APROVECHARON LAS INUNDACIONES PARA ROBARSE 200 MILLONES
Por Lázaro Llorens.
La degradación y corrupción en la que está sumergida Córdoba parece no tener fin. Ayer, mientras la mayoría de los cordobeses estaban abocados a contrarrestar las graves inundaciones acontecida en estos días, y mientras el gobernador anunciaba una ayuda a los damnificados por 150 millones de pesos, la legislatura Unicameral, con los votos del delasotismo y el radicalismo aprobó una eximición de impuestos de 200 millones de pesos a las basureras Lusa y Cotreco. http://www.lavoz.com.ar/…/polemica-por-la-exencion-de-sello…
Estas dos empresas, que con un contrato de 1500 millones de pesos anuales, se están por adjudicar el “nuevo” servicio de recolección de basura, son empresas estrechamente ligadas al poder político de la provincia.
Lusa, es del empresario correntino Juan Carlos Romero, dueño de Ersa, principal contratista del municipio, quien fue denunciado de pagar dádivas al intendente Ramón Mestre, de quien se dice es sus socio. Por su parte Cotreco, una empresa sin antecedentes en el tema basura, es propiedad de Horacio Busso, primo del legislador delasotisa Sergio Busso, presidente del bloque del PJ, que ayer estuvo presente en la sesión donde se aprobó esta eximición para la empresa de su primo donde volaron todo tipo de acusaciones. http://multisectorialtamseycrese.blogspot.com.ar/…/la-basur…
“Acá hay una extorsión por parte de empresas que están vinculadas al poder político de la provincia de Córdoba”, sostuvo la legisladora juecista Liliana Montero. Y añadió: “Se permite a Lusa y Cotreco un ahorro de 200 millones de pesos, mientras que a los damnificados de Sierras Chicas se les da como ayuda 150 millones de pesos”.
Por su parte, en la sesión, el legislador Aurelio García Elorrio, preguntó “¿Cuánto le va a costar a De la Sota la candidatura a Gobernador de Ramón Mestre? Por lo menos, que la pague con su plata”.
Así esta Córdoba, que ni en uno de sus días más duros y tristes de sus últimos años, sus dirigentes se olvidaron de robar. Algo tiene que cambiar indudablemente.
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