¿Qué trae Macri bajo el poncho respecto Malvinas y el petróleo?

El abandono de la tradicional política de soberanía energética por parte de Cambiemos y su reemplazo por el de seguridad energética, incluye cambios en relación con Malvinas que están lejos de haber sido transparentados al electorado. Aranguren, el futuro ministro de Energía de Cambiemos, y ex presidente de la SHELL inglesa, dijo que hay que […]

El abandono de la tradicional política de soberanía energética por parte de Cambiemos y su reemplazo por el de seguridad energética, incluye cambios en relación con Malvinas que están lejos de haber sido transparentados al electorado. Aranguren, el futuro ministro de Energía de Cambiemos, y ex presidente de la SHELL inglesa, dijo que hay que olvidarse del autoabastecimiento energético. Y Fulvio Pompeo, el asesor de Macri en relaciones internacionales licenciado en Londres, dijo que hay que descongelar las relaciones con Inglaterra. Y pasar a una política de cooperación petrolera en Malvinas, la que conforme la postura de Aranguren, pasaría a ser nuestra fuente natural de abastecimiento regional, creando así uno la necesidad, y el otro como satisfacerla. Así en esa ecuación de uno más uno que daría dos, habría un despojador y un doblemente despojado. No solo de su independencia energética, sino también de lo que le corresponde.

Por Javier Llorens

Juan José Aranguren, quién es mencionado como el futuro responsable de la política energética de Cambiemos, elevada de secretaría a rango de ministerio, afirmó recientemente que no es tan relevante recuperar el autoabastecimiento. Necesitamos preocuparnos por tener seguridad energética. Eso significa energía variada, accesible y a precios razonables. Vamos a seguir importando gas de Bolivia… Este año tenemos la ventaja de que como bajaron los precios internacionales, bajó el costo de las importaciones.”

Se trata de una sorprendente renuncia a la soberanía e independencia energética, que en Argentina viene siendo sostenida firmemente desde hace un siglo por los partidos tradicionales. Tanto por el peronismo, como por el radicalismo en sus distintas variantes, partido que bajo el liderazgo de Hipólito Yrigoyen fue quien inauguro esa doctrina, que seguidamente se esparció por la región y el mundo. Dinamizada bajo la consigna de romper el trust de la ESSO y SHELL, y ahora nada menos que un ex gerente de SHELL anuncia que Argentina la va abandonar definitivamente.

Además esa postura va enteramente a contramano de lo que pretenden actualmente las potencias de primer orden. Que han cambiado la doctrina de seguridad energética, por los conflictos de toda índole, incluso bélicos, que ella les acarreaba sobre todo en el apocalíptico Medio Oriente, y lo han reemplazado por el de soberanía energética. Como ha hecho EEUU que desarrolló en su propio territorio el petróleo no convencional, con la finalidad de lograr el autoabastecimiento. E Inglaterra, que logró el mismo gracias al petróleo del Mar del Norte, razón por la que ahora ante la posición independentista de Escocia que tiene el dominio del petróleo sobre dicho mar, está empeñada en poner en explotación el petróleo del mar que rodea a Malvinas.

Respecto su cuantía el ex canciller Rafael Bielsa expresó: “las Malvinas se convertirían en la quinta potencia petrolera de América, luego de Venezuela, Estados Unidos, Brasil y México. Un verdadero Golfo Pérsico austral. Para los británicos todo lo que brilla o puede brillar, aunque sea negro, es oro”. http://www.lanacion.com.ar/1234372-frente-a-un-golfo-persico-austral . Poniendo en evidencia así la enorme riqueza que se halla en juego.

La postura del candidato Macri

Respecto este tema el actual candidato Mauricio Macri cuando era presidente de Boca Junior, manifestó un curioso menospreció, al afirmar en un reportaje que le realizó Pagina 12 en 1997, cuando estaba de vacaciones en Punta del Este: “la verdad es que los temas de las soberanías con un país tan grande como el que tenemos nunca los entiendo mucho. Nosotros no tenemos un problema como los israelíes, que tienen problema de espacio. Acá lo nuestro es casi un amor propio. Es más, creo que las islas Malvinas serían un fuerte déficit adicional para la Argentina. Tengo entendido que al Tesoro de Inglaterra le cuesta bastante plata por año”.

Manifestó así desconocer enteramente la cuestión, ya que los malvinenses gracias a las explotación de los recursos pesqueros que rodean las islas, se auto solventan y tienen uno de los ingresos per cápita más altos del mundo. Parece además una afirmación boba, pero no lo es, ya que entre los vastos intereses del grupo MACRI, en un tiempo también estuvo el del petróleo. Al haber participado en la privatización periférica de YPF, que llevó adelante Martínez de Hoz durante la dictadura militar. Con la que un cartel de empresas lideradas por las Tres Hermanas, Astra, Bridas, y Peréz Companc (mote que les puso Marcelo Bonelli en su libro “Un volcán en llamas”) se repartió las áreas secundarías de YPF, bajo la supervisión de la ESSO y SHELL.

Para ello simularon una competencia inexistente, asociándose marginalmente con grupos de segundo rango, como fue el caso de SOCMA (Sociedad Macri). Tal como se puede ver en el siguiente sociograma, obrante en una denuncia presentada ante la Comisión de Defensa de la Competencia en el año 1982. En él que se puede ver que SOCMA, asociada con Techint en el consorcio Ramos (Ver matriz del sociograma al final) quedó ubicada a través de Pluspetrol, bajo el área dominada por la SHELL inglesa, tal como lo señala el trazo rojo. Y respecto Techint cabe acotar que fue cuestionada pocos años atrás, por proveerle tubos a las empresas que operan actualmente en la zona en disputa.

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No obstante, tratándose de un tema muy sensible para los argentinos, a principios de año tras lanzar su candidatura a presidente, Macri se despachó en Facebook en el aniversario del 2 de abril, con un mensaje dirigido a los ex combatientes y sus familiares, que seguramente fue supervisado por Durán Barba. De contenido eminentemente emocional y critico de ese aniversario, ignorando los enormes intereses que se encuentran en juego, bajo el título “Nadie les avisó al despedirse” decía: “no son hombres cualquiera, tienen los honores que la historia sólo le entrega a los héroes. Desde entonces la Bandera es un poco más de ellos que de todos nosotros… mientras se preparaban para partir a las islas no sabían que aquel día en sus casas era el último”.

Tras remembrar lacrimógenamente las presuntas intimidades en las despedidas de los ex combatientes de sus hogares, proseguía: “cada 2 de abril -especialmente cada 2 de abril entre todos los días del año- ellos son un recuerdo doloroso… Otras familias tienen a sus hijos con ellos, volvieron heridos, o volvieron sanos, aunque también están heridos. Porque todos ellos fueron heridos en las islas, todas sus familias fueron lastimadas. Nadie salió ileso hace 33 años, la insensatez hizo que el agua del océano y la tierra fría se llevaran a 649 hombres. Esas islas en el Atlántico, de manera inexorable y en paz, serán nuestras. Aunque ellos jamás volverán. Por eso, silencio y respeto para recordarlos.”

Los antecedentes Aranguren, el ministro de Energía propuesto por Macri

Por su parte su posible ministro de Energía, Aranguren, concretó a lo largo de su vida un cursus honorum en la SHELL. A la que ingresó como pasante en el año 1997, al mismo tiempo que se ensamblaba el antedicho cartel petrolero subrepticio. Y en la última década, contando con el respaldo de las anchas espaldas de la SHELL, fue uno de los poquísimos empresarios que se animó a enfrentar al kirchnerismo. Por ello de él se pueden decir muchas cosas, menos que no es un tiburón petrolero de talla internacional, no solo local.

En 1984 pasó a desempeñarse como economista en la Refinería Shell de Geelong, Australia. Luego en 1986 regresó a Buenos Aires, ocupando diversas posiciones gerenciales en el sector comercial de SHELL. Seguidamente a partir de 1995 se desempeñó en las oficinas centrales de la SHELL en Londres, desde donde coordinaba las actividades en los países anglo parlantes de Africa, y luego en Latinoamérica.

En 1997 retornó al país, para desempeñarse como director de SHELL Argentina, y Vicepresidente de Suministros y Comercialización. Pasando en el 2000 a ser Vicepresidente para los países del cono sur, Argentina, Bolivia, Chile, Paraguay y Uruguay. Ocupando luego en el 2003, el cargo de Presidente de SHELL argentina y Vicepresidente de Suministros para América Latina.

A mediados de este año electoral, Aranguren se retiro con grandes honores de SHELL, en un acto realizado en La Mansión del Four Seasons, ante 200 selectos invitados. Donde estaba el quién es quién empresarial, sus colegas en la cartelizada industria petrolera, y conspicuos dirigentes políticos, como Elisa Carrió, Ricardo Gil Lavedra y José Antonio Romeros Feris. En el cual en un breve discurso, afirmó que había que “optar por el cambio”, para el que según su propia confesión, había mantenido conversaciones previas con dirigentes del PRO. Por lo que no se sabe bien si ese cambio se trata de una nueva carrera política por parte de Aranguren, o una continuidad de su carrera en la SHELL por otros medios

La postura de Fulvio Pompeo, el asesor de de Macri en relaciones exteriores, y otros

Por su lado el asesor personal de Macri en relaciones internacionales, Fulvio Pompeo, que actualmente se desempeña como subsecretario de Relaciones Internacionales e Institucionales del Gobierno de la CABA, y cuenta con un postgrado en Relaciones Internacionales y Teoría Política obtenido en la University of Westminster en Londres, en vísperas de las elecciones de octubre pasado dio un reportaje al diario británico The Telegraph, que este publicó bajo el título “Un candidato a presidente promete mejorar las relaciones con Gran Bretaña sobre las Islas Falklands”.

En el aseguró que si Macri es electo presidente, anulará el cargo de secretario para las Islas Malvinas en la cancillería, y trabajará para descongelar las relaciones de Argentina con Gran Bretaña. Asegurando que “planea trazar un camino conciliatorio y terminar con la relación demagógica de los últimos años. Tenemos que restaurar esta relación que ha estado congelada en los últimos años, como resultado de este conflicto… Nosotros vamos a mantener siempre nuestro reclamo sobre las Islas Malvinas, pero nuestra relación con Gran Bretaña debe ampliarse.”

La relación con Gran Bretaña es muy importante para nosotros, y trabajaremos para crear posibles diferentes áreas para construir un diálogo entre nuestros países… estamos hablando sobre dos países que tienen mucho en común y deben colaborar en asuntos de interés conjunto, como, por ejemplo, temas medioambientales, de innovación y cultura”. El diario consideró por su parte que el tema Malvinas “no ha jugado prácticamente ningún rol en la campaña electoral argentina, porque los políticos de todas las tendencias saben que cuestionar el reclamo argentino sobre las Malvinas sería un suicidio electoral”.

Por otro lado Pompeo ya había fijado claramente su posición al respecto, en una nota con título “Malvinas: salgamos del juego de suma cero”, que publicó en el 2010 en LaPolíticaOnline. En la que sostenía que había que terminar con la política de obstaculización en la explotación del petróleo llevada adelante por el kirchnerismo, y volver a la política de cooperación desarrollada por el menemismo en el marco de las relaciones carnales.

Tras criticar la moderada política desarrollada por el kirchnerismo, de obstaculizar la explotación del petróleo hasta tanto Gran Bretaña se avenga a comenzar a negociar respecto la soberanía de las islas, y tras destacar igual que Bielsa la enorme riqueza petrolera que existiría en el área, Pompeo proponía:

“… hay que redefinir esta estrategia de suma cero y avanzar en un juego de suma variable donde, sobre la base de una política activa, podamos combinar la reivindicación de soberanía con una estrategia que permita obtener resultados positivos en aspectos relevantes para los intereses de nuestro país, evitando al mismo tiempo confrontaciones en aquellas cuestiones sobre las que se pueden obtener beneficios mutuos. La cooperación bilateral en áreas estratégicas pareciera ser una medida que avanza en esta dirección”.

Y seguidamente continuaba con el canto de sirena: “Promover un acercamiento con el Reino Unido en aquellas cuestiones relevantes para el interés de nuestro país no sólo brindará beneficios concretos, sino que también constituirá una señal importante en términos de reivindicación de nuestros derechos soberanos. Si bien existe un consenso generalizado en nuestro país respecto a la legítima reivindicación de los derechos soberanos sobre Malvinas, sería enriquecedor trabajar en una política consensuada e inclusiva respecto a la estrategia para alcanzar ese objetivo. El consenso pluripartidario nos permitiría generar una verdadera política de Estado sobre la cuestión Malvinas, al tiempo que frente al Reino Unido mostraríamos solidez y señales de continuidad en el desarrollo de nuestra política.”

Señalaba además que ello facilitaría la explotación del petróleo argentino of shore que no se encuentra en el área de disputa, por parte de las mismas mega petroleras multinacionales que lo hagan en el área en disputa. Internacionalizando así todo el Atlántico Sur, para que estas se lleven toda la ganancia y su yapa. Apuntando que:

“… sería ésta una buena oportunidad para redefinir de manera integral la política argentina en materia de hidrocarburos en el área del Atlántico Sur. La ampliación de las fronteras exploratorias a las que nos referíamos, no será posible sin un Estado activo, capaz de garantizar condiciones de seguridad jurídica a las empresas que realicen inversiones en estas zonas de alto riesgo tecnológico y comercial. De esta manera, la Argentina estaría afianzando nuestros legítimos derechos, no sólo sobre la zona en disputa de soberanía con el Reino Unido, sino también a lo largo de la extensión de nuestra actual zona económica exclusiva (200 millas), y más aún frente una posible extensión hasta las 350 millas.”

http://www.lapoliticaonline.com/nota/columna-378/

Esta postura “cooperativa” está lejos de ser cultivada en solitario por Pompeo, sino que es compartida por eminentes integrantes del Club Político Argentino que proclamó recientemente su adhesión a la candidatura de Macri. Como Vicente Palermo, y el ex vicecanciller de Guido Di Tella y teórico de las relaciones carnales, Andrés Cisneros. Que en consonancia con esta y un declamado pragmatismo, se ha convertido en el líder de la doctrina de la cooperación. Publicando al respecto una nota en CLARIN con título “La filosofía del todo o nada siempre termina en nada para el más débil”. (19/2/10)

Para unos, los recursos no se discutirán hasta que primero se reconozca la soberanía argentina. Resultado, los ingleses se quedan con todo: el territorio y los recursos… para los otros, la mejor esperanza de que algún día recuperemos las islas pasa por iniciar un largo camino de cooperación en lugar de hostilidad y, ante el hecho consumado de que los británicos se disponen a explotar los recursos, comencemos por negociar alguna participación en esos beneficios. Es que ya se sabe, cuando dos países disputan algo y la relación de fuerzas es muy despareja, la filosofía del todo o nada siempre termina en nada para el más débil”.

Esta postura pragmática, que afirma que es preferible recibir migajas antes que recibir nada, con olvidó de la mendicidad que ello supone, es compartida por CLARIN. Medio que se encarga de difundirla, y que además de tener una parte de su paquete accionario en Londres, fue también el encargado de hacer una durísima campaña sucia en contra del kirchnerismo y a favor del PRO. En sustitución de los integrantes de este partido, al que su gurú Duran Barba les tiene prohibido hacerla, estando para ello el grupo CLARIN y Elisa Carrió.

El intríngulis de la cuestión, seguridad energética vs soberanía energética integral

Según el diccionario “intríngulis”, es la “intención solapada o razón oculta que se entrevé en una persona o en una acción”. Que en este caso se manifiesta a través de dos personas del riñón más íntimo del macrismo. Una, la de Aranguren, que propone mantener la necesidad de importar hidrocarburos, preconizando la seguridad energética con abastecimiento regional, y relegando la soberanía o independencia energética. Y la otra, la de Pompeo, que propone posibilitar “cooperativamente” la explotación de las ingentes riquezas hidrocarburíferas que se encuentra en Malvinas bajo control británico.

Al macrismo algunos de sus opositores le han reprochado “hacer de una necesidad un negocio”. En este caso parece ir más allá, porque propondría hacer una necesidad, como es la renuncia a la soberanía energética, para hacer un negocio. O mejor dicho aún, un sideral negociado, que ateniéndose solo a las modestas cifras de reservas por 11.525 millones de barriles que señala Pompeo en su nota, representa un monto del orden de entre 500 mil millones de dólares al precio actual del petróleo, y el doble, un billón o millón de millones, si se toma en cuenta el precio del petróleo que regía hasta hace poco.

El intercambio en esta “cooperación”, consistente en permitirle al Reino Unido agotar las existencias de petróleo en la zona, seria la seguridad energética de poder abastecernos con el petróleo proveniente de allí, con alguna mínima bonificación de precios, y menores costos de fletes. Completada probablemente con servicios costeros a prestar desde el territorio continental de Argentina, para facilitar esa explotación y permitir hacerla en condiciones de seguridad ambiental. La que dejara algunos puestos de trabajo y actividad en ella, llevándose como siempre por su lado Inglaterra la parte del león.

A su vez la energía cara de Vaca Muerta, que Macri y Aranguren también proponen apoyar, mediante el ingreso de inversores extranjeros e incluso con el blanqueo de capitales fugados al exterior, sería otro contribuyente a ese solapado intríngulis petrolero malvinero. Ya que los altos costos de esta explotación, facilitarían las importaciones desde Malvinas, con un precio cercano al de indiferencia. Contribuyendo así una cosa con la otra, en lugar de tratar de explotar a fondo el petróleo convencional, cuya extracción es mucho menos costosa, y las abundantes energías alternativas que dispone nuestro país.

La trágica guerra de 1982 fue una trampa en la que cayó Galtieri con su plan de “ocupar para negociar”, al pisar el palito de la seguridad energética. Ya que a contramano de la política de soberanía energética que desarrollaba Inglaterra, creyó que podía arreglarse la disputa sin violencia, cambiando soberanía territorial a favor de Argentina, con la entrega del petróleo a favor del Reino Unido, para que este tuviera seguridad energética.

Luego vino Alfonsín que no entendió gran cosa de lo que había pasado, y primero pretendió concesionar los recursos pesqueros a la URSS y Bulgaria, a lo que el Reino Unido respondió extendiendo la zona de pesca exclusiva a las 200 millas. Y luego con el paraguas de soberanía, a cambio del cese de hostilidades pretendió iniciar negociaciones globales, que pasando por las de pesca e hidrocarburos, desembocarán en negociaciones por la soberanía, a la que el Reino Unido obviamente se negó.

Luego vino Menem, y lo primero que hizo su flamante canciller Domingo Cavallo, fue firmar los claudicantes acuerdos de Madrid, con el cese de hostilidades sin condiciones, y la iniciación de negociaciones referidas exclusivamente a la pesca y el petróleo. Luego Di Tella y Cisneros profundizaron esa política de entrega, en el marco de las “relaciones carnales”, y la política de seducción de los isleños mediante el regalo de ositos Winnie Pooh. Con la loca esperanza de que estos aceptaran una soberanía compartida con el Reino Unido, que tanto este como los isleños la rechazaron de plano.

Eran momentos en que Argentina gozaba de soberanía energética, aunque sus ganancias con la YPF privatizada se la llevaban los inversores externos. Y en el que la baja del precio del petróleo a niveles mínimos históricos, desalentaba nuevas inversiones en explotaciones costa afuera.

Esa política de entrega a cambio de una loca ilusión, la revocó el kirchnerismo, con la política de obstaculizar la explotación del petróleo, hasta tanto se comenzará con negociaciones sobre la soberanía. Para ello creó el Fideicomiso Austral, cediendo los ingresos de las regalías del petróleo en la zona en disputa a la Provincia de Tierra del Fuego, para que esta se encargara de percibirlos, facilitando la negociación. Incurrió así en un error agravado al de Galtieri, al ignorar el precepto de soberanía energética que guía firmemente al Reino Unido. Y al pretender lograr solo el inicio de negociaciones sobre la soberanía, y no la entrega de la soberanía, como pretendían Galtieri y la Junta Militar.

Ahora con Macri, Aranguren, y Pompeo, volvemos a las andadas de Di Tella y Cisneros. Con el enorme agravante que para justificar una política de cooperación con quienes fueron en 1982 nuestros enemigos, en un tema de enorme sensibilidad como es la cuestión de Malvinas para los argentinos, proponen la renuncia a la soberanía energética. Que fue una política que Argentina sostuvo durante un siglo, y que pese haberla perdido durante el gobierno del kirchnerismo por la actuación de REPSOL, tenemos la posibilidad de recuperarla, por nuestros propios recursos, capacidades, y esfuerzos.

Para resignarnos en cambio a la seguridad energética, adquiriendo así una dependencia crucial con quienes hace poco fueron nuestros enemigos, y que paradojalmente nos asegurarían la provisión del petróleo que nos pertenece. Se trata entonces de una solución particularmente perversa, ya que implica dejar de lado o disminuir nuestras capacidades respecto los recursos que dominamos, para nada menos que justificar la entrega de nuestros propios recursos que no dominamos.

Estas espurias negociaciones diplomáticas petroleras, emprendidas sorpresivamente por gobiernos recién asumidos, como si fueran resultado de sórdidos pactos preelectorales, no son ninguna novedad en nuestro país. Alfonsín poco después de asumir firmó el tratado de Paz y Amistad con Chile, renunciando a las islas del Beagle, lo cual posibilitó la puesta en explotación por parte de la ENAP chilena, de los yacimientos del Estrecho de Magallanes. Y simultáneamente, pese el reciente conflicto bélico de Malvinas, Alfonsín le entregó a la SHELL inglesa los yacimientos que se encuentran en la boca oriental del estrecho. Aunque luego, por la vergüenza que le generó ese gravísimo error geopolítico que había cometido, logró que la SHELL desistiera de esa concesión, a cambio de vaya a saber qué.

Luego vinieron Menem y Cavallo, quién lo primero que hizo fue firmar los acuerdos de Madrid, que significaron una rendición incondicional ante el Reino Unido. Justificada en la necesidad de amistarnos con la City de Londres, por razones eminentemente financieras, al encontrarse nuestra deuda externa en default. Posteriormente vino De la Rúa, quién prorrogó anticipadamente la concesión del megayacimiento de Loma de la Lata a REPSOL YPF, a cambio de unas monedas para enfrentar la angustiosa situación financiera que enfrentaba por el peso de la deuda externa. Y para obtener el apoyo de España como coparticipante del famoso Blindaje, que no sirvió para nada, sino todo lo contrario.

Ahora seguramente Macri y sus adláteres Aranguren y Pompeo justificaran que compremos nuestro propio petróleo, para enfrentar la situación financiera y el default en que nuevamente se encuentra nuestra deuda externa. Para lo cual, según adelantó LaPoliticaOnline, contaría con un anticipo de quince mil millones de dólares facilitado por un pool de bancos internacionales encabezado por el JP Morgan Chase, entidad directamente relacionada con los meganegocios petroleros. Siendo el artífice de esas negociaciones Alfonso Prat Gay, el ex ejecutivo del JP Morgan Chase que en Londres se desempeñaba como Jefe de Investigación y Estrategias de Moneda. Y actualmente emulando a Cavallo, es mencionado como futuro canciller o ministro de Economía de Macri.

Esta degradación cada vez mas enorme de la situación, lleva a recordar la canción de Silvio Rodríguez, “Sueño con serpientes, con serpientes de mar, la mato y aparece una mayor, con mucho más infierno en digestión.”

Malvinas en la rodada hacia abajo que venimos desde hace medio siglo, representa un enorme desafío. Planteado por la misma potencia mundial, a la que derrotamos militarmente en 1806 y 1807, pero que luego se las ingenió para invadirnos por medios comerciales y financieros. Para establecer a lo largo de un siglo por medio de la deuda externa, un informal imperio sobre nuestro país, que en ese periodo funcionó como una economía complementaria y dependiente del Reino Unido. Luego ante la aparición del petróleo of shore, nos entrampó militarmente en Malvinas, dejando como única salida de esa trampa, la renuncia a la soberanía de las islas, con el reconocimiento de los deseos de los isleños, que la ONU con la resolución 2065 había rechazado. Así sobrevino la derrota militar de 1982.

La única forma de triunfar ante este enorme desafió que nuevamente en nuestra historia nos plantea el Reino Unido, no es dándole lo que codicia, como hicimos en el pasado y como distintos gobiernos lo han propuesto hasta hoy. Agravado ahora por la macriavélica propuesta, de autolesionarnos energéticamente para justificar esa entrega.

Sino mediante esclarecer la verdad respecto la guerra de 1982, que esconde sórdidos secretos diplomáticos, de inteligencia, y comunicacionales, que algún día tendrán que salir a la luz. Por lo que el primer planteo que cabe hacer, no es descongelar las relaciones con el Reino Unido como propone el macrismo, sino desafiarlo a que haga públicos sus archivos sobre Malvinas y la guerra de 1982, que ha sellado hasta el año 2070. En ellos está la verdad de la guerra de 1982 y de toda la cuestión.

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