Suau fue ministro de culto en la primera gestión del gobernador José Manuel de la Sota, y había sido amigo personal del Dr. Oscar González, una de las figuras centrales del delasotismo. Además, la carta póstuma acusó como cómplice del negocio sucio a Fabián Maidana, quien fue uno de sus fundadores y además fue en más de una ocasión el presidente del Banco de la Provincia de Córdoba (BanCor) durante el periodo del delasotismo; hoy está imputado en la causa. También, la carta asegura que se coimeaba a dos altos funcionarios del intendente Ramón Mestre, del frente Cambiemos, para mantener los negocios ilegales. Finalmente, se descubrió que una de las cajas de seguridad estaba compartida con referentes del kirchnerismo cordobés, que son Fernando Boldú, ex legislador, y Eduardo Accastello, ex candidato a gobernador, además que la actual pareja del segundo también tenía una cuenta.
Lo que ha descubierto éste portal es que los ex-dueños de la financiera ilegal CBI Cordubensis están involucrados en un negocio de paraísos fiscales instalados en Panamá.
Para entender esto, se debe tomar en cuenta que CBI se había creado en el año 2008 bajo la unión de tres patas: la primera es Fabián Maidana; la segunda es Juan Carlos Barrera, dueño de la recolectora de caudales Bacar-Blinbox, sospechada también de funcionar como mesa de dinero; y la tercera pata, que es lo que nos compete, son los cabecillas de una consultora llamada Dritom Solutions.
Según declaró el principal imputado de la causa CBI, Eduardo Rodrigo –último presidente de la compañía-, explayado en su libro CBI: La Caída, la primera reunión que se realizó para planear la creación de la financiera Cordubensis fue en la sede de Dritom, ubicado en el barrio del Cerro de las Rosas.
Dritom está integrado principalmente por tres figuras: Julio Ahumada, Aldo Ramírez y Jorge Suau, hoy fallecido. Los otros dos están en la lista de los principales imputados de la causa.
Dritom Solutions es una consultora para empresas, creada en octubre de 2003 –cinco años antes del nacimiento de CBI-, “conformada por un grupo de profesionales independientes con gran trayectoria en consultoras internacionales”, según un documento de la empresa. Ofrece servicios basados en la estrategia de negocios, en la evaluación de proyectos y de gestión de personal, entre otros.
Algunas empresas que figuran como clientes de Dritom también están ligadas a la causa CBI. Entre otros, aparecen el Banco de Córdoba –presidida en más de una ocasión por el delasotista Maidana -, Centro Motor Toyota –cuyo titular, Darío Ramonda, también está imputado-, Grupo ECIPSA –que pertenece a Jaime Garbarsky, quien ha tenido relación con Eduardo Rodrigo- entre otros.
Hay que decir además que éste trío –Ahumada, Ramírez y Suau-, además de CBI y Dritom han trabajado juntos en otras compañías paralelas. Tales son los casos de Compañía de Soluciones Corporativas S.A., Global ID S.A., Businesses & Services S.A. y Security Valores Córdoba Sociedad de Bolsa S.A.; ésta última fue suspendida por la Comisión de Valores, luego de desatarse el escándalo de CBI. Curiosamente, tanto Ahumada como Ramírez comparten una dirección en común en el Cerro de las Rosas, que está ubicada a tan solo tres cuadras de la sede oficial de Dritom.
En marzo de 2010, Julio Ahumada fue entrevistado en una jocosa nota del diario La Voz del Interior, donde hablaba de sus expectativas en los negocios:
– ¿Qué empresas tienen?
-Apenas fundamos Dritom, con Aldo (Ramírez) y junto a Jorge Suau, creamos “Compañía de Soluciones Corporativas”, como agentes oficiales de (la compañía de celulares) Claro en Córdoba, que está en el Cerro (de las Rosas), frente al Rancho Grande. Tenemos varios subagentes en la provincia y nos ha ido muy bien.
– Si habrán vendido celulares.
-Imaginate, ahora el negocio no es el de antes, aunque nos va muy bien. Pero entre 2005 y 2006 se vendieron los mismos celulares que en los últimos 10 años, una locura. Después vino CBI, un negocio de cajas de seguridad en el Dino (en referencia al shopping Dinosaurio Mall), tenemos 500 cajas, con el 80 por ciento de ocupación y ahora estamos lanzando Vamos, una empresa de venta directa orientada a la tecnología y telefonía celular.
– ¿De todos estos negocios cuál es el que más dinero les da?
-Hoy la consultoría, en el pasado, lo fueron los celulares y para el futuro, creo que CBI tiene gran proyección, estamos viendo de expandirnos a través de franquicias.
Según la famosa carta póstuma, aludida al fallecido Jorge Suau, Ahumada trabajaba como testaferro de las acciones pertenecientes a Darío Ramonda de Centro Motor. Finalmente: “Estas dos personas, Ramírez y Ahumada, son socias de la empresa Dritom Solutions, que lavan sus ingresos en CBI”, señala la epístola.
Según estimó el portal de noticias empresariales InfoNegocios, Dritom tuvo un crecimiento del 15% en el año 2009. Un año después del lanzamiento de CBI Cordubensis. Ya para el año 2012, Dritom selló un acuerdo con empresarios panameños para expandir su negocio a otros países.
Es así que Dritom se internacionaliza en Panamá, declarado como paraíso fiscal, a partir de la instalación de oficinas, ubicadas en el World Trade Center Panameña, en la oficina 708, calle 53, en Marbella. Es decir, dentro del epicentro de la actividad financiera del país. En particular, asesoran a Telecarrier, una compañía de servicios digitales. Su dueño es el multimillonario Stanley Motta.
Quien está a cargo de la consultoría panameña dentro de las oficinas de Dritom Panamá, según se ha podido constatar, es Ernesto Raúl Doering, un inefable personaje cordobés que mantiene un fuerte prontuario en Catarmarca.
Documento de Dritom donde muestra el staff de la consultora, tanto los radicados en Córdoba como en Panamá. Curiosamente, no aparece Jorge Suau. Este documento de marketing se habría publicado un año antes de la muerte de éste último.
Licenciado en economía de la Universidad Nacional de Córdoba, Ernesto Doering habría participado de la Fundación Mediterránea y pasó a ejercer la docencia universitaria en las provincias cordilleranas de La Rioja y Catamarca. Fue ascendido a secretario de minería durante las gobernaciones de Oscar Castillo (en todo su período de 1999-2003) y de Eduardo Brizuela del Morán (solo en 2003-2004), para luego dirigir la empresa semi-estatal Somica Dem, cuya gestión estuvo salpicada de escándalo por acuerdos leoninos con una empresa inglesa para la explotación de rodocrosita en el yacimiento Minas Capillitas.
Años después, abandonaría la actividad minera catamarqueña y se dedicaría a la asesoría de negocios junto con la cordobesa Dritom Panamá. Según su cuenta de LinkedIn, justamente comenzó a trabajar allí en abril de 2012.
Ahora bien, a partir del escándalo de las empresas y cuentas offshore que desataron los “Panamá Papers”, el periodismo catamarqueño decidió indagar sobre la posibilidad de alguna sociedad inscripta en algún paraíso fiscal que esté a nombre del polémico Doering.
Efectivamente, el portal El Esquiú reveló la existencia de una sociedad anónima llamada “GBT 4 18C S.A.”. El medio de comunicación desconoce el significado de esas siglas. La fuente directa ha sido el portal de registros Open Corporates, que contiene la base de datos de distintas compañías del mundo.
“De acuerdo a fuentes confiables, Doering, que actualmente tiene domicilio en el país centroamericano, más precisamente en la Calle 50 Torre Global Bank, piso 24, de la Ciudad de Panamá, constituyó esta empresa durante el año 2010, cuando todavía presidía la empresa Somica Dem, cargo en el que había sido puesto por el entonces gobernador Eduardo Brizuela del Moral, seis años antes, en 2004, a poco de iniciar su primera gestión”, señalan los colegas de Catamarca.
Y ahora sí, el momento de verdad: dentro de los cómputos de Open Corporates, no solo hemos encontrado otra sociedad panameña que está a nombre de Ernesto Raúl Doering. Sino que también la comparte con nada más y nada menos que Aldo Ramírez, uno de los socios de CBI Cordubensis.
Se trata de una sociedad anónima llamada “Business Solutions Panama Group S.A.”. Su fecha de creación es el 07 de septiembre de 2012.
Allí, Doering aparece como presidente y director. Mientras que Aldo Ramírez figura como tesorero y también como parte del directorio.
Un día después de la muerte de Jorge Suau, Julio Ahumada se había presentado ante las oficinas de La Voz del Interior para afirmar que él no tuvo nada que ver con las actividades ilícitas de la mesa de dinero, mientras traía en sus manos –como evidencia-un documento donde mostraba un contrato de venta de acciones, tanto las suyas como las de Ramírez, al presidente Eduardo Rodrigo, con fecha del 27 julio de 2012. Dos meses antes de que se registrara la sociedad. El Boletín Oficial de Córdoba publicó que la “renuncia” de Ahumada y Ramírez como presidente y director suplente fue dictaminada en la asamblea de febrero de ese año.
Sin embargo, según la famosa carta póstuma, aludida a Jorge Suau antes de morir, Ahumada y Ramírez había dejado de ser socios “formales” de CBI en el año 2012, pero que en realidad continuaban siéndolo “bajo un paraguas legal con cesión de acciones al señor Rodrigo”. Este paraguas se logró mediante la colaboración de Gustavo Viramonte Otero hijo, integrante de la escribanía de abogados del Grupo Clarín Córdoba.
A la vez, según el periodista Francisco Panero, en una nota publicada el 25 de marzo de 2014, el colega de La Voz tuvo acceso a una “primera adenda” de la financiera, firmada el mismo día del traspaso accionario. En ese documento, tanto Ahumada como Ramírez se “reservaron la facultad de rescindir la venta”. Se trataría del famoso paraguas legal del que habla la carta.
Es decir, una treta legal para emparentar que al dúo dinámico se había separado de la compañía cuando en realidad, en términos de la supuesta carta de Suau, se trató de un “paraguas legal” para seguir estando adentro y manejar el dinero mal habido.
Striptease del Poder se dirigió a las oficinas de Dritom Solutions, ubicado en el Cerro de las Rosas. Lo que se encontró fue que el establecimiento ya no cuenta con el logo de la compañía sino de otra empresa. Según comentaron desde adentro, Dritom sigue siendo el dueño del lugar, pero decidió ponerlo en alquiler. En éste caso, funciona como una sucursal de Western Unión, oriunda del estado de Texas que ofrece servicios financieros.
Según recortes periodísticos, WU se había trasladado desde el centro de la ciudad a dicho barrio en la segunda mitad de 2015. Pero por lo que han comentado al presente cronista, el inmueble sigue siendo propiedad de Dritom.
Con lo cual, dentro del año 2012 tenemos: 1) En el mes de abril, Doering se asocia a Dritom desde Panamá; 2) En el mes de julio, se oficializó la renuncia de Ahumada y Ramírez, pero que a la vez firman una adenda para seguir adentro; 3) En el mes de septiembre, se crea la empresa panameña, a nombre de Doering y Ramírez.
Por lo tanto, lo que tenemos es un grupo de empresarios que han pretendido en papeles figurar como ex socios de una financiera ilegal para que luego pudieran transitar en el armado de una sociedad offshore, indispensable para la fuga de capitales al exterior y con eso el lavado de activos de un dinero sucio, como la que generaba CBI Cordubensis.
Claro que no ha sido un golpe perfecto. Con la muerte de Suau, en febrero de 2014, tanto CBI como algunas empresas paralelas se han quedado en quiebra y el día del juicio contra los implicados está cada día más cerca. De hecho, la página web de la compañía Dritom (http://www.dritom.com/) ha dejado de funcionar luego que se avanzara la investigación judicial.
Pero esto no es todo.
Durante las audiencias contra el último presidente de CBI, Eduardo Rodrigo, la justicia cordobesa expuso un informe de la AFIP (Administración Federal de Ingresos Públicos) donde reveló que CBI se extravió 716 millones de pesos del Banco Nación. Y que parte de ese dinero, alrededor de 52 millonarios, se extrajeron incluso después de cuatro meses de desatarse el escándalo (febrero de 2014).
Lo que había hecho CBI, que se la pasaba canjeando cheques, es crear dos cuentas bancarias en Banco Nación, con nombres de empresas a nombres prestados, que les permitía evadir el impuesto al débito y crédito bancario. Esta maniobra de monetizar cheques evadiendo impuestos habrían comenzado en abril de 2012, un mes antes de que Doering comenzara a trabajar con Dritom desde Panamá, hasta el 31 de mayo de 2014, casi cuatro meses después de la muerte de Suau y de destaparse el escándalo.
De hecho, CBI tenía una filial en la city cordoesa, que estaba a tan solo una cuadra del Banco Nación. Se cree que los empleados de la financiera retiraban los fondos con mochilas y bolsos.
Habrá que ver si en el trayecto que va desde septiembre de 2012 –fecha que nace la empresa de Panamá- al 31 de mayo de 2014- último registro de retiro de fondos en el Banco Nación según AFIP-, parte del dinero sucio de CBI no se ha fugado al exterior.
Y si de contactos a vuelos internacionales se trata, el único cliente que cuenta (o contaba) Dritom Solutions Panamá es la empresa Telecarrier, perteneciente al holding de Stanley Carrier, principal accionista de Copa Airleans, una de las mayores empresas de aviones de pasajeros, que tiene garantizado los vuelos directos de Córdoba a Panamá.
¿La Ruta del Dinero CBI con destino a Panamá?
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