Lo de Charlie Hebdo es demasiado parecido al 11/S

La hipocresía esquizofrénica de la prensa occidental Javier Llorens – Enero 2015 Contenido El doble cartabón de la prensa occidental y de la libertad de expresión Las “bromas pesadas” de Occidente en Africa y Medio Oriente ¿Quién fue realmente el autor físico o intelectual en este mundo de maquiavelos? Estados Unidos y los fundamentos de […]

La hipocresía esquizofrénica de la prensa occidental

Javier Llorens – Enero 2015

Contenido

  • El doble cartabón de la prensa occidental y de la libertad de expresión
  • Las “bromas pesadas” de Occidente en Africa y Medio Oriente
  • ¿Quién fue realmente el autor físico o intelectual en este mundo de maquiavelos?
  • Estados Unidos y los fundamentos de la guerra psicológica
  • Las tres tesis subsistentes

Lo de Charlie Hebdo es demasiado, demasiado, parecido al 11/S, con todas sus implicancias. De entrada hubo caricaturistas que se encargaron de enfatizarlo, sin darse cuenta de los alcances de la metáfora, dada las enormes dudas que subsisten en relación a ese decisivo acontecimiento de 14 años atrás. Que dieron origen a las invasiones ilegales a la luz del derecho internacional, de Irak y Afganistan por parte de EEUU, acarreando cientos de miles
de muertos, y la siembra del caos en esos países. Como desmesurada y demencial represalia de las 3.000 víctimas provocadas por la caída de las Torres Gemelas.
A las que luego, para legalizarlas con la intervención de la ONU, EEUU se vio obligado a compartir el petróleo iraquí con Rusia, China, y Francia, integrantes permanentes del Consejo de Seguridad, que se habían opuesto en esa aventura. Pero que no obstante no desecharon compartir ese lucrativo negocio.

El doble cartabón de la prensa occidental y de la libertad de expresión

Inmediatamente después del hecho, se puso en marcha una extraordinaria usina mediática occidental, para con doce lamentables asesinatos, construir un mega acontecimiento mundial. Todo lo contrario que hizo con el atentado de la isla de Utoya perpetrado en el 2011 por el fanático sionista pro israelí Breivik, que costó la vida de 77 adolescentes noruegos indefensos, y otros cien heridos. Que se habían reunido allí para propiciar un boicot a Israel por la cuestión palestina, a los que fue rematando fríamente uno por uno.
A esa atroz y descomunal masacre la hipócrita prensa occidental no solo la minimizó, sino que además oculto la ideología antimusulmana y proisraelí de su enajenado autor. Que perpetró ese homicidio masivo, en el mismo día en que Israel festeja el aniversario de la voladura del Hotel King David por parte de terroristas judíos, bajo la proclama “fuera ingleses de Palestina”. Que Breivik parangonó con su proclama “fuera musulmanes de Europa”.
Se trata de la misma prensa que defiende estentóreamente una irrestricta de la libertad de expresión, hasta el extremo de considerarla, según sostenía el asesinado director de Charlie Hebdo, Stéphane Charbonnier, como “el derecho a ofender”, quien no obstante no parece haber calibrado adecuadamente los riesgos que ello implica. Al mismo tiempo que en esos avanzados países, ejerciendo un moderno oscurantismo medieval, como en los tiempos de la Santa Inquisición, se condena con varios años de prisión a quien se atreva a expresar su duda respecto la cantidad de víctimas del Holocausto.

O al que efectúe análisis demográficos, demostrando que hubo más judíos después de la 2da Guerra Mundial, que antes de ella, pese que supuestamente fue exterminada la mitad de su población. O al que ponga en duda la existencia de cámaras de gas, sobre las que hay que creer a pie juntillas, aunque no existen sus chimeneas, como si se tratara del misterio de la divinidad de Jesús o la virginidad de María.
Ante cuya mínima duda procedía la Santa Inquisición, que también le ordenó a Galileo Galilei que abjurara de sus teorías heliocéntricas, si no quería terminar para siempre con sus huesos en un calabozo. Logrando Galileo con ella, que la prisión perpetua a la que había sido condenado, se redujera a prisión domiciliaria. Cosa que hoy sucede en forma parecida, si en Europa alguien se atreve a cuestionar el Holocausto.

El cual parece ser la piedra fundacional de la existencia del estado de Israel, y la justificación para su intromisión en Medio Oriente, cuyos lamentables efectos colaterales están lejos de haber acabado. Habiendo coincidido casualmente, el aliento por parte de las potencias occidentales, para la vuelta del pueblo judío a la tierra prometida por Yahvé, a la par que el Medio Oriente se revelaba como la reserva estratégica de petróleo del mundo.
Y en consecuencia el paso de Suez, que comunica el mar Mediterráneo con el Rojo, en donde tiene puertos Israel por el caprichoso dibujo que se hizo de sus límites, se convertía en la estratégica yugular de ese hidrocarburo, cuya disponibilidad desvela a las potencias industriales. Pasando así a desempeñarse Israel como la punta de lanza, o carne de cañón de las potencias occidentales en Medio Oriente.

Esta misma prensa que proclama la sagrada libertad de expresión, se mostró indignada y rajó sus vestiduras, porque humoristas y caricaturistas iraníes se referían al Holocausto como el Holocuento o Holoinvento. No obstante si el provocativo y desafiante Charlie Hebdo se hubiese ensañado con el judaísmo, como lo hizo con el islamismo, hace tiempo que habría sido cerrado por antisemita. Y si se hubiese referido al Holocausto de la misma manera, poniendo en duda sus alcances, seguramente sus editores hoy no estarían muertos, sino presos.

Se ha producido así una magistral inversión de la culpa. En la que la Europa cristiana, que culpaba al pueblo judío por la pasión de Cristo, ahora abandonó al cristianismo, y cultiva la religión laica y secular que tiene como centro la pasión del Holocausto. Del que se culpa al cristianismo por haber inculcado el odio contra los judíos. Y así el santoral cristiano ha sido reemplazado en los medios occidentales, por sucesivas notas y películas lacrimógenas, referidas a presuntas víctimas del Holocausto. Como si fuera el único sufrimiento acaecido en el mundo, en la espeluznante historia de la humanidad.
Las que casualmente abundan más, cada vez que Israel acomete o está por acometer una de sus periódicas salvajadas en Medio Oriente, por fuera de la ley internacional. Igual que hacía el cristianismo europeo con la pasión de Cristo, a la par que bajo el emblema de la cruz acometió sus salvajes conquistas de América y Africa, que costaron millones de víctimas. Pasado del que parece haber olvidado enteramente la supuestamente civilizada Europa, como si en su vejez sufriera de Alzheimer. Y por eso tampoco recuerda gran cosa de las dos guerras mundiales totales que junto con EEUU protagonizó en el siglo pasado, con sus 70 millones de víctimas, que son la máxima vergüenza en que incurrió la humanidad.
Actualmente la censura de los medios proisraelíes occidentales en algunos casos llega a límites ridículos. Como es por ejemplo el caso de CLARIN, que se empeña en ocultarle a su audiencia, el origen judío de Hildebrand Gurlitt. El colaborador de Joseph Goebbels, del que recientemente se descubrió que había acopiado durante el régimen nazi 1.500 obras de pintores famosos, valuadas en mil millones de euros. CLARIN reprocha que existe el relato K, pero él por su parte le cuenta a su audiencia el relato C o M.
Este es el doble cartabón esquizofrénico que parece existir en Occidente, respecto la supuestamente sagrada libertad de expresión. Y el derecho según afirmó estólidamente el periodista Luis Basset de El País de Madrid, a la blafesmia, la intolerancia, y la ofensa gratuita e impune al otro. Denunciando además la “invasión del califato a Europa”, pese a que la realidad es desde hace siglos exactamente inversa.

Habiéndose incluso dividido el mismo durante la 1ra Guerra Mundial, entre Francia, Rusia, e Inglaterra, como si se tratara de un bien mostrenco, con el tratado Sykes – Picot, mediante un mapa delimitado con un lápiz rojo. Que causó gran indignación mundial, cuando lo hicieron publicó los bolcheviques que tomaron el poder en Rusia. Pero Basset parece no saber nada de nada de ello.
Por su parte el notable lingüista holandés Teun Van Dijk pareció responderle en parte, diciendo que la prensa enfatizó más el “ataque a libertad de expresión”, que el terrible crimen de doce personas. Apuntando que “la libertad de expresión está mucho más amenazada por gobiernos y compañías multinacionales. Si no se publica un artículo de un periodista eso es especialmente porque, según redactores o propietarios, no se vende”.

Por por su parte la corresponsal en Europa de CLARIN, María Laura Avignolo, cayendo en una desmesurada hipérbole fuera de contexto, blondamente dijo desde Paris que se había asesinado el humor y la risa, y ejecutado la sonrisa y la capacidad de ironizar de Francia.

Las “bromas pesadas” de Occidente en Africa y Medio Oriente

Lo único que le faltaba decir a Avignolo, es que los salvajes musulmanes no se aguantan ninguna broma pesada occidental. Como la discriminación y desprecio que sufren en la Unión Europea, que los ha convertido en los nuevos judíos de Europa. Pese que en Francia la mayoría de ellos provienen de las colonias francesas en Africa, donde el ejército francés desarrollo sus tremendas doctrinas de terrorismo de estado y “guerra sucia”, que luego se hicieron extensivas a todo el mundo, especialmente a Argentina y Latinoamérica. Y donde el OAS (Organización del Ejército Secreto) hizo innumerables atentados que costaron más de dos mil víctimas, el 85 % de ellas musulmanas.

Las que no obstante, como pesadas bromas macabras occidentales, están lejos de haber terminado. Dado que Francia y la OTAN en nombre de la civilización, siguen sembrando el caos en los países musulmanes, tal como hicieron hace poco en Libia. A la que retrocedieron a un siglo atrás, a sus luchas tribales, destruyendo el gobierno centralizado existente, que mal que pese era líder en Africa. Y lo mismo hace Israel como fuerza de ocupación en Palestina, impidiendo la existencia de un estado palestino, y bombardeando periódicamente a Gaza, como si se tratara de un polígono de tiro.
Al respecto ni el Sumo Pontífice Francisco se animó a decir que se trataba de “una violencia abominable”, como hizo con respecto las víctimas de Charlie Hebdo. Como si el oficio de un supuesto periodismo dedicado a la burla mordaz e impiadosa del otro, les diera un estatus especial ante la muerte. Muy por encima de los ancianos, mujeres, y niños muertos de a miles en Gaza, además de las demencial destrucción de su infraestructura civil. Esta defección moral del pontífice argentino, hace recordar a la que se le reprocha a Pio XII en relación a la persecución de los judíos por los nazis.
Francisco se quejó además de la persecución que sufren los cristianos en Medio Oriente y en el mundo musulmán. Pero a la par no se animó a condenar la violencia y agresión permanente que sufre el pueblo musulmán por parte de Occidente, como si se tratara de una moderna y extemporánea cruzada. Que no va en busca del Santo Grial como en el Medioevo, sino de asegurarse el negro petróleo. Y por contrario, recientemente legitimó cristianamente esa agresión, dirigida contra el ultraterrorismo islámico de ISIS en Siria, sin esmerarse en manera alguna en cuestionar sus causas, o posibles derivaciones.

Provenientes del hecho que EEUU y la OTAN, han adquirido así el dominio del aire sobre Siria, replicando la misma situación que se dio en Afganistan, Irak, y Libia, con la que sembraron el caos elemental en esos países, de los que parece imposible que se puedan recuperar. Y menos aún condeno a quienes apoyaron y financiaron el ISIS, que no fueron otros que los aliados de la OTAN y EEUU, Turquía, Arabia Saudí, y Qatar. Conforme la antigua táctica romana e inglesa, de hacer chocar a un bárbaro, contra otro aun más bárbaro. El que con sus degollamientos masivos filmados en HD, para secreto contento de EEUU e Israel, se encargó de resucitar la doctrina del choque de civilizaciones, ideada por el israelí norteamericano Bernard Lewin, y divulgada por Samuel Huntington con su libro con ese título.
En la cuenta además hay que sumar a Irak, Yemen, Somalía, Afganistan, etc, donde la OTAN y EEUU como modernos cruzados, se han especializado en guerras sin esperanza de victorias, con cientos de miles de víctimas musulmanas, y un tendal de millones de musulmanes desesperanzados carentes de destino. Cuando mucho más sencillo sería dejar en paz a esos países, y procurar que resuelvan de la misma manera sus diferencias intestinas, en lugar de explotarlas maquiavélicamente. Pero claro, detrás de ello está el petróleo, la geopolítica, y la amenaza china a la hegemonía norteamericana.
Demostrando el irrefrenable espíritu de codicia que mueve desde siempre a Occidente, disfrazado antes de religión cristiana, y ahora de democracia y supuestas buenas intenciones, Charlie Hebdo se propone ahora lucrar con la emisión de un millón de ejemplares. Gracias no a la pluma de sus redactores, sino a sus redactores muertos. Los que permitirán con su muerte que sobreviva esa publicación, que enfrentaba serios problemas financieros. En lugar de reflexionar sobre esas trágicas muertes, y los efectos colaterales que puede traer atacar a mansalva impunemente, con violencia simbólica y física, menospreciando y desquiciando una cultura ampliamente extendida.

¿Quién fue realmente el autor físico o intelectual en este mundo de maquiavelos?

Cuando lo bolcheviques tomaron el poder, se enteraron que los terroristas anarquistas más sangrientos, eran los agentes secretos del Zar. Quienes de esa manera justificaban que este descargara una feroz represión sobre su pueblo.
Por su parte Charlie Moore, un militante del ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo) que en 1974 se quebró y pasó a colaborar con el D2, el departamento de inteligencia de la policía cordobesa, atestiguó públicamente que los integrantes del mismo, respondiendo a órdenes de integrantes del 3er Cuerpo de Ejército comandado por el general de triste memoria Luciano Benjamín Menéndez, salían a colocar bombas contra las organizaciones civiles, sindicales y religiosas, poniéndole a esos atentados la firma de Montoneros. De esa manera agudizaron el caos y el miedo en la sociedad, para justificar psicológicamente el sangriento golpe de estado de 1976 que vino poco después.

Estos atentados de “falsa bandera” son tan viejos como los servicios de espionaje, o sea que son milenarios. Pero además siempre hay a mano alguna célula de exaltados, de los que los servicios de inteligencias se sirven, facilitándoles sus cometidos sin que estos lo sepan. O infiltrándolos y excitándolos a acciones extremistas, que por efecto rebote les permiten llevar agua a sus molinos. Como parece ser el caso de Quebracho en Argentina, y sus lazos con la SIDE.
Y también la oscura toma del cuartel de La Tablada en 1989, comandada por el inescrutable Gorriarán Merlo, a quien el imparcial camarógrafo Carlos Reyes dice haber visto en un vehículo militar a cuatro cuadras del cuartel, mientras se reprimía la toma del mismo. Durante la cual, como si se tratara de replicar adrede un módulo de guerra sucia, la represión se encargó que hubieran muertos, torturados, y desaparecidos, razón por la cual esa causa judicial aún no se ha cerrado. Ataque que tuvo el efecto de detener por largo tiempo la política de derechos humanos inaugurada por Alfonsín, y permitió que Menem dictara los indultos a favor de los jefes militares procesados.

Y en este caso el clásico ¿cui bono? investigativo ¿a quién beneficia el atentado? es bastante claro. A Israel, que proclama estentóreamente urbi et orbi su lucha contra el terrorismo islámico, para justificar su negativa a reconocer un estado palestino. Al mismo tiempo que evidencia un gran enojo, porque la Autoridad Palestina planea denunciar a sus autoridades ante la Corte Penal Internacional, por terrorismo de estado y crímenes de lesa humanidad, por la ocupación ilegal de Cisjordania, y las 2.000 muertes que recientemente perpetró en Gaza, sin contar las anteriores. De las cuales dos terceras partes eran ancianos, mujeres y niños.

En momentos en que Irán, a quien Israel considera su principal enemigo, estaría por llegar a un inminente acuerdo con las potencias internacionales, en relación a su desarrollo nuclear. Que Israel considera absolutamente inaceptable, porque al margen del derecho internacional, pretende no que Irán carezca de armas nucleares, sino de capacidad nuclear. A los que se suma el hecho de que el primer ministro Benjamín Nentanyahu enfrenta pronósticos adversos ante las inminentes elecciones a realizarse en Israel, convocadas anticipadamente para marzo próximo, porque en su sociedad han surgido otras demandas, más allá del conflicto con los árabes y el islam.

Acontecimientos como este, vuelven a poner a esta cuestión en el centro de la agenda, tal como se esmeró en dejar en claro Nentanyahu tras el atentado. Quién como si lo estuviera esperando, inmediatamente después envió sus condolencias al presidente francés Francois Hollande, “por el salvaje ataque terrorista” sufrido, afirmando que “este ataque a Francia es un ataque a todos nosotros. Las personas libres de cualquier parte debemos unirnos para confrontar el terrorismo radical islámico, y para protegernos contra la amenaza a nuestra civilización común”.

Y como si no fuera suficiente, al día siguiente Netanyahu siguió con la misma cantinela, al recibir al embajador de Francia en Israel, Patrick Maisonnave, diciendo “estos terroristas matan a periodistas en París, decapitan a cooperantes humanitarios en Siria, secuestran a colegialas en Nigeria, hacen explotar iglesias en Irak, masacran a turistas en Bali, lanzan cohetes contra civiles desde Gaza, y aspiran a fabricar armas nucleares en Irán. Aunque lleven diferentes nombres como Estado Islámico, Al-Qaeda , Hamas, Hezbolá, o Guardia Revolucionaria, están todos impulsados por el mismo odio y el mismo fanatismo sediento de sangre… Este es un combate global que requiere una amplia ofensiva contra las fuerzas del islam radical en todo el mundo.”

Es oportuno recordar que Nentanyahu fue elegido por primera vez primer ministro de Israel en 1996, desplazando al laborismo que pugnaba con un acuerdo con los palestinos, después de una ola de ataques suicidas palestinos contra civiles israelíes. De los atentados contra la embajada israelí y la AMIA en Argentina, que están lejos de haber sido aclarados y que sin prueba legal alguna se atribuyeron a Irán. Y del inexplicable asesinato del primer ministro Isaac Rabin, por parte de un fundamentalista israelí, que traspasó los sucesivos círculos de seguridad de este, como si no existieran. Además los servicios de Israel han sido acusados de haber estado al tanto previamente de los sucesos del 11/S, tal como se puede ver en Wikipedia.

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Estados Unidos y los fundamentos de la guerra psicológica

Por su parte Kurt Sonnenfeld, actual residente en Argentina, era un agente del FEMA (Federal Emergency Management Agency) agencia gubernamental que tiene a su cargo el seguimiento de las catástrofes y desastres naturales que ocurren en EEUU. Como camarógrafo tuvo a su cargo la documentación en imágenes del “Ground Zero”, el centro neurálgico del ataque del 11/S. Luego de filmar y fotografiar los rescates y la remoción de escombros, llegó a la conclusión de que Washington sabía lo que iba a pasar, y que los derrumbes de las torres fueron demoliciones controladas, razón por la que guardó el respaldo de sus filmaciones. Por ello se considera un émulo de Julian Assange y Bradley Manning, dado el empeño puesto por EEUU en extraditarlo, conforme narra en su libro “El perseguido” publicado por Planeta.

No obstante la Corte Suprema argentina, tras dos intentos fallidos previos por parte de la embajada de los EEUU, recientemente concedió la extradición de Sonnenfeld a EEUU, bajo el compromiso con una nota verbal que antes había sido rechazada, de que no se le aplicaría la pena de muerte, por el supuesto asesinato de su mujer. Del que Sonnenfeld fue acusado y declarado inocente, y respecto el cual supuestamente habrían aparecido nuevas pruebas en EEUU.
Es notable ver como esta potencia desde su fundación, ha apelado a métodos dúplices para tratar de legitimar psicológicamente sus planes de agresión o conquista. Comenzando con el Motín del Te en Boston en 1773, en el cual los colonos rebeldes a pagar un nuevo impuesto por esta mercadería, se disfrazaron de indios mohawk, y arrojaron los fardos de té por la borda de los navíos que la importaban. Posteriormente la voladura del obsoleto acorazado US Maine en el puerto de La Habana en 1898, le permitió declararle la guerra a España, para quedarse con Cuba. La cual muchos años después trató de ser explicada no como una conspiración, sino por una fortuita autoignición del carbón.

A su vez el supuesto ataque por sorpresa japonés a Pearl Harbor en 1941, le permitió a EEUU justificar el ingreso a la 2da Guerra Mundial ante su opinión pública interna, que se manifestaba enteramente reacia a ello, tras la experiencia de la 1ra Guerra Mundial. Pese a que la inteligencia norteamericana conocía al detalle de ese ataque, al haberlo propiciado bloqueando el abastecimiento de petróleo a Japón, y por haber roto el código “Purpura” cifrado de sus comunicaciones.

En el camino, “legitimado” en base a supuestas agresiones por parte de indígenas o mexicanos, EEUU se comió a mordiscones a Florida, Texas, y la mitad de México, haciéndose así un país bioceánico, e incorporando 30 nuevos estados a los 13 originales. Y de pasó facilitó la toma de las Malvinas en 1833 por parte del Reino Unido, quién luego se reveló como su socio dilecto, con la previa destrucción de la colonia argentina existente allí por parte de la US Lexington.
Justificada por la captura de pesqueros norteamericanos por parte del capitán inglés Mathew Brisbane, el segundo del gobernador de las islas, Luis Vernet, pese a las advertencias que al respecto había efectuado EEUU previamente. Por ello se puede afirmar que la ocupación de las Malvinas en 1833 no fue británica, sino anglo-norteamericana, igual que en la guerra de 1982.
Para estos países avanzados, democracia no es respetar la opinión pública, sino moldearla y manipularla, para que acepte o pida lo que los intereses poderosos quieren. Y para ello están los servicios de inteligencia, y los medios de comunicación. Siendo esta la importancia vital de estos últimos, y consistiendo la forma más refinada de los primeros, el lograr que el adversario haga o aparente hacer lo que a estos le conviene. El experto en guerra psicológica Henry Kissinger, llamaba a eso la “legitimación psicológica” que debe acompañar a todo accionar.

Las tres tesis subsistentes

Si esta tesis conspirativa no fuera cierta, queda entonces el interrogante de si la desmesurada cobertura dada al caso por la prensa occidental, fue solo un acto reflejo de defensa corporativa, aprovechando sus músculos mediáticos. En los que inusitadamente se trasunta también el miedo físico. Tal como se puede ver en las notas que al respecto publicaron los secretarios de redacción de CLARIN y su vinculada LA VOZ DEL INTERIOR, Ricardo Kirschbaum y Carlos Jornet respectivamente, y otros editores. Que de repente parecen haber advertido el riesgo profesional que enfrentan.
Acostumbrados desde sus confortables y sigilosos despachos, bajo la premisa de que el editor puede publicar lo que se le antoja (desprovistos de la obligación de informar con veracidad, de la que reniegan y impiden que se establezca como tal) a incidir desaprensiva e impunemente en la sociedad. Con vastísimos alcances sobre ella, siendo por ello su labor una pieza esencial en las guerras y conflictos modernos. Mediante la arbitraria edición, censura, y manipulación que hacen de la información, como dictadores absolutos sobre sus súbditos, los periodistas que se ganan el jornal y por eso también son jornalistas.

Desplegando una labor absolutamente discrecional, de la que pese su trascendencia, en estas democracias modernas no tienen que rendir cuentas a nadie, salvo a los propietarios y accionistas de los grandes medios. Que en Argentina ni se saben realmente quienes son. Como si gozaran de un poder cuasi omnímodo, se puede decir que tienen la trascendencia o intrascendencia, la honra y la fama, el contento y el descontento de la gente y la sociedad o parte de ella en sus manos. Y la administran a gusto y placer de quienes los contratan, y nadie más.
Pero ahora parecen haber advertido que en este desquiciado mundo global, encrespado en una guerra de baja intensidad como consecuencias de las incursiones occidentales en cualquier parte, eso también tiene sus límites y riesgos. A lo que se suma la evidencia de una magnificación deliberada de la noticia, aprovechando la volada (salvo honrosas excepciones) para llevar agua al molino de Israel y Occidente, a los que la prensa occidental sirve fielmente, mientras se jacta de ser “independiente”.

Quedando no obstante las tres tesis subsistentes, ya que la actuación de un comando terrorista altamente profesional y efectivo a la luz de sus lamentables resultados; se desplomó seguidamente como si se tratara de patanes, al olvidar sus documentos en el auto usado para el operativo. Lo que permitió a los burlados servicios de inteligencia franceses, descubrir sus entidades, pese a que supuestamente los venía vigilando estrechamente. Los que emularon así al inspector Clouseau de “La pantera Rosa”, que de nada se daba cuenta, salvo lo que tenía delante de las narices, y solo una vez que sus dañinos efectos su hubieran producido.

A ello se agregó la desesperada huida a través de Francia de los supuestos asesinos, vestidos de negro para operaciones nocturnas, y con sus Kalashnicov al hombro. La que por otro lado es entendible, ya sea que hayan sido efectivamente sus autores, o hayan sido inocentes, para no quedar como pagotes difuntos, como sueles suceder en estos casos. Tal como finalmente sucedió, llevándose a la tumba la verdad de la cuestión. Igual que paso con Lee Harvey Oswald, al quién se le endilgó el asesinato del presidente John Kennedy, magnicidio que encabeza la nómina de las tesis conspirativas.

A ello se sumó un confuso ataque en solitario a un supermercado kosher por parte de un africano oriundo de Mali, donde Francia actualmente interviene militarmente, con toma de rehenes incluida, que deparó otras cuatro víctimas, pero ya claramente de origen judío. Lo que permitió que Nentanyahu y sus servicios de inteligencia tomaran directamente basas en el asunto, al considerar que Israel era la afectada. Mientras que algunos periodistas tremendistas afirmaran que París ardía y a sangre y fuego, y Francia necesitaba paz.
Pese a que esta es la que se ha arrojado el curioso mandato de intervenir bélicamente y hacer la guerra, tanto en Siria y en Libia, como en los países subsaharianos, como si aun fueran sus posesiones coloniales. Con más de dos decenas de incursiones armadas, constituyéndose así en el gendarme de Africa, por lo que bien podrían llamarse los yanquis africanos.

En Gabón (1964), Chad (1968), Zaire (1978), República Centroafricana (1979), Chad (1973), Comoras (1989), Gabón (1990), Zaire (1991), Etiopía (1991), Ruanda (1994), Comoras (1995), República Centroafricana (1996), República del Congo (1997),Costa de Marfil (2002), Zaire actualmente República Democrática del Congo (2003), Costa de Marfil (2004), Chad (2008), Libia (2011), Costa de Marfil (2011), Mali (2013), y Somalía (2013).
Como si ese guerrear y agredir durante décadas a países en otros continentes, pudiera hacerse sin ligar rebote alguno. Porque supuestamente Francia es el ámbito de la libertad, la igualdad, y la fraternidad, según dicen sus ditirambos, virtudes de las que no obstante parece estar cada vez más lejos. Olvidando el refrán que dice, siembra vientos y cosecharás tempestades.

Cabe agregar que desde 1999, con la incursión de la OTAN en Serbia, pasando por las invasiones de EEUU a Irak, y de Israel al Líbano y Gaza, los medios de comunicación han sido considerados blancos de guerra legítimos por estas potencias. Lo que costó la vida de centenares de periodistas. Por lo que bien en esta guerra asimétrica y no convencional librada con el mundo musulmán, estos podrían invocar similar legitimidad por haber perpetrado los absolutamente inaceptables asesinatos en Charlie Hebdo.

Dejando de lado la tragedia, todo es muy grotesco e incongruente, y demasiado parecido a una mala película de Hollywood, de esas que suele financiar la CIA, conforme sus necesidades del momento. La que a su vez se halla inmersa en el escándalo por las torturas practicadas sistemáticamente a los musulmanes, conforme reveló una investigación del Senado norteamericano, igual que hace Israel en defensa de la civilización judeo greco cristiana occidental. Y por lo tanto este trágico y oportuno escándalo ejecutado aparentemente por amateurs, pero amplificado estentóreamente hasta el paroxismo por la prensa occidental, les viene también muy bien, muy bien a ambos, como justificativo de ellas.-

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