El suicidio del fiscal Nisman Una metáfora del suicidio de Argentina

Javier Llorens 16 de Febrero 2015 Resulta imposible entender el deceso de Nisman, si se desconoce la enorme trama en la que el fiscal se encontraba envuelto como insumo descartable, en el rol de Argentina como títere de las grandes potencias en su política exterior. Pero a su vez esa misma trama parece haber sido […]

Javier Llorens
16 de Febrero 2015

Resulta imposible entender el deceso de Nisman, si se desconoce la enorme trama en la que el fiscal se encontraba envuelto como insumo descartable, en el rol de Argentina como títere de las grandes potencias en su política exterior. Pero a su vez esa misma trama parece haber sido usada astutamente, para desestabilizar a un gobierno que está dando un giro copernicano en su política exterior. Al arrojarse en los brazos de la República de China, con una “alianza estratégica integral”, pero subordinada y dependiente, para paliar la penuria de divisas provocada por el mal arreglo que hizo de la deuda externa, y la enorme fuga de divisas que permitió en la última década.

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¿La imagen muestra los rostros del salvaje enfrentamiento entre oficialismo y oposición, o la copa imperial que divide et impera?

Contenido
Introducción: el suicidio cotidiano de una Argentina no seria
Las evidencias del suicidio de Nisman
El destratamiento del caso por parte de la prensa
Las disimiles consecuencias si se trata de un suicidio o un homicidio
Las causas del suicidio de Nisman
La responsabilidad de la oposición y el gobierno en el suicidio de Nisman
El desenlace de la trama que derivó en el suicidio de Nisman y su saga
La marcha de los fiscales del 18F y su parecido con la de Corpus Cristi de 1955
El intríngulis de la actual situación, la “alianza estratégica integral” con China
Conclusión: Los argentinos deberíamos aprender de nuestra historia para no enfrentarnos movilizados por intereses ajenos

Introducción: el suicidio cotidiano de una Argentina no seria
En un país serio, un caso tan serio como la denuncia contra el Gobierno de encubrimiento del terrorismo, agravado enormemente a continuación por la muerte del fiscal que acababa de acusar a la cúpula del gobierno por ese delito lindante con la traición a la Patria, habría motivado un mínimo acuerdo entre su elite dirigente. Para dejar que esos asuntos, debido a sus enormes trascendencias políticas, sociales, y de credibilidad ciudadana, los resolviera la justicia honestamente, manejándose en el ínterin con la máxima prudencia informativa.
Pero lamentablemente Argentina hace mucho tiempo que dejó de ser un país serio. Y de tener una dirigencia seria, capaz de hacer un mínimo acuerdo serio, sobre cosas serias y trascendentes. Que hacen que un país sea una comunidad de intereses y destinos, y no un rejuntado de intereses encontrados, pugnando cada uno por sus intereses individuales. Que no vacilan en serruchar la rama en la que estamos todos parados, o agujerear el bote en el que navegamos todos, maximizado las diferencias, en lugar de tratar de encontrar los puntos comunes.
Siendo esto lamentablemente lo que sucede en Argentina desde hace mucho tiempo, para consternación de los países que nos rodean, que antes la tenían como señera. Habiendo vuelto el país a divisiones de épocas pretéritas, con la exclusión tajante de la otra mitad, propia de los tiempos de rozistas y antirozistas, y de peronistas y antiperonistas. Cuya única salida eran los golpes militares que ahora felizmente están ausentes, por la disolución del poder militar que también se suicidó con sus extravíos. Quedando así Argentina ante la ausencia de salidas alternativas o de síntesis, al borde de ser un país fracasado.
Esta imposibilidad de concertar una mínima política de Estado, es lamentablemente el estado de la política y de la dirigencia en la República Argentina. Y en todo caso las políticas de Estado que proponen algunos dirigentes, es para satisfacer poderosos y determinados intereses, como los petroleros y financieros, o para hacer seguidismo a las políticas dinamizadas por potencias extranjeras. Y no en función el bienestar del país y sus habitantes.
Hoy Argentina en la cumbre de ese infortunio, parece estar divida en dos bizarras barras bravas futboleras. La K y La AntiK, que se propinan tremendos improperios de tribuna a tribuna, descalificando y demonizando al otro, hasta llevar la intolerancia a un grado salvaje y supino. En donde hay de todo, desde los Gordos del Tablón, como Carrió y Lanata, capaces de emitir los epítetos más tremendos, y asegurar violentamente sin prueba alguna, que es un asesinato lo que evidencia ser un suicidio. Hasta los impresentables de la Banda de Fierro K de 6, 7, y 8, que los emulan en esa tarea.
Pasando por los muchachos de la murga Guardia Imperial, de CLARIN y LA NACION, y los de La 12, con Verbistky a la cabeza. Que obsesivamente bajan letra para los ululantes cánticos guerreros de una y otra hinchada, para que la surrealidad argentina sea tal como ellos quieren que sea, muy lejos de la verdad que es la única realidad.
En el fondo parece ser una lamentable pugna elemental, en la que se apela a cualquier recurso, por malévolo y deshonesto que sea, digna de “Kramer vs Kramer”, dinamizada por el ex matrimonio Kirchner – Magnetto, que reinó durante la mitad del mandato de los Kirchner. Cuyo divorcio, motivado por la disputa de quien controla el monopolio del relato, que le aseguraría la permanencia en el poder político a los primeros, o le permite otorgarlo al segundo, derivó en la actual situación. En la que cualquier recurso es válido para dirimir esa pugna definitivamente.
El ejemplo actual más notable del poder de fuego que está en juego, es la instalación por parte de CLARIN y LA NACION como únicos presidenciables 2015, a tres candidatos provenientes del riñón del menemismo y la UCEDE, Sergio Massa, Daniel Scioli, y Mauricio Macri. Determinando así una vuelta atrás a una etapa que parecía superada, que solo deparó desastres para Argentina, hasta culminar con la catástrofe del 2001.
Los que seguramente lo primero que harán, será reformular la ley de medios y telecomunicaciones conforme las necesidades del grupo CLARIN. De la misma manera que el justicialismo sancionó apuradamente, tras la consagración de Néstor Kirchner como presidente en el 2003, la ley de protección de industrias culturales conforme las necesidades de CLARIN y LA NACION.
Medios que gracias a los artilugios y componendas del presidente Eduardo Duhalde, habían contribuido decisivamente para plasmar el primer triunfo electoral de los Kirchners, pese que quedaron en un segundo lugar. En una enrevesada campaña electoral en la que con la excusa de los asesinatos del Kosteki y Santillan, se habían suspendido las primarias, para que el peronismo pudiera concurrir con múltiples candidatos.
En este metier de procurar controlar el relato de Argentina, tal como lo está haciendo ahora con el caso Nisman, Magneto – CLARIN sufren la maldición del incesante adelanto tecnológico. Que desde 1983 en adelante, los ha obligado a aspirar a controlar la nueva tecnología comunicativa que surge, tras haber capturado la que aspiraba previamente, porque esta ya se hizo obsoleta. Situación que actualmente se ve corporizada por la supremacía del triple play de las telefónicas, sobre el cuasi monopolio del cable que detenta el grupo CLARIN.
En las apariencias entonces, como una consecuencia de su enorme degradación y perversión, la elite argentina parece estar enfrascada en una miserable e ineluctable lucha por el poder. Como una disputa en el “Juego de Tronos”, por parte de dos príncipes del Medioevo alucinados y obsesionados por obtenerlo de cualquier manera, entre la alucinada Reina de Dragones y el inescrupuloso Señor de Invernalia.
Pero como en las novelas de suspenso y espionaje de la Guerra Fría del inglés John le Carré, esa absurda disputa local tiene otra vuelta de tuerca. Ya que una visión gestáltica de la situación -que permite apreciar que el todo no es la suma de las partes, como lo evidencia la clásica figura que encabeza este escrito- hace surgir el convencimiento de que en el actual escenario, estaría también actuando en forma gravitante el Rey de los Siete Reinos, EEUU. En circunstancias en que el Gobierno desesperado por la penuria de divisas por el mal arreglo que hizo de la deuda externa, y la fuga que permitió de ellas, sin debate ni discusión pública alguna se ha arrojado en los brazos de la Republica Popular China, con quien EEUU confronta actualmente su hegemonía.
Arribando a una “alianza estratégica integral”, que incluye incluso un derivación a nivel bélico, con la estación espacial en Neuquén. Lo cual para EEUU resulta a todas inadmisible, por más que no lo diga públicamente y trate de ocultarlo, porque supone una intromisión inadmisible en su “patio trasero” y zona de influencia. Casi tan grave como la intromisión que hizo la URSS en la Cuba de Castro, que derivó en el conflicto por las bases misilísticas y el bloqueo comercial a esa isla que hasta ahora persiste.
Se trata entonces de una cuestión de alta estrategia, que podría determinar el curso de Argentina por muchas décadas. Y ante el hecho de que la elite Argentina se haya enzarzado o se haya dejado enzarzar en esta contradicción secundaria del affaire Nisman, sustancialmente alejada de la principal, solo cabe decir ¡Pobre país! ¡No llores por ti Argentina! El problema mayúsculo de Argentina es el su elite dirigencial, permeada por la desmesura, la corrupción, y las pequeñeces de miras. Y por los intereses foráneos, que desde siempre aplican el adagio romano “divide et impera”. Al que vanamente trató de oponerse Martín Fierro diciendo:

Los hermanos sean unidos
Porque esa es la ley primera
Tengan unión verdadera
En cualquier tiempo que sea
Porque si entre ellos pelean
Los devoran los de afuera

Las evidencias del suicidio de Nisman
En un país serio la Justicia a esta altura de la investigación, ya se habría expedido diciendo que el fiscal Nisman se quitó la vida por su propia voluntad, acorde a las pruebas reunidas en la causa. No otra cosa dicen su ansiosa búsqueda en las horas previas de un arma. Las confusas y distintas explicaciones que brindo a quienes se las pidió. Diciendo a uno que era para cuidar a sus hijas que estaban en Europa, y a otro para defenderse si algún piquetero lo trataba de “traidor”. Su ira contra la revista NOTICIAS que puso su imagen en tapa, con un título que aludía a los secretos del fiscal, según la manifestó a uno de sus subordinados.
El texto de esa nota que reproducía la frase que dijo a su hija, “preparate para lo peor. Para que digan cualquier cosa de mi en radio y televisión”. Su estado de ansiedad y estrés, del que daba cuenta la misma nota. Su ciclotimia, con estadios de euforia y depresión, con ataques de pánico incluidos, del que dan cuenta quienes se relacionaban con él. Un borrador de su denuncia contra el Gobierno, en el que pedía la inmediata destitución y detención de la Presidenta, tirado en el tacho de la basura, como si se tratara de un gesto de auto desprecio.
El texto de su denuncia abierto al lado de una montaña de resaltadores, que lejos de una expresión de certeza y contundencia, daban la imagen de desorientación y de una desesperada búsqueda de sustento en ella. La presencia de su ADN en las distintas partes del arma que lo mató, empuñadura, cargador, balas, y gatillo, que denotan la preparación de ella y su posterior uso por parte de él. Su cuerpo sin otras lesiones, obstruyendo la apertura de la puerta del baño. El espasmo cadavérico en la mano con que accionó el arma que lo mató, etc.

Respecto este fenómeno neuromuscular del espasmo cadavérico en el dedo índice de su mano derecha, con la que accionó el gatillo, los forenses y expertos coinciden que es la manifestación del último esfuerzo voluntario efectuado por el difunto. Cuyo cerebro en este caso ordenó al dedo apretar voluntariamente el gatillo, accionando así el arma cuyo proyectil simultáneamente destruyó su cerebro. Quedando esto patentizado en dicho fenómeno post morten, que no es equiparable al rigor mortis.
Razón por la que sumada a la ausencia de lesiones que presentaba la víctima, los reputados médicos forenses que efectuaron la autopsia de entrada se refirieron a un cuadro de suicidio, sin ninguna intervención de terceros. Estando la víctima señalándose a sí mismo con su flexionado dedo índice, como culpable de su deceso. Que no podría haberse logrado si la victima carecía de voluntad al hacerlo, y su cerebro no mandaba la correspondiente orden para ello.
El inglés G. K. Chesterton en sus novelas policiales, hablaba la importancia de los pequeños detalles para llegar a la resolución de sus casos. Existiendo en este caso de entrada un cúmulo de pequeños detalles o indicios, que señalan concordantemente en una sola dirección, que no es otra que la de su suicidio.
Incluso sería otra prueba de su suicidio, la ausencia de rastros químicos del disparo en sus manos. Que suele suceder en municiones con detonador lateral y no central y vainas enterizas, como es el calibre 22, y con los explosivos modernos. Las que además tenían manchas de sangre que pudieron haberlos lavado. Si alguien hubiese querido simularlo, contando con un ultra sofisticado método físico químico para simular el espasmo cadavérico en su dedo índice, también se podría haber encargado de sembrar rastros químicos del disparo en la mano del fiscal, para afianzar esa misma hipótesis.
Según los últimos datos oficiales disponibles en el país se cometen por año 2.152 homicidios, mientras que los suicidios ascienden a 3.342 (año 2012). Casi 10 suicidios por día. Cada persona es un mundo, y cada suicida tiene en su personalidad un mundo de incomprensibles razones para hacerlo. Dentro de la vorágine de información sobre el caso Nisman, un dato relevante de su personalidad es el último mensaje que le envió su ex esposa Arroyo Salgado por whatsapp, “evidentemente para vos lo importante es la puja de poder y salir en diarios y revistas”.

El destratamiento del caso por parte de la prensa
No obstante cada vez que se va cerrando más la hipótesis del suicidio, una poderosa usina mediática puesta en pleno funcionamiento, se encarga de sembrar nuevas dudas sobre la causa, apelando a cualquier medio, por malévolo que sea. Como el ocultar el fenómeno del espasmo cadavérico en el dedo índice de Nisman. O el involucrar a la madre misma de Nisman, por la cuestión de la puerta que dieron por supuestamente abierta, cuando en realidad estaba semicerrada.
O el tergiversar directamente la frase que dijo cautamente su ex mujer, la jueza Sandra Arroyo Salgado al despedir su restos, “sabemos que esto no fue decisión tuya”, para transformarla en una directa acusación de asesinato. A quien además ahora se le da absoluta credibilidad, cuando no hace mucho se la descalificaba por su actuación en el caso de los hijos supuestamente de desaparecidos de la dueña del grupo Clarín Herrera de Noble.
O el involucrar en la cuestión a la actual pareja de Arroyo Salgado, Guillermo Alberto Elazar, por haberle enviado a pedido de ella la imagen de Nisman publicada en la revista NOTICIAS, que habría llegado con una mancha en la frente de este. Como si los supuestos súper asesinos de Nisman no solo dominaran a placer la voluntad de Nisman y su espacio físico, sino también el espacio cibernético. Para enviar mensajes mafiosos adulterando sus imágenes al paso de ellas, como si fueran integrantes de Matrix.
Pese a que los peritos intervinientes dijeron que ella había sido realizada directamente sobre la impresión offset original, resultando así el único sospechable de esa acción, la actual pareja de la ex esposa de Nisman. Que quizás solo trató de trasmitirle así que por el estruendo que había armado, su ex esposo estaba en la mira de todos. Mancha que no obstante podría tener una notable trascendencia, al poder hacer sin que esto signifique en manera alguna una mayor garantía de justicia, que la investigación del asesinato de Nisman en manos de la fiscal Viviana Fein pase a la justicia federal. Adonde Arroyo Salgado efectuó la presentación de dicha imagen trucada, en la causa en la que se tramitaba las amenazas denunciadas previamente por Nisman.
O el caso de la mucama, a quién Nisman le había dejado supuestamente una lista de compras horas antes de su muerte, que supuestamente era una clara manifestación que ni pensaba suicidarse. Cuando en realidad a la inversa, la lista la había redactado ella misma, pidiéndole a Nisman que hiciera esas compras. Detalle que al ser conocido fue disimulado por los medios, con la supuesta aseveración de la misma mucama, de que Nisman siempre tenía trabada internamente la puerta de servicio. Lo que no obstante fue contradicho por ella misma, al afirmar que se retiró por esa puerta mientras Nisman dormía profundamente, quedando por ende sin traba alguna.
A la tragedia se sumo a continuación la comedia del periodista argentino israelí Damian Patcher, que había dado la primicia de la conmocionante muerte de Nisman, sin decir como la obtuvo. Quién abonando la hipótesis del homicidio, seguidamente dijo ser perseguido no se sabe por quién, y se refugió en Israel, donde fue recibido casi como un héroe. Incidente que la prensa “independiente” amplificó enormemente, y aprovechó para denostar al gobierno por haber revelado el supuesto destino de Patcher. En vez de verificar la verosimilitud y verdaderos móviles de lo denunciado por este.
Todo ello en un evidente esfuerzo para que sembrando la duda, la causa se mantenga como homicidio o muerte dudosa. Y si esto no es posible judicialmente, al menos lo sea en la opinión pública. Sobreponiendo así el informal poder mediático, sobre el Poder Judicial de la República. Mediante apelar al silogismo de que si era posible concretar un supuesto homicidio por las falencias de la custodia de Nisman, y de la seguridad de la lujosa torre en Puerto Madero en la que vivía, esto supuestamente invalida las pruebas científicas que acreditarían un suicidio.
Haciendo prevalecer la conjetura, sobre la certeza científica, dejando así abierto un campo orégano, para que la siembra de cualquier rastro o pista, por insidiosa que sea, o insignificantes errores en el procedimiento que suelen suceder en los hechos conmocionantes, haga que prevalezca para siempre la duda. Degradando al periodismo no en el ejercicio de las certezas, sino de los rumores y la especulación, y poniéndolo al mismo nivel de los programas de variedades de la televisión de la tarde. Donde invirtiendo el dicho anglosajón, los hechos parecen ser libres, y las opiniones sagradas.
Proliferando además en el periodismo gráfico, una explosión en el uso y abuso de citas literales entrecomilladas, emitidas supuestamente por voceros anónimos no identificados. Degradación periodística con la cual impunemente se puede armar cualquier relato, y cuyo uso medio siglo atrás le costó a Jacobo Timerman su puesto en el diario LA NACION. No obstante Joaquín Morales Sola, que es hoy el periodista estrella de este diario, resulta ser ahora uno de los principales cultores de este degradado recurso antiperiodístico.
Seguramente en un futuro estudiantes avanzados de periodismo harán tesis respecto el “destratamiento del acontecimiento”, analizando las actuales páginas de CLARIN, LA NACION, y otros. Recalcando las absurdas contradicciones en que muchas veces incurren entre si los cronistas del mismo medio en el tratamiento del caso, y de esos medios entre sí. En cumplimiento de la orden anarquizante bajada por el editor – dictador, de sembrar la duda en la sociedad, por cualquier medio y a toda costa.
Uno de los -tantos- ejemplos de esto, fue la reciente tergiversación de los dichos de la fiscal Viviana Fein, que solicitó prolijidad y prudencia en la publicación de información que no fuera oficial. Y manifestó que como profesional “no me manejo con hipótesis preferidas. Nunca lo hice. Tengo una causa, la causa me marca las hipótesis”. A los que CLARIN sesgó en su tapa diciendo “No hay una hipótesis preferida” – “Fein ratificó que pudo tratarse de suicidio, suicidio inducido, o crimen”. Pese que todas las evidencias que acumula indican la existencia de un suicidio.
O la tergiversación que hicieron CLARIN y LA NACION, de las mesuradas y prudentes palabras que pronunció Arroyo Salgado, la ex esposa de Nisman, en el Congreso. Con las que pidió responsabilidad, prudencia, y ética en el tratamiento de la cuestión a todos, funcionarios, legisladores, y periodistas incluidos. Se quejó de la excesiva transparencia que la fiscal y jueza estaban dando a la investigación. Y planteó la posibilidad de que la Defensoría Pública, para dotar de credibilidad al proceso ante la sociedad, pida la intervención de la CIDH (Comisión Interamericana de Derechos Humanos).
No obstante la versión de CLARIN y LA NACION, olvidó del reclamo hecho a periodistas y legisladores opositores. Y tergiverso sus palabras desde sus títulos, al afirmar que Arroyo Salgado había pedido la intervención de la CIDH, y cuestionado el accionar de la jueza y la fiscal Fein. Cuando resulta evidente conforme la dinámica de los hechos, que la fiscal y jueza dieron una excesiva transparencia al proceso, para contrarrestar la enorme desinformación que venía brindando la usina de la prensa.
Y ya buscando pelos en la leche con cualquier cosa, al día siguiente CLARIN anunció en tapa que en una nueva inspección concretada a pedido de Arroyo Salgado, se habían encontrado pelos en el departamento de Nisman. Cuando lo extraordinario sería que no se hubiesen hallado, después de la legión de funcionarios y expertos que pasaron por el mismo con motivo de la investigación del deceso.
Explotando a fondo de esta manera, el fenómeno de incredulidad, desconfianza, y escepticismo desarrollado por la sociedad argentina, en todo lo relacionado con el poder, y lo que lo rodea. Lo que también por extensión pone en duda las pericias y dictámenes de los expertos de cualquier índole, razón por la cual la desconfianza, incredulidad, y anomia de una sociedad, se puede extender hasta el infinito o la nausea. Confirmando esto que la comunicación es un delicado proceso cotidiano, que va determinando la estructura de la opinión pública, y por ello en una democracia genuina, no debería estar en manos de fanáticos ni de inescrupulosos, como sucede en Argentina.
Un notable ejemplo de los inesperados resultados que puede brindar este destratamiento de la noticia, lo da el caso de Alfredo Yabran. Un sigiloso e inescrupuloso hombre de negocios que había copado el negocio del correo, mediante sabotear el correo oficial, y derivar negocios al suyo privado. Al que con motivo de una pugna por el control de ese negocio por parte del entonces súper ministro Domingo Cavallo, la prensa del sistema encabezada por CLARIN lo presentó como la Bestia Negra, o el súper mafioso argentino. Pese que sus prácticas no tenían nada de extraño en el corrompido mundo empresario local. Llegando a atribuirle la autoría intelectual del asesinato del fotógrafo José Luis Cabezas, por el solo hecho de que le había sacado una foto.
En consecuencia su posterior suicidio, propio de una persona acorralada al que se le había agotado su juego, no fue creíble para amplias capas de la población, que habían creído al pie de la letra el relato de dicha prensa. Bajo el convencimiento de que un súper mafioso como el descripto por ella, hace suicidar pero no se suicida. Y en todo caso se las ingenia para comenzar de incognito en otro lado una nueva vida, para seguir disfrutando su mal ganada fortuna. Fenómeno que ahora parece repetirse con Nisman, quién como un supuesto súper fiscal nunca puede haberse suicidado.

Las disimiles consecuencias si se trata de un suicidio o un homicidio
La muy disimiles consecuencias que se producirían si se trata de un homicidio o un suicidio, se encargó de ponerlas recientemente en claro el prosecretario de redacción del diario La Nación, Jorge Urien Berri, en una nota del 1/2/2015. Siendo uno de los contados periodistas de los grandes medios, que ha mantenido una profesionalmente cauta y crítica cobertura referida al atentado de la AMIA, y la actuación del fiscal Nisman al respecto.
Calificó incluso de “endeble”, no solamente su reciente denuncia de encubrimiento dirigida contra la cúpula del Gobierno, sino también la dirigida mucho antes contra la cúpula del gobierno iraní, a la que Nisman responsabilizó del atentado. Y también su acusación respecto la penetración “terrorista” de Irán en América Latina, con la que se despachó poco después que el Congreso argentino aprobara el Memorándum de Entendimiento con Irán, a la par que planteo la inconstitucionalidad del mismo.
Al respecto una tercera hipótesis, referida a un suicidio inducido o instigado, resulta inadmisible en este caso, al tratarse de un fiscal de la Nación. Supuestamente elegido por su intachable conducta e imparcialidad, insusceptible de recibir presiones. Al que se le pagaban altísimos emolumentos para asegurar su independencia resolutiva, que según la revista NOTICIAS ascendían a cien mil pesos mensuales, superando los de la Presidenta de la Nación. Esa hipótesis solo cabe en ambientes mafiosos, o en seres marginales o con doble vida, y por ende no es aceptable considerarla para un fiscal de la Nación.
En el caso de que se tratara de un asesinato, Urien Berri afirma que ello convertiría a Nisman en un “mártir inmolado… una figura emblemática, como el juez italiano Giovanni Falcone… Los jueces y fiscales hostigados por el Gobierno tendrán una víctima de la corrupción kirchnerista, pues el homicidio sería achacable a un Gobierno que lo ordenó, lo consintió o no cuidó al fiscal. El camino seguido por Stiusso y Nisman en la causa AMIA con pruebas tan endebles como la denuncia contra el Gobierno, difícilmente sería revisado ni se abrirían nuevas líneas de investigación a partir de elementos que se encuentran en el gigantesco expediente y se dejaron de lado, como la conexión local.”
En cambio un suicidio según Urien Berri, “obligaría a investigar en qué situación se hallaba Nisman cuando tomó esa decisión y a confirmar si denunció al Gobierno porque sabía que su permanencia al frente de la Unidad Fiscal AMIA corría peligro. Dejaría malparada a la familia judicial e impulsaría a sus sucesores en la unidad a revisar una labor que mostraba falencias similares a las de su denuncia, y a colocar bajo la lupa el eventual papel de Stiusso y el verdadero poder que la ex SIDE ejerció durante décadas sobre la justicia federal. El resultado de esa revisión podría poner en cuestión el apoyo que durante varios años le brindaron a Nisman dirigentes de la comunidad judía local, varios analistas y medios de difusión.”
En consecuencia, dejando de lado enteramente la indemostrable tesis maquiavélica planteada por la Presidenta, de que fue un asesinato para perjudicar al Gobierno, Urien Berri apunta que la solución del suicidio no le conviene a nadie: “El Gobierno, perdedor con las tres hipótesis, perdería aún más con la del suicidio, difícil de digerir para una sociedad incrédula a fuerza de ser engañada por los gobernantes de turno y de ver desfilar homicidios emblemáticos disfrazados de suicidio por una justicia cómplice… la oposición también quedaría descolocada, y la familia judicial avergonzada y quizás hasta descreída del resultado”.”
Afirmación que no obstante no parece enteramente adecuada, ya que evidentemente mucho más dañará al gobierno una hipótesis de asesinato, en la que figure como principal sospechable o sospechoso.
Urien Berri comienza y termina a su nota diciendo; “Todo parece valer en la puja de intereses que se libra en torno a la verdadera causa de la muerte del fiscal Alberto Nisman. Hay mucho en juego y jugadores muy fuertes… Por eso, si la hipótesis del suicidio sigue ganando terreno, le esperan días difíciles a la fiscal Viviana Fein, a quien ya quieren marcarle la cancha la jueza Fabiana Palmaghini y la querellante y ex esposa de Nisman, la jueza Sandra Arroyo Salgado. Se daría así la paradoja de que la hipótesis del suicidio, convertida en la verdad del caso, es la que perjudicaría a más sectores y más resistencia despertaría.”
http://www.lanacion.com.ar/1764875-en-cualquiera-de-las-hipotesis-suicidio-o-asesinato-el-gobierno-ya-es-el-gran-perdedor

Las causas del suicidio de Nisman
La prensa “independiente” encabezada por CLARIN y LA NACION, evidencian a través de sus ediciones haber tomado conocimiento previo de la denuncia que iba a hacer el fiscal Nisman contra la cúpula del Gobierno, por encubrimiento del supuesto terrorismo islámico de la AMIA. Y manifiestamente hicieron un prepara vía periodístico de ella, al empalmar el atentado francés de Charlie Hebdo, consumado por extremistas islámicos (pese que estos supuestamente estaban siendo celosamente vigilados por la seguridad francesa, que de inmediato supo quienes eran). Con una supuesta indiferencia por parte del gobierno y el canciller Héctor Timerman en condenar dicho atentado y participar en su repudio. Como si el Gobierno cultivara cierta empatía con ese terrorismo.
Dicho atentado fue enormemente amplificado y condenado por la prensa occidental. Lo que le permitió al presidente Francois Hollande despachar inmediatamente el portaaviones Charles de Gaulle hacia el escenario sirio en Medio Oriente, antes incluso de que se enterraran sus víctimas, no obstante que en su campaña electoral había prometido no hacerlo.
Resultó ser así el justificativo político indispensable, para que esa decisiva nave de guerra que estaba alistada como para la ocasión, pudiera zarpar hacia su destino. Conforme las necesidades de Israel, que proclama la lucha mundial contra el islamismo radical. Y la de EEUU conducido por el actual presidente Obama, que pretende que esa lucha sea multilateral, protagonizada por muchos países como se hizo en la Libia de Kadhafi. Y no sea unilateralmente protagonizada por EEUU, como hacía el ex presidente George W. Bush.
A la par de esos sucesos, como una cortina de humo se novelaba escandalosamente respecto la penetración musulmana en Francia, y la posibilidad de que esta contara en un futuro con un presidente islámico. Mientras que su presidente Hollande, su canciller Laurent Fabius, su ministro de Economía Pierre Moscovici, su ministro de Educación Vicent Peillón, son de origen judío, y su primer ministro Manuel Valls está casado con una judía. Contando así con una notable participación en el gobierno, no obstante ser solo el 1 % de la población, habiendo sido algunos de ellos condecorados como amigos de Israel. Razones por la que muchos líderes mundiales y entre ellos todos los latinoamericanos, que saben del uso del bluff en la política por trágico que sea, tomaron el asunto con pinzas.
Este empalme del atentado islámico de Charlie Hebdo, con la supuesta reticencia del Gobierno argentino en condenarlo, fue rematado seguidamente con la notable cobertura dada a la denuncia del fiscal Nisman, acusando directamente al Gobierno de encubrimiento del terrorismo supuestamente islámico. Resultando por ende esta continuidad dada por CLARIN y LA NACION entre lo de Charlie Hebdo, la reticencia del Gobierno al respecto, y la acusación de Nisman, amplificadas todas ellas a un grado estentóreo, una notable muestra de la malevolencia periodística con que se cubrió el tema, cuya explicación se aporta más adelante.
El mismo Nisman declaró que no pensaba que su denuncia tendría tanta trascendencia, con la cual la prensa “independiente” anunciaba el parto de los montes, pero el pobre fiscal Nisman solo tenía un ratoncito. No otra cosa se puede decir de una inverosímil denuncia basada en la existencia de una lumpen diplomacia, o diplomacia andrajosa paralela, integrada por dos líderes piqueteros, uno de los cuales estaba purgando una condena de la justicia, y un verdulero de Floresta. Que junto a un buscavidas que se presentaba como supuesto agente de inteligencia secreto, dejaron de cortar calles para tender puentes entre Irán y Argentina.
Según la denuncia este grupo marginal muñido de simples teléfonos celulares, que son los más fáciles de interceptar, sustituyó la vía diplomática tradicional a través del encargado de Negocios que tenía Irán en Argentina, y sus comunicaciones cifradas. Por parte de un país como Persia – Irán, que se jacta de tener una diplomacia de 2.500 de antigüedad, desde los tiempos de Ciro el Grande. Y por parte de Argentina, que se jacta de tener una diplomacia de carrera integrada por licenciados en relaciones internacionales. El solo hecho de que un sector de la elite argentina haya considerado plausible esta denuncia, muestra la autodenigración en la que ha caído.
No otra cosa se puede decir ante las afirmaciones por parte de Nisman, de que Fernando Esteche habría sido quién redactó el Memorandum de Entendimiento con Irán. Algo así como decir que también escribió el Quijote de la Mancha. Seguramente en las horas libres que tenía mientras estaba detenido en la cárcel de Caseros, condenado por agresiones y daños. Cuando los únicos palo-tes con los que ha demostrado saber escribir este líder de Quebracho, son los que aplica él y su gente en la cabeza de sus adversarios.
O el afirmar que Luis D’Elia pertenecía a dicha banda de lumpen diplomacia, cuando según las mismas escuchas ni siquiera sabía de que se trataba el Memorandum. Las que por otra parte solo manifiestan la reconocida simpatía que sentían sus interlocutores por Irán, y/o la acción de lobby a favor de este país que intentaban desplegar; lo que pareció molestar mucho a los seudo periodistas que les dieron difusión, sin aclarar como las obtuvieron. Olvidando el derecho a la libertad de expresión, y la inviolabilidad de las comunicaciones privadas de los otros.
Llegando Nisman al grotesco de afirmar que Ramón Allan Bogado era una agente de inteligencia secreto, porque el mismo se presentaba como tal, cuando si realmente lo fuere tiene vedado hacerlo. Y que reportaba a las órdenes directas de la Presidenta de la Nación, como si fuera un agente del Zar, porque conocía algún detalle de su intimidad, que se puede obtener leyendo la información que circula por internet, o frecuentando los márgenes del poder. Como hacen lo picaros buscavidas que inveteradamente merodean en torno del mismo.
Probablemente la confirmación por parte del agente Antonio Stiuso en las últimas comunicaciones que Nisman estableció con él, que Bogado nada tenía que ver con los servicios de inteligencia. Y que él mismo recientemente había hecho una denuncia contra Bogado por impostar esa función; y que además existían otros antecedentes judiciales al respecto tal como se dio conocer, fue el empujón final que determinó a Nisman a suicidarse. Al caerse así enteramente el señalamiento directo que había hecho contra la Presidenta de la Nación, sostenido solo en base al rol de nexo con ella, que aventuradamente Nisman le atribuyó a Bogado.
Nisman previamente había recibido el cachetazo del director de Interpol Ronald Noble, que tachó de falaz su acusación, al negar que el canciller Timerman hubiese abogado por la caída de las tarjetas rojas, u órdenes de detención internacional contra los imputados iraníes. Que solo pueden ser emitidas o canceladas a pedido de un juez. A lo que se sumó la reticencia del juez de la causa AMIA Canicoba Corral, que puso en duda la legalidad de las escuchas en las que se basaba la denuncia de Nisman. Y si era este el que dirigía al agente auxiliar de la justicia Antonio Stiuso, o si era este el que dirigía al fiscal Nisman en su conflicto con el gobierno.
A lo que se agregó la reticencia de la comunidad judía argentina, ante esa tremenda denuncia, que la enfrentaba directamente con un Gobierno del que había obtenido múltiples prebendas. Al punto de haber obtenido indemnizaciones por parte del estado, que duplican las recibidas por los damnificados por los crímenes de lesa humanidad durante la dictadura militar.
A lo que hay que adicionar los datos duros estadísticos, que dicen que tras el acuerdo con Irán, el comercio con dicho país, que supuestamente era el móvil de ese encubrimiento, decayó en vez de aumentar. Las exportaciones disminuyeron un 40 %, al pasar de u$s 1.684 millones en el 2010, a u$s 1.009 en el 2014 millones, concretando la parte sustancial de este intercambio las multinacionales de granos norteamericanas que operan en Argentina.
Y que además nunca se importó petróleo de Irán, porque Argentina solo importa derivados del mismo, mientras que Irán igual que Argentina, exporta petróleo e importa derivados, tratándose por lo tanto de un comercio imposible. Y como si ello fuera poco, el tratado ni siquiera fue aprobado por Irán, y además fue declarado inconstitucional por lo justicia argentina, por lo que ni siquiera tuvo principio de ejecución.
En media semana Nisman vio así que su tremenda denuncia, a la que los medios opositores la presentaban como el parto de los montes, en la que incluso como si se tratara de una chirinada militar de antaño, había previsto pedir el inmediato desafuero y detención de la presidenta Fernández de Kirchner y de su canciller Timerman, se desmoronaba enteramente, transformándose en agua de borrajas y dejándolo en el ridículo.
La borraja es una planta a la que se le atribuía la capacidad de dejar embarazada a una mujer si tomaba un té de ella, de manera que cuando tras la ingesta del mismo no ocurría, se decía que había “quedado en agua de borrajas”. Y eso es lo que lamentablemente le sucedió al fiscal Nisman con su desorbitada denuncia. Ya que finalmente en ella no existían ni los supuestos móviles y finalidades denunciados, careciendo además de plausibilidad y proporcionalidad entre los supuestos medios empleados a través de la lumpen diplomacia piquetera, y los fines perseguidos.

La responsabilidad de la oposición y el gobierno en el suicidio de Nisman
Ante ese “game over” cabe suponer que Nisman solo visualizó por delante de él, la desesperada salida del suicidio. Y en consecuencia a su movilización en ese sentido, también habría contribuido la estentórea magnificación dada a su denuncia por determinados medios, para sorpresa del mismo Nisman. Y también por parte de los políticos de la oposición, que parecen nutrirse ciegamente de lo que leen en los medios opositores, sin ningún espíritu crítico ni análisis de fuentes alternativas.

Por su parte la embajada de EEUU salió velozmente a despegarse de la denuncia de Nisman, diciendo que nada tenía que ver con ella. Pese a la cercanía que tenía Nisman con esta, a la que según los cables de Wikileaks, anticipaba sus acciones y sometía en consulta sus dictámenes previo a emitirlos. No obstante los políticos cercanos a ella, como Sergio Massa, Ricardo Sanz, Elisa Carrió, Mauricio Macri, Laura Alonso, Patricia Bullrich, etc; junto con los periodistas permeados por ella según los cables de Wikileaks, como Joaquín Morales Sola y Eduardo Van der Koy, salieron a magnificar estruendosamente el disparate de la lumpen diplomacia piquetera argentino iraní de Nisman.
Rebajándose así a un inusitado ejercicio de lumpen política, y lumpen periodismo, en el que todo vale contra el enemigo, incluso el ponerse al margen de la verdad y al borde el ridículo. Por su lado Macri y Carrió consideraron que esa denuncia y la posterior muerte de Nisman, eran una “bisagra histórica” que derrumbará definitivamente al peronismo. Y por eso inmediatamente se encabalgaron en la situación, sellando un matrimonio electoral a los efectos de dirimir en las PASO sus candidaturas presidenciables.
Por su parte la Presidenta Fernández de Kirchner, en un primer momento y por un medio totalmente inadecuado a la entidad de la cuestión (Facebook) salió a deslizar la hipótesis del suicidio. Pero pocos días después se ve que decidió aprovechar la volada, y por el mismo medio inadecuado, aseguró que era un homicidio destinado a desestabilizar a su gobierno. Cometiendo un grave error de lógica, porque nadie que quisiera tirarle un muerto, como ella afirmó, lo presentaría como una simulación perfecta de suicidio, y en todo caso solo haría una tosca simulación del mismo.
Señaló en consecuencia a los recientes expulsados de la SI (Servicio Inteligencia) liderados por Stiuso, como posibles autores del mismo. Pese a que este había sido un fiel servidor de su gobierno, para controlar a la justicia y los políticos disidentes, hasta que con motivo del convenio con Irán Stiuso cayó en desgracia, u optó por responder a sus mandos naturales de la CIA – Mossad. Que habían logrado cooptar definitivamente a la SI, tras el acuerdo concretado en el 2002 en la sede de la CIA, en Langley, entre los entonces director del SI Miguel Angel Toma, y el jefe de la CIA, George Tenet. A los efectos de responsabilizar a Irán del atentado de la AMIA, conforme las necesidades geopolíticas de EEUU e Israel.
Cooptación que posteriormente en el 2004 fue consentida expresamente por el kirchnerismo, al optar por Stiuso en el conflicto desatado entre este y el ministro de Justicia Gustavo Beliz. Por considerar este último que la SI bajo el mando de Stiuso, se comportaba como una Gestapo que amenazaba la democracia.
Oportunidad en la cual, por razones y necesidades de la realpolitik como consecuencia del pasado que cargaba en sus mochilas, el gobierno de Néstor Kirchner ante el dilema de la Anticorrupción y Corrupción, opto por aliarse definitivamente con esta última. Razón por la que el ministro Beliz no solo tuvo que renunciar y marchar al exilio, sino que hasta hace poco fue perseguido por la justicia federal con una causa penal impulsada persistentemente por Stiuso, por haber hecho pública una imagen de este en la televisión.
Esa notable disyuntiva, que definió todo un enorme curso de acontecimientos, coincidió con el envió por parte de la justicia federal a la provincia de Santa Cruz, de la causa penal por la falta de rendición de los fondos de Santa Cruz abierta contra los Kirchners, donde fue archivada definitivamente. El simultáneo pacto con el ex presidente Saúl Menem que aun está operativo en el Senado, cuya manifestación pública fue la sanción de la ley de prescripción acelerada de los delitos, que benefició especialmente a los de corrupción en general, y en particular a los cometidos durante el menemismo.
El inusitado cierre dado a la primera causa por enriquecimiento ilícito incoada contra los Kirchners, motivado porque el fiscal Eduardo Taiano no la apeló. Habiendo casualmente sido secuestrado su hijo en edad escolar, el mismo día en que vencía el plazo para ello, hecho que es atribuído a la SI, etc. Todo esto con el ocultamiento y complacencia por parte de medios de comunicación, y de políticos que hoy son la oposición. Criando así el kirchnerismo distintos cuervos que le están hoy sacando los ojos, conforme los resultados que se están viendo.
En este mefítico marco político, judicial, y de inteligencia, el Gobierno creó a fines del 2004 la Unidad Fiscal AMIA. Tras el escandaloso fallo del Tribunal Oral Federal que declaró nula buena parte de la causa, y pidió el procesamiento de quienes habían intervenido en su investigación, encabezados por el juez federal Juan José Galeano. Al frente de ella puso al fiscal de origen y religión judía Nisman, a los efectos de tranquilizar a esta influyente comunidad, tras el desastre en que había caído la investigación de ese descomunal atentado. Pero subordinándolo al mando del inefable Stiuso.
La total falta de imparcialidad de este fiscal se puso seguidamente de manifiesto a lo largo de su gestión durante diez años, de diversas maneras. Con su obtusa persecución de la pista iraní, desechando toda otra hipótesis alternativa. Con el nulo avance en la investigación de la conexión local, pese los cuantiosísimos medios que disponía. Y con el más que moroso trámite que imprimió a la causa de encubrimiento, que tiene como imputados a altísimos bonetes. Tales como el ex presidente Menem, su ministro Carlos Corach, la cúpula de la SI encabezada por Hugo Anzorreguy, el ex juez Galeano, el ex presidente de la DAIA banquero Rubén Beraja; y los ex fiscales Eamon Muller y José Barbaccia, ex colegas de Nisman en esa misma causa, etc.
Lo que si prosperó ínterin, es la situación económica de Nisman. Que además de pasearse dando cuenta de sus denuncias contra Irán por EEUU e Israel, en vez de hacerlo ante los argentinos, pasó a vivir en Puerto Madero. El lugar más caro del país, con un costo de alquiler que supera los veinte mil pesos mensuales. Y un costo del colegio de sus hijas de otro tanto. Desplegando a la par una rumbosa vida, nada acorde con la de un fiscal, en la que aparentemente un pasaje ida y vuelta a Europa con sus hijas, le resultaba lo mismo que viajar a Montevideo.
Teniendo además a su disposición un exclusivo automóvil de alta gama. Que según algunas fuentes pertenece a una empresa vinculada con la CIA, y con uno de los por él imputados en la causa por encubrimiento del atentado (Anzorreguy). Cuestiones que el periodismo independiente que hurga afanosamente el enriquecimiento ilícito de otros personajes públicos vecinos de Nisman, se cuidó de ventilar.
Posteriormente la preeminencia de Stiuso y la subordinación de la SI a la CIA y el Mossad, la ratificó el kirchnerismo expresamente en el 2006, con la sobreactuada denuncia que concreto Nisman. Acusando de haber instigado el acto de guerra de la voladura de la AMIA a la cúpula del gobierno de Irán. Encabezada por el ex presidente moderado ayotalah Akbar Rafsanjani, que por entonces buscaba un acercamiento con EEUU, y hoy tiene su continuidad con el presidente Ashan Ruohani. La acusación estaba basada casi textualmente en un informe elaborado por la CIA, conforme lo pudo constatar el abogado Juan Gabriel Labake, que logró finalmente tener acceso al mismo, por estar guardado reservadamente en una caja fuerte de la fiscalía de Nisman.
Pero el verdadero sustento de esa inusitada acusación, fue el reacercamiento con EEUU forjado por el actual canciller de origen judío Héctor Timerman, que entonces se desempeñaba como cónsul en Nueva York, y contaba con llegada directa al Congreso Judío Mundial. Con el cual Néstor Kirchner logró restablecer las virtualmente rotas relaciones con EEUU, tras el desaire que le había hecho a su presidente George Bush en la Cumbre de Mar del Plata, en la que airadamente se rechazó la propuesta del ALCA. A cambio de emprenderla directamente contra Irán, conforme las necesidades estratégicas de EEUU e Israel.
No solo esa acusación carecía de prueba legal, al estar basada en dichos de dichos de testigos protegidos por la CIA, que habían sido sindicados previamente como terroristas por Irán y países de Europa y EEUU. Sino que tampoco se corresponde con los hechos, al existir múltiples investigaciones efectuadas por muy disimiles periodistas e investigadores, como Jorge Lanata, Juan José Salinas, Gabriel Levinas, Joe Goldman, Christian Sanz, etc, que afirman que no existió el coche bomba, ni el terrorista suicida que lo hizo estallar.
Sino que se simularon ellos con un volquete dejado poco antes frente la AMIA, que por simpatía hizo estallar los explosivos que habían sido descargados también poco antes en el interior de ella, disimulados en bolsas de cemento. Desde los atentados contra el cuartel de los marines de EEUU en Beirut en 1983, coche bomba y terrorista suicida es sinónimo de terrorismo islámico. El interrogante es entonces, quienes carentes de terroristas suicidas a mano, instigaron y efectuaron el atentado, con la evidente intención de responsabilizar al islamismo o a países musulmanes de la ejecución del mismo.
En consecuencia una honesta investigación de ese atentado, y el de la embajada israelí que tuvo la misma impronta, debería abarcar el muy pequeño universo de actores que estarían interesados en sembrar ese rastro falso, contra países musulmanes de Medio Oriente vecinos a Israel. Y quienes fueron sus actores inmediatos en el orden local, que no están muy lejos de la SI y la Policía Federal. Uno de cuyos helicópteros sobrevoló e iluminó pocas horas antes de la voladura el edificio de la AMIA, como si estuviera enfocando el blanco. Investigación en la que el fiscal Nisman se cuidó muy mucho de avanzar.
No obstante la enorme endebles de ese dictamen de Nisman, similar al de la acusación que hizo ahora contra el gobierno, el juez Canicoba Corral pidió la captura internacional de la ex cúpula del gobierno iraní a Interpol, responsabilizándola de haber ordenado el atentado de la AMIA. Canicoba Corral es habitué de la embajada de EEUU, y además ha sido acusado de enriquecimiento ilícito, por haberle comprado a la afortunada familia judía Whertein la valiosa propiedad en la que reside. Con una hipoteca por un monto insignificante en relación a su valor venal, a pagar en muy cómodas cuotas.
La Interpol hizo lugar parcialmente a esos pedidos de captura, por estar protegidos el ex presidente Rafsanjani y el ex canciller Alí Akbar Velayati por la inmunidad soberana, y un pedido de captura contra ellos según Interpol, podía “causar un conflicto internacional”. Por lo que de ser cierta esa descomunal acusación de Nisman, la única solución que quedaría para responder a ese presunto acto de guerra, es hacerle la guerra a Irán.
También denegó la referida al ex embajador iraní en Argentina Hadi Soleimanpour, por gozar del beneficio de la cosa juzgada dictada a su favor por un juez de Londres. Que en el 2003 rechazó el pedido de extradición efectuado por Argentina, por considerar que no existía prueba legal alguna contra él. Al que en consecuencia hubo que indemnizar con el pago de veinte mil libras esterlinas.
Estos dos extremos, la enormidad de la acusación que llega a un nivel bélico, y la total ausencia de pruebas, ponen en evidencia el desbarre en que habían incurrido Nisman y Canicoba Corral, en beneficio exclusivo de la entonces geopolítica de EEUU e Israel. Que bajo el liderazgo agresivo de George W. Bush, estaba determinada entonces a impedir ilegalmente el desarrollo nuclear iraní, para que Israel mantuviera su supremacía en Medio Oriente. Para lo cual el cargo de estado terrorista contra Irán concretado por Argentina, les venía como anillo al dedo para tratar de legitimar esa determinación, al resultar inadmisible que un estado terrorista tenga capacidad nuclear.
En esa tesitura el entonces presidente Néstor Kirchner, sobreactuando ya la cuestión a un nivel surrealista, reclamó airadamente en la Asamblea Anual de la ONU, la entrega de los altísimos funcionarios iraníes acusados de la voladura. Sindicando así ante el mundo a Irán como un flagrante estado terrorista. Cosa que seguidamente repitió durante varios años su sucesora y esposa, Fernández de Kirchner.
Por su parte la prensa seriamente no seria de Argentina, aplaudió alegremente esa desmesura surrealista kirchnerista, que por ello se podría catalogar de kistchnerista. A la par de engañar a sus audiencias, al afirmar que Interpol había avalado las supuestas pruebas existentes contra Irán. Cuando esa policía internacional lo único que hace es corroborar que el pedido provenga de un juez competente. Y por eso había dejado caer el primer pedido de captura contra los iraníes, después que el ex juez Galeano fuera removido de su cargo en el 2004.
Y además en el ejercicio de una curiosa no libertad de expresión, censuró en sus páginas hasta el día de hoy, toda visión en contrario respecto el atentado, por fundamentada y documentada que sea, cualquiera sea la estatura del que la emite. Llegando incluso a descalificar a quien se atreviera a hacerlo, con el sambenito de antisemitismo. O tildándolo gratuitamente de agente iraní, por el solo hecho de que su visión coincidiera con los intereses de Argentina, y no los de EEUU e Israel.
Brindándole por contrario espacio hasta ahora, a sionistas fundamentalistas recalcitrantes, como Marcelo Birmajer y otros. Que incurren en la desmesura de presentar a Irán como el Eje del Mal y enemigo de la Humanidad. Cuando a gatas es un adversario de Israel y EEUU en la convulsionada vecindad del Medio Oriente. Sosteniendo así mediáticamente, la hipérbole surrealista sustentada judicialmente por Nisman hasta su muerte.

El desenlace de la trama que derivó en el suicidio de Nisman y su saga
En el 2008 Irán respondió a la requisitoria argentina de Nisman – Canicoba Corral, demoliendo su fundamentación, y pidiendo mayores pruebas. Pedido al que Argentina nunca respondió, quedando así enquistada la situación por culpa de Argentina. Cosa que los medios seriamente no serios ni independientes, continuando con su no ejercicio de su obligación de informar, se encargaron de ocultar.
A continuación las relaciones de Argentina cayeron en una nueva postración, con motivo del incidente del avión de la Air Force de EEUU protagonizado por el ya canciller Timerman, en respuesta a otros desaires hechos por EEUU. A la par de que la política de este país respecto a Irán con el avenimiento del presidente demócrata Barack Obama, varió de impedir ilegalmente el desarrollo nuclear iraní, a la de limitar legalmente su desarrollo. Pasando así de un nivel de amenazas y presiones bélicas, a sanciones y presiones diplomáticas.
Postura a la que adhirió el sector moderado israelí, con el que el canciller Timerman tiene fluidas relaciones, y no así su gobierno fundamentalista liderado por Benjamin Nentanyahu. Razón por la cual influenciada seguramente por el presidente venezolano Hugo Chávez, la Presidenta Fernández de Kirchner parece haberse sentido autorizada a realizar otra pirueta surrealista, con la firma del Memorandum de Entendimiento con Irán. Pasando así de señalar a este país como el agresor asesino de la AMIA; para coparticipar con él a los efectos de investigar en conjunto quienes perpetraron ese asesinato.
Pendulando así surrealísticamente, sin escalas intermedias, de un extremo al otro. Pasando el abrazo del oso con EEUU e Israel, para enfrentar a Irán suministrándole un casus belli para atacar a este país, como eje del mal y cuna del terrorismo internacional, y acabar así con su desarrollo nuclear. A un abrazo gozoso con Irán, para tratar de averiguar la verdad de lo que pasó en la AMIA, que a esta altura ni a EEUU ni a Israel les interesa mucho averiguar. Habiendo incluso este ultimo dado por acabado este asunto, al afirmar públicamente el ex embajador en Argentina Itzhak Avirán, que Israel ya había identificado y ajusticiado a sus autores “mandándolos al otro mundo”.
En este marco y con estos antecedentes surrealistas y disparatados, es posible entender lo que vino después. La surrealista acusación respecto la penetración terrorista de Irán en América Latina, con la que Nisman trató de entorpecer la aprobación del Memorandum de Entendimiento. Y el planteo de inconstitucionalidad del mismo, que el juez Canicoba Corral que sabe lo que demanda la embajada de EEUU rechazó, y que luego la Cámara de Apelaciones hizo lugar.
Al que, diciéndolo crudamente conforme el refrán, el actual gobierno moderado de Irán ni se preocupó en aprobar, por la sencilla razón que sabe que tiene que hablar con el dueño del circo, EEUU. Y no con la mujer barbuda ni con el hombre bala. Y en esa tarea está intensamente, despreocupado enteramente de los insignificantes avatares argentinos.
Y ya en la actualidad, en la coyuntura crítica del defenestramiento de Stiuso de la SI, y su posible remoción como fiscal en el caso AMIA, Nisman se despachó desesperadamente con la surrealista acusación contra el Gobierno de encubrir al terrorismo iraní, llevándola a un grado mágico. Que a su vez implicaba una curiosa vuelta de tuerca, ya que el cargo de encubrimiento presupone que previamente ha sido probada la autoría de Irán del atentado. Lo que está muy lejos de haber sucedido, y que a EEUU no le interesa mucho sostener.
El hecho de que Nisman estuviera desde dos años atrás investigando ese supuesto encubrimiento por parte del Gobierno, a partir de la aprobación del Memorandum con Irán, en base a intercepciones telefónicas de los años previos, indica a las claras no la sustancia de ella, como sostienen interesadamente algunos. Sino su insustancialidad, carentes de asidero en términos penales, al estar pegadas el sentido de esas comunicaciones con saliva. Llegando al extremo de apuntar directamente contra la Presidenta, afirmando que ella dirigía personalmente la lumpen diplomacia piquetera marginal, porque el pícaro buscavidas Bogado se presentaba como agente de la SI. Cuando si fuera así, le estaría vedado hacerlo. Y porque conocía que la presidenta estaba enferma.
En este descomunal juego internacional, del que casi toda la oposición parece estar en Babia, estaba metido el fiscal Nisman. Como un subproducto úselo y tírelo, derivado del rol de títere de Argentina en el mismo. Por ello el ex ministro de la Corte Raul Zaffaroni, que conoce las intimidades del Gobierno que este no puede confesar, afirmó que Nisman era un “pobre muchacho” al que se le había acercado “información torcida”. Lo que es efectivamente cierto, pero no solo ahora en relación con la acusación contra el Gobierno, sino desde sus comienzos como fiscal de la causa AMIA, avalada por el mismo Gobierno.
Así Nisman llegó a la desmesura de la desmesura, al pasar de ser el instrumento de la sobreactuación por parte el Gobierno, de acusar sin fundamento legal alguno a Irán como estado terrorista ante la ONU y el mundo. Para después del estólido y sobreactuado Memorandum de Entendimiento firmado con Irán por ese mismo Gobierno, acusarlo sobreactuadamente a este sin fundamento legal alguno, de ser un cómplice encubridor de ese mismo estado terrorista, con un delito lindante con la alta traición a la patria.
Todo sin prueba legal alguna fehaciente, desde la A a la Z. Pero si bien la acusación contra Irán no tenía felizmente para Nisman nada que la contraste, contando para ello con la ausencia de todo tribunal y la complicidad de la prensa seriamente no seria. La infundada acusación contra el Gobierno, si tenía quién la contraste en los tribunales y en la opinión pública.
Por lo que ella constituía un salto al vacío, que concomitantemente por simpatía demolía también toda su labor y exageraciones previas. Y al no contar ya con el padrinazgo de EEUU, ni del sector moderado de Israel y la comunidad judía, ni del poderoso Stiuso defenestrado de la SIDE, ello significó para él un “game over”. Un final del juego en un enorme juego internacional, en el que solo era un insignificante partiquino, al que se le había confiado la tarea de la desmesura. Que habría ejerció cada vez más extremadamente, hasta llegar al extremo del suicidio.
A continuación la Presidenta se mandó la pirueta de cambiar su tesis del suicidio, por la de un homicidio perpetrado para dañar a su gobierno, por parte del sector expurgado de la SI liderado por Stiuso. Con la finalidad de transformar la crisis que desató la muerte de Nisman, en una oportunidad para copar y camporizar a la SI, con vistas seguramente a enfrentar la durísima campaña electoral que se avecina, y recuperar el control de una justicia corrompida. Igual que lo intentó previamente con la sinuosa ley de democratizar la justicia, que la misma Justicia invalidó. Sustituida con la sinuosa modificación del código de procedimiento penal, y el copamiento del ministerio público fiscal.
Las que ahora tienen su correlato con el proyecto de ley enviado al Congreso, que lo único que hace prácticamente, es cambiar el nombre de SI por AFI. Manteniendo su carácter de “auxiliar de la justicia”, por la que con las carpetas negras y otros procedimientos non santos, como parece ser el secuestro de hijos de fiscales, se transformó desde mucho tiempo atrás en “controladora de la justicia” a favor del gobernante de turno.
Cuya Comisión Bicameral de Seguimiento no se reúne casi nunca, porque el seguimiento lo hace con sus reuniones semanales, la comunidad de inteligencia dinamizada en Buenos Aires por la CIA, el Mossad, y el SIS inglés, conforme es conocido en el ámbito el espionaje. Siendo por lo tanto indudable la perentoria necesidad de contar con un verdadero órgano de inteligencia nacional, no parasitado por ningún servicio extranjero, ni dedicado a controlar la justicia interna. Pero ello solo se puede hacer, con una genuina política de estado, consensuada con todos los partidos políticos. Y extremando la buena fe, no la picardía.
El kirchnerismo y el pejotismo dieron así otra muestra del decisionismo y oportunismo extremo que guía inveteradamente sus políticas. Complementada por el kirchnerismo con una imitación de la Coordinadora o Cotinadora radical del Coti Nosiglia, por parte de la Cámpora de Máximo Kirchner. Quienes como packman se dedicaban a copar todos los centros de poder, sin saber para qué, solo para tratar de conservarlo, como quién juega al TEG. Hasta que en 1989 vino el desastre radical, y en pocas semanas barrió con todos ellos al desván de la historia.
Al respecto se puede decir que la Presidenta actuó con muy poca inteligencia estratégica. Dado que para obtener un resultado táctico momentáneo, aceptó crearse una debilidad estratégica, que dañará gravemente a su gobierno, como es la tesis del homicidio de Nisman. Que como un bumerang se vuelve directamente contra su gobierno, pese a que vanamente trató de neutralizarlo, oponiendo la indemostrable e inverosímil historia del complot contra el mismo.
Pero el kirchnerismo siempre obra así, porque carece de alta estrategia, siendo en realidad esta, solo la de conservar el poder cueste lo que cueste. Apelando a tácticas improvisadas y oportunistas de cualquier índole, por inmorales o falaces que sean, para solucionar los problemas de coyuntura. Resultando un notable ejemplo de esto, lo referido tanto al caso de la AMIA, como el suicidio de Nisman.
Ignorando el dicho de Lidell Hart, el estratega inglés de la aproximación indirecta, que afirma que las altas estrategias que finalmente triunfan, son las que se ciñen lo más posible a la verdad y la ley moral. Valores que tanto el kirchnerismo como buena parte de sus opositores parecen despreciar, siendo este en el fondo el verdadero problema argentino.

La marcha de los fiscales del 18F y su parecido con la de Corpus Cristi de 1955
La intensa labor de la usina mediática respecto la denuncia y muerte de Nisman, fue rematada con una curiosa convocatoria efectuada por un grupo de fiscales federales, para supuestamente homenajear a Nisman en el primer mesiversario de su deceso. Reclamando por la muerte del fiscal, y pronunciándose contra la impunidad, pese a ser los que detentan el monopolio de la sociedad contra esta.
Presionando así en la práctica a la fiscal Fein que investiga el caso, poniendo en duda su labor, y sin poner mínimamente en duda la situación ni circunstancias del fiscal muerto. Como si resultara inadmisible que un fiscal de cuestionada y sesgada actuación se suicide. Honrando corporativamente su memoria, antes de saber realmente que pasó, y en que honda trama se hallaba metido, y rechazando implícitamente la hipótesis del suicidio.
La movida incluyó la explosiva declaración de uno de ellos, sin dar razón alguna al respecto, y como para ser amplificada por la prensa, de que otro fiscal podría resultar muerto. Haciendo un martirologio de estos, cuando su actuación en cuanto a impedir que la impunidad reine en Argentina, desde siempre despierta serias dudas. En cuyas cárceles solo hay delincuentes de poca monta, mientras que las causas de los delitos de corrupción y guante blanco prescriben delante de las narices de jueces y fiscales, sin que nadie se responsabilice por ello.
La convocatoria la remató el fiscal Gerardo Pollicita, que también había convocado a la marcha, dándole curso a la absurda denuncia de Nisman en un inusualmente veloz trámite respecto los tiempos que acostumbra la justicia argentina, porque supuestamente burocráticamente no le cabía otra. Lo que no obstante fue presentado por parte de la prensa opositora, como una prueba de la sustancia que ella está lejos de tener. Pidiendo en consecuencia estruendosamente la imputación de la Presidenta, el canciller, y los particulares involucrados, siendo esto anticipado en su tapa por CLARIN, no obstante el supuesto secreto del sumario pedido por Pollicita.
A lo que CLARIN sumó al día siguiente, la revelación de las supuestas pruebas secretas pedidas por Pollicita. Con las que trataría de salir a pescar pruebas en el tráfico de los documentos y comunicaciones por parte del Gobierno, como resultado de unas comunicaciones telefónicas cursadas entre particulares, cuyo sentido que se le pretende dar está pegado con saliva. Llevando así la judicialización de la política a un grado delirante, pese a que más allá de su desmesura política, ella haya sido aprobada por el Congreso.
Pollicita emitió muy oportunamente su dictamen, 24 horas hábiles antes de concretarse la marcha, como para alentar a la concurrencia a la misma, y no darle tiempo al Gobierno a intentar alguna respuesta judicial que neutralice ese efecto. Como podría ser la desestimación de plano de la denuncia, por parte del juez Daniel Rafecas.
Y para evitar que eventualmente este lo haga, y menos aún en las horas previas a la realización de la marcha, desalentando su concurrencia, los ahora intrépidos fiscales encabezados por el fiscal de Cámara Ricardo Saenz, salieron en pleno feriado a presionar directamente al juez Rafecas. Expresando que este no puede desestimar la denuncia “porque tiene sustento”, pronunciándose así inusitadamente sobre una materia que le es totalmente ajena.
El fiscal Saenz no es precisamente alguien que brille por su lucha contra la impunidad a ultranza, ya que fue uno de los pocos que cuestionó la anulación de las leyes de punto final y obediencia debida, alegando que estas habían sido aprobadas por el Congreso. Argumento que ahora ignora olímpicamente en relación al memorándum de entendimiento con Irán. Lo que muestra el surrealismo incongruente en que se ha hundido la justicia, en una evidente búsqueda de fines políticos.
Por su parte el fiscal Pollicita es presentado como un gran acusador, pero lo notable de él es que nunca lo hizo contra integrantes de la SI. A la denuncia de Beliz contra Stiuso en el 2004, la desestimó y archivó calificándola de “irresponsable”. Porque Beliz que había vuelto al llano, no tuvo otra salida que relativizarla al mismo tiempo que se iba del país, dada su debilidad frente al tenebroso poder en las sombras con que había intentado confrontar.
Cuestión que Pollicita en vez de advertir, en su dictamen por contrario dejó abierta la posibilidad a Stiuso y otros damnificados, que pudieran intentar causas civiles o penales contra Beliz. Habiendo sido además recusado por Lorena Martins, por su cercanía con dicho servicio de inteligencia, en la causa penal en la que ella había acusado a su padre ex agente de la SI, de manejar una red de prostíbulos VIP.
Todo ello lleva a la penosa sospecha de que esta inusual convocatoria y celeridad de actuaciones, dinamizadas por fiscales que si por algo se habían distinguido, es por su pusilanimidad y morosidad, sería otra manifestación de la penetración y control de la justicia penal federal, atribuida a la SI y especialmente a su inefable súper agente Stiuso, hoy enfrentado directamente contra el gobierno.
Esto llevaría prima facie a la conclusión de que el inefable Sr Stiuso, a quién se le acusa de haber manejado a carpetazos negros la justicia federal a favor del gobierno, habría pasado con armas, bagajes, y carpetas negras a trabajar en sintonía o en alianza con el Señor de Invernalía Héctor Magnetto, del grupo CLARIN. En la inacabable lucha de este contra el Gobierno por la cuestión de los medios.
Pero al respecto todas las fuentes de uno y otro bando coinciden que el Sr Stiuso ha labrado estrechísimos lazo con la CIA y el Mosad. Al punto de presentarlo algunos como un agente de esos servicios secretos, con el que estos habrían penetrado profundamente a la SI. Tal como lo asegura el exilado ex militar y ex agente de inteligencia Iván Germán Velázquez, perseguido por la justicia argentina por estar acusado de espionaje electrónico, y de haber orquestado un supuesto intento de golpe de Estado contra Néstor Kirchner en el 2007.
Quien asegura además que Stiuso habría precipitado el suicidio de Nisman, mediante aplicarle la receta “soviética”. Consistente en hacerlo colgar de un pincel, para luego retirarle la escalera. Implementada en este caso mediante impulsarlo a que presente su denuncia contra el gobierno, suministrándole la información desmentida luego por la Procuradora de la Nación Alejandra Gils Carbó, de que esta estaba por removerlo como fiscal de la UFI AMIA.
Para negarle a continuación, o decirle directamente que no existían las supuestas pruebas referidas a que Bogado era una agente especial de inteligencia, que dependía directamente de la Presidenta. Que era el pivot de la denuncia, sin la cual esta se caía enteramente. La que no obstante su falta de sustancia, por la inmediata muerte de quien la había concretado, resultó enormemente potenciada a un grado conmocionante, como para justificar una marcha popular contra el Gobierno.
Que en sus días y horas previas está evidentemente tratando de ser potenciada al máximo por parte de CLARIN y LA NACION, y las poderosas redes sociales de internet. Haciendo circular cualquier noticia, por infundada que sea, explotando y burlándose así de la credulidad de sus audiencias. Como la aseveración en tapa que hizo CLARIN, abusando ostensiblemente de las supuestas fuentes anónimas y los potenciales, de que la investigación de la fiscal Fein está “empantanada”.
Y de que peritos oficiales, de los que no dan cuenta ni nombre, habrían “descartado” en un informe reservado la existencia de un suicidio. Por supuestos detalles insignificantes basados en que el disparo fue ascendente; no fue exactamente en la sien; la pistola no estuvo exactamente apoyada contra la cabeza; y no haber rastros de pólvora en las manos de Nisman. Cayendo además en el grotesco al relativizar la existencia del decisivo espasmo cadavérico, típico en quien se disparó y falleció instantáneamente, diciendo “esto no quita la posibilidad de que alguien lo haya obligado a hacerlo”. Como si el fiscal Nisman fuera un pelele, y como si ello no se trataría igualmente de un suicidio.
A la par dio espacio en sus páginas a la opinión de judíos fundamentalistas, como el diputado del PR0 el rabino Sergio Bergman. Que sin aportar la mínima prueba, afirmó rotundamente que el supuesto asesinato de Nisman fue ejecutado por sicarios iraníes. Llevando así la gravitante y decisiva función del periodismo, a un grado de amarillismo extremo. Olvidando al mismo tiempo reproducir el reproche efectuado simultáneamente por el ex premier inglés Tony Blair en su visita a Gaza, diciendo que su situación es un “crimen contra la humanidad”.
A todo ello se sumó la muy oportuna aparición del cadáver de una mujer incinerada en las cercanías del departamento en que vivía Nisman en Puerto Madero. Caratulado por la justicia como “muerte dudosa” igual que la de Nisman. Lo que permitió darle un tratamiento paralelo a ambos casos, potenciando al anterior con el más reciente, como para que lo siniestro y macabro estuviera omnipresente.
Toda esta movida hace recordar a la marcha de Corpus Cristi en 1955, que dio comienzo al derrocamiento del entonces presidente Juan Domingo Perón, a la que entonces convocaban los curas católicos, y hoy convocan fiscales que parecen acólitos de Stiuso. Y que igual que aquella, si en su transcurso se llegara a generar algún incidente, ello puede deparar imprevistas derivaciones que agraven aun más la situación, como sucedió en aquella ocasión.

El intríngulis de la actual situación, la “alianza estratégica integral” con China
A todo esto se suma el interrogante de porqué Nisman, al que algunos periodistas repuntan de haber sido cooptado directamente por la CIA y el Mossad, previó expresamente interrumpir sus vacaciones antes de partir hacia ellas en Europa a fines de diciembre, con un costoso regreso momentáneo al país durante la feria judicial de enero. Cuando a la denuncia contra el Gobierno bien podría haberla efectuado antes de irse, o a la vuelta de sus vacaciones.
Pero casualmente quedó así empalmada la acusación por encubrimiento contra el gobierno, con el atentado de Charlie Hebdo en Francia. Cosa que CLARIN y LA NACION se encargaron de profundizar mediáticamente, modulando el destructivo discurso: Atentado terrorista islámico / Simpatía el Gobierno argentino con el terrorismo islámico, por la reticencia a condenarlo / Encubrimiento por parte del Gobierno del terrorismo islámico.
Esto lleva al planteo de que alguien mucho más arriba de la Reina de Dragones Cris, o el Señor de Invernalia Magneto, sabía que se venía lo de Charlie Hebdo. Atentado que tuvo la virtud de destrabar la actuación bélica de Francia en Medio Oriente contra el islamismo radical, conforme las necesidades de EEUU. Y ese alguien no puede ser otro que el Rey de los Siete Reinos, EEUU, a través de su brazo operativo y de inteligencia, la CIA o Compañía.
La que con la visión propia de un cuadro global, también podría haber tratado de sacar provecho con la cuestión del supuesto terrorismo islámico en Argentina, puesta en el tapete con la concomitante denuncia de Nisman contra el Gobierno argentino. Y que seguramente con un máximo de economía de fuerzas y el alto poder de cerebración con el que acostumbra a moverse en este mundo maquiavélico, también habrá analizado psicológicamente el vulnerable perfil narcisístico de Nisman. Que a esa altura era ya un instrumento que había cumplido su función, y dejado de prestarle utilidad.
Pudiendo haber previsto en consecuencia su suicidio, si se lo alentaba a que se arroje a una pileta vacía, para luego negarle las supuestas pruebas que acreditaban su denuncia. Potenciando así notablemente la cuestión contra el gobierno por un lado. Y dejando por otro lado petrificada en el santoral las actuaciones previas de Nisman a favor de sus intereses, si mediáticamente se instalaba al menos la duda de que se trata de un homicidio. Tal como lo hacen estentóreamente CLARIN y LA NACION actualmente.
El motivo por el cual geopolíticamente Argentina estaría a la misma altura de Francia, e incluso a un nivel mayor para merecer esa consideración especial, está hoy a la vista de todos y en el contenido de los diarios. Consistente en la “alianza estratégica integral” implementada con la República Popular China, cuyos convenios están hoy en aprobación en el Congreso, a la par de que se desarrolla el affaire Nisman.
Siendo además notable que la inveteradamente cobarde justicia federal argentina, recién comenzó a soltarse contra el Gobierno, a partir de la visita del presidente chino Xi Jimping a mediados del año pasado, en la que se concretó esa “alianza estratégica integral”. Que crudamente representa el traspaso de Argentina de la órbita de EEUU, a la órbita de China, en el marco de la acechanza por parte de China, a la hegemonía mundial que hasta ahora detenta EEUU.
Motivada por parte del Gobierno argentino, no por el provecho sino por la necesidad, ante la enorme penuria de divisas que soporta, por el mal arreglo que hizo del default de la deuda externa. A lo que se sumo el haber dejado que se fugaran dos tercios del saldo positivo de la balanza de pagos durante una década, y destinado otro tercio al pago de la deuda, sin que por ello recuperáramos el crédito. Lo que se vio rematado con el bloqueo financiero que soportamos en el área del dólar y las divisas europeas, por la acción de los fondos buitres.
Y en consecuencia por “un puñado de yuanes”, como título despectivamente el diario LA NACION, los chinos de los Reinos Nacientes de Rocadragon se pusieron a la Reina de Dragones Cris en el bolsillo. Con el consecuente silente enojo del Rey de los Siete Reinos EEUU, que en manera alguna puede aceptar esa insolente irrupción en su patio trasero. Cuyos bastos alcances pueden llegar incluso al conflicto de Malvinas, ya que una cosa es que Argentina lo enfrente sola, y otra es tener a China con su desarrollo bélico a sus espaldas.
Con esa alianza integral, la Reina Dragones Cris piensa impulsar además un triunfo electoral en las elecciones de este año, para asegurar aunque sea indirectamente la continuidad de su reinado. Contando con el impulso de las cuantiosas obras públicas contratadas con China sin licitación alguna, con financiamiento blando y precios duros, como se acostumbra en estos casos.
Concretando así en realidad una alianza subordinada y dependiente, como la que tuvimos con Inglaterra durante un siglo, en nuestros comienzos como país. Que se manifiesta hoy igual que ayer, con los ferrocarriles chinos, en los que lo único que faltaría, es que los pasajeros también fueran chinos. Ya que ahora ni los durmientes lo son, cuando antes con los ferrocarriles ingleses, provenían malamente del quebracho argentino.
Eso explica que CLARIN y LA NACION, los house organ del Rey de los Siete Reinos EEUU, se hayan vuelto de repente nacionalistas. Y hayan salido a defender el proteccionismo y la industria nacional, después de haber sido cómplices de la feroz desindustrialización acometida con éxito por los súper ministros José Alfredo Martínez de Hoz y Domingo Cavallo.
La alianza estratégica integral con China también tiene su costado bélico, con la estación espacial que se está construyendo en Neuquén, dependiente el Departamento de Armamento de las Fuerzas Armadas de China. La primera fuera del territorio chino, con la que se apresta a apoyar la llegada de los astronautas chinos a la Luna durante la próxima década.
Pero que con un doble propósito bien puede ser parte de una Star Wards, con la que chinos y norteamericanos podrían dirimir su liderazgo mundial en un futuro, mediante el predominio del espacio. No siendo casual por lo tanto que la allegada a la embajada de EEUU, la inveterada legisladora de cualquier partido Patricia Bulrrich, haya sido la que mas haya insistido en este aspecto bélico en sus intervenciones en el Congreso

Conclusión: Los argentinos deberíamos aprender de nuestra historia para no enfrentarnos movilizados por intereses ajenos
Esta intelección de la actual situación, tiene su correlato en la historia Argentina, cuando el presidente Juan Domingo Perón procuró traspasar a Argentina de la órbita inglesa a la de EEUU. País que tras la 2da Guerra Mundial había asumido la hegemonía mundial, y en quién Perón trató de respaldarse con la entrega a la Standar Oil of California, hoy Chevron, del petróleo de Santa Cruz. Región sobre la Inglaterra desde siempre había tenido pretensiones patentizada con su Carta Patente Real de 1908.
El mismo Perón acusó en uno de sus libros escrito en el exilio, a Inglaterra como autora del golpe que lo derrocó en 1955. Afirmando además que desde Malvinas le suministró a la Marina argentina las espoletas de los proyectiles Vickers ingleses, que Perón había puesto a resguardo de esta, confinándolos en un arsenal común. Razón por la que afirmaba que a esa fuerza armada la corría con los Bomberos. Esa disputa de zona de influencias tuvo lugar porque en esa década se registró un notable enfriamiento en la “alianza especial” anglonorteamericana. Puesto de manifiesto en la entente por la que EEUU y la URSS, frenaron la marcha que Inglaterra, Francia e Israel intentaron ese año sobre el canal de Suez, que había sido bloqueado por Egipto.
Inglaterra experta en el divide et impera, explotó a fondo el conflicto con la Iglesia Católica que Perón había escalado imprudentemente, cometiendo un grave error político, con la quita de los subsidios a la enseñanza católica y la ley de divorcio. Al mismo tiempo que igual que ahora con el convenio con China, en el Congreso se discutía el contrato con la California Chevron.
Así se originó la masiva marcha de Corpus Cristi de mediados de 1955, que terminó con el incidente de la quema de banderas argentinas, atribuidas provocativamente a la Policía Federal, que dio lugar a la persecución contra los organizadores de la marcha. Esto escaló aun más el conflicto, que fue seguido con el atroz bombardeo de Plaza de Mayo por parte de la fuerza aérea naval, con miles de víctimas. Abriendo además un ciclo de violencia extrema y demencial en Argentina durante un cuarto de siglo, que provocó decenas de miles de víctimas.
El mismo fue seguido con la quema de las iglesias católicas que encrespó aun más la situación, costándole a Perón su excomunión. Algo parecido entonces, a la asociación que se hace hoy del Gobierno con el terrorismo islámico. Dirimiéndose finalmente la situación con el golpe de septiembre de ese año, en el que la Marina tradicionalmente probritánica, que llevaba luto por la muerte del almirante inglés Nelson, contando con las espoletas provistas desde Malvinas, bombardeó Mar del Plata, y amenazó con bombardear la destilería de YPF en la Plata, y también a Buenos Aires.
Razón por la que Perón renunció y marchó al exilio. Abriéndose con esa solución del conflicto un largo ciclo de luchas fratricidas y desequilibrios en Argentina, cuyas consecuencias aun no han cesado. Mientras que norteamericanos e ingleses a poco de andar arreglaron sus cuitas y restañaron la “alianza especial” que tiene hoy como centro el petróleo y los petrodólares, con la que han dominado al mundo.
Actualmente con la potencia persuasiva de los medios audiovisuales y las redes sociales, los golpes militares son cosas de antaño. Ya que la masa crítica militar han sido reemplazada por las “revoluciones de terciopelo o de colores”, que comenzadas con movilizaciones de masas críticas indignadas movilizadas emocionalmente, no requieren o solo requieren una mínima violencia física, para forzar finalmente un cambio de régimen.
Siendo su ejemplo más reciente el acontecimiento de la Plaza de Maidan en Kiev, que determinó la salida del presidente proruso Víktor Yanukóvich, que se había abstenido de adscribir a Ucrania a la órbita de la Unión Europea y la OTAN. Y fue reemplazado por un régimen abiertamente pro europeo, a la par que Yanukóvich pasó a ser demonizado por los medios occidentales por su corrupción supuesta o verídica.
Lo cual derivo en la guerra civil que se desarrolla actualmente, con una virtual partición de Ucrania en dos mitades, como en los tiempos de la Guerra Fría. Habiendo además Rusia aprovechado la oportunidad para quedarse con la península de Crimea, donde tiene su principal base naval. Importándole muy poco a los estrategos de la OTAN o rusos, los sufrimientos de los ucranianos a través de los cuales dirimen sus diferencias, en función de sus exclusivos intereses.
A esta altura los argentinos deberíamos haber aprendido a no dejarnos enzarzar emocionalmente en disputas secundarias, al mismo tiempo que se deciden cuestiones estratégicas principales. Como lo es actualmente la oscilación de Argentina de la órbita de EEUU a la órbita China, sin mediar ninguna discusión de expertos, ni debate político ni social alguno. Y a debatir en consecuencia democráticamente respecto estas cuestiones principales, que signarán al país por décadas, que son las que realmente nos importan. Sin caer en distracciones ni provocaciones, que solo nos llevan a mayores enfrentamientos, y a ser títeres de planes ajenos, en beneficio exclusivo de estos.
Pero la profunda lección que nos dejan estas recurrentes historias, es la del fracaso de la conducción populista, por parte de un pastor iluminado rodeado de ovejas y borregos. Que enceguecido por las dificultades, puede llevar una y otra vez a estas al abismo, como nos viene sucediendo últimamente. Al pasar de las relaciones carnales con EEUU y como aliado extra OTAN, para intentar unas relaciones carnales desesperadas con China, dispuestos incluso a participar en una futura Star Wars o guerra espacial.
Conducción pastoril que acostumbra a tomar decisiones de alta estrategia en absoluta soledad y orfandad, condicionado por las coyunturas críticas. Sin siquiera estar asesorada por un profundo debate de expertos, que advierta sobre sus pro, contras, acechanzas y peligros. Como sucede en cualquier país mínimamente serio. Y menos aun como resultado de una política de estado, discutida con las otras expresiones políticas, como corresponde en una democracia representativa. Y aun menos como resultado de un gran debate en el pueblo, como correspondería en una democracia genuina.
La que aquejada por la emergencias en la que los argentinos parecemos estar sumidos desde hace un cuarto de siglo para siempre, como la que ahora soportamos en relación a la deuda externa y falta de divisas, puede ser fácil presa de los cantos de sirena de las poderosas potencias predadoras del mundo, abocadas únicamente a llevar agua a sus molinos, y en permanente rivalidad entre ellas. Y en consecuencia según la dirección que tomen, pasan también a ser presas acechadas fieramente por esas potencias predadoras, como parece suceder actualmente. Ante lo cual el único remedio que queda, es la decisión de todo un pueblo, de forjar su propio destino, y de hacer la suya, en lugar de hacer la de los otros.-

Francisco Javier Llorens
16 de Febrero 2015

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